Un final provisional y lógico

Problemas técnicos de adecuación de los sistemas informáticos y de facturación, estado del tendido e instalación de los contadores digitales, vulneración del principio de conocimiento de los precios previo a su consumo y, por qué no, la combinación con el comienzo del endiablado calendario electoral español, se habían acumulado alrededor de esta polémica medida. La politización de las cuestiones relativas al recibo de la luz, siempre opera (como «frame» o marco) y la medida, además, había logrado poner de acuerdo en su contra a consumidores con empresas.

Así, de hecho, tal y como anunciábamos en Energía Diario, el aplazamiento de dos meses en la aplicación del sistema inicialmente previsto era una medida que se apreciaba a todas luces insuficiente para sofocar toda suerte de problemas que generaba un método tan complejo, y por ello era necesario permanecer atentos a la espera de acontecimientos. La última palabra no estaba dicha y, de hecho, se confirma que observar algo implica que se modifica el hecho o el objeto observado.

Así, Industria ha decidido, finalmente, establecer un período transitorio que podría llegar a extenderse hasta 2018, cuando se completen las previsiones del calendario legal de tendido de los nuevos contadores digitales.

Lo que está claro es que si la totalidad de los consumidores no disponían de estos dispositivos, en primer lugar, se generaban discriminaciones y, en segundo lugar, se modificaba el propio comportamiento medio de los consumidores, por los que entraban a disponer de contador electrónico con telemedida y/o telegestión, abandonando los contadores analógicos. De hecho, a finales de 2014 la previsión es que se alcance el 34% del parque de contadores actual; una cuestión que también afecta al desarrollo de las denominadas smart grids y a la explotación de su utilidad.

Finalmente, Industria ha establecido un primer período transitorio, de un año aproximadamente, hasta que la Secretaría de Estado de Energía apruebe, a propuesta de la CNMC (que cuenta con dos meses para su elaboración) el procedimiento de validación y cierre de los datos de los contadores de telegestión y los protocolos de intercambio de información entre comercializadoras y distribuidoras, a partir del cual se abrirá un nuevo período de dos meses para la programación de los contadores digitales. Hasta ese momento la facturación se realizará de acuerdo a la estructura de precios horarios que defina Red Eléctrica de España.

En todo caso, esta primera medida podrá introducir mecanismos de educación para los consumidores relativos al aprovechamiento de los usos horarios y de eficiencia energética. Por otro lado, también ha sido inteligente su presentación y el hecho de que se revista esta rectificación de un cierto halo de diálogo, sin vencedores ni vencidos y del que esperemos que no siga el modelo un paso adelante y dos atrás, como en ocasiones pasadas. Se trata de un final provisional (un no final) que tendrá su continuación, siempre a la espera de una liberalización efectiva y completa.

Eso sí, el hecho de no abrir un melón más, con la situación abierta entre los distintos sectores y actividades, en relación a los preceptos incluidos en la reforma eléctrica, más los problemas emergentes subsiguientes (la insumisión de potencia) aconsejaba no azuzar nuevas polémicas ahora. Por el momento…

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