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Los edificios pueden reducir hasta un 82% su consumo energético gracias a la domótica y aplicando mejores hábitos

Servimedia.- El EcoBuilding Program Manager de Schneider Electric España, Víctor Moure, considera que existe un potencial de eficiencia energética no explotado del 82% en los edificios, que podría aprovecharse aplicando sistemas domóticos y mejorando los hábitos de consumo. Así lo explicó Moure en el curso Energía, economía y sociedad: modelos energéticos, autoconsumo y pobreza energética. Moure sostuvo que desde la concienciación de la sociedad hasta la automatización existe un gran abanico de posibilidades.

También sobre eficiencia, en este caso en el transporte, versó la intervención del Investigador del Centro de Investigación del Transporte (Transyt) de la Universidad Politécnica de Madrid, Álvaro García, quien recordó que el transporte supone cerca del 30% del gasto energético en países desarrollados y más del 90% proviene del petróleo. García mencionó algunas de las medidas más destacadas para conseguir un transporte más sostenible como la planificación urbanística orientada, el fomento del transporte público y el compartir el coche.

La dimensión social de la tarifa eléctrica estuvo recogida en las ponencias sobre cómo identificar la pobreza energética y cómo responder para mitigarla. El profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Pontificia de Comillas Pedro Linares, autor del estudio Pobreza energética en España 2015, explicó que la pobreza energética es un concepto difícil de medir con precisión. Según apuntó, hay medidas objetivas y subjetivas, cada una con ventajas e inconvenientes, y las más utilizadas no son siempre necesariamente las más apropiadas.

Por su parte, la responsable de Estudios y Coordinación Regulatoria de Gas Natural Fenosa, Ester Sevilla, explicó que el acceso a una energía asequible y no contaminante es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y que solo la actuación conjunta de instituciones, empresas, regulador y agentes sociales puede dar soluciones efectivas a este problema. Asimismo, sostuvo que en Europa los modelos de ayudas de pago de facturas resuelven las situaciones puntuales, pero en el largo plazo hay que buscar soluciones estructurales.

El curso ha abordado también las diferentes posibilidades de autogeneración y de autoconsumo doméstico, tanto a partir del gas natural (cogeneración) como a partir de la energía solar fotovoltaica. Al margen de la especificidad de cada caso, los expertos coincidieron en que el autoconsumo debe desarrollarse de forma ordenada y coherente para evitar que unos clientes acaben subvencionando a otros.

Expertos de consultoras y universidades abogan por la desaparición de las tarifas reguladas de electricidad y gas en España

Servimedia.- El investigador de la Universidad Pontificia Comillas, José Pablo Chaves, el socio de la consultora KPMG, Carlos Solé, y el socio de Accenture, Álvaro Polo, abogaron por la progresiva desaparición de las tarifas reguladas de electricidad y gas en España. Así se expresaron estos tres expertos en la jornada Las cuentas de la energía: entender la tarifa, un evento organizado por Servimedia en Santiago de Compostela.

Según Chaves, España debería ir moviéndose hacia la desaparición de las tarifas reguladas, con la posibilidad de establecer subsidios para los colectivos más desfavorecidos. Además, indicó que actualmente en torno a la mitad de los conceptos presentes en la factura eléctrica se dirigen a pagar costes que no tienen que ver con la energía, lo que provoca que en el caso de la electricidad los españoles tengan los cuartos precios más altos de Europa pese a contar con unos precios mayoristas en la media continental.

Por ello, Chaves considera que los costes no energéticos deberían sacarse de la factura y financiarse a través de los Presupuestos Generales del Estado. En este sentido, señaló que en estos momentos sólo el 27% de la factura responde al coste de generación eléctrica, a lo que se debe sumar el 19% del coste de las redes, otro 19% de los subsidios a las renovables, un 12% a otros cargos y un 23% a impuestos.

Por su parte, Solé explicó que entre el 40 y el 50% de los consumidores permanecen en la tarifa regulada, denominada ahora Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), pese a que la posibilidad de acudir al mercado libre está vigente desde 2009. Indicó además que la diferencia entre la tarifa PVPC y el mercado libre radica en el coste de la energía y en el margen de distribución que se aplica y que se negocia con la empresa suministradora, ya que el coste de los peajes es el mismo.

Ambos expertos coincidieron en que la tendencia es que Europa llegue a una unificación de los mercados energéticos al ser preguntados por la posibilidad de que se fijen tarifas energéticas regionales. Ambos expertos, pese a coincidir en que desde el punto de vista técnico podría tener sentido una tarifa autonómica en función de la localización del consumidor, algo que actualmente ocurre en algunos lugares de Europa, apuntaron que la tendencia europea es que se acoplen los precios para que sean iguales desde Portugal a Noruega.

En esta línea, Solé destacó que España «desde siempre ha tenido una política bien clara de que todos los consumidores españoles pagan lo mismo«. Por su parte, Chaves defendió que en España la red de infraestructuras energéticas se planifica y gestiona a nivel nacional y no está pensada en términos autonómicos. En consecuencia, ambos expertos se mostraron contrarios a la reciente propuesta de crear una tarifa eléctrica gallega más reducida.

Por último, Polo, que es experto en el sector gasista, apuntó que en el caso del gas los consumidores acogidos a la Tarifa de Último Recurso (TUR) son alrededor del 25% y destacó que la mayoría de ofertas del mercado libre son más baratas. Por este motivo, se cuestionó si tiene sentido mantener la TUR cuando fue una tarifa creada para proteger al pequeño consumidor, algo que podría ser que ya no se esté haciendo.

En cuanto a la comparación con Europa, indicó que la tarifa doméstica española del gas es un 22% más alta que la media europea, algo que atribuyó a la infrautilización de algunas infraestructuras y a la necesidad de importar el gas. Por otro lado, valoró la posición de España para convertirse en un hub europeo de distribución de gas, única energía fósil que seguirá incrementando su importancia hasta 2030 gracias a su bajo nivel de emisiones, lo que le permitirá seguir respaldando a las renovables.

García Tejerina y Felipe Calderón piden un compromiso «claro» en París contra el cambio climático

Europa Press / Servimedia.- La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina y el expresidente de México y presidente de la Comisión Global sobre Economía y Clima, Felipe Calderón, incidieron en la necesidad de que todos los Estados adopten un compromiso «claro», «global» y «solidario» durante la próxima Cumbre de París sobre el clima para cimentar el desarrollo y el crecimiento económico en patrones de sostenibilidad.

En el marco de unas jornadas sobre las Negociaciones Internacionales de Cambio Climático celebradas en la Universidad Pontificia de Comillas, Tejerina subrayó que el eje principal del acuerdo que se suscribirá en París debe estar en «las contribuciones y los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero a los cuales cada Estado debe comprometerse«. Así, incidió en que las medidas que tomen los principales emisores mundiales de gases de efecto invernadero «serán decisivas», junto con los compromisos particulares del resto de países, entre los que figura la Unión Europea, con el compromiso de reducir sus emisiones, en conjunto, al menos un 40% para el 2030 respecto a 1990.

«En la actualidad, más del 60% de las emisiones corresponden a cinco países: China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón», recordó García Tejerina, que destacó que «la Unión Europea es responsable del 12% de las emisiones mundiales y lidera desde el inicio las actuaciones en materia de lucha contra el cambio climático». En este sentido, Tejerina situó la reducción necesaria de emisiones en un 60% respecto a los valores de 1990 antes de alcanzar 2050. Según explicó «la ciencia ha marcado un límite» que consiste en un aumento de la temperatura de dos grados respecto a los niveles preindustriales. «Es un límite que es necesario no traspasar», urgió la ministra.

«No frena el crecimiento económico»

Por otra parte, tanto la ministra como el exmandatario mexicano defendieron que el crecimiento y el desarrollo económico de los países «no es incompatible» con los avances hacia una economía baja en emisiones de carbono a la atmósfera. Calderón subrayó que, sin una «señal clara» en el acuerdo de París por parte de los gobiernos de los países que apunte hacia la economía verde, los inversores «no saltarán» para invertir en este sector. De hecho, Calderón aseguró que la incertidumbre en el ámbito de la inversión está provocando que se invierta tanto en economía «verde» como en economía «gris», lo que supone un «coste superior».

En cualquier caso, el expresidente de México incidió en negar la vinculación entre la economía basada en carbón y el crecimiento económico y apostó por «disociar» estas dos ideas mediante la aplicación de «grandes reformas» en los sectores de la energía, el uso de la tierra, y el diseño de las ciudades por su influencia en el uso de transportes. Además, destacó que existen «factores de crecimiento» que «aún no se han explotado» y que podrían sostener el crecimiento económico en un marco de desarrollo hacia una economía baja en carbono, como son la eficiencia en el uso de los recursos o la inversión y la innovación en energías renovables.

Para concluir, Calderón aportó diez recomendaciones para avanzar hacia un modelo «verde» de economía: entre las que figuran incorporar el cambio climático a las decisiones estratégicas de gobiernos y empresas, alcanzar un acuerdo internacional solidario que sirva como «señal de salida», terminar con los «subsidios perversos» a los combustibles fósiles, hacer que el uso del carbono sea costoso, aumentar la innovación en tecnologías bajas en carbono, reducir el coste de capital de las inversiones en investigación de estas tecnologías y avanzar hacia el diseño de ciudades «más compactas y conectadas» con transporte público. Además, también subrayó la necesidad de alejarse de los sistemas de generación eléctrica basados en el carbón.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española para la Economía Energética (AEEE), Gonzalo Sáenz de Miera puso el acento sobre la realidad de que «ningún país por sí solo será capaz de resolver el problema de las emisiones de CO2» a la atmósfera. «O conseguimos acuerdos internacionales que impliquen a todos los países o ese problema crucial seguirá amenazando la supervivencia en todo el planeta», sentenció de Miera.