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El Gobierno colombiano asegura que la prioridad ante la situación crítica de Electricaribe pasa por mejorar la calidad del suministro

EFE– El ministro de Hacienda colombiano, Alberto Carrasquilla, afirmó que la solución a la crisis que vive Electricaribe, filial de la española Gas Natural Fenosa y en proceso de liquidación, está en la atención a los usuarios, según indicaron fuentes oficiales. «Si no somos serios en estimar exactamente cuáles son las obligaciones que tiene la empresa no vamos a encontrar una solución que sea sostenible y consistente con la meta última, que es la satisfacción de los usuarios», manifestó el ministro.

Carrasquilla señaló que de la mano con el servicio está la inversión que necesita la compañía, que se estima en 7 billones de pesos (2.341 millones de dólares). El ministro agregó que para que llegue esa inyección de capital se debe trabajar en la solución de «los faltantes de caja«, especialmente en materia de subsidios, porque ninguna compañía va a invertir esa cantidad con «endeudamientos fuertes en materia financiera y una demanda en tribunales internacionales». «El mensaje es muy claro: la prioridad absoluta y total es el usuario», concluyó Carrasquilla.

Electricaribe, que tiene 2,5 millones de usuarios de la costa atlántica colombiana, fue intervenida en 2016 por el Gobierno de Santos ante los problemas financieros de la empresa causados por fraudes en el consumo de electricidad e impagos que afectaron a la prestación del servicio. Después de la intervención, la Superintendencia de Servicios Púbicos de Colombia dispuso en 2017 la liquidación de la empresa y la búsqueda de un operador para asumir la prestación del servicio. Ante esto, Gas Natural interpuso un procedimiento arbitral ante el Tribunal de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (Uncitral) para reclamar a Colombia más de 1.000 millones de dólares.

El Gobierno aún espera un acuerdo que «satisfaga a ambas partes» en el litigio de Gas Natural Fenosa con Colombia

Servimedia / EFE.– El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, mostró su deseo de que se alcance un acuerdo que «satisfaga a ambas partes» tras la liquidación de Electricaribe, filial de Gas Natural Fenosa en Colombia, por parte del Gobierno de este país. En este sentido manifestó que «lo deseable es un acuerdo que satisfaga a ambas partes. En eso hemos trabajado y seguimos haciéndolo».

Confirmó que el Gobierno está trabajando en paralelo con la «empresa matriz» y con el Gobierno colombiano «en esa dirección». Electricaribe está participada en un 85% por la española Gas Natural Fenosa y en un 15% por el Gobierno colombiano. El Gobierno colombiano ordenó la intervención de Electricaribe, que se encuentra inmersa en una crisis financiera, que ha repercutido negativamente en la prestación de los servicios a sus clientes. Tras esta decisión, Gas Natural Fenosa exigió a Colombia que deje sin efecto la decisión de liquidar la sociedad Electricaribe y se trabaje para buscar una solución «satisfactoria» y «sostenible» para la prestación del servicio de suministro eléctrico en la zona.

Gas Natural anunció que demandaría al Gobierno colombiano ante el Ciadi por la liquidación de Electricaribe. La empresa española ha presentado la documentación pertinente para el inicio del procedimiento arbitral ante el Tribunal de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (Uncitral) con el objetivo de que se le devuelva Electricaribe. Gas Natural asegura que quiere recuperar su filial con un «marco regulatorio viable» y, en su defecto, que se le compense por un importe que se cuantificará en el curso del procedimiento, pero que, en base a valoraciones preliminares, superará los 1.000 millones de dólares (unos 926,4 millones de euros).

Gas Natural Fenosa presenta ante Uncitral el proceso arbitral contra Colombia para que le devuelva Electricaribe antes de su liquidación

Europa Press.– Gas Natural Fenosa ha iniciado el arbitraje internacional contra Colombia con la presentación de una demanda ante el Tribunal de la Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Mercantil Internacional (Uncitral) por la decisión de liquidación de su filial Electricaribe, según anunció la compañía.

En concreto, el objetivo de la demanda por parte de la energética española es que se le devuelva Electricaribe, en la que posee una participación del 85%, con un marco regulatorio viable o se le compense por un importe que se cuantificará en el curso del procedimiento, pero que, con arreglo a valoraciones preliminares, superará los 1.000 millones de dólares (unos 927 millones de euros).

En la solicitud presentada, Gas Natural Fenosa se alza al acudir al arbitraje, entre otros, contra la ausencia de trato equitativo y de seguridad jurídica en la actividad regulada; contra la toma de posesión que constituye una expropiación sin indemnización; y contra el hostigamiento sobre un inversor internacional, mientras trata de resolver por vía amistosa sus diferencias con un Estado mediante los instrumentos establecidos en Derecho Internacional, señala la compañía. La Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (Uncitral), al igual que el Ciadi del Banco Mundial, está reconocido como un foro adecuado de resolución de diferencias en el Acuerdo Bilateral de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones entre Colombia y España.

Deuda de casi 1.300 millones

Por su parte, Colombia cifra entre 1.200 y 1.300 millones de euros la deuda total de Electricaribe, incluyendo el pasivo correspondiente a entidades financieras y proveedores, según indicaron fuentes diplomáticas colombianas. Esta cifra es superior a la facilitada al anunciarse la liquidación de Electricaribe, por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios del país, que cifraba el pasivo total de la compañía en 2,4 billones de pesos colombianos (unos 750 millones de euros), de los que 1,8 billones (565 millones de euros) correspondían a entidades financieras.

Estas mismas fuentes diplomáticas calificaron a Electricaribe como «uno de los grandes problemas de Colombia», especialmente debido a que se trata de un «problema público» al afectar al suministro energético de 10 millones de personas, aproximadamente el 25% de la población. Además, estimaron que la cifra de impagos de los llamados organismos semioficiales del país, las Administraciones locales de las regiones, asciende a unos 50 millones de euros y es producto de muchos años de impago. «Es una cifra importante, pero lejos de ser la causa de la situación», señalaron.

Por otra parte, estas mismas fuentes diplomáticas consideraron «injustas» las críticas recibidas contra el país respecto a la seguridad jurídica por este conflicto con Gas Natural Fenosa. A este respecto, señalaron que se ha explicado a las empresas españolas con presencia en Colombia que la seguridad jurídica está garantizada y afirmaron que éste es «un caso específico». «Ninguna ha manifestado ningún temor y todas las empresas han expresado que se sienten muy cómodas en Colombia«, añadieron. Además, en el caso particular del presidente de Repsol, Antonio Brufau, que consideró que la decisión de Colombia de liquidar y vender Electricaribe se trataba de un ejemplo de «falta de seguridad jurídica-económica», indicaron que las autoridades colombianas en España le explicarán la intervención.

Las mismas fuentes subrayaron que la decisión de liquidar Electricaribe radica en la falta de condiciones para prestar el servicio con la calidad y continuidad que requieren los consumidores debido a la ausencia de inversión para acometer las mejoras de la red, algo «que viene de muchos años», precisaron, aunque reconocieron que existe una cultura del no pago en la región afectada. A este respecto, recordaron que Gas Natural Fenosa opera como distribuidora de gas natural en Bogotá y en otras zonas del país y que no existe este problema. «La seguridad jurídica de como operar una compañía en el país es la misma», indicaron.

Mejor llamen a un abogado del Estado

El pasado domingo el diario El País, publicaba un artículo de su equipo de investigación en el que se recogía cómo un número importante de Abogados del Estado estaban asesorando contra la Administración española en los arbitrajes que se están llevando a cabo por iniciativa de las grandes empresas y fondos de inversión internacionales por el recorte renovable. Se conoce esta información, además, después de los primeros pronunciamientos negativos para el Gobierno en los conflictos internacionales abiertos al considerarse estos tribunales de arbitraje «competentes» para juzgar la cuestión.

Inciso número uno. Los Abogados del Estado son un cuerpo muy importante y profesionalizado de la Administración española. La oposición que da acceso al cuerpo es muy compleja. Son grandes profesionales del Derecho, muy demandados y cotizados,  y su valor aumenta como consecuencia del deterioro en el que se mueve la actuación de los reguladores españoles. Existe un consenso casi generalizado: es un cuerpo de élite, muy profesional, muy bien formado y, técnicamente son los mayores expertos en Derecho Público. Son imbatibles en ese campo.

Por otra parte, en este Gobierno desempeñan un papel muy relevante, dónde la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría es quizás su epígono principal como miembro de este cuerpo. Hay comentaristas políticos que señalan la existencia de la Brigada Aranzadi por el despliegue de este correoso cuerpo de la Administración. En realidad, una de sus misiones es traducir las invectivas del cuerpo político, los ministros y secretarios de Estado, en normas, con todo lo complejo que a veces eso supone por el propio defecto de diseño.

Así, el artículo del pasado domingo podrá tener varias lecturas en este contexto. Podrá servir para que Soria se justifique de la cascada de fracasos en los arbitrajes que se avecina: «si nuestros Abogados del Estado, ésos que conocen bien nuestras cosquillas, trabajan contra nosotros, nos las están encontrando». O bien, también puede ser un mecanismo que le prepara el cuerpo al ministro para que vaya aceptando una realidad que se precipita y que quizá le llegue a Soria, antes de finalizar la legislatura. Algo completamente predecible. Preparen las sales.

De hecho, en su momento, los miembros de este cuerpo en excedencia ya estaban asesorando a empresas y fondos cuando se aprobaron las normativas que proporcionaba jugosas e increíbles retribuciones a estas tecnologías. Agentes que se mostraban incrédulos ante las costumbres de nuevo rico de nuestro país y la forma en que se articuló la promoción de ciertas tecnologías renovables, en especial, la solar fotovoltaica.

Quizá es uno de los pecados de soberbia y de lectura errónea de la realidad de las medidas instrumentadas contra el déficit tarifario. No es lo mismo enfrentarse regulatoriamente con estos operadores que a un grupo de terratenientes de cualquier comunidad autónoma de nuestro país, al margen del debido respeto que también merece la seguridad jurídica de todos los operadores.

Detrás de la contratación de los servicios de estos profesionales, están entidades financieras y empresariales, que se rodean de los mejores en defensa de sus intereses. Ahí no vale la retórica del enfrentamiento beligerante, el modelo Alexis Tsipras, retórica como la que empleó el ministro al abolir las subastas CESUR. Es una obligación para el regulador conocer un mercado y sus agentes, así como el funcionamiento de los mecanismos jurídicos, empresariales, financieros y de mercado.

Una solución más razonable, pero más compleja, hubiera sido haber trasladado a los Presupuestos estas retribuciones desorbitada y, posteriormente, negociado su reducción y aplazamiento en una moratoria renovable. Negociar, gestionar. Pero, en su lugar, el resultado ha sido un enfoque tosco, que va a traer consecuencias que pueden ir desde la resurrección del déficit tarifario por la resolución de los arbitrajes al, como mal añadido, deterioro de la seguridad jurídica de nuestro país para la inversión, los mercados y las empresas, sin que eso no signifique el reconocimiento al desmadre interesado de la retribución y concesión que se produjo y la burbuja fotovoltaica de España.

Ahora no es tiempo de excusas, de justificaciones, de coartadas o de culpabilización hacia el cuerpo de Abogados del Estado, que ha sido comparado con el canterano Morata por su participación en chafarle la semifinal de Champions al Madrid. Lo cierto es que no ha debido sentar nada bien en Industria. Pero, como el spin off de la serie Breaking Bad, Better call Saul con su abogado protagonista, el mensaje está claro con la Administración española: si tienen un problema con la regulación, mejor llamen a un Abogado del Estado.