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La Comisión Europea no impedirá el proyecto de ampliación del gasoducto Nord Stream entre Rusia y Alemania

EFE.- La Comisión Europea decidió no bloquear el proyecto de gasoducto Nord Stream II de la energética rusa Gazprom, ya que no encuentra motivos legales para prohibirlo, y propuso encontrar una «solución política» entre los países de la Unión Europea y Moscú para solventar las preocupaciones de algunos Estados.

Sin embargo, para encontrar una solución política a la situación, la Comisión Europea buscará que los gobiernos de los Estados de la Unión Europea le den un mandato para alcanzar un acuerdo con Rusia que defina el marco legal del Nord Stream II y lo ajuste a las prioridades de Bruselas. «No nos gusta Nord Stream II políticamente. Por eso la construcción de una Unión Energética fuerte es clave para esta Comisión», apuntó el portavoz del Ejecutivo comunitario, Alexander Winterstein.

La Comisión Europea respondió así a la petición de Dinamarca y Suecia, que en enero solicitaron que clarificase si la Unión Europea podía tomar medidas legales contra Nord Stream II por sus preocupaciones políticas. El gasoducto permitiría a Gazprom, la energética estatal rusa, transportar gas natural desde Rusia hasta Alemania sin pasar por Ucrania, a través del Mar Báltico, una región en la que la compañía duplicaría su capacidad de exportación gracias a este proyecto.

La Unión Europea cree que el proyecto, apoyado por Alemania pero rechazado por Polonia y otros países, podría comprometer la seguridad de suministro energético de la Unión, su estrategia de diversificación y el futuro del tránsito ucraniano. La Unión ve con preocupación el abastecimiento a Ucrania, país por el que transita aproximadamente la mitad de todo el gas ruso que llega a Europa, sobre todo después de que Rusia influyese en sus conflictos y se anexase la península de Crimea.

Rusia inaugura un gasoducto para suministrar gas natural a la península de Crimea

EFE.- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, inauguró por videoconferencia un gasoducto que unirá Crimea al sistema de gasoductos del país y que permitirá a los habitantes de la península ocupada recibir gas de manera ininterrumpida. «Esta es otra importante decisión para el desarrollo de Crimea y su futuro», señaló el jefe del Estado, que anunció que entre 2017 y 2018 se construirán dos centrales eléctricas en Crimea que satisfarán todas sus necesidades de este tipo de energía.

Putin agregó que en los próximos cuatro años en Crimea se construirán 70 kilómetros de gasoductos mayores, 2.500 kilómetros de gasoductos menores, rurales, y ocho estaciones compresoras. «Junto con las autoridades regionales y federales, haremos todo lo posible para que el gas llegue cuanto antes a cada consumidor«, subrayó Putin. La longitud del gasoducto puesto en marcha es de 358,7 kilómetros, e incluye el paso de dos tubos a través del lago Tuzla y el estrecho de Kerch, así como una extensión, de 27,3 kilómetros, hasta la ciudad de Simferópol.

El 18 de marzo de 2014, en un ceremonia oficial en el Kremlin, Putin firmó un tratado con los dirigentes independentistas de Crimea y el puerto de Sebastopol, situado en esa península ucraniana, decisión de adherirse a Rusia que fue condenada unánimemente por Occidente y que le valió a Rusia la adopción de sanciones en su contra. Ucrania no renuncia a recuperar Crimea, que considera un territorio ocupado por Rusia.

La Comisión Europea reitera sus dudas sobre la ampliación del gasoducto Nord Stream entre Alemania y Rusia

EFE.- La Comisión Europea reiteró sus dudas sobre el proyecto Nord Stream II, con el que Rusia quiere duplicar la capacidad de su gasoducto con Alemania, al considerar que podría comprometer la seguridad de suministro de la Unión Europea, su estrategia de diversificación y el futuro del tránsito ucraniano.

El Ejecutivo comunitario confirmó haber recibido una carta del presidente del grupo del Partido Popular Europeo en la Eurocámara, Manfred Weber, dirigida al comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, el español Miguel Arias Cañete, en la que insiste en que este proyecto debe respetar las reglas del tercer paquete energético y no debería recibir financiación comunitaria. «Sí, la Comisión Europea ha recibido esa carta y contestaremos a tiempo», se ha limitado a decir sobre la misiva Jakub Adamowicz, portavoz de la Comisión.

El portavoz recordó que la posición del Ejecutivo comunitario ha sido expresada en diversas ocasiones por Cañete y por el vicepresidente de la Comisión Europea para la Unión Energética, Maros Sefcovic, y recordó sus preocupaciones por «el impacto en cuanto a la seguridad de suministro, la estrategia de diversificación de la Unión Europea y también el tránsito ucraniano». Sobre las cuestiones legales, Sefcovic recordó recientemente en el Parlamento Europeo que «si llega a construirse el Nord Stream II, debería cumplir por completo, como cualquier infraestructura comunitaria, con la legislación aplicable en la Unión Europea, incluida en energía y medio ambiente».

Ecologistas en Acción lanza la campaña Desenchúfate de la energía nuclear con motivo del aniversario de Chernóbil

Redacción / Agencias.- Mientras Ucrania ha celebrado un homenaje para recordar el trigésimo aniversario del desastre nuclear de Chernóbil, que contaminó permanentemente áreas del este de Europa y resaltó las debilidades del hermético sistema soviético, Ecologistas en Acción lanzó la campaña Desenchúfate de la energía nuclear con motivo del 30 aniversario del accidente en la central de Chernóbil, en la que se anima a la ciudadanía a prescindir de la aportación nuclear en su consumo eléctrico.

Junto a otras asociaciones, la campaña de Ecologistas en Acción hace hincapié en que para evitar accidentes como los de Chernóbil o Fukushima hay que proceder «al cierre escalonado de las nucleares lo antes posible». En España, la aportación nuclear a la potencia instalada es baja, del 6,8%, pero los ecologistas creen que con la regulación se “beneficia” a los propietarios de las centrales nucleares, lo que hace que la energía nuclear suministre más del 20% de la electricidad consumida.

La propuesta de la campaña es que los usuarios adopten medidas que disminuyan el consumo doméstico, fundamentalmente de ahorro y eficiencia. Entre ellas, la mejora del aislamiento de la vivienda, la instalación de dobles vidrios en las ventanas y la incorporación de iluminación LED, la instalación gradual de electrodomésticos eficientes cuando los antiguos se vayan estropeando. Además, la campaña propone el cambio de la comercializadora de electricidad actual por aquellas que venden energía de origen renovable certificada, aunque lo cierto es que la energía vertida a la red no permite garantizar su origen y que no provenga de centrales nucleares.

Homenaje en aniversario de Chernóbil

En abril de 1986, una prueba fallida en la central nuclear de la entonces Ucrania soviética provocó una fusión que emitió nubes mortales de material atómico a la atmósfera, forzando a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares. Familiares de aquellos que murieron como resultado del peor accidente nuclear del mundo acudieron a la vigilia celebrada en una iglesia de Kiev construida en su memoria. «No pensamos que este accidente cambiaría todas nuestras vidas. Fue una guerra nuclear silenciosa para nosotros», cuenta Liudmila Kamkina, antigua trabajadora de la planta. Otros se reunieron en un homenaje en Slavutich, ciudad a 50 kilómetros de Chernóbil que se estableció para acoger a muchos de los evacuados.

Más de medio millón de personal civil y militar de toda la antigua Unión Soviética fue reunido para participar como «liquidadores» en la limpieza y contención del desastre nuclear, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). 31 trabajadores de la planta y bomberos murieron inmediatamente después del accidente, la mayoría de ellos por una contaminación aguda de radiación. Durante las últimas tres décadas, miles más han muerto por enfermedades relacionas con la radiación, como el cáncer, aunque la cifra total de fallecidos y afectados a largo plazo sigue siendo objeto de un intenso debate.

Nikolai Cherniavskiy, de 65 años, que trabajó en Chernóbil y más tarde fue un liquidador voluntario, recuerda haber subido al tejado de su bloque de apartamentos cerca de la localidad de Prípiat para ver la planta después del accidente. «Mi hijo dijo ‘papá, papá, quiero mirar también’. Él tiene que llevar gafas ahora y siento que es mi culpa por dejarlo mirar»,  relata el liquidador.

Expertos de la Complutense comparan las causas de Chernóbil y Fukushima pero defienden que la energía nuclear es «imprescindible»

Europa Press.- En abril de 1986 se produjo el accidente nuclear «más grave de la historia», en el reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil (Ucrania), cerca de Kiev, y 25 años después, la segunda «catástrofe más importante de este tipo» en Fukushima (Japón) y, según dos expertos de la Universidad Complutense de Madrid, «en el fondo, lo que causó los dos accidentes fue lo mismo», pero, aunque no está completamente exenta de riesgos, defienden que la energía nuclear es aún «imprescindible».

Aseguran que el origen estuvo en las «complicaciones derivadas» de un corte de suministro eléctrico al reactor y, aunque las causas y la duración del corte fueron «completamente distintas, al final ambas condujeron a la fusión del núcleo del reactor». En un artículo firmado por los investigadores del Grupo de Física Nuclear de la Universidad Complutense de Madrid, José María Gómez y José Manuel Udías, subrayan que es «imprescindible» el suministro externo en un reactor nuclear. Sin embargo, pese a estos accidentes, apuestan por «huir de miedos irracionales» porque no se puede permitir «el lujo» de prescindir de este tipo de energía sin un debate «serio» porque en la actualidad las plantas son más seguras.

En Fukushima, el mayor terremoto registrado nunca en Japón y el cuarto más violento del mundo desde 1900, provocó la destrucción de las líneas eléctricas de la zona por lo que la planta se quedó sin alimentación eléctrica externa y los reactores se apagaron automáticamente, según el protocolo de seguridad frente a terremotos. Los generadores diésel de emergencia mantuvieron el sistema de refrigeración en marcha hasta que, una hora después del seísmo, llegó la ola de 15 metros provocada por el tsunami subsiguiente al terremoto.

Según estos investigadores, por los fallos de diseño, las zonas críticas del complejo quedaron inundadas y se perdió el control del reactor «por completo». A continuación, los generadores diésel dejaron de funcionar y la falta de refrigeración provocó la fusión parcial del núcleo de 3 de los 4 reactores, explosiones de hidrógeno y escape de radiactividad. El accidente fue clasificado de «máxima gravedad, con el nivel 7 en la Escala Internacional de accidentes Nucleares (INES).

También con un nivel 7 se clasificó el accidente de la central nuclear de Chernóbil, pero según estos expertos, las consecuencias «fueron mucho más devastadoras que las de Fukushima, porque el diseño del reactor fue diferente. El inicio del accidente no fue provocado por un desastre natural sino por «fallos humanos de extrema gravedad», entre los que destacan las deficiencias muy serias en el diseño de Chernóbil. Según estos expertos, «con los estándares europeos o americanos nunca se habría autorizado».

También recuerdan que los ingenieros de la planta ucraniana sabían que en caso de interrupción del suministro eléctrico, los generadores diésel necesitarían casi un minuto para alcanzar el pleno rendimiento tras su encendido. Desde el inicio de su actividad se preguntaban si en caso de falta de suministro eléctrico o avería, la inercia mecánica de las turbinas sería suficiente para mantener el agua de refrigeración circulando durante ese minuto. Fue durante las pruebas para comprobarlo, el 25 de abril de 1986, cuando se iba a realizar el experimento en el turno de día, pero finalmente no fue hasta por la noche cuando pudo iniciarse la prueba; los trabajadores del turno de noche no habían sido instruidos con el mismo detalle.

Esto llevó a que «nadie» en aquel momento se percató de que se había producido un envenenamiento por xenón del reactor. El xenón es un producto de fisión que se acumula, absorbe los neutrones y disminuye el ritmo de fisión en el reactor. De este modo, la potencia bajó «mucho más» de lo previsto, hasta niveles insuficientes para realizar la prueba y el reactor se volvió «extremadamente inestable» y los mecanismos habituales de control y seguridad eran «apenas efectivos». «Es más difícil controlar una bicicleta cuando vamos demasiado despacio», comentan los expertos de la UCM.

«No solo no lograron estabilizar el reactor, sino que las medidas tomadas para estabilizarlo probablemente empeoraron la situación», comentan. «En brevísimos» instantes se produjo un aumento súbito de potencia que hizo que se evaporase todo el agua de refrigeración; la presión en la vasija del núcleo se elevó «desmesuradamente» y se produjo una primera explosión de vapor que produjo grietas y grandes daños. Tres segundos después, una segunda explosión provocó una entrada de aire y el grafito se incendió. «La catástrofe era ya de enorme magnitud y totalmente incontrolable», recuerdan.

Sin embargo, añaden que aunque el primer informe de la OIEA atribuyó prácticamente toda la responsabilidad a errores humanos, un estudio más reciente, basado en simulaciones concluye que, aunque los ingenieros cometieron errores durante el ensayo deshabilitando algunos sistemas de protección, el accidente se habría producido «muy probablemente» sin estas intervenciones, debido al diseño «intrínsecamente inseguro» que lo hacía «muy inestable» a baja potencia. Fukushima alertó sobre el riesgo de subestimar la probabilidad de desastres nucleares cuando los factores económicos presionan a favor de autorizar el emplazamiento de una central.

«Si bien Fukushima y Chernóbil han servido para mejorar la seguridad en los diseños de las nuevas centrales nucleares y para reforzar las salvaguardas en las centrales existentes, el miedo a lo nuclear entre la población aumentó, frenando en seco los planes de expansión nuclear de muchos países occidentales. Gómez y Udías subrayan que los combustibles fósiles se agotarán y son la principal causa de calentamiento global mientras las energías renovables son mucho más atractivas, pero son insuficientes y lo seguirán siendo durante bastante tiempo.

Por ello, abogan por la energía nuclear como una alternativa «realista» para la producción estable de electricidad, ya que funciona las 24 horas y no depende de los vientos. En concreto, recuerdan que no produce emisión de gases de efecto invernadero y puede constituir una «gran herramienta en la lucha contra el cambio climático». «No podemos permitirnos el lujo de cerrarnos a la opción nuclear sin antes un serio debate y estudio. Las centrales nucleares son hoy más seguras que antes de Chernóbil y representan una de la formas más seguras de producir electricidad a gran escala; debemos huir de miedos irracionales y comparar seriamente los riesgos de las diferentes fuentes de energía», han defendido.

Una víctima de Chernóbil invitada por Greenpeace intentará convencer a los políticos españoles de los «riesgos» de la energía nuclear

Redacción / Agencias.- Mientras San Sebastián acogerá esta semana el cierre de la Semana de Acción Europea Por un futuro sin Chernóbil ni Fukushima con un programa de actividades dedicado a profundizar en la sensibilización sobre esos desastres nucleares y sus efectos, una maestra ucrania de 43 años y víctima del accidente nuclear de Chernóbil llegará a España invitada por Greenpeace con el objetivo de mantener reuniones con los principales partidos políticos españoles y «alertar de los riesgos que entraña la energía nuclear».

Se trata de Svitlana, una profesora ucrania que el 26 de abril de 1986, cuando se produjo la catástrofe nuclear de Chernóbil, residía en la aldea de Orane, a unos pocos kilómetros de Chernóbil. Esta víctima de la radiación se reunirá a lo largo de esta semana con representantes políticos del Parlamento catalán, de la Cámara vasca y del Congreso de los Diputados, ya que fuentes de la ONG explicaron que el objetivo es que se vea con todos los grupos parlamentarios de estas cámaras.

Tanto Svitlana como muchas otras personas de Ucrania, Rusia y Bielorrusia sufren aún, 30 años después, los efectos de la fuga radiactiva y «son el verdadero rostro de una fuente de energía incontrolable e innecesaria», según la organización ecologista Greenpeace. En 2006, 20 años después, esta ONG cifró en 200.000 las víctimas mortales y previó otras 93.000 por casos de cáncer asociados a la radiación. Greenpeace recuerda que el accidente nuclear de Chernóbil es el «más grave sucedido hasta la fecha» y que las consecuencias no sólo se dieron en el momento en el que se produjo el accidente, sino actualmente, ya que buena parte de la población de la zona arrastra problemas de salud y psicológicos asociados al accidente.

San Sebastián, Chernóbil y Fukushima

Según la asociación Bikarte, que promueve el acogimiento temporal de niños rusos y bielorrusos en familias vascas, se trata de poner el colofón a una iniciativa anual apoyada por el Parlamento de la Unión Europea. El programa organizado en San Sebastián incluirá una exposición fotográfica, conferencias y otras iniciativas. Un concierto solidario en la basílica de Santa María a cargo del Orfeón Donostiarra pondrá este sábado el punto final a la Semana de Acción Europea.

Entre las ponencias, que se desarrollarán entre el jueves y viernes en el auditorio del Aquarium y la Facultad de Derecho de la UPV/EHU, destacan las que impartirán Alexander Shimasky, militar que trabajó como testigo o «liquidador» tras el accidente de la central de Chernóbil, y Alexei Nesterenko, director del instituto Belrad de Bielorrusia, entidad dedicada a la medición de radicación en el cuerpo humano.

Miles de trabajadores van diariamente a la central de Chernóbil en los trabajos de desmantelamiento 30 años después del accidente

EFE.- 30 años después del más grave accidente nuclear de la historia, miles de trabajadores siguen acudiendo cada día a la central de Chernóbil (Ucrania), el epicentro de la catástrofe que obligó a evacuar a cientos de miles de personas y contaminó amplias zonas de Europa.

«Hay unos 1.500 trabajadores en la plantilla, que se ocupan del programa de desmantelamiento de la planta, y además otros 1.000 o 2.000 contratados por el consorcio internacional que construye el nuevo sarcófago para el reactor 4″, explica Anton Pobor, del departamento de cooperación internacional de la central. Situada 120 kilómetros al norte de Kiev y junto a la frontera con Bielorrusia, Chernóbil desprende una aparente normalidad, con empleados pasando por los tornos de acceso o noticias sindicales en los muros, pero el dosímetro de radiación que todos llevan colgado del cuello nos devuelve a la realidad. También algunos anuncios sobre colectas con las que costear los tratamientos médicos que requieren muchos de sus antiguos empleados afectados por la radiación.

La falsa normalidad también se siente a la salida de la central, ya que todo trabajador o visitante debe pasar por un medidor de radiación que indica si se está «limpio» o «contaminado«. Pobor sale a recibirnos vestido con bata y cofia blancos, el «uniforme» obligatorio para todo trabajador o visitante, y nos hace firmar por escrito que no vamos a tocar ningún botón. Aquí se trabaja en el desmantelamiento definitivo de los reactores 1, 2 y 3, que siguieron funcionando tras la catástrofe del 26 de abril de 1986 y fueron parados hasta dejar de operar en el 2000.

«En 2015 comenzó la segunda fase del programa, para la parada total de la planta y la conservación de las unidades. Se trata de garantizar el almacenamiento seguro del combustible nuclear y todo el material radiactivo que contienen los reactores», explica Pobor. Por los pasillos de más de 600 metros de largo que recorren la planta se mueven silenciosas figuras de blanco inmersas en sus tareas cotidianas, sea en las salas de control, de ordenadores o en las turbinas. En la sala de control del reactor número 2, varios ingenieros trabajan en una maraña de botones, palancas y paneles, beben té o incluso fuman distendidamente.

Al fondo de uno de esos largos corredores hay una pequeña puerta: «por ahí se entra al bloque número 4», nos muestra Antón, pero pasamos de largo. A varios cientos de metros del edificio principal, una gigantesca cantera acoge la construcción del segundo sarcófago, el gran arco de acero, plomo y otras materias que deberá garantizar que el fatídico reactor 4 no emita radiación en al menos un siglo. El nuevo sarcófago está llamado a sustituir a la primera cubierta, un gigantesco cubo de hormigón que fue terminado unos siete meses después de la catástrofe.

«El primer sarcófago está acabando su vida útil, que era de 30 años, por eso es tan urgente construir una nueva protección», señala Yulia Marusich, especialista del departamento internacional de Chernóbil. Cientos de obreros y especialistas circulan por la zona de construcción del sarcófago. «Toda el área fue descontaminada exhaustivamente antes de comenzar, para evitar riesgos al personal. A pesar de todo, la radiación ahí es unas 20 veces superior a la de Kiev», afirma Yulia. A finales de 2017 comenzará a operar este segundo sarcófago, y en 2023 se espera completar la destrucción de la vieja estructura, la tarea más delicada de todo el proyecto ya que implica trabajar en el interior del reactor.

Miles de «liquidadores» de Chernóbil piden en Ucrania ayudas al Gobierno

EFE.– Unos 6.000 miembros de organizaciones ucranianas de «liquidadores», aquellos que participaron en los trabajos para hacer frente al accidente de la central nuclear de Chernóbil, se manifestaron por el centro de Kiev para exigir al Gobierno más ayudas y reconocimiento. «Los liquidadores se extinguen como velas», señalaba una de las pancartas, en alusión a los cientos de miles de personas que colaboraron de alguna manera en las tareas ligadas a la catástrofe atómica del 26 de abril de 1986.

«Nosotros salvamos al mundo. Salvamos vidas. Vosotros vivís felices, nosotros estamos enfermos y muriendo, queremos vivir como vosotros», podía leerse en otro cartel portado por los manifestantes, que marcharon hacia el edificio del Consejo de Ministros. Guennadi Alexandrovich, uno de los asistentes, afirmó: «Nos hemos reunido para atraer la atención del Gobierno, de nuestra sociedad y del mundo entero sobre el problema de los liquidadores».

«Hay leyes en Ucrania que protegen los derechos de los liquidadores, pero primero no se cumplen, y además queremos que cambien», señaló otro manifestante, Gleb Malutin, representante de una de las organizaciones convocantes. Explicó que, según la ley, la pensión del liquidador se calcula de acuerdo al salario que recibía en el momento del accidente. Por ello, «si la persona era trabajador de la central nuclear recibe una buena pensión, pero si era uno de los soldados que fueron enviados a luchar contra la radiación recibe una cantidad de miseria. Eso no es justo», subrayó.

Vladímir Gúdov, que fue uno de los vicejefes del batallón especial que se envió a Chernóbil para frenar la propagación de la radiación, señaló que la situación de los liquidadores empeoró tras la desintegración de la URSS en 1991. «En los tiempos soviéticos la sanidad era gratuita, teníamos protección social. Después se hizo de pago y no podemos hacer frente a los tratamientos», señaló. «Lo que hicimos salvó al mundo, evitamos que se repitiera una explosión que habría sido más letal que la primera, que habría destruido ciudades como Kiev y Minsk y hecho de Europa un continente inhabitable», asegura.

Gazprom interrumpe el suministro de gas a Ucrania hasta que no realice nuevos pagos mientras Bruselas descarta problemas por ahora

Europa Press / EFE.- La Comisión Europea ha asegurado que no está «particularmente» preocupada por el suministro de gas desde Rusia hasta Ucrania, después de que el monopolio gasista Gazprom decidiera interrumpir el flujo hasta que la estatal ucraniana Naftogaz no realice nuevos pagos.

De este modo,Gazprom aseguró que Ucrania ya ha recibido todo el gas por el que había realizado los pagos por adelantado. «Los suministros se detienen hasta que la compañía ucraniana no realice nuevos pagos», declaró el presidente de Gazprom, Alexei Miller. En este sentido, el máximo ejecutivo de Gazprom advirtió de que la renuncia de Ucrania a seguir comprando gas ruso representa una seria amenaza para un tránsito seguro de los suministros hacia Europa.

Por su parte, la portavoz comunitaria Anna-Kaisa Itkonen indicó que desde la Comisión Europea «no estamos particularmente preocupados por el suministro de gas de Rusia a Ucrania por el momento» y subrayaba que el suministro hacia la Unión Europea «es normal«. La portavoz comunitaria ha recordado que el papel de la Comisión Europea en el acuerdo de suministro de gas cerrado en septiembre entre ambas partes es asegurarse de que está siendo implementado correctamente. En este sentido, ha asegurado que el protocolo se está cumpliendo en el sentido de que cualquier entrega de gas a Ucrania requiere un pago anticipado.

 Itkonen señaló que las reservas ucranianas se encuentran en un nivel de 16.500 millones de metros cúbicos (16,5 bcm), «aproximadamente el mismo que el año pasado en este periodo». «Ucrania usa en la actualidad su propia producción y las condiciones meteorológicas en noviembre han sido más bien suaves, lo que ha conducido a un consumo por debajo de la media», continuó. Itkonen no pudo aclarar por qué Ucrania no está comprando gas en este momento a Rusia. «No asumamos ningún problema todavía. Por el momento la Comisión Europea no está particularmente preocupada por los flujos de gas, y las partes están implementando el protocolo según el cual cualquier entrega de gas requiere pago previo», recalcó.

Gazprom reanuda los suministros de gas a Ucrania

EFE.- Gazprom reanudó hoy los suministros de gas natural a Ucrania, tras recibir un pago por adelantado de 234 millones de dólares, anunció el presidente del consorcio gasístico ruso, Alexéi Miller. «Ucrania ha solicitado 114 millones de metros cúbicos diarios, el máximo nivel de suministro», dijo Miller en declaraciones a medios locales.

Ucrania no compraba gas a Rusia desde junio pasado debido a su disconformidad por la tarifa Gazprom, que para el cuarto trimestre el consorcio ruso ha fijado, con descuento incluido, en 230 dólares por mil metros cúbicos.

El pasado 25 de septiembre la Unión Europea (UE), Ucrania y Rusia firmaron un acuerdo temporal dirigido a asegurar el suministro de gas ruso sin cortes durante el invierno. El acuerdo, que regirá hasta finales de marzo de 2016 , incluye el compromiso de Kiev de comprar en octubre 2.000 millones de metros cúbicos de gas de Gazprom por alrededor de 500 millones de dólares.

El vicepresidente de la Comisión Europea para la Unión Energética, Maros Sefcovic, aseguró tras la firma del respectivo protocolo que la UE seguirá haciendo esfuerzos para movilizar la financiación necesaria para las compras de gas durante el invierno desde las instituciones europeas e internacionales.