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El Gobierno incorpora a la normativa española el reglamento de la directiva de Euratom sobre seguridad nuclear en instalaciones nucleares

Europa Press.- El Consejo de Ministros ha aprobado un reglamento sobre seguridad nuclear en las instalaciones nucleares con el que se traspone al ordenamiento jurídico español la Directiva 2014/87/Euratom que establece que el objetivo debe ser la prevención de accidentes en todas las etapas del ciclo de vida de una instalación nuclear.

En la actualidad la normativa española ya tenía incorporada en gran medida los requisitos que exige esta Directiva pero no contaba con una norma de carácter reglamentario sobre la seguridad nuclear en instalaciones nucleares. El cambio es que la responsabilidad primordial en materia de seguridad nuclear recae sobre el titular de la autorización e incluye el control de las actividades de los contratistas y subcontratistas que puedan afectar a la seguridad de las instalaciones nucleares.

Las nuevas exigencias pretenden garantizar un alto nivel de seguridad nuclear para proteger a los trabajadores y al público contra los riesgos que resultan de las radiaciones ionizantes procedentes de centrales y reactores nucleares o instalaciones de almacenamiento temporal de combustible nuclear gastado o residuos radioactivos de alta actividad. En concreto, a partir de ahora los requisitos generales en el emplazamiento, diseño, construcción, puesta en marcha, explotación y desmantelamiento de las mismas deben ir dirigidos a la prevención de los accidentes y atenuar sus consecuencias.

Asimismo, se deberá evitar que las emisiones radioactivas que requieran medidas de emergencia fuera del emplazamiento y las grandes emisiones radiactivas que requieran medidas de protección a la población. Se trata de objetivos trasversales que inciden en todas las etapas de vida de una instalación nuclear: desde la concepción y diseño del proyecto, la construcción, la puesta en marcha, la implantación de sistemas de gestión, la explotación y el desmantelamiento.

Una transición energética con 6 nuevos reactores nucleares, motivo de la crisis de Gobierno en Francia

EFE.- Francia tendría que dotarse de 6 nuevos reactores nucleares de tipo EPR, como el que se construye en Normandía, para que su sector atómico mantenga su competitividad y siga siendo puntero, según los autores de un informe encargado por el Gobierno. El contenido del documento se filtró después de que estallara una crisis política por la dimisión del ministro de la Transición Ecológica, Nicolas Hulot, desencantado por su incapacidad para hacer valer sus posiciones para reducir el peso de la energía nuclear en Francia.

El primero tendría que empezar a levantarse en 2025 para una entrada en servicio en 2035, el segundo dos años después y los siguientes a continuación con el mismo ritmo, según las conclusiones de Yannick d’Escatha y Laurent Collet-Billon. D’Escatha, antiguo administrador general del Comisariado de la Energía Atómica (CEA) y Collet-Billon, que fue hasta 2017 delegado general del armamento, insisten en que no se pueden dejar de construir centrales atómicas para conservar las competencias industriales, dar perspectivas a los trabajadores y garantizar su relevo.

En este sentido, Hulot y el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, fueron los que encargaron el informe para abordar la cuestión del «mantenimiento de las capacidades industriales del sector nuclear con vistas a potenciales nuevas construcciones de reactores«. Alrededor del 75% de la electricidad generada en Francia procede de los 58 reactores nucleares que hay en 19 centrales repartidas por el país.

La eléctrica estatal EDF está construyendo uno nuevo, de tecnología EPR en Flamanville, que acumula numerosos retrasos y cuyo costo se evalúa ahora en 10.900 millones de euros, una cifra que triplica la contemplada en un principio. Le Maire señaló que antes de plantearse la construcción de nuevos reactores atómicos, primero hay que esperar a que el de Flamanville esté acabado. Además, aunque afirmó que la nuclear es una energía «competitiva» que no emite gases invernadero y da trabajo a «cientos de miles de asalariados«, insistió en que la decisión corresponde al presidente de la República y al primer ministro.

Japón comienza a desmantelar la central nuclear de Monju, su único reactor rápido, por su elevado coste y escasa fiabilidad

EFE.- Japón comenzó a retirar las barras de combustible nuclear de la central de Monju, donde se sitúa el único reactor rápido nipón, en el que supone el primer paso clave de su desmantelamiento, según explicó la propietaria de la planta.

La retirada del combustible atómico es el primer paso clave del desmantelamiento de una central que permanece inoperativa desde 2010 y que se ha visto afectada por sucesivos accidentes, un proceso que se prolongará unas tres décadas y que no está exento de complejidad. Los equipos de trabajo comenzaron a trasladar el combustible desde un contenedor de almacenamiento cerca del reactor a una piscina de almacenamiento separada, una labor que «se espera que se complete en el año 2022«, según explicó la entidad que gestiona la planta, la Agencia de Energía Atómica de Japón (JAEA).

La JAEA espera que los 550 empleados que trabajan en esta labor retiren hasta finales de año unas 100 barras, lo que supone en torno al 19% de las 530 barras situadas en el interior y exterior del reactor. El combustible nuclear del reactor de Monju se enfría mediante un tipo de sodio que prende al entrar en contacto con el agua o la humedad del aire, y sus barras de combustible no se colocan de la misma forma que en los reactores convencionales. La JAEA aseguró que el desmantelamiento se está realizando «con la seguridad como prioridad» y se han tomado las medidas pertinentes.

Japón había depositado grandes esperanzas en su reactor rápido enfriado por sodio, perteneciente a los reactores de IV generación, un conjunto de diseños en fase investigación, ya que este modelo produce más plutonio del que consume, una solución potencial a la escasez de recursos energéticos del país asiático. La Agencia de Energía Atómica de Japón acordó desmantelar el reactor en 2016 por el elevado coste que requería su mantenimiento. El reactor de Monju (que estaba inactivo) ha sido, además, escenario de varios accidentes desde que comenzó a operar en 1995.

Italia comienza las pruebas del experimento SPIDER con el reactor nuclear de ITER

EFE. – Italia acoge un experimento con el que se empezará a estudiar cómo hacer funcionar el reactor nuclear de ITER, una apuesta internacional por la fusión, la energía de las estrellas, para acabar con el combustible fósil en el futuro.

El experimento SPIDER fue inaugurado en la Instalación de Pruebas de Rayos Neutros de Padua, del Consorcio RFX, y consiste en un rayo que ayudará a los técnicos a desarrollar la fuente de iones que calentará el Reactor Termonuclear Experimental Internacional (ITER) que se construye en Cadarache, en la Provenza francesa.

ITER será la mayor instalación experimental del mundo dedicada a la fusión nuclear y tiene por objetivo demostrar la viabilidad científica y tecnológica de dicha técnica, con fondos de la Unión Europea, China, Japón, India, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos.

Para que produzca energía fusionando átomos de hidrógeno debe contar primero con una serie de potentes dispositivos que calienten su plasma, su combustible, hasta los 150 millones de grados centígrados y, para eso, SPIDER es un importante primer paso. El experimento es el más poderoso rayo de iones negativos del mundo y servirá para investigar la producción de iones negativos de hidrógeno y de su isótopo deuterio que en un futuro calentarán el núcleo de ITER hasta hacerlo funcionar.

Inauguró el experimento, junto a otras autoridades, el director general de ITER, Bernard Bigot, quien celebró que aunque «aún hay muchos retos para producir esta energía en la tierra de una forma sostenible y económica», cada día se está «más cerca». Uno de «los grandes retos» del proyecto será crear la «increíble» temperatura que se requiere, «diez veces más caliente que el núcleo del sol», explicó. Y «SPIDER es una bella criatura que ayudará a desarrollar esta nueva tecnología y proporcionar el extraordinario potencial que se necesita, el modo de generar y mantener esta temperatura», indicó Bigot, que aplaudió este «ejemplo» de colaboración internacional.

La importancia de este proyecto en Italia y de su «hermana mayor» MITICA, recae en que son los primeros prototipos a escala real y son «etapas esenciales para el desarrollo de los inyectores del haz de átomos neutros» finales en la instalación internacional en Francia. MITICA, por su parte, tendrá como tarea «producir un haz de átomos neutros con todas las características requeridas para ITER, incluyendo una aceleración de los iones bajo un millón de voltios y plena potencia durante una hora».

Otro de los protagonistas, Tullio Bonicelli, responsable de «Fusion for Energy», avanzó que ITER ayudará a «valorar el potencial de la energía de fusión» como una «opción creíble», una forma de generar energía de una forma segura, limpia, pues no emite dióxido de carbono, abundante y sin residuos «a largo plazo».

Pero, de prosperar, también «reduciría la dependencia energética de muchos países» con un gran impacto estratégico en un mundo, el actual, en el que el petróleo y su control suele ser la manzana de la discordia de la política internacional.

La comunidad internacional persigue desde hace décadas este método de obtención de energía para tratar de evitar una posible crisis energética a mitad de este siglo, con la decadencia de las fuentes convencionales y el previsible aumento del consumo mundial.

La SNE espera que se despejen las «incógnitas políticas» alrededor del ATC y lamenta la fiscalidad sobre las plantas catalanas

Europa Press.- El presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), José Antonio Gago, confía en que las incógnitas políticas sobre los permisos de las administraciones «se despejen» y que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emita finalmente la autorizaciones necesarias para la construcción del almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad en Villar de Cañas (Cuenca), porque la instalación «siempre va a ser necesaria».

Así, ha insistido en que el ATC facilitará en su momento el desmantelamiento del parque nuclear español pero, según admite, se trata de una política de Estado y de una decisión del Gobierno central. «El ATC siempre va a ser necesario porque cumple la función de desacoplar el futuro desmantelamiento de las centrales de lo que es la gestión definitiva del combustible gastado de la misma, que irá a un almacenamiento geológico profundo«, ha manifestado Gago, que ha defendido que concentrar los residuos nucleares «a la larga abaratará su gestión».

Por otro lado, el representante de la SNE ha reflexionado sobre la situación de las centrales nucleares situadas en Cataluña. Al respecto, ha señalado que desde hace un año en Cataluña se reinstauró un impuesto que ya había sido considerado como doble imposición por el Tribunal Constitucional «en la primera intentona»; y ha añadido que desde el 1 de abril las plantas catalanas soporta «un nuevo impuesto» al combustible. Además, ha añadido que la ley de cambio climático aprobada por el parlamento catalán en agosto de 2017 establece el fin de la producción eléctrica nuclear en 2027. Si bien, matizó que esta ley fue recurrida por el Gobierno y anulada posteriormente por el Tribunal Constitucional.

Por otro lado, en el contexto de sequía que ha afectado al conjunto de España durante el 2017 y 2018, el presidente de la SNE asegura que la escasez hídrica «demuestra la importancia» de la nuclear en situaciones climatológicas adversas, como cuando hay sequía y no sopla el viento, como el año pasado cuando se incrementó el uso de las centrales de ciclo combinado y de carbón, lo que aumenta a su vez las emisiones de gases de efecto invernadero.

El año pasado, según ha recordado, la producción hidroeléctrica obtuvo su peor resultado de los últimos 30 años, con una caída del 49% entre 2016 y 2017. «Tendríamos que remontarnos a 1989 para encontrar un dato con menor energía hidráulica en la serie histórica, frente a una producción nuclear estable», ha precisado. En este sentido, Gago lamenta que cuando la nuclear funciona bien «nadie lo reconoce» ni «es noticia», pero en las ocasiones en que «pasa lo más mínimo sí lo es». Entre otras cosas, achaca este hecho a que las nucleares tienen obligación de comunicar «todo», cosa que no ocurre con una central de gas o carbón, ha insistido.

Respecto a Fukushima, ha asegurado que la situación en la zona tardará «muchos años» en volver a la normalidad, no solo por el accidente nuclear sino por lo que supuso el tsunam. Como lado positivo, ha subrayado las importantes «lecciones» que ha dejado. Entre las repercusiones para España expuso que, tras una inversión de unos 35 a 40 millones de euros por reactor, se han completado la mayor parte de las acciones comprometidas tras las pruebas de resistencia y ahora el parque atómico español está «infinitamente» mejor preparado, el personal más capacitado y las centrales más preparadas para afrontar accidentes que van «mucho más allá» de su base de diseño.

Por último, el presidente de la SNE ha opinado sobre la «intención apuntada» por el actual Ministerio de Energía de trasladar la responsabilidad de desmantelar las centrales nucleares a los titulares de las mismas en vez de a Enresa. En ese sentido, recordó que Enresa se constituyó en 1985 para la gestión del combustible radiactivo y el gastado de todas las centrales y para el desmantelamiento de las mismas, con un fondo que se nutriría de la financiación de las centrales nucleares. Antes, este fondo se nutría con la tarifa y desde hace años, por una tasa cargada al kilowatio/hora de generación nuclear, es decir que lo soportan las centrales en explotación para el desmantelamiento.

De este modo, observa que la propuesta del Gobierno pasaría por que Enresa transfiriera lo acumulado a los titulares para que acometan este desmantelamiento. «Hay que conocer el esquema en su conjunto», admite Gago quien asegura que, en todo caso tanto si es Enresa quien desmantela como si son los titulares «las reglas son las mismas para unos que para otros y todas las actuaciones de desmantelamiento serían supervisadas por el CSN«, como lo está haciendo con las plantas de José Cabrera y de Garoña.

Esta alternativa «no necesariamente» sería más barata que el sistema actualmente vigente, aunque admite que sí podría haber «algo de eficiencia». En todo caso, ha subrayado el conocimiento y la experiencia de años de Enresa, aplicado primero con Vandellós I y después en José Cabrera y, posiblemente, en Santa María de Garoña. «Es muy prematuro concluir que el desmantelamiento por los titulares va a ser más barato que si lo hace Enresa, pero las reglas serán siempre las mismas para todos», ha concluido Gago que ha elogiado la capacidad y experiencia de Enresa, de la que «tendrían que empaparse» los titulares en caso de que se produjera ese cambio regulador.

Un fallo en el primer reactor nuclear EPR de la francesa EDF puede retrasar su puesta en funcionamiento en Flamanville

EFE.- La compañía pública eléctrica francesa EDF, propietaria de la central nuclear de Flamanville, anunció que ha detectado fallos en las soldaduras de las tuberías del circuito secundario del primer reactor EPR francés, lo que puede retrasar su apertura, prevista a finales de año. EDF reconoció que hay «diferencias de calidad» en esas soldaduras, detectadas en la revisión previa a que se cargue de combustible el reactor, lo que llevará a practicar «controles adicionales» que acabarán antes de finales de mayo.

En ese momento, presentará los resultados a la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN), encargada de la supervisión de las centrales en Francia. Al término de ese proceso, EDF podrá determinar si la puesta en marcha de la central se retrasa y si este nuevo contratiempo conlleva costes adicionales. La eléctrica tenía previsto lanzar Flamanville a finales de año y su coste actual está evaluado en 10.500 millones de euros. Un retraso puede traducirse también en la prolongación del funcionamiento de la central de Fessenheim, la más antigua del país, cuyo cierre ligó EDF a la apertura de su reactor EPR.

Areva pagará 450 millones de euros a la eléctrica finlandesa TVO por retrasarse en la construcción de un reactor nuclear

EFE. – El grupo estatal francés Areva ha llegado a un acuerdo para cerrar el contencioso con la eléctrica finlandesa TVO para la construcción de un reactor nuclear que ha acumulado sucesivos retrasos, compromiso que le llevará a pagar 450 millones de euros.

Según la compañía, ese dinero se abonará «en compensación por su responsabilidad en los retrasos sufridos por TVO en la realización del proyecto» y «garantiza igualmente que se ponen a disposición recursos humanos y financieros necesarios para la conclusión» del complejo atómico.

Así, el director general de Areva, Philippe Soulié, afirmó que «en menos de 18 meses» el reactor de Olkiluoto 3 (OL3) aportará 1.650 megavatios a la red eléctrica finlandesa «con las más elevadas normas de seguridad nuclear y con cero emisiones de dióxido de carbono». Además, aseguró que la central se ha proyectado pata que tenga una vida operativa de «60 años».

En esa misma línea, Philippe Varin, presidente del consejo de la compañía quiso destacar  que este acuerdo definitivo supone una etapa «esencial» en la reestructuración del sector nuclear francés y mostró su satisfacción porque así se reducen «muy sensiblemente los riesgos de la fase final del proyecto para todas las partes implicadas». De una misma forma se expresó el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, cuando se felicitó en otro comunicado sobre el acuerdo global, ya que según el ministro «conforta» la reestructuración de ese sector de la energía nuclear.

Por todo ello además destacar que la transacción entre Areva y TVO debe estar terminada a finales de mes, una vez que se cumplan las últimas condiciones.

La central nuclear de Fukushima asegura que ha frenado la acumulación de agua radiactiva y pretende retirar el combustible fundido

EFE.- La operadora de la central de Fukushima asegura que ha logrado contener la acumulación de agua contaminada en la planta y señaló que la retirada del combustible fundido de los reactores es el mayor desafío a corto y medio plazo.

La propietaria de la planta accidentada, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), y el Ejecutivo nipón, que supervisa la limpieza y desmantelamiento de las instalaciones nucleares, valoraron positivamente los progresos logrados en estos trabajos, cuando se aproxima el séptimo aniversario de la catástrofe. La operadora de la planta y el Gobierno destacaron el «éxito» de los diferentes sistemas empleados para reducir la acumulación de agua contaminada de radiación en la planta, entre ellas la construcción de un muro de hielo subterráneo.

Gracias a estas medidas se logró reducir a un cuarto la cantidad de agua contaminada que se genera diariamente en la planta, hasta unos 110 metros cúbicos diarios, un líquido que se almacena en tanques dentro de las instalaciones nucleares, señaló el máximo responsable de TEPCO para el desmantelamiento, Naohiro Masuda. Estos avances permiten mantener el calendario establecido a medio y largo plazo para el desmantelamiento de la planta, una tarea que se alargará hasta 2040 o 2050, subrayó por su parte el supervisor de los trabajos en Fukushima del Ministerio de Energía, Satoru Toyomoto.

Ambos también admitieron los «complejos desafíos técnicos» para el futuro, como la retirada del combustible nuclear derretido durante las fusiones que sufrieron los reactores a raíz del terremoto y el tsunami de 2011. No obstante, aún no se logró «identificar el estado exacto» de estos materiales debido a la radiactividad extrema dentro de los reactores, que dañó algunos de los robots empleados, y al hecho de que las vasijas de contención fueron inundadas con agua marina para evitar fugas de radiación y refrigerar el combustible.

En este contexto, y teniendo en cuenta que nunca antes se ha retirado combustible fundido del interior de un reactor, TEPCO, el Gobierno y varias empresas niponas tratan de desarrollar una tecnología robótica que permita iniciar esta tarea hacia 2021. El principal riesgo que esos trabajos conllevarán serán las posibles fugas radiactivas o la exposición de los trabajadores a la radiación, según admitió el responsable de TEPCO, quien también señaló medidas preventivas como la instalación de cubiertas sobre los reactores.

La nuclear aportó un 21,2% de la electricidad en España en 2017, según la SNE, que lamenta la fiscalidad soportada

Europa Press / EFE.- La energía nuclear fue la primera fuente de generación eléctrica durante 2017 en España, según indicó la patronal eléctrica Unesa (Asociación Española de la Industria Eléctrica) en una jornada de la Sociedad Nuclear Española (SNE), en la que concretó que los 7 reactores españoles aportaron el 21,2% de la electricidad.

El presidente de la Sociedad Nuclear Española, José Antonio Gago, ha destacado que del total de la electricidad libre de emisiones generada en 2017, que supuso un 55%, 5 puntos menos que el año anterior, a la nuclear se debió en torno al 40%. En este sentido, Gago ha resaltado que la energía que produce el parque atómico español es «fiable, segura» y supone la «primera fuente de producción de la cesta energética» de España y estima que este hecho debe ser algo que debe considerar el Gobierno en su toma de decisiones de futuro, una vez disponga de las conclusiones del comité de expertos de energía sobre el marco energético nacional de cara a establecer una senda de futuro.

En total, ha precisado que en 2017 se alcanzó en España una producción neta de 262.665 millones de kilovatios hora de los que 55.612 (21,2%) fueron de origen nuclear. Además, añadió que a pesar del cierre de la central de Garoña (Burgos), en 2017 se ha consolidado un cambio de tendencia positivo en el consumo energético, que ha aumentado un 1,1% respecto a 2016. Cada central estuvo más de 7.850 horas de media conectada a la red eléctrica, lo que supone el 91,32% del tiempo del año de operación de manera «fiable» y «bien gestionada» durante el cual cada central invirtió aproximadamente unos 40 millones de euros, lo que garantiza que «todas» estén en disposición de «operar a largo plazo«.

En total, el 21,2% de la producción energética fue energía nuclear; el 18,3%, eólica; el 17,2%, carbón, el 14,2%, los ciclos combinados de gas natural; el 10,7%, la cogeneración y tratamiento de residuos; 7,8%, hidráulica; 5,2% solar fotovoltaica y térmica; 2,7% fuel y otro tanto de biomasa. Precisamente, Gago ha destacado que las bajas precipitaciones han contribuido a reducir la producción hidroeléctrica del tercer al sexto puesto en el mix mientras que aumentó la generación por carbón y gas natural, lo que ha disminuido el porcentaje de electricidad libre de emisiones de gases de efecto invernadero. En su conjunto, esta bajó al 55%, cinco puntos menos que el año anterior.

Gago ha explicado que este descenso en la generación libre de emisiones se debe a la baja producción hidráulica, que, a consecuencia de la sequía y disminución de las precipitaciones, se redujo casi a la mitad. «Hay que remontarse a 1989 para alcanzar un dato menor en España», ha destacado. En la actualidad, según el presidente de la SNE, alcanzar los compromisos adquiridos por España respecto al medio ambiente «no se pueden acometer sin la aportación de la energía nuclear». Asimismo, Gago ha calificado la energía nuclear de «pilar fundamental de aportación a la cesta eléctrica, frente a una potencia instalada de las más bajas».

En total, desde que empezó a operar la primera central en España, la de José Zorita, en 1968, en estos 50 años que se cumplirán en julio, las centrales nucleares suman un total de 330 años de experiencia operativa y han evitado la emisión a la atmósfera de 40 millones de toneladas de CO2, con un total de 2 billones de kilovatios de electricidad producidos. Por ello, ha destacado que se trata de un sector maduro y con amplia experiencia.

En cuanto a la operación a largo plazo, el responsable de la SNE ha indicado que es una «tendencia internacional» que siguen países como Estados Unidos, operador al que sigue España, y donde 86 de las cerca de 100 centrales tienen permiso hasta 60 años y 3 están tramitando operar hasta 80 años. A su juicio, en España, «si se dieran las circunstancias» podrían producirse 1,2 billones de kilovatios hora. El documento de la SNE cifra en 27.500 los empleos directos e indirectos a tiempo completo generados por el sector y en 2.781 millones de euros su aportación al PIB.

Además, ha lamentado la alta carga impositiva que tiene este tipo de energía que, tras los últimos impuestos establecidos desde 2012, suponen más del 40% del coste de generación eléctrica. «Las centrales nucleares son viables técnicamente a largo plazo, pero con la carga impositiva actual a la industria no le salen las cuentas«, ha admitido. A nivel mundial, ha apuntado que la nuclear supone en torno al 11% de la electricidad y que la experiencia operativa del parque mundial asciende a 17.000 años de experiencia operativa que han evitado 40 millones de toneladas de CO2.

Entre otras cuestiones nucleares, Gago ha revelado que «a lo largo de este año» confía en que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) «espera conceder» las autorizaciones iniciales pertinentes para el almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares y combustible gastado, que actualmente se encuentra «en proceso para iniciar la construcción«. Otros de los avances del año 2017 según Gago, son el hecho de que el parque nuclear ha terminado de implantar todas las medidas correctoras adoptadas después de las pruebas de resistencia a las centrales españolas para aprender lecciones del accidente nuclear en la central de Fukushima Daiichi el 11 de marzo de 2011.

Gago también ha valorado el despliegue de la Unidad de respuesta de la Guardia Civil para protección de instalaciones nucleares, dentro del modelo de seguridad desarrollado por los Ministerios de Interior y Energía, además del Consejo de Seguridad Nuclear. Así, a lo largo de 2017 se ha implantado en la central de Trillo (Guadalajara) el servicio de apoyo de la Guardia Civil tras contemplar alguna «posible o potencial amenaza de seguridad física confidencial» y ha añadido que durante 2018 terminarán de implantarse los efectivos en el resto de las centrales (Ascó, Almaraz, Vandellós y Cofrentes).

Actualmente, un grupo de unos 35 agentes, por los que los titulares de las centrales pagan 61.000 euros por guardia civil al Estado, garantizan la seguridad física de las centrales de manera permanente en la planta. Gago ha añadido que esta medida de seguridad está costeada por cada titular de central y supone unos 4 millones de coste anual para cada emplazamiento. «Se ha detectado una nueva amenaza que es confidencial y la mejor forma para afrontarla es tener una fuerza de seguridad para repeler una agresión externa», ha justificado.

«La operación de las centrales nucleares es aliada de la lucha contra el cambio climático y para contener el precio de la electricidad», ha defendido Gago, quien apuesta por un diálogo y un marco regulador estable así como por incrementar la divulgación en la sociedad de la energía nuclear como fuente fiable y solvente. Por ello, el representante de la Sociedad Nuclear Española ha reclamado al Gobierno que considere «todos» los sistemas de generación a la hora de establecer el «equilibrio» en el mix energético español a largo plazo en el que opina que la nuclear debe formar parte porque se encuentran «en el mejor nivel de seguridad y fiabilidad«.

En esta transición energética, según ha advertido, un cierre precipitado, sin que existan las tecnologías renovables de respaldo y almacenamiento que la sustituyan, incrementaría los precios; impediría el cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones de CO2 y pondría en riesgo la continuidad de suministro. Finalmente, insta a que el Plan Integral de Energía y Clima que tendrá que aprobar el Gobierno reconozca la trascendencia de la nuclear en la consecución de los objetivos de fiabilidad, seguridad de suministro, competitividad y respeto al medio ambiente, para lo que ha reclamado un marco regulador estable y predecible a largo plazo.

Varias organizaciones ecologistas piden el cierre de la central nuclear de Cofrentes para no asistir a “un Fukushima 2″

Europa Press.- El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), la plataforma Tanquem Cofrents y Ecologistas en Acción han exigido el cierre definitivo de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) antes de su renovación en 2021, tras los tres incidentes registrados y notificados al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Una «acumulación» de averías que, para los ecologistas, pone en duda tanto la seguridad de la instalación como la supervisión del CSN: «Estamos jugando con fuego. Podemos asistir a un Fukushima 2».

Así lo han advertido el portavoz del MIA, Francisco Castejón, y el de Tanquem Cofrents, José Juan Sanchis, a raíz de los últimos incidentes comunicados por la central al CSN. «Un accidente en Cofrentes pondría patas arriba todo el turismo y la industria del Mediterráneo», ha alertado Castejón. La primera incidencia tuvo lugar en octubre de 2017, después de la última parada para recarga, al constatar una irregularidad en las medidas de caudales de los dos lazos de enfriamiento. El Consejo estableció una parada no programada y calificó el suceso en nivel 0 al no constatar impacto en los trabajadores.

Las organizaciones denuncian que, por el contrario, se decidió poner la central en funcionamiento y esto tuvo como resultado un nuevo incidente el 8 de noviembre: la rotura de una válvula de uno de los lazos y la parada forzosa de la central, en lo que ven «falta de rigor del CSN y dejadez del titular» de las instalaciones. Según los antinucleares, el procedimiento de extracción de esta válvula fue «extremadamente complicado» y los trabajadores recibieron «dosis radioactivas extra a pesar de que la recuperación se realiza con un robot». Cofrentes se puso en marcha nuevamente el 10 de diciembre tras reparar la pieza dañada, un incidente reclasificado como nivel 1 (anomalía) por el Consejo.

Finalmente, en enero, la central tuvo que parar de nuevo por una fuga en los accionadores de las barras de control, elevadores hidráulicos que actúan como los «frenos» de la central en los elementos combustibles del reactor, piezas que «ya se tuvieron que sustituir en 2005 por corrosión». Las plataformas señalan que esta fue una parada programada porque los titulares de Cofrentes avisaron al CSN con 48 horas de antelación.

Sin embargo, aseguran que los responsables de la central «habían observado la existencia de las fugas y anunciaron con antelación que pararían para anticiparse así a una parada no programada» que habría supuesto «un nuevo incidente a comunicar públicamente». La causa de este incidente, según las organizaciones, es que en las operaciones de mantenimiento «no se apretaron correctamente los tornillos de los accionadores». Un error «de parvulitos de ingeniería», ha ilustrado el portavoz de Ecologistas.

El 13 de enero se produjo otro suceso al poner la central en marcha: una vibración anómala en una pieza de la turbina que obligó a una nueva «parada forzosa» y de la que «tampoco se sabe la causa». El Consejo lo clasificó en nivel 0 al no constatar ningún impacto. Los ecologistas subrayan que esta «acumulación» de incidentes se produjo «tras un mes de inspecciones», durante la parada para recarga, y cuando el titular de la central está «a punto» de pedir la renovación del permiso de explotación por 10 años al CSN, que entraría en vigor en 2021.

Aunque reconocen que «sería improbable», las plataformas consideran que los elementos que han fallado ahora podrían hacerlo en el futuro al mismo tiempo y «no habría forma humana de pararlo». De esta forma, ha advertido en este punto el portavoz de Ecologistas, «podemos asistir a un Fukushima 2». Denuncian que, al mismo tiempo, las incidencias han supuesto «un aumento de la exposición a la radiación» para los trabajadores y ponen de relieve 3 cuestiones: «el envejecimiento y degradación de la central, la baja o nula cultura de seguridad nuclear por parte de la empresa y la falta de rigor y de medidas serias del CSN».

En cualquier caso, remarcan que no cuestionan el trabajo de los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), sino «la dirección política de los consejeros». «El PP es claramente pro-nuclear y por eso prepara, desde el Gobierno central, un decreto ley para evitar la discrecionalidad en el cierre», ha subrayado el portavoz de Tanquem Cofrents. Las organizaciones defienden que la central «ya está sobradamente amortizada» y agregan que la energía que produce Cofrentes «se vende al triple de su precio» y supone «un millón diario de beneficios antes de impuestos».