Entradas

Benjumea alega que su indemnización para dejar la presidencia de Abengoa fue aprobada «con observancia estricta»

EFE / Servimedia.- Mientras el consejero de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, José Sánchez Maldonado, asegura que Abengoa «tiene un plan de futuro» y «lo pondrá en marcha», el expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, acusado de presunta administración desleal junto a otros cuatro exdirectivos de la compañía, defiende la legalidad de los 11,4 millones de euros que recibió tras su cese al ser una indemnización acordada por los órganos competentes «con observancia estricta».

Así lo hace constar Benjumea en su escrito de defensa, en el que expone que la comisión de retribuciones se apoyó «en todo momento» en un análisis de mercado para avalar tanto su indemnización como la del ex consejero delegado Manuel Sánchez Ortega, fijada en 4,5 millones, tras lo cual fueron aprobadas y comunicadas a la CNMV. El documento matiza que la cantidad fue estipulada en función del contrato mercantil suscrito entre las partes en febrero de 2015 y que modificó las condiciones vigentes desde la entrada de Benjumea en el grupo en 1984, lo que permitió reducir los baremos.

Acerca de la renuncia del expresidente como consejero, asegura que «no comportó reconocimiento de percepción alguna». Sobre su posterior contratación como asesor, aprobada el mismo día del cese, alega que «constituye praxis común en todas las grandes compañías» a fin de no generar vacíos que perjudiquen a la firma. En este sentido, afirma que el contrato «siempre se dirigió a conseguir el beneficio de Abengoa», razón por la que Benjumea «no ha percibido un solo euro» derivado de estos servicios.

La defensa ha solicitado la comparecencia en calidad de testigos de una decena de personas, entre ellas el vicepresidente del Banco Santander, Rodrigo Echenique, y el directivo de HSBC, Pablo López, al considerar que estas entidades habrían forzado la salida de Benjumea para proceder a la inyección de capital. También pide que testifiquen el exministro de Obras Públicas y consejero de Abengoa en la época, Josep Borrell; el expresidente ejecutivo de la compañía, José Domínguez Abascal, y el exdirector financiero de la empresa, Jesús García.

Según fuentes jurídicas, la causa, en la que también figuran el expresidente Antonio Fornieles, la expresidenta de la comisión de retribuciones, Mercedes Gracia, y la exconsejera Alicia Velarde, permanece a la espera de que la Audiencia Nacional fije el calendario de sesiones. Todo ello después de que la juez Carmen Lamela decretase la apertura de juicio en un auto en el que también requería a los acusados para que presentasen de forma solidaria una fianza por responsabilidad civil de 3,4 millones, cuantía que, según las mismas fuentes, fue satisfecha por todos a excepción de Benjumea.

Aunque el frente judicial para la antigua cúpula de la multinacional sigue abierto en la misma Audiencia Nacional, donde el juez Ismael Moreno instruye otra querella de la Plataforma de Perjudicados por Abengoa, interpuesta por los abogados Felipe Izquierdo y Eliseo Martínez por supuesto delito societario y falsedad en la inversión. Concretamente, denuncian que los administradores, a pesar de tener un presunto «pleno conocimiento» de la situación de Abengoa, ordenaron la confección de unos estados contables que «arrojaban unas óptimas cifras contrarias a la realidad». Del mismo modo, apuntan que «falsearon la información económica que Abengoa debía publicar», con lo que atrajeron inversores y financiación.

Fuentes de la Plataforma avanzaron su intención de ampliar las pesquisas a todos los miembros del Consejo entre 2014 y 2016, a la firma auditora Deloitte, así como a Abengoa como persona jurídica, una vez avance la instrucción. La Plataforma también estudia incluir en su querella la presunta comisión de delitos de estafa y falseamiento de información relevante, aunque, por ahora, continúa pendiente de recibir la documentación requerida por el juez a entidades y organismos varios a fin de esclarecer la situación de la multinacional.

«Abengoa tiene plan de futuro»

Por su parte, el consejero andaluz, José Sánchez Maldonado, indicó que «no he dejado de hablar con los responsables de la empresa y «no va a haber muchos más despidos ni pérdidas de empleo de las que ya se han producido». Según Sánchez Maldonado, el plan de futuro de Abengoa se centrará en cuatro líneas de actuación, aunque no detalló el contenido de las mismas. Sánchez Maldonado calificó a Abengoa de empresa «emblemática» y manifestó su confianza en que «volverá a resurgir, puesto que estoy convencido de la capacidad de sus actuales dirigentes de llevar a buen puerto de nuevo la empresa y su crecimiento».

Abengoa eleva al 93,97% el apoyo a su plan de reestructuración mientras se piden 5 años de prisión para Benjumea

EFE / Servimedia.- La Plataforma de Perjudicados por Abengoa exige 5 años de prisión para el expresidente del grupo andaluz Felipe Benjumea y 4 años y 3 meses para el ex consejero delegado Manuel Sánchez Ortega por presunta administración desleal en el pago a sí mismos de indemnizaciones millonarias. Por otro lado, el periodo adicional de adhesiones al acuerdo de reestructuración se cerró con el respaldo de acreedores financieros que suman el 93,97% de su deuda, según comunicó la empresa a la CNMV.

Abengoa tuvo que recurrir al preconcurso de acreedores por su elevado endeudamiento de más de 9.000 millones de deuda financiera y casi 5.000 millones en pagos pendientes a proveedores, en lo que hubiera sido la mayor quiebra de la historia de España. En septiembre del 2016, la empresa y una parte de sus acreedores lograron firmar un contrato de reestructuración con lo que evitó así presentar el concurso de acreedores. En octubre, Abengoa presentó en el juzgado de lo mercantil número 2 de Sevilla la solicitud de homologación de su acuerdo de reestructuración con la adhesión del 86% de su deuda. El juzgado homologó ese acuerdo en noviembre y, a mediados de enero, se abrió ese periodo adicional de adhesiones.

Tras recibir más del 75% de adhesiones como exige la ley, Abengoa lograba escapar del concurso de acreedores. El acuerdo incluía la capitalización de un 70% del importe de los créditos, recibiendo a cambio un 40% del capital social de Abengoa, post-reestructuración. Además, el 30% restante del nominal de la deuda preexistente sería refinanciado mediante nuevos instrumentos de deuda que sustituirán a los preexistentes y que tendrán la condición de senior o junior en función de si dichos acreedores participan o no en los tramos de dinero o avales nuevos.

Dichos instrumentos tendrán vencimiento de 66 y 72 meses, respectivamente, con posibilidad de prórroga hasta en 24 meses adicionales, y devengo anual de intereses del 1,50% (0,25% de pago en efectivo y 1,25% de capitalización o pago en efectivo únicamente bajo ciertas condiciones). El instrumento junior podría ser objeto de una posterior reducción, que en ningún caso podrá ser superior al 80% del valor nominal inicial anterior a la capitalización mencionada. La propuesta de reestructuración de la deuda financiera preexistente consiste en aplicar una quita del 97% de su valor nominal, manteniéndose el 3% restante con vencimiento a 10 años, sin devengo anual de intereses y sin posibilidad de capitalización.

Piden prisión para antiguos directivos

La Plataforma de Perjudicados por Abengoa, que agrupa a accionistas y bonistas, ha solicitado a la Audiencia Nacional la apertura de juicio oral contra Benjumea y Sánchez Ortega por presunta administración desleal en el pago de indemnizaciones millonarias, y también contra otro expresidente, Antonio Fornieles, y las exconsejeras Mercedes Gracia y Alicia Velarde, según consta en el escrito de acusación. Benjumea recibió 11,48 millones de euros al dejar la empresa y Sánchez Ortega, 4,48 millones.

Las penas pedidas por la plataforma coinciden con las solicitadas por la Fiscalía de la Audiencia Nacional en su escrito de acusación, aunque no las multas reclamadas. La plataforma pide 5 años de prisión y 180.000 euros de multa (600 euros diarios durante 10 meses) para Benjumea; 4 años y 3 meses de prisión y multa de 144.000 euros (600 euros diarios durante 8 meses) para Sánchez Ortega; y 3 años y 6 meses y multa de 72.000 euros (400 euros diarios durante 6 meses) para Fornieles, Gracia y Velarde.

Además, les reclama el pago de 10,56 millones de euros en concepto de responsabilidad civil derivada del presunto delito de administración desleal. No obstante, recuerda que el pago de las indemnizaciones «ilícitamente percibidas» ha causado a Abengoa un daño de 15,68 millones, el mismo importe de las compensaciones entregadas. Según el escrito de acusación, Benjumea y Sánchez Ortega «decidieron abandonar sus puestos ejecutivos para percibir unas millonarias indemnizaciones, patentemente desproporcionadas en atención a la grave situación económica de la compañía». Para ello, añaden, se sirvieron «de la inestimable colaboración necesaria» de Fornieles, Gracia y Velarde, integrantes de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones y del consejo de administración de Abengoa.

Abengoa presenta al juez su plan de reestructuración con el apoyo del 86% de los acreedores mientras otros afectados denuncian a Deloitte

EFE / Servimedia.- La acusación particular del caso Abengoa denunció a Deloitte ante el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), dependiente del Ministerio de Economía, al considerar que Deloitte pudo incurrir en falta «grave o muy grave» en su labor de vigilancia de la compañía sevillana, que ya ha presentado en el juzgado la solicitud de homologación de su acuerdo de reestructuración, que recibió la adhesión de acreedores financieros que suman el 86% de la deuda, según comunicó a la CNMV.

Las adhesiones logradas por el grupo energético y tecnológico, que han sido validadas y certificadas por Deloitte, superan con claridad el mínimo establecido por ley, que era del 75% de la deuda. En la comunicación, la empresa precisa que los acreedores que no se hayan adherido al plan podrán hacerlo en un plazo adicional cuya fecha de inicio anunciará el grupo. Con el porcentaje logrado, y a falta de la aprobación judicial, Abengoa logra el requisito necesario para salir de la situación de preconcurso de acreedores en la que se encuentra desde hace casi un año y para aplicar el plan de reestructuración, lo que se materializará en la junta general extraordinaria de accionistas convocada para el 22 de noviembre.

Según Abengoa, la consecución de las adhesiones exigidas legalmente y la celebración de la futura junta de accionistas constituyen «un punto de inflexión definitivo para completar el proceso de reestructuración». Tras completar esos requerimientos y una vez que se consiga el pronunciamiento favorable del juzgado concursal «debería producirse el cierre del proceso y el inicio de una nueva etapa», según indicó Abengoa, que expresó «su máxima gratitud a todos aquellos que han contribuido a superar esta crisis», entre ellos empleados, accionistas, clientes, proveedores, instituciones financieras, organismos oficiales y nuevos inversores.

Abengoa tuvo que recurrir al preconcurso de acreedores por su elevado endeudamiento, situado en aquel momento en más de 9.000 millones de deuda financiera y en casi 5.000 millones en pagos pendientes a proveedores. En agosto, el grupo logró cerrar un acuerdo de reestructuración de la deuda con sus principales acreedores que prevé la inyección de 1.170 millones de euros. El acuerdo se someterá a la junta, de la que saldrá una nueva Abengoa presidida por Gonzalo Urquijo y con un consejo de administración renovado.

En la junta extraordinaria también se votarán las ampliaciones de capital que darán lugar a la nueva estructura societaria en la que los actuales accionistas verán diluida su participación al 5%, mientras que los acreedores y nuevos financiadores tendrán el 95% restante. La presencia de los Benjumea y otras familias históricas de la compañía se quedará en alrededor del 1,5%.

Los términos de la reestructuración consisten en aplicar a los acreedores una quita del 97% en el valor nominal, manteniéndose el 3% con su vencimiento a 10 años, sin devengo anual de intereses y sin posibilidad de capitalización. No obstante, los acreedores pueden optar por la alternativa de capitalizar el 70% del nominal de la deuda existente a cambio del 40% del accionariado de la nueva Abengoa, de manera que el 30% nominal de la deuda preexistente sería refinanciado mediante nuevos instrumentos de deuda que sustituirán a los preexistentes y que tendrán la condición de sénior o junior en función de si dichos acreedores participan o no en los tramos de dinero o avales nuevos.

Dichos instrumentos tendrán vencimiento de 66 y 72 meses, respectivamente, con posibilidad de prórroga hasta en 24 meses adicionales, y devengo anual de intereses del 1,5% (0,25% de pago en efectivo y 1,25% de capitalización o pago en efectivo únicamente bajo ciertas condiciones). El instrumento junior podría ser objeto de una posterior reducción, que en ningún caso podrá ser superior al 80% del valor nominal inicial anterior a la capitalización antes mencionada, en caso de que por materialización de contingencias el importe de la deuda antigua refinanciada, tras la capitalización del 70% anteriormente referida, excediese de 2.700 millones de euros.

Denuncia a Deloitte por auditoría

Por otro lado, la acusación particular del caso Abengoa ha denunciado a Deloitte ante el ICAC al considerar que la firma auditora pudo incurrir en falta «grave o muy grave» en su labor de vigilancia de la compañía sevillana. La denuncia, interpuesta por la Plataforma de afectados de Abengoa, se dirige también contra el socio auditor desde 2012, Manuel Arranz, al creer que «incumplieron su obligación de velar por que los resultados formulados en su auditada reflejaran de forma fidedigna su situación real». El escrito expone que ni Deloitte ni Arranz advirtieron de los problemas de viabilidad del grupo hasta el 13 de noviembre de 2015, apenas «cinco minutos antes» de la presentación de resultados y el inicio del preconcurso.

«A mayor abundancia», explica, los ahora denunciados «obviaron incluir en su informe que Abengoa se encontraba en suspensión de pagos teórica al menos desde 2014», razón por la que disponía de un fondo de maniobra negativo de 1,5 y 2,4 millones en 2014 y 2015, respectivamente. La Plataforma califica de «curioso» que los auditores sólo pusieran de manifiesto la existencia de dudas con relación al futuro de Abengoa justo durante la comunicación de los estados intermedios y no en la presentación de las cuentas anuales.

Una decisión que explicaría que el informe de revisión de cuentas reflejase, entre otras incertidumbres, «los resultados negativos de las operaciones, la evolución negativa en Bolsa de las acciones, y los problemas para acceder a los mercados de deuda», según la fuente. Por todo ello, la agrupación afea que las supuestas inexactitudes en los informes facilitaran que «aflorara la insolvencia» en la compañía, «evitando que Abengoa pudiera renovar sus líneas de financiación bancaria». De admitirse la denuncia, ésta sólo podría derivar en un expediente administrativo sancionador, no en una condena, al tratarse de un procedimiento administrativo al margen del circuito judicial, en el cual actualmente se investigan las indemnizaciones millonarias a la antigua cúpula directiva de Abengoa tras su cese.