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Pakistán descubre nuevos yacimientos de gas y petróleo con los que espera aliviar su déficit energético

EFE.- Pakistán ha descubierto un nuevo yacimiento de gas y petróleo que añadirá 292.000 millones de pies cúbicos de gas y unos 23 millones de barriles de crudo a las reservas del país, que sufre un grave déficit energético, según indicó una fuente oficial. «Es un descubrimiento significativo. Empezaremos la producción inmediatamente», indicó Tariq Jaswall, responsable del Departamento de Exploración de Pakistan Oil Limited (POL), compañía que realizó el descubrimiento en la provincia del Punyab.

Jaswall afirmó que estiman que el pozo proporcionará unos 16 millones de pies cúbicos diarios, que se sumarán a los aproximadamente 4.000 millones que Pakistán produce a diario. Los análisis indican que el gas contiene un 86% de metano, un 7,2% de etanol y un 2,9% de propano. El gas representa la mitad de la energía que consume el país asiático de 207 millones de habitantes. Durante los inviernos son habituales los cortes de este combustible para calefacciones de casas y cocinas. El nuevo pozo proporcionará además entre 1.600 y 1.800 barriles de petróleo diarios, sumándose a los alrededor de 100.000 que se producen ahora.

18.000 millones invertidos en energía

Pakistán sufre una grave falta de energía, con un déficit de electricidad de entre 2.000 y 4.000 megavatios, lo que provocan varios cortes de luz, a pesar de las mejoras de los últimos años. El Gobierno de Pakistán está construyendo 11 plantas de carbón, 3 hidroeléctricas, 4 plantas solares y 3 eólicas que aportarán 11.000 megavatios con un coste de unos 18.000 millones de dólares, financiados por China. Además, trata de finalizar la construcción de un gasoducto con Irán para importar gas que comenzó hace 20 años y aún no se ha finalizado dada la compleja situación de la región.

Pakistán se lo juega todo al rojo chino en materia energética

EFE.– Pakistán ha apostado gran parte de su futuro económico a su alianza con China y a un multimillonario proyecto de infraestructuras financiado por el país asiático con el que las autoridades paquistaníes esperan solventar sus crónicos problemas energéticos y financieros. China ha sido en las últimas décadas el principal aliado paquistaní, su protector diplomático y su mayor proveedor de armas, y ahora se perfila como el salvador financiero de un país golpeado por la insurgencia islamista, con una economía dependiente de préstamos internacionales y una falta acuciante de energía.

El Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) es una ruta comercial que conectará la ciudad de Kasghar, en la provincia noroccidental china de Xinjiang, con el puerto paquistaní de Gwadar, proporcionando al gigante chino una puerta al mar Arábigo para el tráfico de mercancías. El proyecto, acordado en 2013 y puesto en marcha en 2015, prevé la inversión de 46.000 millones de dólares en infraestructuras en Pakistán. «Para Pakistán, China es la mejor potencial salida de la inestabilidad y debilidad económica», escribió recientemente el académico occidentañ Andrew Small». «El CPEC ofrece a Pakistán una solución a algunos de sus mayores problemas: el suministro de energía y la falta de infraestructuras», según Small.

En un país donde es raro que se alcancen consensos, la unanimidad es casi absoluta acerca del proyecto chino. «Es una especie de Plan Marshall, pero en lugar de Estados Unidos reconstruyendo Europa tras la II Guerra Mundial, es China reconstruyendo Pakistán», aseveró un empresario paquistaní con 25 años de experiencia profesional en energía en territorio estadounidense que prefirió mantener el anonimato. La mayor parte de la inversión del CPEC se centra en la construcción de 24 proyectos energéticos, entre ellos 10 centrales termoeléctricas y varias granjas eólicas y solares, que producirán 17.000 megavatios. El país asiático sufre una falta acuciante de energía que le obliga a racionar la electricidad y lastra su desarrollo económico.

Syed Aqeel Hussain, director de Políticas del Consejo de Desarrollo de Energías Alternativas, un departamento del Ministerio de Energía y Agua pakistaní, aseguró que los proyectos chinos pondrán fin a la crisis energética en 2018 y con ello se impulsará a la industria, lo que a su vez ayudará a desarrollar la economía. «Incluso si solo se realiza un 70% de lo planeado, habrá un gran cambio en el país», afirmó Aqeel. El corredor prevé también la construcción o mejora de carreteras y líneas de ferrocarril para conectar a través de tres rutas el puerto de Gwadar con Kasghar, además de otros proyectos como universidades y centros de enseñanza profesional.

Pakistán espera que el CPEC cree 700.000 empleos en una década y añada dos puntos porcentuales al PIB, que creció un 4,7% en 2015. Así, es raro el día que los políticos paquistaníes, empezando por el primer ministro, Nawaz Sharif, no mencionan el CPEC y el «punto de inflexión» que supondrá en la historia del país. Sharif aseguró recientemente que la amistad con China, es «más profunda que el más profundo de los mares, más alta que los Himalayas, más dulce que la miel y más fuerte que el acero más resistente», una expresión que se repite habitualmente en Pakistán para referirse a esta relación.

A China el corredor le ofrece una ruta alternativa al estrecho de Malaca para acceder a occidente y forma parte de su red comunicaciones con el resto del planeta. Además, el CPEC está siendo construido por empresas chinas y financiado por bancos e inversores chinos. «Es un emparejamiento perfecto. Somos expertos en construir plantas eléctricas y otras infraestructuras que hacen falta en Pakistán», apunta Zhui Jianjiang, de Powerchina, compañía estatal que cuenta con varios proyectos en Pakistán. Sin embargo, según el instituto de investigación estadounidense RAND, China anunció inversiones valoradas en 66.000 millones de dólares en Pakistán entre 2001 y 2011, de los que solo se hizo realidad un 6%.

El parlamento de Pakistán pasa a alimentarse únicamente con energía solar

EFE.– El parlamento de Pakistán inauguró formalmente una planta solar para convertirse, de acuerdo con las autoridades paquistaníes, en el único en el mundo en funcionar solo con esta fuente alternativa de energía. El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, inauguró el proyecto verde junto al embajador chino en Pakistán, Sun Weidong, en un acto en el que recordó que la escasez de electricidad es un grave problema para el país.

La planta que alimenta al hemiciclo cuenta con 4.000 paneles solares con una capacidad para generar 1,8 megavatios, de los que un 80% se usará en el hemiciclo y un 20% se destinará a la red nacional, indicó el jefe del proyecto, Sajid Shaukat. Así se evitará la emisión de 2.500 toneladas de dióxido de carbono al año y un ahorro de 100.000 euros anuales. El portavoz del Parlamento, Ahqan Iqbal, explicó que el proyecto es un «regalo» que el presidente chino, Xi Jinping, hizo al país el año pasado.

Pakistán, el sexto país más poblado del mundo con 180 millones de habitantes, sufre un gran déficit energético que provoca continuos cortes eléctricos incluso en la capital del país nuclear. Según el Banco Mundial, el 44% de los hogares paquistaníes no están conectados a la red nacional. El sector energético paquistaní está lastrado por la falta de inversión, fruto de las pocas garantías de seguridad jurídica y la corrupción, con escasez endémica de liquidez derivada del impago del suministro energético.

Pakistán sigue pendiente del final de las sanciones a Irán para construir un gasoducto

EFE.- Pakistán aguarda el levantamiento final de las sanciones a Irán para construir un gasoducto con ese país que estará financiado en parte por China, sin descartar poner en marcha «otros proyectos», según indicó el ministro paquistaní de Petróleo y Recursos Naturales, Shahid Khaqan Abbasi, quien espera que el gasoducto empiece a funcionar en 2017 y opere en su total capacidad en 2020 cuando transporte 750 metros cúbicos de gas por día, aproximadamente la mitad del déficit diario paquistaní de este recurso.

Khaqan afirmó que el gasoducto «no es el último» de los posibles proyectos entre Pakistán, un país que sufre una crisis energética, e Irán, que posee grandes reservas de gas y petróleo. El ministro informó además de que el gasoducto estará financiado en parte por China, que colaborará en la construcción del tramo de 700 kilómetros. A pesar de que las conversaciones entre ambos países vecinos sobre la construcción de un gasoducto comenzaron hace casi veinte años, la compleja situación de la región ha hecho casi imposible a Irán poder llevar adelante un proyecto de gran importancia geopolítica y económica.

El oleoducto llevará gas iraní a Pakistán, que en abril dio un importante salto cualitativo en sus relaciones con China al firmar acuerdos por 28.000 millones, entre otros, para abrir un nuevo corredor económico al Mar Arábigo para el país asiático. La construcción del gasoducto, cuyo tramo iraní de 900 kilómetros está casi acabado, apenas comenzó en Pakistán, donde las obras fueron inauguradas con gran pompa en marzo de 2013.

Estados Unidos mostró su oposición al proyecto dada las sanciones internacionales que pesaban sobre el régimen iraní por su programa nuclear, obstáculo que ha desaparecido ahora. Después de casi dos años de negociaciones, Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania) anunciaron la semana pasada en Viena que han llegado a un acuerdo para limitar el programa atómico iraní y que no pueda producir armas, al tiempo que se levantan las sanciones que estrangulan la economía de ese país.