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La Justicia europea anula la normativa comunitaria sobre etiquetado energético de aspiradoras ya que no reflejan su uso real

Europa Press.- El Tribunal General de la Unión Europea (TUE) anuló el reglamento sobre etiquetado energético de aspiradoras al comprobar que las mediciones efectuadas con un colector vacío no reflejan unas condiciones que reproduzcan fielmente las circunstancias de uso real de estos electrodomésticos.

Todas las aspiradoras vendidas en la Unión Europea tienen que llevar una etiqueta energética desde septiembre de 2014 para informar sobre el grado de eficiencia energética y del poder de limpieza de este producto. La normativa, sin embargo, no contempla la realización de mediciones con aspiradoras cuyo colector de polvo está lleno. La compañía Dyson, que comercializa aspiradoras que funcionan sin bolsa para el polvo, pidió a la Justicia europea que se anulase la legislación. La sociedad argumentaba que la normativa induce a los consumidores a error porque el rendimiento de las aspiradoras no se mide «durante su utilización» sino únicamente con un colector vacío.

Reproducir circunstancias de uso real

Una primera sentencia de 2015 desestimó el recurso de Dyson, pero el Tribunal de Justicia de la Unión Europea estimó el recurso posterior que presentó la firma y devolvió el caso al Tribunal General (de primera instancia), que se ha vuelto a pronunciar. En esta ocasión, la Justicia europea ha acogido la argumentación de Dyson y ha anulado el reglamento sobre el etiquetado energético de aspiradoras. En concreto, ha dictaminado que la Comisión Europea tenía la obligación de establecer un método de cálculo que permitiera medir el rendimiento energético en unas condiciones «que reprodujeran en la medida de los posible las circunstancias de uso real».

Ello implica que el colector de la aspiradora debe llenarse hasta un determinado nivel, teniendo en cuenta las exigencias relativas a la validez científica de los resultados obtenidos y la exactitud de la información proporcionada a los consumidores. Por eso, dado que el método finalmente establecido para el cálculo del rendimiento energético se basa en un colector vació, el Tribunal General ha concluido que «no es conforme con los elementos esenciales» de la legislación europea.

Las bombillas halógenas no se podrán fabricar ni vender a partir de mañana, día 1 de septiembre de 2018

EFE. – Las bombillas halógenas no se podrán fabricar ni vender a partir de mañana, día 1 de septiembre de 2018, cuando entre en vigor una normativa europea que tiene como objetivo favorecer el uso de tecnologías LED más eficientes y sostenibles, una medida que ha sido acogida con satisfacción por parte de ecologistas y científicos en España.

Así, el responsable de Energía de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz ha indicado que la aprobación de esta medida implica «un gran paso». Sin embargo, a pesar de que asevera que es «una gran noticia», cree que en una vivienda la iluminación es un factor «pequeño» de consumo porque hay otros aparatos «más contaminantes» como grandes electrodomésticos o contar con varios televisores. «Si coges la factura total de una casa, contamina más la lavadora o la calefacción que una bombilla», afirma.

Asimismo, el responsable de Energía ha asegurado que una medida alternativa pasa por contar con propias fuentes renovables en cada casa, como paneles solares «para reducir el impacto energético y el cambio climático».

Por otro lado, el investigador del CSIC en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona Xavier Perpiña, considera que los principales beneficios de este cambio están en el consumo y en el tiempo de vida. En este sentido, el investigador ha explicado que aunque el funcionamiento no es muy distinto a las incandescentes, el tipo de material que utilizan las LED es diferente, ya que tienen un gas halógeno en su interior, principalmente yodo o bromo, que permite que el desgaste del filamento sea mucho menor. Además el tiempo de vida es mayor que en el de las incandescentes.

Perpiña ha apuntado que hay más ventajas, como la contribución a un menor consumo energético, al aumento de un uso más eficiente de la energía y la redución de la generación de residuos.

 

Los consumidores desconocen la prohibición

A pesar de esta prohibición, según un estudio realizado por Ledvance, uno de cada dos consumidores en Europa desconoce esta prohibición y el 67% ignora cuáles son sus consecuencias. De hecho, hasta un tercio de los encuestados todavía incluye en sus listas de la compra viejas tecnologías de iluminación como bombillas halógenas (un 29%) o bombillas incandescentes (un 27%).

La despedida de las bombillas halógenas implica un gran número de alternativas LED disponibles en el mercado, cuyo aspecto es similar al de las halógenas, pero más eficientes.