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Tensión y disturbios en Francia por las protestas contra la reforma laboral que extienden el bloqueo sindical al suministro eléctrico

EFE.- La octava jornada de movilizaciones contra el proyecto de reforma laboral que pretende sacar adelante el Gobierno francés se celebró en un clima de creciente crispación, que degeneró en disturbios en diferentes puntos del país. El pulso que los principales sindicatos y el Ejecutivo de Manuel Valls libran por cuenta de las modificaciones laborales regresó a las calles al tiempo que continuó el bloqueo en sectores capitales de la economía francesa como el transporte, los combustibles o el abastecimiento eléctrico.

La escasez amenaza a las gasolineras, de las cuales entre un 20 y un 30% han agotado sus reservas, como consecuencia de que 6 de las 8 refinerías del país se hallen total o parcialmente paradas, según la Unión Francesa de Industrias Petroleras (UFIP). El acceso a muchos depósitos petrolíferos continuaba cerrado por piquetes de huelguistas, pese al desbloqueo de 11 de ellos por las fuerzas del orden en los últimos días, explicó la UFIP.

Según el presidente de la patronal UFIP, Francis Duseux, la situación es «mejor» ya que llegó a afectar a al menos un tercio de las 12.000 gasolineras del país. Sobre el recurso a las reservas estratégicas, confirmado por el Gobierno, recordó que aunque se haya consumido el equivalente a tres días, en esos depósitos hay el equivalente a 115 días, a lo que se suman las propias reservas de las empresas, que suponen un mes suplementario. Es decir, que en total son unos cuatro meses de consumo los que hay almacenados, y al mismo tiempo se han incrementado las importaciones de carburante, en particular desde Bélgica y el Reino Unido.

Tampoco se libran desde el miércoles las 19 centrales nucleares del país, que generan más del 75% de la electricidad, cuyos 58 reactores no han sido apagados, pero sí han experimentado una baja de carga, que asciende a 5.000 megavatios. Arnaud Pacot, delegado de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la central de Nogent sur Seine, en las proximidades de París, precisó que allí la producción se había reducido en 350 megavatios. El sindicato que lidera las movilizaciones y que exige la retirada del proyecto de ley para la reforma laboral que se tramita en el Parlamento precisó, en todo caso, que hay tres centrales eléctricas térmicas (las de Cordemais, Gardanne y Porcheville) que sí han suspendido su actividad.

El secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, admitió que en las centrales hay «una disminución de la producción», pero añadió que «felizmente todas las redes están muy interconectadas». Eso significa que «si tuviéramos dificultades de alimentación con nuestros recursos propios, podríamos importar en el exterior«, añadió Vidalies, que sobre la cuestión del aprovisionamiento de las gasolineras «globalmente la situación ha mejorado», aunque en la región de París se mantiene «en tensión». Asimismo explicó que estos tres últimos días se han superado los récords de consumo, porque los automovilistas están llenando sus depósitos por precaución.

«Estamos dispuestos a llegar hasta el final. El objetivo de las manifestaciones y las huelgas es la retirada completa del texto, porque es una vuelta al siglo XIX», señaló Jean Kister, de la CGT. Un mensaje de firmeza similar, aunque de contenido opuesto, fue esgrimido por el primer ministro, Manuel Valls, para defender que «no se modificará la filosofía general del texto», y en especial su artículo 2, que establece la primacía de la negociación dentro de la empresa en detrimento de los convenios colectivos. El ministro de Finanzas, Michel Sapin, había abierto la puerta previamente a un replanteamiento del polémico artículo, pero el propio Valls se apresuró a cerrar esa posibilidad de forma tajante.

Además, el primer ministro se mostró muy crítico hacia la movilización emprendida por la CGT, que catalogó de «irresponsable», y advirtió de que se van a «seguir desbloqueando» las instalaciones petroleras e industriales cuyos accesos cerraron los piquetes de huelguistas. «Todas las posibilidades están sobre la mesa», alegó Valls cuando se le preguntó si podría recurrir a las disposiciones que permiten obligar a volver al trabajo a los huelguistas en caso de fuerza mayor. Finalmente, reiteró que la reforma laboral se acabará aprobando este verano.

El paro de las refinerías endurece en Francia el pulso de los sindicatos contra el Gobierno por la reforma laboral

EFE.- El pulso que lidera la Confederación General del Trabajo (CGT) contra la reforma laboral del Gobierno francés se endureció con los paros y bloqueos de refinerías y depósitos petroleros, que acercan al país al desabastecimiento de gasolina. El Gobierno y el presidente, François Hollande, lanzan el doble mensaje de que la CGT está tomando como rehén al país y a su economía, y de que no hay posibilidad alguna de desabastecimiento porque se tomarán las medidas policiales que hagan falta.

Lo cierto es que, como reconoció el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, un 20% de las 12.000 gasolineras del país habían agotado total o parcialmente sus tanques y en muchas otras se formaron largas colas de automovilistas para llenar por precaución sus depósitos, lo que hizo que en los tres últimos días se hayan batido todos los récords de consumo. La escalada de la tensión subió varios enteros con el desalojo policial de las decenas de militantes de la CGT que impedían la entrada y salida de camiones de los depósitos y de la refinería de la petrolera Esso en Fos sur Mer. El sindicato denunció «un uso inaceptable de la violencia» por parte de los agentes antidisturbios.

Aún así las 8 refinerías que tiene Francia están prácticamente paralizadas. El presidente Hollande aseveró que, aunque puede haber «reivindicaciones legítimas» en las protestas contra su reforma laboral, eso no significa «aceptar lo que hoy es un bloqueo que se basa simplemente en la estrategia de una minoría». Su primer ministro, Manuel Valls, fue más directo en sus ataques contra «la radicalización de la CGT», cuya actitud descalificó como «indudablemente minoritaria» e «inaceptable». Por eso avanzó que habrá más operaciones de desbloqueo como la de Fos sur Mer, que se van a «liberar» otros centros petroleros y que el Estado actuará con «la mayor firmeza».

Lejos de amilanarse, el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, replicó que las encuestas muestran que un 74% de los franceses rechazan el proyecto de ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, y reiteró su llamamiento a una «generalización de las huelgas» en todos los sectores. Si bien las manifestaciones contra la ley El Khomri han perdido fuelle en las últimas semanas, con algunas derivas violentas que restaron popularidad a sus organizadores, el sindicato apuesta por una desestabilización de actividades estratégicas como la energía y los transportes.

Total amenaza con reducir inversiones

El presidente de la petrolera francesa Total, Patrick Pouyanné, amenazó con disminuir las inversiones en sus refinerías en Francia a la vista de las huelgas que han interrumpido su actividad, por considerar que suponen «una forma de ruptura del pacto que vincula a nuestros empleados a nuestra empresa» y eso «va a llevarnos a revisar seriamente los planes» de inversión en las instalaciones. Justificó esa reflexión por la actitud de los empleados de «secuestrar, por una causa exterior a la empresa, una herramienta de trabajo».

Precisó que ese examen podría afectar en particular al plan de 500 millones de euros que se debían dedicar al complejo de Donges, en la desembocadora del río Loira. El responsable ejecutivo de Total aseguró que su grupo está haciendo lo posible para garantizar el aprovisionamiento de sus gasolineras, en un momento en que el Gobierno reconoció que un 20% de las gasolineras han agotado total o parcialmente sus tanques. Por otro lado, los accionistas adoptaron en la asamblea general el reparto de un dividendo e 2,44 euros por acción a cuenta del ejercicio 2015.

Escasez de carburante en el oeste de Francia por el bloqueo a las refinerías realizado por la huelga general

EFE.– El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, considera que el bloqueo de algunas refinerías por la huelga contra la reforma laboral de su Gobierno es «ilegítimo», y destacó que no habrá «indulgencia» por parte de las autoridades. Tras el llamamiento sindical al bloqueo de refinerías y depósitos de carburantes para protestar contra la reforma laboral, varias estaciones de servicio presentan problemas de abastecimiento, la mayor parte en el oeste de Francia.

«Utilizaremos todos los medios que están en nuestras manos para desbloquear la situación», añadió Sapin, según el cual el primero de ellos es el diálogo. El sindicalista Emmanuel Lépine, de la CGT, indicó que ninguna refinería fue bloqueada, pero que 6 de las 8 con las que cuenta Francia están en huelga. «No cederemos hasta que la ley de Trabajo sea retirada«, señaló sobre ese texto legislativo aprobado en primera lectura en la Asamblea Nacional sin el voto de los diputados y que comienza ahora su trámite en el Senado.

Las imágenes de largas colas de vehículos en ciertas estaciones de servicio son habituales en los medios de comunicación desde el viernes, pero según el Gobierno responden más al pánico de los consumidores que a una real carencia de combustible. «Controlamos perfectamente la situación», asegura el primer ministro, Manuel Valls. El jefe del Ejecutivo minimizó el riesgo de escasez, hizo un llamamiento a la responsabilidad colectiva y garantizó que la reforma laboral, que calificó de «buena para las empresas y para los trabajadores», va a seguir su curso parlamentario y será adoptada definitivamente en julio.

También el secretario de Estado francés de Transportes, Alain Vidiales, minimizó el riesgo de escasez de carburantes y señaló que apenas 1.500 de las 12.000 gasolineras del país tienen problemas de abastecimiento en este momento, por lo que pidió a los consumidores «que no cedan al pánico». «Además, contamos con existencias estratégicas, que todavía no hemos tocado, que permitirían a Francia tener varias semanas de consumo por delante», agregó Vidiales.

«Incluso en las ciudades más afectadas, el 60% de las gasolineras funciona», aseguró Vidiales, quien agregó que «en los lugares donde más se está racionando el combustible es donde más se está consumiendo». Algunas gasolineras indicaron que solo darán una cantidad limitada de combustible a cada automovilista, lo que, según Vidiales, se tradujo en una mayor demanda de los consumidores temerosos de quedarse sin carburante.

Vidiales garantizó a los sindicatos que la reforma laboral no cambiará las condiciones de las horas suplementarias de los trabajadores del sector de los transportes, motivo que llevó a los sindicatos a convocar en ese sector el movimiento de bloqueo de las refinerías. Por ello, el secretario de Estado se mostró «sorprendido» de que no se haya desconvocado la huelga.

Un 56% de los trabajadores de la refinería de Gonfreville l’Orcher, junto al puerto de Le Havre, apoyaron el parón de la actividad de esa instalación del grupo Total siguiendo la convocatoria del sindicato CGT para que el Gobierno retire la ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri. Otra refinería de Total, la de Donges en la desembocadura del río Loira, próxima a la ciudad de Nantes, sigue bloqueada desde el pasado martes.

El prefecto de Loire Atlantique, Henri Michel Comet, reconoció que había 70 de las 243 gasolineras de este departamento en las que se había terminado el gasóleo o la gasolina, y que la situación era «delicada» en 80. Para evitar comportamientos de acopio que acrecienten los problemas de abastecimiento, la delegación gubernamental decidió limitar las ventas de carburante a 20 litros por vehículos ligeros y a 40 para los de más de 3,5 toneladas. Medidas similares se dictaron en otros departamentos como el de Finistère, donde el racionamiento se traducía en un máximo de 20 litros para los ligeros y de 150 para los pesados.

Francia limitará la cumbre climática de París a los debates centrales y prohibirá las manifestaciones

Europa Press.- Francia limitará la cumbre climática de Naciones Unidas que se llevará a cabo en París dentro de dos semanas a negociaciones clave y cancelará marchas y conciertos previstos, tras los ataques terroristas que causaron la muerte de 129 personas, según el primer ministro, Manuel Valls.

Ningún líder extranjero solicitó a Francia que posponga la cumbre, que se iniciará el 30 de noviembre y que apunta a delinear un acuerdo global para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, una medida que implicaría «abdicar frente a los terroristas», según Valls. No obstante, «una serie de manifestaciones previstas no se desarrollarán y la cumbre será reducida a las negociaciones. Muchos conciertos y festejos serán cancelados», precisó.

Ecologistas tienen previsto reunirse para rediseñar los planes de una marcha preparada para el 29 de noviembre, en la víspera del inicio de la cumbre, que esperaba que atrajera a más de 200.000 personas para presionar a los gobiernos a recortar las emisiones de gases nocivos. Los principales grupos han dicho que respetarán cualquier prohibición decretada bajo el estado de emergencia en Francia, tras los ataques mortales perpetrados el viernes por Estado Islámico en París.

El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, que está asistiendo a una cumbre del G20, ha indicado que muchos líderes mundiales reconfirmaron que acudirán a la reunión climática. Según Fabius, algunos mandatarios le dijeron: «No sólo tenemos planeado asistir, sino que ahora debemos hacerlo, porque tenemos que demostrarle a los terroristas que no les tenemos miedo». Alden Meyer, de la Unión de Científicos Comprometidos, aseguró que no cree que los ataques del viernes afecten el resultado de la cumbre climática, que prevé acordar un plan de restricción de la emisión de gases de efecto invernadero.