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Greenpeace pide en Filipinas a la petrolera angloholandesa Shell rendir cuentas por las catástrofes naturales inducidas por el cambio climático

EFE.- Miembros de Greenpeace accedieron a una refinería de Shell en Filipinas con el objetivo de exigir a ésta y a otras compañías que cooperen con una investigación para estudiar su responsabilidad en desastres inducidos por el cambio climático. Decenas de ecologistas entraron en lanchas desde su buque Rainbow Warrior, que se encuentra en el archipiélago desde la semana pasada, a la planta de Shell de Batangas, donde desplegaron una gran pancarta amarilla con el lema Personas y planeta, no beneficios.

«Shell y otras compañías de combustibles fósiles continúan llenándose los bolsillos a expensas de las personas y el medio ambiente», afirmó Desiree Llanos Dee, activista en el sudeste asiático de Greenpeace.Como resultado «la gente está sufriendo más tifones destructivos, hay menos peces por el calentamiento del mar y menos producción de alimentos por la sequía o las lluvias más intensas», concluyó.Greenpeace entregó una carta a Shell para que asista a las próximas audiencias de la Comisión de Derechos Humanos filipina, que abrió una investigación para estudiar la responsabilidad de empresas de combustibles fósiles sobre el impacto del cambio climático en los derechos humanos.

En la investigación, impulsada por la división local de Greenpeace y más de una docena de demandantes particulares, se pedirá a 47 compañías, entre ellas Repsol, Shell, BP o Chevron, que expliquen su papel en el fenómeno del cambio climático. De cara a la primera audiencia en marzo, Greenpeace aseguró que ha tratado de «involucrar a los grandes contaminadores», pero éstos «continúan ignorando la difícil situación de las personas y sus familias, eligiendo los beneficios por encima de la gente y el planeta». «Es por ello que tomamos el muelle de la refinería de Shell en Batangas», explicó la ONG.

Filipinas es el cuarto país del mundo que más catástrofes naturales ha sufrido en los últimos 20 años, según un estudio publicado por la Oficina para la Reducción de Riesgo de Desastres de la ONU. Desde 1995 a 2015 el archipiélago se ha visto azotado por 274 desastres naturales que han afectado a unos 130 millones de personas, un 90% de ellos relacionados con el clima, según el informe. En noviembre de 2013 el tifón Haiyan, uno de los más poderosos de Filipinas, causó 6.300 muertos, más de 1.000 desaparecidos y 14 millones de damnificados.

Las carencias energéticas de Filipinas podrían rescatar una central nuclear de 1984 que no llegó a ponerse en marcha nunca

EFE.- La central nuclear de Bataan, la única de Filipinas, lleva más de 30 años en el olvido pero la falta de fuentes de energía ha llevado al Gobierno a plantearse su puesta en marcha. La planta, que se terminó de construir en 1984, fue uno de los numerosos proyectos del exdictador Ferdinand Marcos y se vio envuelto en polémica por la enorme inversión que representó, que se elevó hasta los 2.300 millones de dólares, más de cuatro veces lo presupuestado.

Pese al gran coste que supuso para los filipinos, que acabaron de pagar la cuenta en abril de 2007, la central situada a unos 80 kilómetros de Manila nunca llegó a ponerse en marcha porque Marcos fue depuesto en 1986, sólo dos años después de ser completada. A la caída de Marcos se sumó poco después el accidente nuclear de Chernobyl. Corazón Aquino, elevada a la presidencia por la revuelta popular pacífica que expulsó al dictador al exilio, no se decidió a ponerla en marcha.

Después de 32 años de inactividad, Filipinas se plantea recuperarla, aunque la puesta a punto tardaría cuatro o cinco años y costaría otros 1.000 millones de dólares, según estudios gubernamentales. «Deberíamos aprovechar unas instalaciones que ya están ahí y en las que se ha invertido mucho dinero. Y la energía nuclear es la más segura», señaló recientemente el excongresista filipino Mark Cojuangco, uno de los principales impulsores del proyecto. El Estado filipino invierte un millón de dólares anuales para mantener la estructura de la planta.

Pese a los impulsores de la iniciativa, algunos legisladores no están convencidos de la seguridad de la planta, que se construyó a menos de 30 kilómetros del volcán Pinatubo, que provocó en 1991 la segunda erupción volcánica más potente del siglo XX. La construcción también está cerca de una falla que refuerza el argumento de los que temen un terremoto o un accidente similar al ocurrido en Fukushima por un tsunami desencadenado por un seísmo.

Corazón Baluyot, encargada del impacto medioambiental de Bataan, resta importancia a estos temores y apunta que «esta planta está diseñada para aguantar terremotos de hasta 8 grados». La filipina señala además que Fukushima quedó severamente dañada por una ola de 15 metros «y Bataan está a 19 metros sobre el nivel del mar». «Quizá no tenga tecnología punta, porque obviamente se construyó hace más de 30 años, pero es una de las centrales nucleares más seguras del mundo», mantiene Baluyot.

Las principales fuentes de energía de Filipinas son plantas alimentadas con diésel y carbón que apenas cubren la demanda de una población de 100 millones de personas. Pese a ello, la senadora filipina Nancy Binay visitó recientemente la planta para poder tomar una decisión informada sobre el asunto. «Es pronto para decidir si se va a abrir o no. Hay que debatir previamente si Filipinas quiere correr el riesgo de utilizar energía nuclear», declaró Binay.