Entradas

Manuel Rodríguez Martí, nombrado por el Gobierno nuevo secretario general del CSN, toma posesión con la «exigencia de no defraudar»

Europa Press.– El técnico del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Manuel Rodríguez Martí, ha tomado posesión de su cargo como secretario general del regulador nuclear, tras ser nombrado recientemente por el Consejo de Ministros a propuesta del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, y en ese acto ha prometido «no defraudar».

El acto de toma de posesión se ha celebrado en la sede del CSN, de acuerdo con el Real Decreto 280/2017, publicado en el BOE con fecha de 17 de marzo de 2017. Al acto han asistido los miembros del pleno del CSN así como técnicos del regulador, del sector y varias autoridades del Estado. El presidente del CSN, Fernando Marti Scharfhausen, ha agradecido el trabajo desempeñado por la anterior secretaria general del regulador, María Luisa Rodríguez, y ha manifestado la «completa confianza» en su sucesor por sus conocimientos técnicos así como por su experiencia en el funcionamiento del CSN.

Por su parte, Rodríguez ha agradecido su nombramiento ya que para él supone «todo un honor y orgullo» convertirse en secretario general del CSN, donde lleva 32 años trabajando, prácticamente la totalidad de su vida profesional. En este mismo sentido ha querido destacar que se trata de una gran ocasión pero al mismo tiempo de una gran responsabilidad, ya que es la primera vez que un técnico del organismo regulador ocupa este puesto. Finalmente, ha manifestado que es consciente de todos los retos que afronta y ha prometido todo su entusiasmo y su dedicación en la «exigencia de no defraudar».

Una vida en el CSN

Rodríguez Martí, nacido en febrero de 1959, es Ingeniero Industrial y pertenece a la Escala Superior del Cuerpo de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica. Se incorporó al CSN en 1985, donde ha ocupado varios puestos técnicos en el ámbito de la seguridad nuclear y la protección radiológica, entre ellos el de jefe de Proyectos de la Central Nuclear de Trillo (Guadalajara), el de jefe de Gabinete de la Dirección Técnica, y el de subdirector de Protección Radiológica Operacional. Desde 2013 era subdirector de Instalaciones Nucleares del Consejo de Seguridad Nuclear.

El Pleno del CSN acordó por unanimidad su nombramiento en noviembre para suceder a María Luisa Rodríguez, quien solicitó su cese por motivos personales. Así, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda digital elevó la propuesta al Consejo de Ministros, que a su vez lo remitió a la Comisión de Energía del Congreso de los Diputados. El nombramiento salió adelante con el voto en contra de Podemos y la abstención del PSOE, Ciudadanos y ERC frente al PP, que votó en favor de la propuesta.

El PP apoya a Rodríguez Martí como secretario general del CSN, Podemos se opone mientras PSOE y Cs se abstienen

Europa Press.- La propuesta de nombramiento de Manuel Rodríguez Martí como nuevo secretario general del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha salido adelante en la Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital del Congreso con el voto en contra de Podemos, la abstención de PSOE, Ciudadanos y ERC frente al PP, que ha votado a favor de la propuesta, remitida al Congreso por el Consejo de Ministros.

Previamente, durante su comparecencia, Rodríguez Martí, ha defendido su idoneidad y su falta de conflicto de intereses, de acuerdo con la Ley 3/2015, reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado. En la votación, Unidos Podemos ha rechazado su nombramiento porque, según explicó su portavoz, Juan López de Uralde (Equo), lleva «meses» denunciando la situación de divergencia en el CSN entre lo que dicen los técnicos y lo que dictamina el pleno. Además, cuestionó este nombramiento porque Rodríguez Martí ha sido el coordinador del dictamen emitido por el CSN favorable a la reapertura de la central nuclear de Garoña. «Su nombramiento es parte del problema, no de la solución», sentenció Uralde.

Por su parte, Cs y ERC se han abstenido, igual que el PSOE, por el «perfil técnico» de Rodríguez Martí pero, según han precisado fuentes del grupo parlamentario socialista, no están de acuerdo en cómo se ha hecho su nombramiento. En todo caso, el PSOE le confiere «el beneficio de la duda» al nuevo secretario general pero reclama la comparecencia del presidente del CSN, Fernando Martí, también para explicar la propuesta y «asumir la responsabilidad de lo que ha pasado con el expediente de Garoña».

El 30 de noviembre de 2016 el CSN aprobó por unanimidad la propuesta de Manuel Rodríguez Martí, entre los cuatro candidatos que se valoraron, para suceder en la Secretaría General del CSN a María Luisa Rodríguez, quien solicitó su cese por motivos personales. Hasta ahora Manuel Rodríguez Martí era ejercía en su cargo de subdirector de Instalaciones Nucleares en la dirección técnica de seguridad nuclear.

El presidente del CSN destaca la «profesionalidad», «independencia» y «neutralidad» en el proceso de evaluación de la reapertura de Garoña

Europa Press.- El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Marti Scharfhausen, ha dejado «constancia» del «agradecimiento» al cuerpo técnico por el desempeño de su trabajo y la «profesionalidad con la que ha tratado todo el proceso«, desde 2006, con las solicitudes de renovación de la licencia de explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos).

Martí también quiso «dejar constancia» de la «independencia» del proceso de evaluación y de la «neutralidad» en las conclusiones alcanzadas, que han debatido «todos los aspectos evaluados» y según el presidente, «como consta en la propuesta de dictamen técnico elevada a pleno, sin discrepancias internas». Así consta en el acta del pleno en el que se emitió un dictamen favorable, por 4 votos a favor y 1 en contra, a la renovación de la explotación de la central burgalesa que su titular, Nuclenor, pidió hasta 2031, cuando la planta llegue a sus 60 años. Además, ha insistido en expresar que el pleno compartió el «sentido y el posicionamiento» de las propuestas de las Direcciones Técnicas.

Asimismo, insiste en «resaltar» que, en todo el proceso, cuando el cuerpo técnico ha modificado criterios lo hizo «para elevar las exigencias a la central«. Martí ha puesto de ejemplo cuando en 2015 el pleno consideró conveniente que Nuclenor efectuara la inspección del 100% de las penetraciones de los accionadores de las barras de control, mientras que la propuesta del titular, revisada al alza por la Dirección Técnica de Seguridad Nuclear proponía un porcentaje inferior.

Más allá de las consideraciones del presidente del regulador nuclear, el acta refleja las deliberaciones del pleno. Por ejemplo, señala que la Revisión Periódica de la Seguridad (RPS) 2008-2012 va acompañada de revisiones aplicables de documentos oficiales de explotación; la revisión del análisis probabilista de seguridad (APS); un análisis de envejecimiento de la central; un análisis de la experiencia de explotación durante la autorización de explotación que se pretende renovar; un análisis del cumplimiento de los límites y condiciones establecidos en el Anexo de la Orden ITC/1785/2009 y del cumplimiento de las Instrucciones Técnicas Complementarias asociadas y, finalmente, el programa de inversiones y modificaciones de diseño asociadas a las mejoras derivadas de las lecciones aprendidas del accidente de Fukushima Dai-Chii.

El acta recuerda también que el pleno acordó emitir una instrucción técnica complementaria sobre documentación y requisitos adicionales en relación a la solicitud de renovación. Así, señala que en cumplimiento de los planes derivados de la revisión periódica de seguridad, de la normativa de aplicación condicionada y de la citada ITC-14.01, y afirma que Nuclenor ya realizó las mejoras en la central que «deberán completarse de acuerdo con los establecido en los límites y condiciones anexos”. El acta expone que el CSN votó a favor de informar favorablemente al Gobierno sobre la renovación de la autorización de explotación y establece 10 límites y condiciones, 8 generales y 2 especiales, así como 15 Instrucciones Técnicas Complementarias.

Greenpeace pide al Congreso que asegure la independencia del CSN mientras AMAC defiende alargar el funcionamiento de las centrales nucleares

Europa Press.- La Asociación de Municipios en Áreas con Centrales nucleares (AMAC) ha defendido en el Congreso de los Diputados el alargamiento de la vida de las centrales nucleares y ha criticado que «todo el mundo tome decisiones y opine» sobre el futuro de estas plantas «sin tener en cuenta a la población que hay detrás». Por su parte, Greenpeace pidió en el Congreso que se asegure la independencia y transparencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

La portavoz de la organización sobre temas nucleares, Raquel Montón, reivindicó en su comparecencia, ante la ponencia encargada de las relaciones con el CSN en la Cámara Baja, la misión del regulador, así como la necesidad de que sea independiente y transparente para garantizar la seguridad nuclear del país. Además, ha reclamado el poder legislativo como garante del buen funcionamiento del organismo. La organización ecologista considera que la independencia del regulador nuclear está en riesgo debido a las dudas sobre la imparcialidad de su presidente, Fernando Martí, que era secretario de Estado de Energía cuando fue elegido, un cargo directamente relacionado con las instalaciones nucleares, y en concreto con Garoña.

Asimismo, la organización ecologista reivindicó que los partidos políticos exijan responsabilidades ante lo que consideran «una nefasta gestión» de este organismo y del Gobierno en relación a la central nuclear de Garoña. Para Greenpeace ha quedado demostrado el tratamiento «escandaloso» que se está llevando con esta central nuclear ya que el CSN «pone en riesgo la seguridad nuclear con el informe emitido» para la reapertura. Greenpeace considera que para 2017, el CSN tendrá que afrontar el desmantelamiento de Garoña, así como la actualización del Plan de Gestión de Residuos Radiactivos, y el proceso de Almaraz (Cáceres), “cuyo cierre progresivo deberá ser planificado próximamente para evitar un nuevo fiasco como el que está sucediendo con Garoña”.

Los municipios sí quieren nuclear

Sin embargo, desde AMAC lo tienen claro. «Para nosotros es nuestra fábrica, de kilovatios, pero una fábrica, nos da trabajo», reivindicó el gerente de AMAC, Mariano Vila D’Adabal, que denunció que el cierre de estas plantas dejan «pueblos abandonados sin ningún plan de desarrollo alternativo de actividad económica», un reto para las corporaciones municipales porque «el Estado no asume» esta nueva situación. «Si nadie hace nada puede convertirse en una depresión económica importante» señaló el también alcalde de Vic (Tarragona).

Durante la comparecencia, el gerente también abordó la construcción de los Almacenes Temporales Individuales (ATI) de residuos nucleares y que, según ha indicado, suponen «una política de hechos consumados que no es pactada con los municipios y que éstos están asumiendo» sin que así constara en el Plan General de Residuos. «Esto ha ocurrido por el retraso en la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC)», prevista en la localidad de Villar de Cañas (Cuenca), apuntó el gerente de AMAC, quien representa a las más de 70.000 personas que pueblan áreas próximas a las centrales nucleares.

El CSN impone a la central nuclear de Garoña 10 condiciones que deberá cumplir antes de cargar combustible

Europa Press.- El Consejo de Seguridad Nuclear ha acordado por 4 votos a favor y 1 en contra establecer un conjunto de límites y condiciones de imprescindible implantación antes de que la central nuclear de Santa María de Garoña, si el Gobierno le concede una autorización, pueda cargar combustible y empezar a producir electricidad.

En una rueda de prensa inusual el pleno, con el presidente, Fernando Martí Scharfhausen, sus consejeros y el director de seguridad técnica y de protección radiológica, indicaron que el CSN evaluó la solicitud formulada por Nuclenor, el titular de Garoña, para establecer las condiciones para operar hasta 2031, cuando llegue a la edad de 60 años, aunque en el dictamen no se establece una fecha máxima, algo que alegan que corresponde, en su caso, al Gobierno. El informe del organismo regulador atómico era preceptivo y vinculante en caso de ser negativo, pero no vinculante en caso de ser favorable, por lo que la decisión corresponde ahora al Ministerio de Energía.

El director de Seguridad Nuclear, Antonio Munuera, ha explicado la propuesta, a la que se opone la consejera Cristina Narbona, y que incluye 8 condiciones relativas a las autorizaciones de explotación genéricas pero otras 2 más específicas como el aislamiento de la contención primaria o la protección de equipos frente a un gran incendio o la separación y aislamiento del cableado, que están «prácticamente finalizadas», pero también «muchas otras» que, según una estimación inicial de Nuclenor, le podrían llevar «al menos 12 meses de trabajos».

En total, se trata de 10 condiciones, 15 instrucciones técnicas complementarias y un programa de pruebas de arranque en el que se verificará el cumplimiento de todo ello. Munuera ha precisado además que para su toma de decisión el pleno ha analizado 167 informes, las respuestas de Nuclenor al cumplimiento de la Normativa de Aplicación Condicionada, el estado de cumplimiento de las condiciones sobre seguridad nuclear y protección radiológica de las Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC) y de las Instrucciones Técnicas aplicables. Así, los consejeros han evaluado que las propuestas «son aceptables» desde el punto de vista de la seguridad nuclear y la protección radiológica, pero consideran «necesario» que Nuclenor realice acciones adicionales antes de cargar combustible y operar a potencia.

Estas ITC, los 10 límites y condiciones y otras 15 instrucciones complementarias, incluyen, por ejemplo, un programa de organización y factores humanos, adaptar el sistema de protección frente a incendios, implantar las medidas post-Fukushima. Antes de que el reactor de la planta comience a funcionar se deberán inspeccionar las barras de control, verificar el cumplimiento del programa de actuaciones; revisar el plan de envejecimiento y acometer las pruebas de arranque.

Precisamente, Martí ha afirmado que al CSN le da igual si cuesta 100 que si cuesta 300. “No sabemos ni queremos saber lo que no tenemos que saber. Tenemos el derecho a no saber de eso. Somos responsables de seguridad nuclear y la protección radiológica“, aseveró enérgico. Tanto el presidente del CSN, Fernando Martí, como el resto de consejeros, Rosario Velasco (vicepresidenta), Fernando Castelló y Javier Dies, defendieron el rigor y la independencia del cuerpo técnico y han subrayado de que al regulador «únicamente» le corresponde poner las condiciones y «evaluar» pero que la decisión definitiva corresponde «únicamente» al Gobierno.

Revisión de seguridad en 2023

Del mismo modo, se han desvinculado sobre la «capacidad» de marcar la política energética nacional con una decisión que, por primera vez, pondrá a una central nuclear en la operación a largo plazo, los 60 años de edad, si el Gobierno así lo determina. En todo caso, el informe favorable no establece una fecha de autorización pero sí que las Revisiones Periódicas de Seguridad que deberá pasar Garoña serán como mucho cada 10 años «y la próxima le toca en 2023», según Velasco, que ante el Congreso reivindicó previamente que la misión del CSN en este proceso es «técnica», mientras que la decisión final corresponde al Gobierno, por lo que insistió en que el CSN «no abre ni cierra centrales».

El presidente Martí Scharfhausen insistió en que el CSN «no autoriza ni desautoriza centrales, sino que marca las condiciones para que puedan volver a operar con seguridad» por lo que ha puesto la pelota del futuro de Garoña en el tejado del Ministerio y del Gobierno, que tendrán que marcar «el plazo» que «no es competencia» del regulador, que debe ser «fiel y escrupuloso» en el cumplimiento de la ley.

Asimismo, instó a «los medios de comunicación» a difundir el «prestigio internacional» de los técnicos del CSN a pesar del «pecado original de sus consejeros» para que su trabajo no se mezcle con «batallas ajenas» a su cometido. «El prestigio de los técnicos está basado en la profesionalidad, el esfuerzo y la dedicación técnica porque el CSN es esencial para los ciudadanos aunque se cierren todas las centrales nucleares», indicó.

Por su parte, Narbona explicó los motivos por los que emitió un voto particular. En su opinión, el regulador no debería ni siquiera tomar una decisión sobre la cuestión sin que la planta burgalesa hubiera terminado de implantar «todas las condiciones y modificaciones previas». La consejera basa la necesidad de votar en contra del dictamen no en la falta de criterio de los técnicos, sino en que esta es la «primera vez» desde 1999 que el regulador concede un informe favorable para la renovación de una central «sin establecer un límite temporal» a la misma y considera que esto «contradice» la guía de seguridad 1.10 que es la que está «en vigor en la actualidad», aunque se esté cambiando actualmente.

Al mismo tiempo, ha recordado una carta enviada en 2015 por Munuera a Nuclenor emplazando al titular a acelerar en las modificaciones que se le requerían como requisito previo para estudiar su solicitud de renovación. Por ello, la consejera no entiende que se haya votado un informe sin cumplir estas condiciones. Si bien, reconoce que había obligación del regulador a responder a la Administración, pero que la ley «no prejuzga la respuesta». «El pleno podía haber dicho no», ha advertido.

A continuación los consejeros han explicado los motivos por los que han votado a favor. Por ejemplo, para la vicepresidenta, Rosario Velasco, ha sido «imprescindible» que se incluyera la RPS cada diez años como plazo máximo. A su juicio, disociar la RPS de la autorización supondrá un «incremento importante» de proactividad de los operadores a la hora de garantizar la seguridad de las instalaciones.  Castelló, por su parte, ve también «muy bueno» separar ambas cuestiones y ha recordado también, respecto a la operación a largo plazo, que en el proceso de renovación de 2009 ya se realizó un análisis del envejecimiento hasta los 60 años de operación que se aprobó por unanimidad y que ahora se ha revisado y actualizado.

En la misma línea, Javier Dies apuntó que en la actualidad 117 centrales en todo el mundo tienen permiso para operar más allá de los 40 años de vida útil y ha garantizado que con las condiciones impuestas por el CSN, si el Gobierno decide autorizar la renovación de la planta, Garoña «estará en unos niveles muy competitivos de seguridad».

El CSN responde ante el Congreso que los técnicos críticos con su labor ofrecen una «imagen distorsionada» del regulador nuclear

Europa Press / EFE.- El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Marti, leyó una carta aprobada por los 5 miembros del pleno del organismo regulador en respuesta a la Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica del CSN (ATSECSN), que denunció previamente ante los partidos políticos el «grave deterioro» de la función reguladora del CSN por las «actuaciones de sus actuales gestores». En su respuesta, el pleno del Consejo advierte de que ASTECSN ofrecen una «imagen distorsionada» del regulador.

Ante la Comisión de Industria del Congreso, Marti ha leído la carta después de que la mayoría de grupos de la oposición se hayan referido a las críticas de ASTECSN y denunciaran la opacidad, politización y falta de independencia del CSN. Respecto a ASTECSN, señaló que desconoce el número de profesionales que pertenece a la misma y aseguró que no representan a los funcionarios del Consejo. El presidente del CSN se quejó además de que las afirmaciones de los técnicos fueron remitidas directamente al Congreso y no al organismo regulador y aireadas a la opinión pública. En este sentido, recalcó que, pese a ello, el Consejo se ha mantenido callado durante seis meses en aras del «prestigio» de la institución.

El acuerdo del pleno asegura que es partidario de potenciar la crítica y la actitud «cuestionadora», pero manifiesta su «honda preocupación por el contenido de una carta que puede minar de manera grave la confianza de los ciudadanos y la sociedad en el organismo regulador». «Afortunadamente, la realidad interna y las estructuras de funcionamiento del organismo, que este pleno es responsable de gestionar, en nada se asemejan a la situación de caos y alarma que se pretende dibujar. Somos conscientes, no obstante, de que puede haber, y de hecho hay, discrepancias con decisiones del pleno en cuanto a la gestión del organismo y que intentamos resolver o explicar internamente a través de los instrumentos de nuestra organización», añade el texto.

El escrito responde una a una las críticas de los técnicos y, entre ellas, la relacionada con los cambios en la escala INES, que mide la gravedad de los sucesos notificados por las centrales nucleares. El CSN asegura que este cambio no supone «ningún detrimento en la seguridad de las centrales y se hizo a través de un procedimiento reglado que incluye, como siempre, una fase de comentarios internos«. Además, advierte de que las supuestas «presiones, amenazas o cazas de brujas» son incompatibles con los procedimientos con los que el organismo toma sus decisiones técnicas. También rechaza «tajantemente» la «insinuación» de deterioro de la «función reguladora» y rechaza la «comparación injustificada» con el regulador japonés en el accidente de Fukushima.

Por otro lado, Marti se ha referido a los requerimientos de varios diputados en relación a la posibilidad de aumentar la vida útil de las centrales hasta los 60 años y aseguró que ni sabe nada en relación a este asunto que no tiene que ver con las funciones del organismo. El presidente del CSN insistió en que este organismo «sólo tiene responsabilidad en la seguridad y protección radiológica» y no entra en dictar «la política energética» del país, ni sus decisiones en torno a la misma, como el caso de una posible reapertura de la central de Garoña (Burgos).

Sobre esta central ha sentenciado que el CSN «no puede dejar de hacer informes sobre Garoña si el Ministerio de Industria los pide«, si bien esto no indica que este órgano esté a favor o en contra de un reinicio de su actividad, que cesó en diciembre de 2012. La central burgalesa ha contado en los últimos años con «supervisión y seguimiento especifico, adaptado a su situación actual», ha añadido.

Al comenzar la sesión, Marti pidió «sinceras disculpas» por las «especiales circunstancias» que hicieron que no pudiera sustanciarse su comparecencia en la pasada legislatura. También destacó que durante 2014 y 2015 «todas las centrales nucleares funcionaron de forma segura en España», aunque explicó que en el tercer y cuarto cuatrimestre del 2015 se prestó especial seguimiento a la unidad 2 de Almaraz, para la que propuso a Industria la apertura de un expediente sancionador por una cuestión relacionada con los dispositivos de seguridad ante incendios. «La calidad ambiental de las centrales nucleares se mantuvo sin riesgo para las personas», indicó.

El presidente del CSN enumeró la existencia de 7 expedientes sancionadores en 2014, 7 en 2015 y 5 en lo que va de año. Marti también ha negado la falta de transparencia en la gestión del CSN denunciada y ha advertido de que su intención sería «desacreditar» al organismo regulador. No obstante, también ha pedido disculpas a los diputados por no haber presentado el plan de comunicación para mejorar la información pública sobre la actividad del CSN prometido en el Parlamento para hace un año, y sobre el que ha dicho que «estará en breve».

Greenpeace exige cesar a Marti

Por otro lado, la organización ecologista Greenpeace exigió el cese del presidente del CSN para que el regulador pueda recuperar la «independencia y la transparencia». La ONG destacó que todos los diputados salvo los del PP han denunciado la «opacidad y falta de independencia» del organismo «a causa de su presidente». Por ello, Greeenpeace considera «imprescindible» el cese de Marti para empezar a recuperar la confianza en el organismo que debe garantizar la seguridad nuclear, así como la redistribución de los miembros del pleno del CSN para que esté mejor representado el actual arco parlamentario.

Para la ONG, Marti no ha respondido «con claridad» las preguntas que se le han formulado. En su comparecencia, Marti reiteró que continuará con la renovación de la central de Garoña, a pesar de la petición casi unánime del Congreso. El CSN se debe, según Marti, al Gobierno en funciones que le ha encomendado la evaluación de la central y, aunque esta sea en contra de la opinión del Parlamento, él continuará con el proceso.

La oposición critica en la Comisión de Industria la “opacidad y politización” del CSN

Europa Press / EFE.- Durante la comparecencia del presidente del Consejo de Seguridad Nuclear, Fernando Marti, todos los grupos parlamentarios, salvo el PP, recordaron que la Comisión aprobó en la pasada legislatura su cese y que el Gobierno no lo llevo a cabo. Han criticado también las actuaciones del órgano respecto a las decisiones en torno a la central de Garoña así como al ATC. Igualmente, lamentan que se esté impulsando, a juicio de los parlamentarios, una regulación para extender la vida útil de las nucleares hasta los 60 años.

«Es un órgano más opaco y menos independiente desde que usted está en el cargo», le indicó la diputada del PSOE, Pilar Lucio, que insistió en que es «chocante» que sea el máximo responsable del CSN después de haber sido secretario de Estado de Energía. A su juicio, su actividad al frente del mismo ha supuesto «una captura del órgano regulador«. Asimismo, Lucio lamentó que Marti vaya a la Cámara Baja a responder a los técnicos, en lugar de responder a los parlamentarios sobre cómo va a resolver la situación.

Desde Unidos Podemos, Juan López de Uralde, ha advertido del «deterioro» de la seguridad nuclear en los últimos años. «Hoy estamos más expuestos», ha avisado al tiempo que ha recalcado que este deterioro se refiere tanto a la situación de las centrales como a la realidad interna del CSN, «consecuencia de la ocupación por parte del PP de este organismo». Su compañero de filas, Josep Vendrell, ha insistido en la «escasa credibilidad» de un presidente que viene de ser secretario de Estado, además de denunciar falta de transparencia y el «clima interno» en el CSN.

Uralde también ha tachado de «tomadura de pelo» la comparecencia de Martí. «No es de recibo que las discrepancias se sustancien poniendo a caldo a quienes han apuntado las críticas», afirmó, al tiempo que advirtió de que el suceso notificado por Almaraz calificado como 0 y denunciado por la asociación ha pasado a calificarse como 1. «Les da la razón a ellos y le quita la razón a usted. Lo mejor es que usted dimita y que el Consejo de Seguridad recupere su credibilidad», sentenció.

Mientras, Melisa Hernández, de Ciudadanos, ha manifestado la voluntad de su grupo de confiar en el organismo regulador, pero ha precisado que no de esa manera y ha avisado de la «politización» del sistema. En este sentido, también ha criticado la ausencia de Marti en la pasada legislatura y le ha reprochado que la razón que se dio a la Cámara Baja es que tenía «muchos viajes». Por ello, le ha recordado que su grupo también apoyó la petición de dimisión. Hernández ha anunciado que su grupo presentara una iniciativa para que los plenos del CSN se retransmitan en directo.

Por su parte, Pedro Azpiazu, por el PNV, que se centró en la central nuclear de Garoña, ha confesado estar un poco cansado de este tema. «Ya vale, tomen una decisión, hagan el informe técnico que corresponde. ¿A qué esperan para no conceder la autorización a Garoña? Pusieron un calendario hasta septiembre de 2015 y no han cumplido ¿A qué esperan? A mí me gustaría que, por fin, Garoña se cerrase, sería hacer lo que exige el sentido común», proclamó.

La evaluación de reapertura de Garoña por el CSN está pendiente del envío de información y de modificaciones por Nuclenor

Redacción / Agencias.- El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Marti, explicó que el proceso de evaluación de reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) está pendiente del envío de información por parte del titular, Nuclenor, y de la puesta en marcha en la instalación de algunas modificaciones requeridas, por lo que «estamos a la espera de que Nuclenor cumpla las condiciones» para la reapertura de la central, que cesó su actividad a finales del año 2012.

Así lo explicó Marti durante su comparecencia ante la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados, especificando que la central, perteneciente a Iberdrola y Endesa, tiene que aplicar los requisitos derivados de Fukushima y presentar unas modificaciones de diseño que deben estar implantadas antes de la carga de combustible para poner en marcha la central (estos incluyen el sistema de venteo filtrado de la contención, los recombinadores pasivos autocatalíticos y el Centro Alternativo de Gestión de Emergencias (CAGE). Estas modificaciones «habrían de ser apreciadas favorablemente por el CSN antes de su entrada en servicio». El presidente del CSN ha asegurado desconocer el coste de las mejoras que ha exigido a Nuclenor para reabrir Garoña.

Por otro lado, recordó que estos requisitos tendrían que haberse cumplido en septiembre de 2015, por lo que afirmó que «el calendario ha sido rebasado». Preguntado por la posibilidad de aparcar la posible reapertura de Garoña ante el retraso de su titular Nuclenor, aseguró que «el CSN no puede parar sus actividades reguladoras sobre Garoña». «No tenemos capacidad jurídica para parar esos expedientes, de unos señores que son regulados y que están pagando sus tasas», prosiguió Martí, quien advirtió de que «si lo hiciésemos, prevaricaríamos».

Por su parte, la mayoría de los grupos parlamentarios presentes en el Congreso, salvo PP y Foro Asturias, han vuelto a mostrarse partidarios del cierre definitivo de la central burgalesa, y en el caso del PSOE y Podemos, sus diputados han llegado a afirmar que el Gobierno, a través del CSN, «ensayan» con Garoña la extensión de la vida útil del parque nuclear hasta los 60 años. «La renovación de Garoña es un claro ejemplo de sus inconfesables intenciones, permitiendo que pueda operar hasta 2031 como solicitó Nuclenor», remarcó la diputada socialista Pilar Lucio, quien aseguró que «el Parlamento debe ser informado de estas intenciones».

«Garoña es un paripé para alargar la vida de las nucleares, su reapertura no interesa ni a los propietarios de la central», insistió el diputado de Podemos, Juan López de Uralde, quien exigió al presidente del CSN que no siga adelante emitiendo informes de Garoña «hasta que no haya nuevo Gobierno». La diputada de Ciudadanos Melisa Rodríguez, también acusó a Martí de «seguir dando curso» a los informes de Garoña pese a la discrepancia con la reapertura de la central nuclear de la mayoría parlamentaria.

Sobre el ATC, Marti indicó que el pleno del CSN remitió en julio de 2015 al Ministerio de Industria el informe favorable a la solicitud de autorización previa o de emplazamiento, estableciendo en dicho informe los límites y condiciones referidas a la seguridad nuclear y la protección radiológica. En este sentido, en 2016, el CSN ha trabajado en la solicitud de autorización de construcción, concretamente en la evaluación del Estudio Preliminar de Seguridad que ha generado una petición de información adicional. Igualmente, ha recalcado que hubo dos inspecciones centradas en garantía de calidad, en el diseño de la instalación y en las actividades de caracterización geológica y geotécnica en campo.

El presidente del CSN explicará este miércoles en el Congreso la situación de las centrales, de Garoña y del ATC

Europa Press.- El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear, Fernando Martí, rendirá cuentas ante la Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso de los Diputados este miércoles, casi dos años después de su última comparecencia, en noviembre de 2014. Martí explicará el informe del CSN, que incluye el estado de funcionamiento de las centrales nucleares o la evolución de expedientes como el del almacén temporal centralizado (ATC), o la situación de cese de explotación con solicitud de renovación de Garoña (Burgos).

Martí no ha presentado ni explicado los informes de actividad de 2014 y 2015 aunque estos figuran en la página de Internet del regulador. El de 2014 debió haberlo expuesto en 2015, pero distintos problemas de agenda fueron posponiendo la fecha y después fueron disueltas las Cámaras al convocarse las elecciones generales de diciembre de 2015. En la pasada legislatura, los grupos parlamentarios solicitaron su comparecencia, pero Martí también argumentó problemas de agenda y la fecha que facilitó era posterior a la convocatoria de unas nuevas elecciones y, por tanto, nuevamente la legislatura estaba finiquitada.

El pasado 5 de octubre la comisión parlamentaria de Industria, Energía y Turismo reclamó su presencia para, además de exponer estos dos informes, que explique otras cuestiones relativas a la seguridad nuclear. El PSOE quiere que se presente para cumplir con su obligación anual de rendición de cuentas, mientras que Ciudadanos y Podemos reclaman su comparecencia tras conocer una serie de acusaciones internas realizadas por un grupo de trabajadores que afirman que en el seno del organismo hay problemas con el personal e «irregularidades en la seguridad de algunas centrales».

Por su parte, el portavoz del PP en la comisión, Guillermo Mariscal, se mostró «totalmente» de acuerdo con las solicitudes de comparecencia, aunque disculpó su ausencia en la anterior legislatura porque entonces «tuvo el tiempo que tuvo». Si bien considera que es «preferible» su comparecencia para «no esgrimir argumentos que puedan alarmar a la sociedad». Desde el PSOE, Pilar Lucio valora que la falta de comparecencias de Martí en la última legislatura llevó a la mayor parte de la Comisión de Industria a pedir su dimisión. Ahora, pide de nuevo que Martí «cumpla con su obligación» y acuda a «dar explicaciones, no sólo ordinarias, sino también de todas las irregularidades que se han ido conociendo».

En este sentido, el diputado de Equo en Unidos Podemos, Juan López de Uralde, denunció que existen informaciones “relevantes y alarmantes” por las que Martí debe pasar por el Congreso. En concreto, recordó una carta emitida por técnicos del CSN en el que denuncian “hechos graves” en la situación interna del órgano, además de tener conocimiento de la existencia de “dossieres secretos sobre la evaluación de la central nuclear de Garoña” o problemas de seguridad en la de Almaraz. “Es necesario que estas cosas se clarifiquen“, sentenció. Por su parte, la diputada de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, expresó también su “apoyo” a las peticiones de comparecencia.

En esta línea, la ONG Greenpeace exigió el cese del presidente de Fernando Martí por considerar que «ha perdido la confianza» y la imparcialidad que el cargo requiere. Para la ONG es «muy grave» que se pueda poner en juego la seguridad nuclear del país por la mala gestión de su presidente y por la «política del miedo» que denuncian los técnicos. De este modo el 10 de octubre una veintena de representantes de Greenpeace, Ecologistas en Acción y Equo se concentraron ante la sede del CSN para exigir el cese del presidente del regulador.

El presidente del CSN rendirá cuentas el próximo 19 de octubre ante el Congreso tras acordarlo todos los grupos

Europa Press / EFE.- Todos los grupos parlamentarios acordaron la comparecencia para el próximo 19 de octubre del presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Martí, en la Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso de los Diputados para que presente los informes de actividad de este organismo en 2014 y 2015 y explique otras cuestiones relativas a seguridad nuclear. Martí no ha rendido cuentas ante el Parlamento desde finales de 2014. Los informes están disponibles en la web del organismo regulador.

El PSOE pedía la presencia de Martí para presentar la actividad del organismo, alegando que no se presenta en la Cámara Baja desde diciembre de 2014, a pesar de que debería hacerlo anualmente. Por su lado, Ciudadanos y Podemos reclamaban su comparecencia tras conocer informaciones sobre problemas internos en el CSN e irregularidades en la seguridad de algunas centrales nucleares. Entre los temas de seguridad nuclear que tendrá que tocar en su comparecencia estarán el proceso de renovación y explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos)  o la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca).

El portavoz popular en la citada comisión, Guillermo Mariscal, se ha mostrado «totalmente de acuerdo» con las solicitudes de comparecencia de Martí y, de hecho, ha disculpado la ausencia del presidente del CSN en la anterior legislatura porque, según explicó, entonces «tuvo el tiempo que tuvo». En todo caso, considera necesaria su presencia en sede parlamentaria porque, según esgrimió, en materia de seguridad nuclear «es preferible no esgrimir argumentos que puedan alarmar a la sociedad».

Desde el PSOE, Pilar Lucio recordó que la falta de comparecencias de Martí en la última legislatura han dado lugar a «desplantes» que han provocado que «todos los grupos de la Comisión menos el PP hayan pedido su dimisión«, un hecho que, sin embargo, quedó sin efecto por la finalización de la misma. Ahora pide de nuevo que Martí «cumpla con su obligación» y acuda a «dar explicaciones, no sólo ordinarias, sino también de todas las irregularidades que se han conocido» en los últimos meses.

En este sentido, el diputado de Equo en Unidos Podemos, Juan López de Uralde, denunció que existen informaciones «relevantes y alarmantes» por las que Martí debe pasar por el Congreso. En concreto, recordó una carta emitida por técnicos del CSN en el que denuncian «hechos graves» en la situación interna del órgano, además de tener conocimiento de la existencia de «dossieres secretos sobre la evaluación de la central nuclear de Garoña» o problemas de seguridad en la de Almaraz. «Es necesario que estas cosas se clarifiquen«, sentenció. Por su parte, la diputada de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, el representante de ERC, Joan Capdevilla, y el de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, expresaron también su «apoyo» a las peticiones de comparecencia presentadas.

Greenpeace pide su cese inmediato

Por su parte, la organización ecologista Greenpeace exigió el cese del presidente del CSN por considerar que «ha perdido la confianza y la imparcialidad que su cargo requiere». Para la ONG es «muy grave» que se pueda poner en juego la seguridad nuclear del país por la mala gestión de su presidente. A su juicio, Greenpeace cree que debe responder ante el Congreso a cuestiones como la «política del miedo denunciada por técnicos del CSN» y las posibles consecuencias de esto en la seguridad nuclear o la «falta de respeto» al Parlamento, donde lleva sin comparecer desde finales de 2014.

También cuestiona la ONG su falta de independencia, puesto que con anterioridad ejerció como secretario de Estado de Energía, entre cuyas tareas estuvo revocar la orden ministerial de cese de explotación de Garoña, un asunto que ahora está tramitando el regulador que preside. Del mismo modo, le acusan de falta de transparencia y opacidad en la toma de decisiones y en el funcionamiento del regulador. «Sobran motivos para cesar a Marti, pero si además el CSN quiere continuar con la renovación de Garoña, con un Gobierno en funciones y en contra de la opinión del Parlamento, la Comisión de Industria debería actuar en consecuencia», consideró la responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Raquel Montón.