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El Ministerio de Medio Ambiente confirma que las emisiones de CO2 aumentaron un 0,5% en 2014 frente al año anterior

Redacción / Agencias.- Las emisiones de CO2 aumentaron un 0,5% en 2014 respecto al año anterior, según los datos del último Inventario Nacional de Emisiones de gases de efecto invernadero, que incorpora la serie 1990-2014. La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en funciones, Isabel García Tejerina, informó en el Consejo Nacional del Clima de estos datos que remitirá a Naciones Unidas el 15 de marzo próximo.

Además, precisó que las emisiones en 2014 alcanzaron los 333 millones de toneladas de CO2-equivalente, lo que representa un «ligero» incremento del 0,5% respecto al año 2013. En este sentido, Tejerina ha subrayado que «se ha conseguido desacoplar el ritmo de crecimiento económico y de emisiones», ya que el incremento es inferior a la variación interanual del PIB para el mismo periodo, que se sitúa en un aumento del 1,4%.

De estos datos, explicó que las emisiones de los sectores sujetos al Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión aumentaron un 1,7% respecto a 2013, mientras que los sectores difusos disminuyeron en un 0,14% en el mismo periodo. «Es en estos sectores difusos (agricultura, los transportes y los residuos, entre otros) donde tenemos un objetivo nacional de reducción de emisiones y donde se puede valorar el efecto de las medidas nacionales puesta en marcha en el marco de la Hoja de ruta 2020», precisó.

Respecto a la Hoja de Ruta de Sectores difusos 2020, ha apuntado que incluye 43 medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sectores como el de la vivienda, los transportes y los residuos, entre otros. García Tejerina destacó que la activación de las medidas de la actual hoja de ruta se encuentra aproximadamente en un 80% de lo planificado y que es importante implantar al 100% para conseguir una senda descendente de emisiones a 2020. A este respecto, anunció que la Oficina Española de Cambio Climático está revisando la hoja de ruta para identificar nuevas políticas de mitigación tempranas que permitan cumplir con lo establecido de una forma «costoeficiente» en 2030.

Del mismo modo, aplaudió el papel «clave» de la Unión Europea en la Cumbre de París, y aseguró que seguirá trabajando para mantener ese liderazgo en la nueva fase de implantación a nivel nacional que se abre tras el acuerdo, que lanza una “señal clara y unánime” de avanzar hacia un modelo de desarrollo económico, social y medioambiental. Al respecto, calificó la cita de «éxito» de la comunidad internacional por establecer un «marco que responde a las realidades geopolíticas y económicas actuales e intuye las futuras». A su juicio, este marco refuerza la cooperación internacional.

El Supremo bloquea cautelarmente las medidas de Obama sobre las centrales eléctricas para reducir sus emisiones de CO2

EFE / Europa Press.- El Tribunal Supremo de Estados Unidos bloqueó las regulaciones federales implementadas por el presidente Barack Obama para reducir las emisiones de dióxido de carbono de las centrales eléctricas, lo que supone un duro golpe para el mandatario ya que eran una pieza clave de su estrategia para combatir el cambio climático. Con una votación 5 a 4, el tribunal accedió a una solicitud presentada por 27 estados, varias compañías y grupos empresariales para bloquear el Plan De Energía Limpia de la Administración.

La decisión implica que las regulaciones no entrarán en vigor mientras continúe el litigio sobre su legalidad, algo que la Casa Blanca lamentó. «No estamos de acuerdo con la decisión del Supremo de suspender el Plan De Energía Limpia mientras continúa el litigio», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. El llamado Plan De Energía Limpia impulsado por Obama pretende que Estados Unidos reduzca para 2030 en un 32% las emisiones de carbono de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005.

Los Estados Unidos están desunidos

Los 27 estados, encabezados por el gran productor de carbón, Virginia Occidental, y el productor de petróleo, Texas, y varios de los principales grupos de empresas del sector lanzaron varias demandas el pasado octubre para detener la iniciativa del presidente. Más de una docena de otros estados y la Liga Nacional de Ciudades, que representa a más de 19.000 ciudades de Estados Unidos, presentaron documentos judiciales que respaldan al Gobierno y a la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA).

No obstante, esta decisión del Supremo no es definitiva sobre la regulación, ya que el caso está pendiente del veredicto de una corte de apelaciones. Aun así, es probable que tras su veredicto el caso se eleve de nuevo al Supremo y esta decisión sea un síntoma del escepticismo de los jueces sobre la regulación. La corte de apelaciones aún debe escuchar los argumentos orales el próximo junio y decidir si las regulaciones son lícitas.

La Casa Blanca defendió que el plan de Obama se apoya «en una base legal y técnica muy sólida» y que concede a los estados «el tiempo y flexibilidad que necesitan para desarrollar planes a medida y lo menos costosos posibles para reducir sus emisiones«. «Estamos seguros de que prevaleceremos en cuanto a los méritos» del plan, aseguró Earnest. Mientras avanza el litigio, la EPA «trabajará con los estados que elijan seguir adelante con el desarrollo de sus planes y preparará las herramientas que necesiten». «Al mismo tiempo, esta Administración seguirá dando pasos agresivos para hacer avances en la reducción de emisiones de carbono», subrayó.

Acuerdo internacional para reducir las emisiones de CO2 de los aviones

Europa Press / EFE.- Los principales países del mundo han llegado acuerdo para, por primera vez en la historia, establecer un estándar de reducciones de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para la aviación comercial, informaron los participantes. El acuerdo, alcanzado en Montreal (Canadá) por 23 países en el seno de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), tiene que aprobarse por el consejo de gobierno de este organismo de la ONU, pero se espera que entre en vigor en el 2017.

Este estándar para las emisiones de CO2 guiará la certificación de aviones hacía una mayor eficiencia en el uso del combustible. La severidad y las fechas de aplicación que impone el estándar dependerán del peso del avión y de si concierne a un «nuevo tipo» de aparato o a un avión «en producción». Para aviones nuevos grandes, se fijó un estándar ambicioso para incentivar un rendimiento más eficiente del combustible en futuras flotas de aviones. Para este tipo de aviones, el estándar se aplicará a partir de 2020, mientras que desde 2028 aparatos ya existentes también lo tendrán que implementar.

La OACI dijo que las normas tendrán especial impacto en los aviones de mayor tamaño dado que los aparatos que pesan más de 60 toneladas son responsables por el 90% de las emisiones de la aviación. Según Estados Unidos, «cuando estén totalmente implementados, se espera que los estándares reduzcan las emisiones de carbono en más de 650 millones de toneladas entre 2020 y 2040». Esta cifra equivale a retirar más de 140 millones de vehículos de la carretera durante un año. El acuerdo llega tras 6 años de negociaciones internacionales.

La Comisión Europea ha dado la bienvenida al acuerdo y destacó que se trata de un «paso importante para frenar las emisiones de la aviación», tal y como subrayó la comisaria de Transporte, Violeta Bulc, que señaló que una política climática «ambiciosa» es «una parte integral» del plan del Ejecutivo comunitario para crear una Unión Energética, así como una «prioridad de la nueva estrategia de aviación». En el mismo sentido, añadió que la Unión Europea «jugó un papel central» para alcanzar este acuerdo. «Espero que suponga un impulso para la creación de un mecanismo global de mercado para reducir las emisiones de CO2 de la aviación internacional, que queremos alcanzar este otoño en la Asamblea General de la OACI», concluyó.

La plataforma Empresas por la eficiencia energética ahorra más de 3 millones de toneladas de CO2 en 4 años

Europa Press.- La Plataforma Empresas por la eficiencia energética, promovida por Endesa en 2011 e integrada por 10 grandes compañías, ha reducido las emisiones de CO2 en más de 3 millones de toneladas en 4 años, lo que supone mejorar en un 20% el compromiso adquirido por la plataforma para 2015, según Endesa.

Las 10 compañías que integran la plataforma son Endesa, Cepsa, Philips Ibérica, Renfe, Meliá, Telefónica, Toyota España y Unibail Rodamco España, que fundaron la plataforma, junto con Cemex y Mango, que se unieron posteriormente, con el objetivo de aunar esfuerzos para conseguir una mayor eficiencia energética. También se impulsan acuerdos de colaboración. En este sentido, la Fundación Juan XXIII ha logrado ahorrar, gracias al apoyo de la plataforma, hasta un 40% en su consumo gracias a una iluminación más eficiente.

Los países de la Unión Europea en bloque serán los primeros en ratificar el acuerdo sobre el clima de París

Europa Press.- Los países de la Unión Europea en bloque serán los primeros del mundo en ratificar el Acuerdo sobre el Clima adoptado en la Cumbre Mundial en París el pasado 12 de diciembre, después de que se firme en la sede de la ONU en Nueva York el 22 de abril de 2016, según la directora general de la Oficina de Cambio Climático española, Valvanera Ulargui.

«En la Unión Europea vamos a ser los primeros en ratificarlo, que no quepa la menor duda. Vamos a ir todos los países en bloque. El compromiso que hemos realizado en París es el de reducir las emisiones en 2030 a un 40% respecto a 1990», explicó. El acuerdo internacional, jurídicamente vinculante, adoptado por 196 países para luchar contra el cambio climático en París, requiere de 55 países que supongan al menos el 55% de las emisiones mundiales de CO2 para entrar en vigor. Los países deberán ratificar el texto en el plazo máximo de un año a partir del 22 de abril de 2016.

El documento cubre las principales áreas identificadas como esenciales para alcanzar conclusiones relevantes. Según informa la Convención, en materia de mitigación requiere de una reducción de emisiones «lo suficientemente rápida» para lograr el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 2 grados centígrados. Con respecto a esto, Ulargui recordó que la Unión Europea está ahora mismo en un 23% frente al 40% que pretende alcanzar en 15 años, en relación a los niveles de emisiones de 1990. «Ahora estamos en un 23%, con lo cual el salto es enorme. hay que poner todas las maquinarias en marcha para reducir las emisiones en todos los sectores, no solo los sectores típicos», ha subrayado Ulargui.

Energía, eficiencia energética y transporte

Por ello, ha explicado que a mediados del próximo año los países europeos comenzarán a negociar un paquete de reformas en los ámbitos de la energía, la eficiencia energética y el transporte y ha recordado que ya existe una propuesta de la Comisión Europea para regular el comercio de emisiones, en la que figura la mayor parte de la industria. «Ahora lo que hay que dividir es la parte de sectores difusos. Ahí es donde el reparto todavía no se ha hecho entre Estados miembros y esa parte es un 30% de las emisiones que tenemos que empezar a repartir entre los Estados miembros», señaló.

La directora de la Oficina de Cambio Climático indicó que ya se sabe que el reparto se llevará a cabo conforme a un criterio de reparto per cápita, por lo que ha indicado que las estimaciones de reducción de emisiones en este sector que baraja el Gobierno de España es de entre un 28% y un 30%. «Tenemos ya una hoja de ruta 2020 y esa ruta la estamos revisando con vistas a que en 2030 tenemos que reducir un 30% más. Estamos trabajando ya dentro del Gobierno para identificar nuevas políticas y alcanzar ese objetivo independientemente de cómo vaya la negociación en Europa», aseguró.

Renovables no tienen marcha atrás

Al ser preguntada por un incremento de los incentivos a las renovables, Ulargui señaló que, a su juicio, lo que se ha hecho durante los últimos cuatro años ha sido «poner orden en el mercado, que estaba un poco desordenado en términos económicos«. De hecho, incidió en que las renovables han mantenido un 7% de rentabilidad y que el país «no ha dejado de cumplir objetivos» en cuanto a sus compromisos en la materia. Por otra parte, indicó que durante las próximas semanas sacará a subasta la instalación de 700 megavatios de energías renovables. «Estamos en la senda para cumplir con los objetivos», ha asegurado.

Por otra parte, en cuanto al Ejecutivo que se pueda formar tras las elecciones generales, la directora de Cambio Climático se mostró convencida de que la apuesta por las renovables es «un camino que no tiene marcha atrás». «Tendremos que ver cómo se plantea. Las renovables tienen que ser parte de la política de descarbonización de la Unión Europea y también de la política de descarbonización de España», concluyó Ulargui.

La ONU destaca las ventajas del acuerdo climático alcanzado en París

EFE.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó hoy como «una póliza de seguro de salud para el Planeta» el reciente acuerdo alcanzado en París para combatir el cambio climático.

El acuerdo «puede beneficiar a toda la humanidad en las próximas generaciones», afirmó Ban en una declaración a los periodistas en la sede de la ONU. «Los países han adoptado una histórica decisión», agregó el secretario general de Naciones Unidas.

Ban estuvo en dos ocasiones en París haciendo un seguimiento de cerca de las conversaciones de la COP21 que comenzaron el 30 de noviembre y se cerraron el pasado fin de semana con un acuerdo global para evitar el calentamiento global. «El acuerdo de París es una victoria para la gente, para el bien común y para el multilateralismo», agregó. «Los países -añadió- han reconocido que los intereses nacionales se cumplen mejor actuando en favor del bien común».

Ban recordó que estas gestiones se habían convertido en una de sus principales prioridades desde que se convirtió en secretario general de la ONU, en 2007. «Nunca he perdido la fecha en que la comunidad internacional podría superar el desafío climático», insistió.

En sus declaraciones, Ban recordó que, como consta en el acuerdo, la firma de la convención se llevará a cabo en la sede de la ONU el 22 de abril próximo, coincidiendo con el Día Mundial de la Tierra.

«Invitaré tan pronto sea posible a los líderes mundiales para que vengan a Naciones Unidas para firmarlo, porque será el primer día del acuerdo universal cobre el cambio climático», agregó.

No obstante, según lo aprobado en París, la convención sólo entrará en vigor cuando la hayan ratificado al menos 55 de las partes involucradas, que sumen en total el 55 % de las emisiones globales.

El mundo alcanza un acuerdo histórico para luchar contra el cambio climático en la Cumbre de París

Redacción / EFE.- 195 países aprobaron en París el primer acuerdo universal de lucha contra el cambio climático, en el que de manera histórica tanto naciones desarrolladas como en desarrollo se comprometen a gestionar juntas la transición hacia una economía baja en carbono. El Acuerdo de París, llamado a cambiar el modelo de desarrollo del planeta hacia uno libre de combustibles fósiles, se aprobó cuando su principal artífice, presidente de la COP21, Laurent Fabius, dio el martillazo del consenso y dijo: «Acabamos de hacer algo grande».

Inmediatamente después, Fabius se fundía en un fuerte abrazo con la secretaria de la Convención de cambio climático de la ONU, Christiana Figueres y con la embajadora francesa en la COP21, Laurance Tubiana, dos mujeres clave para conseguir el pacto, mientras muchos de los presentes lloraban de emoción, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. Lograr este acuerdo ha costado dos décadas de cumbres del clima y 12 meses de los más intensos esfuerzos diplomáticos «que se hayan hecho en la historia», según la ONU, en los que Fabius tuvo un liderazgo fundamental.

El acuerdo tiene como objetivo «mantener la temperatura media mundial muy por debajo de dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales», aunque los países se comprometen a «todos los esfuerzos necesarios» para que no rebase los 1,5 grados y evitar así «los impactos más catastróficos del cambio climático». Para lograr ese objetivo, recoge compromisos nacionales de lucha contra el cambio climático y obliga a los países tanto a rendir cuentas de su cumplimiento como a renovar sus contribuciones al alza cada 5 años. Cada Estado se compromete a tomar las medidas necesarias a nivel nacional para cumplir lo que dice en su contribución, y los que quieran podrán usar mecanismos de mercado (compraventa de emisiones) para cumplir sus objetivos.

Para asegurar que se alcanza el objetivo de menos de dos grados, la primera revisión de las contribuciones nacionales tendrá lugar en 2018, y la primera actualización de las mismas será en 2020. No habrá sanciones, pero existirá un comité de cumplimiento que diseñe un mecanismo transparente para garantizar que todo el mundo hace lo prometido en París, y que advierta antes de que expiren los plazos si está o no en vías de cumplirse.

Como objetivos a largo plazo, las naciones se proponen que las emisiones toquen techo «tan pronto como sea posible», reconociendo que esta tarea llevará más tiempo para los países en desarrollo, y que se efectúen reducciones rápidas a partir de entonces. Además, los países se comprometen a lograr «un equilibrio entre los gases emitidos y los que pueden ser absorbidos» en la segunda mitad de siglo, lo que viene a suponer cero emisiones netas, o dicho de otro modo: que no se pueden lanzar más gases que los que el planeta pueda absorber por sus mecanismos naturales o por técnicas de captura y almacenamiento geológico.

El acuerdo obliga legalmente a los países desarrollados a contribuir a financiar la mitigación y la adaptación en los Estados en desarrollo, y anima a otros países que estén en condiciones económicas de hacerlo a que también aporten voluntariamente. La intención de financiar debe ser comunicada dos años antes de transferir los fondos, de manera que los países en desarrollo puedan planificar con qué cantidades podrán disponer. No obstante, la mayor parte de las responsabilidades de financiación no están en el acuerdo sino en la decisión que lo desarrolla (que no es legalmente vinculante), donde dice que las naciones ricas deberán movilizar un mínimo de 100.000 millones anualmente desde 2020, así como revisar al alza esa cantidad antes de 2025.

El texto reconoce la necesidad de poner en marcha un «mecanismo de pérdidas y daños», asociado a los efectos más adversos del cambio climático. El nuevo acuerdo entrará en vigor cuando al menos 55 partes, que sumen en total el 55% de las emisiones globales lo hayan ratificado. «Acabamos de adoptar el acuerdo más significativo de la historia, hoy es día de celebración pero mañana mismo toca ponernos a trabajar para cumplirlo», apeló en el plenario el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete.

Éxito de la diplomacia francesa

El primero que decidió asumir la aventurada hazaña de intentar poner de acuerdo a cerca de doscientas naciones con intereses contrapuestos tras el devastador fracaso de la cumbre del clima de Copenhague (2009) fue el presidente francés, François Hollande, que eligió con gran tino a las dos personas para lideraron esta gesta. Frente a la costumbre de designar como presidente de la COP al ministro nacional de Medio Ambiente, Hollande optó por su titular de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, conocido por su sangre fría, para liderar la cumbre de París, apoyado por Laurence Tubiana, una diplomática implicada en las negociaciones del clima desde Kioto (1997).

Pese al esfuerzo y la convicción de Francia, el acuerdo no hubiera sido posible sin el impulso recibido por líderes globales como los de Estados Unidos, China, la India o Alemania, que captaron que luchar contra el calentamiento no es una cuestión sectorial y medioambiental, sino transversal, que afecta a todas las políticas. Cada uno tenía sus razones: Barack Obama llegó a la Casa Blanca comprometiéndose a combatir «la mayor amenaza que pesa sobre las generaciones futuras» y no quería dejarla sin un pacto; y el primer ministro indio, Narendra Modi, es muy consciente de que necesita el apoyo financiero para alumbrar con renovables al 20% de su población aún sin acceso a la electricidad.

Tampoco hay que olvidar a la secretaria de la convención de cambio climático de la ONU, Christiana Figueres, que asumió el puesto 6 meses después de que el fracaso de Copenhague pusiera seriamente en duda la capacidad de las Naciones Unidas como marco de entendimiento de los países en esta cuestión. Para trasladar con fuerza el mensaje de que era «el momento» del acuerdo la costarricense se ha rodeado, en la sombra, de un equipo de 10 influyentes personalidades de todo el mundo, entre ellos el expresidente de México Felipe Calderón, o la exsecretaria de Estado española de cambio climático, Teresa Ribera, hoy parte de la delegación francesa y clave en las negociaciones con Latinoamérica.

Cuando llega la hora de la verdad y arranca la reunión de París, Francia demuestra haber aprendido de manera sobresaliente de los errores de Copenhague, y dirige las negociaciones con una transparencia sin precedentes. La primera semana deja hacer a los negociadores y Fabius se inventa un órgano llamado Comité de París compuesto de 14 ministros para facilitar y liderar las negociaciones. Los ministros no estaban nombrados al azar, sino escogidos con astucia entre los países que más resistencia ofrecían en algunos puntos, como Arabia Saudí, Venezuela, Bolivia o Brasil. Así neutraliza a los principales agentes de discordia y hace pesar sobre sus hombros la responsabilidad de resolver los desencuentros.

El jueves, cuando se acerca la hora del acuerdo y los países escenifican sus posturas más duras, Fabius decide inteligentemente dar el viernes como día de reflexión, recibir en su despacho a todos y posponer al sábado el acuerdo. A las 11.30 del sábado, un flamante Fabius entra en el plenario a presentar el acuerdo en medio de la ovación de los presentes, lo que demostraba que los países habían visto el texto final de consenso que Francia terminó de redactar a las 06.30 y que lo aceptaban. Francia da 6 horas para que el documento sea traducido a los idiomas oficiales de la ONU y revisado por los juristas y convoca un plenario para su aprobación a las 17.30.

El plenario se mantiene en vilo durante dos horas que pudieron truncar el acuerdo. Estados Unidos había advertido de que la versión inglesa contenía un error de traducción respecto a lo acordado, y que donde decía que las naciones desarrolladas «deben» seguir encabezando los esfuerzos de reducción de emisiones tendría que haber figurado un condicional: «deberían». Nicaragua, uno de los solo nueve países que no han presentado objetivos de contribución nacional en la lucha contra el cambio climático, indicó que se negaba a aceptar el cambio y que pensaba bloquearlo.

La obstrucción de Nicaragua hubiera mandado al traste el pacto, que obligatoriamente debía aprobarse por consenso, si no fuera porque el resto de países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, (Venezuela, Ecuador, Bolivia o Cuba) le dejaron sola. Al verse acorralada, Nicaragua decide abandonar el bloqueo y, dos horas después de lo previsto, Fabius toma posesión del estrado para dar un rápido martillazo y fundirse en un fuerte abrazo a tres con Tubiana y Figueres, mientras gran parte de los negociadores presentes mostraban su emoción.

El acuerdo de París contra el cambio climático, en 10 puntos

EFE.- La cumbre del clima (COP21) de París adoptó el primer acuerdo universal de lucha contra el cambio climático; repasamos los 10 puntos más destacados:

1. Objetivo: Mantener la temperatura media mundial «muy por debajo» de dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, aunque los países comprometen realizar «todos los esfuerzos necesarios» para que no rebase los 1,5 grados y evitar así «los impactos más catastróficos del cambio climático».

2. Forma legal: El acuerdo adoptado es legalmente vinculante pero no la decisión que lo acompaña ni los objetivos nacionales de reducción de emisiones. No obstante, el mecanismo de revisión de los compromisos de cada país sí es jurídicamente vinculante para así garantizar el cumplimiento.

3. Reducción de emisiones: 187 países de los 195 que forman parte de la Convención de cambio climático de la ONU han entregado compromisos nacionales de lucha contra el cambio climático que entrarán en vigor en 2020 y se revisarán al alza cada cinco años. Los países que no lo han hecho deberán presentarlos para poder formar parte del acuerdo. Cada Estado se compromete a tomar las medidas necesarias para cumplir con su contribución, y los que quieran podrán usar mecanismos de mercado (compraventa de emisiones) para cumplir sus objetivos.

4. Revisión: Los países revisarán sus compromisos al alza cada cinco años, con la idea de ir aumentando la ambición con el tiempo para asegurar que se alcanza el objetivo de mantener la temperatura «muy por debajo» de dos grados.

5. Cumplimiento: No habrá sanciones, pero habrá un mecanismo transparente de seguimiento del cumplimiento para tratar de garantizar que todo el mundo hace lo prometido, y que advierta antes de que expiren los plazos si los países van o no por la senda del cumplimiento.

6. Meta a largo plazo: Las naciones se proponen que las emisiones toquen techo «tan pronto como sea posible», reconociendo que esta tarea llevará más tiempo para los países en desarrollo, y que se efectúen reducciones rápidas a partir de ese momento. Además, los países se comprometen a lograr «un equilibrio entre los gases emitidos y los que pueden ser absorbidos» en la segunda mitad de siglo, lo que viene a suponer cero emisiones netas, o dicho de otro modo: no se pueden lanzar más gases que los que el planeta pueda absorber por sus mecanismos naturales o por técnicas de captura y almacenamiento geológico.

7. Financiación: El acuerdo dice que los países desarrollados «deben» contribuir a financiar la mitigación y la adaptación en los Estados en desarrollo, y anima a otros países que estén en condiciones económicas de hacerlo a que también aporten voluntariamente. La intención de financiar debe ser comunicada dos años antes de transferir los fondos, de manera que los países en desarrollo puedan planificar con qué cantidades podrán contar. Las naciones ricas deberán movilizar un mínimo de 100.000 millones anualmente desde 2020 para apoyar la mitigación y adaptación al cambio climático en los países en desarrollo, así como revisar al alza esa cantidad antes de 2025.

8. Pérdidas y daños: Se reconoce la necesidad de poner en marcha el «Mecanismo de Pérdidas y Daños» asociados a los efectos más adversos del cambio climático, pero no detalla ninguna herramienta financiera para abordarlo.

9. Adopción: Tendrá lugar en una ceremonia de alto nivel en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, el 22 de abril de 2016.

10. Entrada en vigor: El nuevo acuerdo de París entrará en vigor cuando al menos 55 partes, que sumen en total el 55% de las emisiones globales lo hayan ratificado.

El 54% de las compañías afirma que fijar el precio del carbono es lo más efectivo para reducir emisiones de CO2

Europa Press.- Un 54% de las compañías globales de Europa, Estados Unidos y países emergentes considera que la fijación del precio del carbono es la forma más efectiva de reducir las emisiones de CO2. Esta es una de las principales conclusiones del informe de EY ‘Shifting the carbon pricing debate 2015’, que ha sido presentado en el marco de la XXI Cumbre sobre el Cambio Climático de París (COP21).

El informe recoge la opinión de un total de 116 ejecutivos de compañías globales –pertenecientes a sectores como el de la energía y los recursos naturales, la inmobiliaria y construcción, el químico o el manufacturero– sobre la fijación de precios del carbono, el impacto que esta regulación tiene en las estrategias empresariales y las reglamentaciones necesarias al respecto.

En este sentido, sólo el 7% de los ejecutivos consultados se muestra en contra de esta regulación, mientras que un 45% mantiene una posición neutral y el 48% restante se posiciona a favor.

El precio del carbono, por regiones

Por regiones, el estudio destaca un apoyo generalizado a esta regulación, especialmente en Europa y los países emergentes. Precisamente, en Europa, el 64% de los encuestados está favor de la fijación de precios, el 31% se muestra neutral y apenas el 5% en contra, mientras que en los países emergentes, el 59% es favorable a esta medida, el 34% es neutral y el 7% se declara contrario.

En cambio, en Estados Unidos la concienciación en torno a esta cuestión medioambiental es menor, pues sólo el 18% se muestra a favor, cuando el porcentaje de neutrales asciende al 73% y un 9% se declara en contra.

El socio responsable de Servicios de Sostenibilidad y Cambio Climático de EY, Juan Costa, ha comentado que «el precio del carbono es una cuestión que siempre genera debate dentro de la comunidad empresarial». «Mientras que muchas grandes empresas reconocen que el precio del carbono contribuiría a reducir las emisiones, otros tantos demandan un método armonizado, fiable y transparente que permita su implantación con rigor y disciplina», ha añadido Costa.

Impacto positivo

El informe también destaca que la fijación de precios del carbono tendría un impacto favorable, para los empresarios encuestados, en el fomento de la innovación, en las oportunidades de crecimiento sostenible y para la mejora de la competitividad de las compañías.

Asimismo, el informe revela que tres cuartos de los participantes realiza comparaciones de sus emisiones de CO2 con la media de su industria. El mismo porcentaje de directivos consultados afirma que su compañía está invirtiendo en tecnologías bajas en carbono, y el 60% ha asumido algún tipo de compromiso relacionado con las energías renovables.

Los ejecutivos son optimistas con la Cumbre de París

De forma general, el 55% de los ejecutivos encuestados confía en que las negociaciones durante la cumbre –que finalizará este viernes 11 de diciembre– puedan conducir a un sistema de fijación de precios del carbono, frente al 45% que no lo cree. Las respuestas pesimistas provienen, especialmente, de directivos consultados de Estados Unidos, donde el 67% no confía en la consecución de este objetivo.

Finalmente, el informe identifica varios pasos claves que se pueden implementar para adaptarse a este entorno cambiante. Se trata de la incorporación de evaluaciones sobre oportunidades y peligros del carbono en la estrategia corporativa, establecer un proceso de reporte sobre el carbono, comprometerse con los objetivos de reducción, comunicar los resultados y establecer un precio interno del carbono.

Las organizaciones ecologistas piden mayor esfuerzo en el cierre de las negociaciones climáticas de París y critican a la Unión Europea

EFE.- La Red de Acción sobre el Clima (CAN, por sus siglas en inglés), alianza que engloba a varias de las principales ONG medioambientales del mundo, reconoció el rápido avance en las negociaciones para alcanzar un acuerdo, pero pidió más esfuerzo en cuestiones como la financiación. De hecho, otorgó su premio diario «Fósil» a la Unión Europea por la «falta de ambición» que, según la ONG, el bloque está mostrando en las negociaciones climática de la cumbre de París (COP21).

El director de Estrategia y Políticas de la organización Union for Concerned Scientists, Alden Meyer, consideró que «hay claramente algo de progreso: se ha resuelto el asunto del límite para la temperatura, y también la neutralidad de emisiones para la segunda mitad de siglo«. Sin embargo, puntualizó que en la financiación «queda mucho trabajo por hacer», sobre todo en lo referido a los fondos para la adaptación de los países en desarrollo antes de 2020.

La cumbre del clima (COP21) de París avanza con buen paso para lograr un acuerdo global de lucha contra el calentamiento estos días, según indicó el presidente de la reunión, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, durante la presentación esta noche de un nuevo borrador de acuerdo. El nuevo documento, en el que prácticamente han desaparecido los corchetes (apenas quedan 48 frente a los 365 que tenía antes), ya tiene «la forma» del acuerdo legal que prevén adoptar 195 países más la Unión Europea.

Neutralidad de emisiones desde 2050

«Estamos muy cerca de la meta, y confiamos en que se resuelva», señaló Meyer, que agregó que la cuestión de la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo «sigue entre corchetes», aunque concedió que parece haber consenso en que los 100.000 millones de dólares que deberán ser movilizados anualmente son responsabilidad de las naciones ricas. Alabó que se incluya el objetivo de la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero durante la segunda mitad del siglo, lo que «envía un mensaje fuerte al sector financiero sobre por dónde deben ir las inversiones». «Hay que resolver las cuestiones pendientes», enfatizó.

Por su lado, la responsable climática de Oxfam, Kelly Dent, señaló que en el texto sometido a análisis hay «ganancias», como la referencia a los objetivos de financiación posteriores a 2020, y «pérdidas», como que desaparece la alusión a los derechos humanos en el artículo dos del documento. También llamó la atención sobre que la controvertida cuestión de la creación de un mecanismo de «pérdidas y daños» para los países más vulnerables al cambio climático sigue abierta, algo que a su juicio es «muy importante».

Por su lado, Greenpeace, criticó que «lo que hay ahora en la mesa todavía no es suficientemente bueno». La organización ecologista cree que los actuales objetivos de emisiones no dejarán por debajo de 1,5 grados centígrados el calentamiento global y «este borrador no hace absolutamente nada por cambiar eso». «Presenciamos una muestra de impotencia internacional», sentencia Greenpeace, que cree que se está «cerrando la puerta a nuestra mejor oportunidad para evitar el calentamiento». Mientras, Ecologistas en Acción indicó que «la cumbre del clima de París se dirige hacia un acuerdo de mínimos, claramente descafeinado y sin ambición ni herramientas objetivas para convertirse en un instrumento eficaz contra el cambio climático».

Críticas a la ambición europea

Por otro lado, el contra-galardón otorgado a la Unión Europea «trata de empujar a sus líderes a que «prediquen con el ejemplo y presionen para lograr un acuerdo climático lo más sólido posible» en las negociaciones que han entrado ya en su recta final. En concreto, la CAN critica que los Veintiocho supuestamente se opusieran a que se incluyese en el texto del acuerdo una mención a la necesidad de descarbonizar completamente las economías, a pesar de que lideran la autodenominada «coalición por una ambición muy alta» en la COP21.

Esa agrupación de varios centenares de ONG afirmó que la Unión Europea también se unió a los países que se oponían a que el texto pida un aumento de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2020, una postura que el director de la CAN, Wendel Trio, consideró «contradictoria». «La falta de un verdadero liderazgo de la Unión Europea no nos ayuda para conseguir un acuerdo significativo», señaló. Durante esta cumbre climática, la CAN ha otorgado su premio Fósil del día a India, Venezuela, Arabia Saudí, Bélgica y Dinamarca, entre otros.