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Fainé, Reynés, Galán y Brufau en el top ten de los mejores gestores empresariales de España, según un estudio

Europa Press.– Isidre Fainé (Fundación Bancaria La Caixa), Francisco Reynés (Naturgy), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) y Antonio Brufau (Repsol) se encuentran en el top ten de los mejores gestores empresariales de España, todos ellos con una mejor valoración de la que recibían el pasado año, según un estudio realizado por Advice Strategic Consultants.

En primer lugar, Fainé es reconocido «no solo por su excelencia en la gestión empresarial y su exitosa trayectoria, sino por su autoridad, prestigio, reputación, buena imagen y responsabilidad social», explica el estudio. Fainé obtiene un alto reconocimiento positivo al ser identificado con la Fundación, la entidad bancaria y con todas las empresas participadas en Criteria Caixa, como Naturgy, de la que también ha sido presidente, Cellnex, Agbar o Telefónica.

En el top ten se encuentran Francisco Reynés (Naturgy), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), y Antonio Brufau (Repsol). Dicho estudio se realiza semestralmente desde 2005 a partir de 1.800 entrevistas a líderes de opinión (empresarios, periodistas, analistas, economistas, influencers o políticos) y 2.400 a la población general, siguiendo criterios de segmentación por variables demográficas y socioeconómicas del INE y del CIS.

Brufau (Repsol) pide pragmatismo, realismo y neutralidad tecnológica en la transición energética ya que «la factura la pagamos todos»

Europa Press.- El sector petrolero ha demandado que la transición energética hacia la descarbonización se realice de manera que se tenga en cuenta a todas las fuentes de energía disponibles y se respete la neutralidad tecnológica, para que sea «coste-eficiente«. En este sentido, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, pidió que la transición energética se aborde desde «el pragmatismo y el realismo», respetando la neutralidad tecnológica, «ya que la factura la pagamos todos».

Respecto a la neutralidad tecnológica, Brufau se cuestionó «qué sabremos los personajes de la calle o los políticos de qué tecnología va a existir dentro de 30 años». Así, advirtió que cuando se decide subvencionar a una tecnología en detrimento de otra se debe tener claro «quién lo debe pagar: si el dinero público o quiénes se van a beneficiar de esta tecnología cuando sea madura». En su opinión, Brufau consideró que el dinero público debe destinarse a financiar aquellas tecnologías maduras que no están al alcance de los ciudadanos como, por ejemplo, la renovación de la flota de automoción vieja por una nueva o el cambio a bombillas LED.

«Hay que buscar la ruta más eficiente en costes para reducir las emisiones, que consiste en ver aquellas tecnologías ya maduras que están en el mercado y potenciarlas», añadió, subrayando que hay que «buscar la ruta coste-beneficio más eficiente». Asimismo, consideró que el Gobierno peca de «quijotismo» y de «ser mejores que todos, y que Alemania» en retos medioambientales, ya que la Ley de Cambio Climático plantea unos objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones de CO2 a 2030, del 48% sobre 2005 frente al 33% de la Unión Europea.

Además, advirtió que alcanzar el objetivo de reducir 60 millones de toneladas de CO2 a 2030 que marca la Unión Europea, frente a los 120 millones de toneladas que se quiere autoimponer España, «se puede conseguir sin costes para el ciudadano» a través de eficiencia energética y movilidad, por la sustitución del parque de vehículos de más de 13 años de antigüedad por nuevos, con 20 millones de toneladas de reducción cada uno, y con el impulso a las renovables.

Brufau indicó que el coche eléctrico «va a llegar», pero advirtió que hay que tener cuidado con los mensajes que se lanzan, como el de prohibir los vehículos de motor diésel, ya que se consigue que «la gente no cambie de coche» y esto supone que «se emite mucho más». El presidente de Repsol aseguró que no cree que antes de 2020, «y más cerca del 2030», se encuentre una «paridad» en la competitividad del vehículo eléctrico frente al de combustión interna. «Hay una cierta agitación, por las razones que sean, y estemos primando una tecnología no madura por competitividad y con dinero público», añadió.

Las petroleras piden más neutralidad

Por su parte, el presidente de BP España, Luis Aires, consideró que, en su opinión, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética no cumplía con la neutralidad tecnológica ya que recogía «mucha prohibición y obligaciones», algo que debería ser «sustituido por la promoción». «Incentivemos más que obligar», pidió. Aires se refirió así a la intención de prohibir la matriculación y la venta de cualquier vehículo que no fuera 100% eléctrico en 2040, ya que «una medida de ese tipo no va en el camino de la neutralidad tecnológica y manda una señal muy delicada a la industria del automóvil y del refino, así como a la población, que no sabe qué coche comprar», indicó.

Asimismo, criticó la obligación a las gasolineras de cierto tamaño de contar con un punto de recarga eléctrico «ya que va en contra de la libertad de empresa y puede obligar a hacer inversiones que no son coste-eficientes«, así como la revisión de los incentivos que puedan favorecer el consumo de combustibles fósiles «porque no va a ayudar a la renovación de la flota de vehículos, que es el gran problema de la calidad del aire en las ciudades», añadió.

En esta línea, la directora general de Negocios Comerciales y Química de Repsol, María Victoria Zingoni, afirmó que para abordar el desarrollo de la tecnología que permita proseguir ese camino hacia la descarbonización y mejorar la eficiencia energética es necesario contar «con un marco regulatorio estable» y el respaldo de la neutralidad tecnológica. La directiva, que consideró que la descarbonización se trata de «un esfuerzo que debe ser realizado por todos», defendió que el gas natural es una fuente que debe jugar «un rol importante en toda la transición energética» ya que se puede integrar muy bien con las renovables.

Zingoni también valoró la estrategia de las petroleras tradicionales de convertirse en «proveedores de toda la energía que puedan necesitar los clientes», tanto en movilidad como en consumo doméstico, en la que enmarcó la adquisición por Repsol de los activos no regulados de Viesgo y la apuesta por «seguir creciendo en renovables, tanto en fotovoltaica como en eólica«. «El objetivo es producir esa energía de la forma más eficiente», añadió.

Mientras, el director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Cepsa, Héctor Perea, incidió en que todas las fuentes de energía «serán necesarias» para garantizar esa transición energética «ordenada» si se quiere alcanzar ese doble objetivo de hacer frente al crecimiento de la demanda global de energía y reducir las emisiones de CO2. Perea señaló que en el horizonte de 2030 la demanda global de petróleo sufrirá una ralentización, aunque se mantendrá en niveles parecidos a los actuales debido al incremento de la demanda asiática.

De cara a 2030, vaticinó un crecimiento global de las renovables de en torno al 500%, un negocio en el que señaló que las petroleras ya están activas con unas inversiones en 2018 en el sector que ascendieron a unos 7.000 millones de euros, aproximadamente el 15% del total de la cifra inversora. No obstante, indicó que la demanda global de gas crecerá en torno a un 35%, relevando en la generación eléctrica al carbón, y que la nuclear también lo hará en un 45%, por lo que subrayó que es «fundamental contar con todas las fuentes de energía disponibles«.

A este respecto, señaló que Europa está liderando la transición energética, aunque advirtió que se trata de «un camino de largo recorrido, y liderar en solitario no nos acercará a ese objetivo», ya que adoptar un marco regulador «más exigente» que en otras áreas geográficas tiene el riesgo de que haya deslocalizaciones. «No vaya a ser que cerremos industrias y acabemos importando esas emisiones de productos de otras regiones», advirtió.

Brufau (Repsol) advierte de una crisis en el suministro de crudo por el recorte de las inversiones en el pasado

Europa Press.- El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha advertido de una crisis en el suministro de petróleo debido al recorte en la inversión de las empresas del sector tras el desplome de los precios del crudo en 2014. Asimismo, Brufau señala que los precios del petróleo están actualmente en niveles «altos», por encima de los 85 dólares el barril, antes incluso de haberse visto «el impacto» de la falta de inversión cuando las empresas energéticas dejaron de invertir durante la crisis.

Considera que el petróleo, en máximos de 4 años, podría aumentar todavía más su precio en medio de la incertidumbre sobre la capacidad adicional de producción. «Depende de cuánta capacidad de reserva tengan desde la OPEP, y no creemos que tengan demasiada», señala Brufau. El directivo subrayó que ahora las empresas invierten a corto plazo y deben demostrar que «el dinero invertido en proyectos lo vale rápidamente». «La vida de nuestras inversiones es ahora de 6-7 años», indicó Brufau, quien subraya que en el pasado las mejores empresas del sector eran las que tenían las mayores reservas probadas, pero eso se ha vuelto «menos importante».

En este escenario de incertidumbres respecto a la demanda futura de combustibles fósiles, unido al impulso de energías bajas en emisiones y el coche eléctrico, desde Repsol consideran que seguir haciendo grandes inversiones en proyectos de producción de crudo a largo plazo «es una decisión ilógica». El plan estratégico de Repsol contempla inversiones de 15.000 millones de euros hasta 2020, de los que un 53% se destinarán a exploración y producción y el resto a refino, química, gas y generación de energía con bajas emisiones.

Aunque el petróleo y el gas siguen siendo el núcleo del negocio de Repsol, señala Brufau, el plan estratégico del grupo también contempla 2.500 millones de inversiones en energías limpias. Repsol ha reajustado su negocio para dar preferencia al gas sobre el petróleo ya que cree que tendrá un mayor peso en la generación de energía junto a las renovables.

Brufau (Repsol) subraya la necesidad de compatibilizar la transición energética con la competitividad de la industria

Europa Press.– El presidente de Repsol, Antonio Brufau, subrayó la necesidad de crear medidas regulatorias que faciliten la transición energética, a la vez que se mantiene la competitividad de la industria energética en Europa. Así se manifestó en la cuarta edición de las conferencias Energy for Europe, organizadas por la compañía.

Asimismo, el presidente de Repsol reiteró la defensa del gas natural como el pilar fundamental para alcanzar los objetivos globales de reducción de emisiones de CO2 a corto plazo y como la fuente de energía clave, junto con las renovables, para sustituir el carbón para la generación de electricidad, según apuntó la compañía. Brufau también consideró fundamental seguir innovando y desarrollando nuevas tecnologías, a través de una financiación sostenible, para conseguir una transición energética que lleve a un modelo más eficiente, dinámico y sostenible medioambientalmente.

Repsol y Cidetec mantienen su apuesta por la movilidad eléctrica

EFE.- Los presidentes de Repsol, Antonio Brufau, y de Cidetec, Eduardo Junkera, se han reunido en las instalaciones de Petronor para hacer seguimiento del acuerdo de colaboración que mantienen ambas entidades en el campo de la movilidad eléctrica.

Según Petronor, la colaboración entre Repsol y Cidetec está dirigida a desarrollar tecnologías que permitan minimizar o eliminar las limitaciones actuales de la movilidad eléctrica.

El trabajo se centra en la consecución de la energía específica y en densidad apropiada para que, con una batería de similar peso y dimensiones, la autonomía aumente.

Se pretende alcanzar una mejora sustancial de las baterías actuales y el desarrollo de tecnologías disruptivas de almacenamiento para ayudar a la movilidad eléctrica y a su expansión de una forma más completa.

En la reunión han participado también el presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra, y el director general de Cidetec, Javier Rodríguez.

Brufau (Repsol) señala las incertidumbres que generan las decisiones políticas del presidente Trump (Estados Unidos) en el escenario energético mundial

Europa Press / EFE.- El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha destacado la relevancia geopolítica de la energía y ha subrayado las incertidumbres que representan para el escenario energético mundial las últimas decisiones de Estados Unidos, como su ruptura del acuerdo nuclear con Irán o su retirada del acuerdo por el Clima de París.

En la jornada de presentación de los Cuadernos Energía y Geoestrategia 2018, el presidente de Repsol señaló que Estados Unidos, que dio «marcha atrás» en varios tratados internacionales, está dejando huecos en el «tablero de la geoestrategia». Brufau indicó que la ruptura del acuerdo nuclear con Irán tendrá «consecuencias de distintos tipos» y genera dudas respecto a qué pasará con la producción de petróleo del país ante la amenaza de nuevas sanciones por Estados Unidos.

Así, subrayó que se abre la puerta a que grandes consumidores como Rusia o China tengan acceso a ese petróleo «con una gran tasa de descuento» y añadió que habrá que esperar a ver cómo reaccionan los mercados a las incógnitas, aunque en un primero momento la ruptura del Acuerdo con Irán lo que ha hecho es tensionar los precios al alza. Brufau considera que el escenario internacional se divide «entre la aparente batalla de la globalización y el proteccionismo». «Ese proteccionismo que hace que Estados Unidos se repliegue hacia su interior, desplaza los centros de poder a nuevas localizaciones frente a los que antes eran habituales», añadió al respecto.

Por su parte, el subsecretario de Defensa, Arturo Romaní, valoró la «estrecha» relación existente entre geopolítica y energía y la necesidad de analizar los acontecimientos globales y «discernir los comportamientos de los diferentes actores estratégicos». Romaní destacó que la incertidumbre y riesgo geopolítico en el escenario energético «no han hecho más que acrecentarse» y que las decisiones de Estados Unidos han dado lugar a un escenario de más incertidumbre y supone una «inflexión estratégica», pues se va a poner a prueba la arquitectura estratégica mundial. Por ello, afirmó que la seguridad energética es «un factor clave» y es preciso aplicar «política de Estado» en ella. «La seguridad y la defensa marcan las políticas europeas», añadió.

El vicepresidente del Club de la Energía, Miguel Antoñanzas, también ha coincidido en que desde que hace 6 años, cuando se comenzó a preparar la primera edición de los Cuadernos de Energía y Geoestrategia, el «entorno de la energía se ha hecho más incierto y complejo» y es «importante comprender qué está ocurriendo para tomar las actuaciones más adecuadas«. El presidente del Comité Español del Consejo Mundial de la Energía (CECME), Íñigo Díaz de Espada, que subrayó el valor de la publicación presentada, ha considerado que los «vínculos entre energía y geoestrategia son cada vez más estrechos» y «no se puede entender la acción política sin entender el impacto que la energía tiene en ella».

Por su parte, el director general del Instituto de Estudios Estratégicos (IEEE), Miguel Ángel Ballesteros, ha recordado también que la estrategia de seguridad energética de España constituye uno de los puntos incluidos en la estrategia de seguridad nacional del país, y considera que es prioritario acercar la política de seguridad nacional a la sociedad en general porque «ya nadie es sujeto pasivo de la seguridad».

Brufau (Repsol) ve “regresiva” la propuesta de la comisión de expertos de costear la transición energética subiendo los impuestos indirectos

EFE.- El presidente de Repsol, Antonio Brufau, critica las propuestas del comité de expertos que pretenden que la reducción de emisiones de CO2 y la transición energética se pague a través de impuestos indirectos que soportan los ciudadanos porque eso «no es justicia progresiva», sino «regresiva».

Brufau ha demandado «buenas políticas regulatorias que no impacten en el individuo» y ha recordado que en el pasado se hicieron legislaciones para extender determinadas tecnologías renovables que favorecieron a compañías eléctricas, pero que generaron «déficits de tarifa enormes» que se van a tener que pagar durante bastantes años. Brufau, que recordó la factura pendiente de pagar de 25.000 millones de euros por este motivo, ha manifestado que la mejor regulación energética para el desarrollo del país es la que piense en el ciudadano y no en la empresa energética.

El presidente de Repsol considera que la «factura» de la transición energética no la debe pagar nadie, sino que lo que hay que conseguir es acertar en la ruta para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Brufau cree que en este momento hay que apostar por la tecnología que ya hay en el mercado para mejorar en eficiencia energética, pues otras como el vehículo eléctrico, la sustitución del carbón por el gas o la captura de carbono, tendrán efecto sólo a largo plazo.

Nuevos motores reducirían las emisiones

Además, ha señalado que los costes de la transición hacia un modelo en el que se reduzcan las emisiones de gases invernadero no pueden perjudicar a la competitividad, especialmente a la de la industria, pues un país sin industria es un «país pobre». También ha manifestado que la investigación en tecnología no debe recaer en los ciudadanos, sino en las empresas, que deben invertir con cargo a su cuenta de resultados y no esperar a que se invierta dinero público, que, en su opinión, deber destinarse a que los ciudadanos tengan mejores prácticas energéticas. Apuntó, en este sentido, que si los vehículos actuales emplearán nuevos motores de combustión, se reducirían las emisiones en un 26%.

Brufau, que ha pedido también apoyo regulatorio a la generación distribuida en España, ha manifestado que el vehículo eléctrico es una «gran oportunidad» y Repsol va a estar en este campo, pero «cuanto toque estar», pues actualmente «presenta grandes dudas e incertidumbres». Ha apuntado que el coche eléctrico no será competitivo hasta 2025 y siempre que se solucionen temas básicos, como la geopolítica de los metales para producir sus baterías ya que en el caso del cobalto se va a producir una dependencia de los pocos países que lo producen.

Por eso, ha señalado que es necesario poner el peso donde sea más eficiente para la sociedad y ahora lo es, a su juicio, en la renovación de la flota actual de los vehículos de combustión más que en el vehículo eléctrico. Además, pidió tener cuidado con las subvenciones a los vehículos eléctricos por las transferencias de recursos que pueden suponer en el corto plazo de las clases medias a las de alto nivel adquisitivo. También se pregunta «por qué tenemos que pagar la investigación de las compañías de automóviles alemanas», que asegura que reciben toda la subvención de I+D+I.

Repsol logra un beneficio de 2.121 millones en 2017, un 22,2% más y el mayor de los últimos 6 años

Europa Press / EFE.– Repsol obtuvo un beneficio neto de 2.121 millones de euros en 2017, lo que supone un incremento del 22,2% respecto al alcanzado un año antes, según comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En un escenario de precios bajos de las materias primas, la compañía, apoyada en las fortalezas de sus negocios y sus planes de eficiencia, alcanzó el mayor resultado neto de los últimos 6 años.

El modelo de negocio integrado de Repsol facilitó que la compañía afrontase de «manera satisfactoria» la coyuntura y aprovechase la leve recuperación de los precios del crudo y del gas a partir de junio. Repsol ha destacado que la gestión con foco en la creación de valor y la flexibilidad y diversificación que proporciona la integración de los negocios impulsaron el beneficio neto ajustado, que creció un 25,1%, hasta los 2.405 millones de euros, frente a los 1.922 millones de 2016, también el más alto de los últimos seis años.

La buena marcha de los negocios de Repsol se tradujo en una subida del 29% del resultado bruto de explotación (Ebitda), que con 6.723 millones de euros, logró el mejor dato del último quinquenio. Paralelamente, Repsol redujo su nivel de deuda un 23%, hasta situarla en 6.267 millones de euros al cierre del ejercicio. La ejecución del programa de sinergias y eficiencias generó cerca de 2.400 millones de euros de ahorro, con lo que Repsol batió las expectativas y superó un año antes de lo previsto el objetivo que se había fijado para 2018 en el plan estratégico, que era de 2.100 millones de euros.

El resultado del área de Upstream (exploración y producción) se situó en 632 millones de euros, lo que supone un aumento de 580 millones de euros respecto a los 52 millones que se obtuvieron en 2016, lo que supone multiplicar por 12 su resultado. A este aumento contribuyeron las medidas adoptadas en su plan de sinergias y eficiencias, el reinicio de la actividad en Libia y la subida de los precios internacionales de referencia. Estos resultados del negocio de exploración y producción se registraron con una cotización media de las materias primas que se mantuvo en un rango bajo durante 2017, con 54,2 dólares por barril en el caso del Brent y 3,1 dólares por Mbtu en el Henry Hub.

Además, la compañía presidida por Antonio Brufau aumentó su producción un 0,7% respecto al 2016 hasta alcanzar una media de 695.000 barriles equivalentes de petróleo diarios, la mayor producción desde 2011 y superando el objetivo de 680.000 barriles marcado para 2017, gracias al reinicio de la actividad en Libia, a los incrementos obtenidos en distintos activos y a la puesta en marcha de proyectos como Juniper (Trinidad y Tobago), Lapa y Sapinhoa (Brasil )y Shaw, Cayley y Flyndre (Reino Unido).

En cuanto al Downstream (refino, química y marketing), el resultado, de 1.877 millones de euros, se mantuvo en línea con los de ejercicios anteriores, cayendo apenas un 0,3% respecto a los 1.883 millones del 2016, lo que referencia a esta división de negocio como el «gran generador» de caja de la compañía. Durante 2017, las áreas de Refino, Marketing, Trading y Gas&Power aumentaron sus resultados, el área de Lubricantes incrementó sus ventas y el área de Química mantuvo la robustez de los dos últimos años. La petrolera situó su margen de refino el año pasado en los 6,8 dólares por barril, un 7,9% superior a los 6,3 dólares por barril obtenidos en el ejercicio 2016.

Retribución del consejo de administración

Por otro lado, los principales directivos de Repsol, Antonio Brufau y el consejero delegado Josu Jon Imaz, ganaron 3,08 millones y 4,03 millones de euros, respectivamente, en 2017, un 5,8% más en el caso de Brufau y un 34% más en el de Imaz. En el caso de Antonio Brufau el total de la retribución la percibió en metálico y en el de Imaz 3,84 millones fueron en metálico y 187.000 euros en acciones. Además, en el caso de este último se contabilizan 254.000 euros de aportación a sistemas de ahorro, en los que ya acumula 1,62 millones de euros.

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, percibió en 2017 2,5 millones de euros de remuneración fija y 589.000 euros por otros conceptos. Por su parte, el CEO Josu Jon Imaz recibió 1,2 millones en concepto de sueldo, 177.000 euros de remuneración fija y 1,44 millones de euros en retribución variable a corto plazo y 821.000 euros en variable a largo.

En cuanto a otros miembros del consejo de administración de Repsol, Gonzalo Gortázar, que es consejero delegado también de Caixabank, percibió 376.000 euros en 2017 en Repsol, un 22% más que el año anterior. El exvicepresidente de Caixabank, Antonio Masanell, que a finales del año pasado renunció a su puesto en el consejo de Repsol, percibió 243.000 euros en 2017 como consejero de la petrolera, el triple que un año antes, en que percibió 81.000 euros. Por su parte, el presidente de Caixabank, Jordi Gual, que fue nombrado en diciembre consejero externo dominical en sustitución de Masanell, no ha tenido tiempo de recibir ninguna cantidad.

Mario Fernández, que el pasado 20 de febrero dimitió como consejero de Repsol tras conocer que el Tribunal Supremo había desestimado el recurso que interpuso contra una sentencia que lo condenó por un delito de apropiación indebida en su etapa de presidente de Kutxabank, percibió en la petrolera el año pasado 309.000 euros, lo mismo que en 2016. El consejo de administración de Repsol recibió en conjunto 14,46 millones de euros en 2017, un 13,6% más que el año anterior.

Repsol confirma «muestras de interés» de diversos inversores, entre ellos el fondo CVC, por su participación en Gas Natural Fenosa

Europa Press.– Repsol ha recibido «muestras de interés» de diversos inversores, entre los que se encuentra el fondo CVC, por su participación del 20% en Gas Natural Fenosa, aunque ha asegurado que no ha tomado decisión alguna respecto a una posible desinversión.

En un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la petrolera señaló que este interés se encuentra en «fase preliminar» y destacó que «no existe acuerdo suscrito, ni se ha contratado asesoramiento jurídico o financiero, ni se ha tomado decisión alguna al respecto por parte del consejo de administración». En el marco de su vigente plan estratégico 2016-2020, y como parte de «una gestión dinámica permanente» de su cartera de negocios, Repsol indicó que analiza «regularmente» diferentes alternativas, entre las que se incluyen aquéllas relativas a su participación en Gas Natural.

De esta manera, la petrolera, que afirmó que «no tiene como política comentar noticias no contrastadas que puedan aparecen en los medios de comunicación», responde a la solicitud del supervisor bursátil tras las informaciones publicadas. En septiembre de 2016, Repsol y La Caixa, a través de Criteria Caixa, acordaron la venta de un 20% de Gas Natural Fenosa al fondo estadounidense GIP por unos 3.802 millones de euros mediante un acuerdo en el que cada uno de los socios se desprendió de un 10% del capital. Con esta operación, Repsol y Criteria Caixa ponían fin al pacto para el control conjunto de Gas Natural Fenosa suscrito en enero de 2000.

La actual participación del 20% de la petrolera en el capital de Gas Natural Fenosa está valorada, a precios de mercado, en más de 4.100 millones de euros. En mayo, ante la junta de accionistas, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, señaló respecto a la participación en Gas Natural Fenosa que «siempre ha sido un activo estratégico», aunque subrayó que se consideraba «como un activo más, sometido a cualquier tipo de reflexiones en todo momento». «No tenemos ninguna fidelidad a ningún activo«, añadió al respecto.

Brufau defiende en Europa la apuesta por los ciclos combinados de gas frente a los subsidios a los coches eléctricos

Europa Press.- El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha afirmado en Bruselas que sustituir una solo central de carbón por otra de gas natural supone una reducción de emisiones contaminantes «equivalente a poner en circulación millones de coches eléctricos» y ahorraría «miles de millones de euros en subsidios a los ciudadanos europeos».

Brufau considera que la transición del carbón al gas natural debe ser una «prioridad» y enfatizó que Estados Unidos ha reducido las emisiones de CO2 «únicamente utilizando gas natural y reemplazando el carbón». «Sin embargo, nosotros estamos subsidiando el coche eléctrico, con un coste de CO2 por tonelada mucho mayor que otras alternativas», criticó. En la misma línea, denunció que este tipo de subsidios «supone la transferencia de ingresos desde la ciudadanía de clase media y baja a las clases altas, los únicos que tienen acceso a adquirir estos vehículos».

«Todo esto corre el riesgo de establecer un sector energético que está lejos de ser óptimo, perjudicando la competitividad y el rendimiento de la industria en Europa», advirtió. En este sentido, el presidente de Repsol asegura que Europa esté probablemente «confundiendo el indispensable objetivo de reducir sus emisiones con los medios y los modos de conseguirlo», lo que supone el riesgo de «no alcanzar el objetivo de una manera eficiente«.

La transición energética a debate

«En la actualidad, nos centramos en la transición energética como un cambio en combustibles, de hidrocarburos a renovables, y tecnologías, desde motores internos de combustión a coches eléctricos. Este arriesgado enfoque excluye otros tipos relevantes de transiciones energéticas», ha defendido. Entre ellas, citó un cambio «acelerado» del carbón al gas natural, de la producción eléctrica centralizada a la descentralizada, de construir nuevas centrales eléctricas a emplear técnicas más eficientes o desde la pobreza energética hacia la disponibilidad energética global. Además, Brufau ha subrayado que la eficiencia energética es la medida que reduce emisiones «de una forma más directa», con «mayor relevancia y un menor coste».

Finalmente, el presidente de Repsol destacó “el importante papel de la energía como una moneda de negociación en las relaciones internacionales y en el entorno geopolítico». Por ello, ha afirmado que la Unión Europea «no debe actuar de una forma improvisada», sino «con un enfoque sólido, consensuado y efectivo». «La importancia de la estrategia europea en diplomacia energética es incuestionable», consideró. Así, ha destacado que el comercio de flujos energéticos seguirá siendo una «parte básica» de las relaciones del bloque comunitario con países vecinos, como Argelia o Libia, al mismo tiempo que subraya que la energía «es parte de la solución de los problemas a los que se pueden enfrentar».