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El comité de expertos insta al Gobierno alemán a construir un ATC en el país para albergar los residuos nucleares

EFE.- La comisión de expertos encargada de la búsqueda de una solución definitiva para los residuos acumulados por las centrales atómicas alemanas instó al Gobierno a construir un almacén nuclear en el propio país, bajo tierra y con la premisa de la máxima seguridad como prioridad.

«Es una decisión difícil, porque implica dar con una solución duradera a una fuente de energía de uso relativamente corto, cuyos residuos acompañarán a muchas generaciones futuras», resumió el presidente de la comisión, Michael Müller, al presentar sus conclusiones. La búsqueda debe ceñirse a criterios científicos, desde la perspectiva de la responsabilidad a «muy largo plazo», añadió, y contando también con la participación ciudadana, puesto que se parte de la base de que, sea cual sea el lugar elegido para el almacén, «no gustará a la población o región afectada».

La comisión recomienda, en unas conclusiones contenidas en más de 600 páginas cuyos destinatarios son el Gobierno y el Parlamento, que el cementerio definitivo esté en Alemania, ya que «los residuos altamente radiactivos generados por las centrales alemanes deben encontrar un destino seguro en el país». Como «única opción segura y duradera», para una basura que seguirá siendo radiactiva «por un millón de años», se plantea un cementerio «en la profundidad de una formación geológica», capaz de mantener su integridad por encima de cualquier «eventualidad».

Müller llamó, asimismo, a los colectivos antinucleares a participar en la búsqueda de soluciones, al tiempo que les lanzaba un mensaje conciliador al dar por «casi excluido» que ese cementerio vaya a instalarse en Gorleben (norte de Alemania), población donde está ubicado el depósito de residuos del país. Los colectivos antinucleares habían convocado una marcha de protesta en Berlín, a modo de recuerdo de las batallas campales que acompañaron durante décadas la llegada de cada uno de los convoyes de residuos atómicos a la región eminentemente agrícola que rodea Gorleben.

Gorleben no está formalmente excluido como lugar donde ubicar el ATC, en contra de la opinión del propio Müller y de esos colectivos que exigen que se descarte por la carga que durante décadas ha tenido que soportar esa región como consecuencia de la presencia del depósito temporal. La ubicación del almacén de residuos nucleares definitivo es una cuestión aún pendiente desde que el Gobierno de la canciller Angela Merkel decidió el abandono de esa fuente de energía, en 2011, en medio de la conmoción generada por la catástrofe de la central japonesa de Fukushima.

Merkel retomó así el plan de cierre de la veintena de plantas atómicas del país que había adoptado previamente su antecesor en la cancillería, el socialdemócrata Gerhard Schröder, en coalición con los Verdes, y que ella misma había derogado en 2009. De acuerdo con los planes actuales, para 2021 debe quedar desactivada la última central atómica del país, mientras que para 2050 debe estar construido un almacén definitivo que sustituya al depósito provisional de Gorleben.

Gamesa y Siemens aprueban el proyecto común de fusión para integrar su negocio y crear el mayor grupo eólico mundial

EFE / Servimedia.- Gamesa y Siemens han aprobado el proyecto común de fusión para integrar el negocio del fabricante de aerogeneradores español con la división eólica del conglomerado alemán, creando el mayor grupo eólico del mundo. De acuerdo con lo anunciado previamente, Siemens recibirá acciones de Gamesa representativas de aproximadamente el 59% del capital social tras la fusión, mientras que los actuales accionistas de Gamesa controlarán el 41% restante de la sociedad, según comunicaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Entre los nuevos detalles desvelados está la composición de un Consejo de 13 miembros: 4 independientes (Gloria Hernández y Andoni Cendoya, y dos más de una lista de Siemens); 5 dominicales de Siemens, 2 de Iberdrola (Sonsoles Rubio y Francisco Javier Villalba), a los que se suma el consejero delegado y el secretario del Consejo. Asimismo, el documento recoge que, con objeto de permitir la integración, Siemens llevará a cabo un proceso interno de reorganización que se deberá finalizar antes del 31 de julio de 2017. Las empresas han acordado también designar un experto independiente para que elabore un informe sobre el proyecto de fusión y el patrimonio que Siemens Wind Power aportará a Gamesa.

El proyecto añade que «no está previsto que la fusión tenga ningún impacto directo sobre los empleados de Gamesa». La fusión, recuerda, «se basa en una sólida lógica industrial» y dará lugar «a la creación de un actor global de gran relevancia en el sector de los aerogeneradores» con un negocio combinado de 69 gigavatios (GW). La suma de ambas se beneficiará de unas previsiones de crecimiento «atractivas» tanto en el negocio eólico terrestre onshore como en el marino offshore, añaden. El negocio eólico de Siemens tiene una presencia importante en Estados Unidos y en Europa, mientras que Gamesa la tiene en mercados emergentes como la India o en Latinoamérica.

La efectividad de la fusión está sujeta a la aprobación de los accionistas de Gamesa, así como a la autorización de las autoridades de Competencia y la obtención por parte de Siemens de la exención de la CNMV para no estar obligada a formular una oferta pública de adquisición (OPA) tras la fusión. Según estaba previsto, el proyecto recoge que el consejo de administración de Gamesa proponga a la junta de accionistas la distribución de un dividendo extraordinario en efectivo de 3,75 euros por acción que será aportado por Siemens, aunque de esa cantidad se reducirá la cuantía de los dividendos ordinarios que Gamesa distribuya hasta la efectividad de la fusión, que esperan concluir durante el primer trimestre de 2017.

Basado en la cotización de Gamesa a 28 de enero, con los términos de ecuación de canje acordados, el valor de los fondos propios (equity value) de Gamesa y del negocio eólico de Siemens sería de 4.021 y de 5.787 millones de euros, respectivamente. Gamesa y Siemens prevén que se generen sinergias estimadas en 230 millones de euros anuales en términos de beneficio neto de explotación (EBIT) cuatro años después de la operación. Por otro lado, Siemens e Iberdrola, que controla el 19,7% de la empresa eólica vasca, han firmado un acuerdo en virtud del cual la eléctrica se ha comprometido a apoyar la fusión.

Gamesa defiende ante sus accionistas la fusión con Siemens: “traerá beneficios para todos y negocio adicional”

EFE.- El presidente de Gamesa, Ignacio Martín, argumentó que la fusión con la división eólica de Siemens supondrá beneficios para todos, accionistas, plantilla, clientes y proveedores, a los que ha querido tranquilizar en su discurso ante la junta de accionistas asegurando que será una auténtica oportunidad para generar «negocio adicional«. La fusión con Siemens se aprobará en una próxima junta extraordinaria de accionistas en septiembre.

Martin, que dejará la presidencia pero será el futuro consejero delegado de la firma resultante, ha dedicado parte de su intervención a despejar las inquietudes sobre la fusión, insistiendo en su «compromiso para mantener su vinculación con España, en particular con el País Vasco y Navarra». Al ser de carácter ordinario, la Junta ha aprobado primero las cuentas del año pasado, con unos beneficios netos de 170 millones de euros en 2015, un 85% más que el año anterior. Los números verdes continuaron este año en el primer trimestre, en el que Gamesa ha ganado 72 millones de euros, un 16% más que en el mismo periodo de 2015, gracias al aumento de las ventas.

Martin ha expresado su «orgullo» porque la compañía ha cumplido el primer año del plan estratégico 2015-2017 «de manera exitosa», adelantando un año los objetivos planteados para 2017. Por ejemplo, la producción de este año superará los 3.800 megawatios, cuando el plan estratégico preveía llegar a 3.500 MW para el año que viene. «La previsión de Ebit es de más de 400 millones este año, ya ha superado el 8% y se plantea llegar al 9%», ha comentado el presidente.

Condiciones de fusión con Siemens

Pero a pesar de esta excelente marcha de la compañía, con una cartera de contratos por valor de 5.400 millones de euros, el máximo de su historia, la atención se ha centrado en la reciente firma con Siemens para integrar los negocios de energía eólica. Siemens se quedará con el 59% del accionariado del grupo resultante, mientras que los actuales accionistas de Gamesa recibirán el 41% restante y un pago en efectivo de 3,75 euros por acción. De estos 3,75 euros, que se pagarán en el primer trimestre del año que viene, cuando culmine la fusión, se restarán los 0,15 euros por acción del dividendo ordinario con cargo a 2015.

Martin ha defendido enérgicamente la fusión con la división eólica de Siemens, que conlleva «sinergias extraordinariamente claras». «Los proveedores y clientes en la mayor parte son los mismos, lo que nos permitirá contar con una mayor escala y posición competitiva. En Gamesa no necesitábamos ninguna operación, nuestro negocio va bien, pero hemos visto una oportunidad de consolidación muy interesante», ha destacado. Martin ha defendido que se trata de «una fusión entre iguales, la unión de dos compañías con negocios altamente complementarios»; Siemens se dedica sobre todo al offshore o aerogeneradores en el mar y Gamesa al onshore, eólica en tierra.

«Siemens nos dijo que quería una fusión industrial y autonomía para Gamesa», ha revelado Martín, quien ha subrayado que «No serán dos compañías; Gamesa tiene claro que el éxito va a consistir en una estrategia única de negocio y gestión». «La operación consigue el mayor beneficio para todos. Los accionistas recibirán un dividendo extraordinario, inyectado por Siemens, de 1.047 millones», subrayó. Los beneficios, según Martin, serán también para los clientes, a los que la compañía les va a «surtir mejor, con más productos y tecnologías más potentes«, y para sus «proveedores excelentes, con la competitividad que demuestran; la fusión, sin ninguna duda será una auténtica oportunidad para generar negocio adicional».

Alemania aprueba una moratoria contra el fracking

Europa Press.- El Gobierno alemán ha aprobado este martes una moratoria que prohíbe la técnica del fracking para extraer gas de esquisto, después de años de controversia acerca de los riesgos medioambientales que conlleva este tipo de extracción. Sin embargo, grupos ecologistas han denunciado que esta ley no es suficiente y han prometido que recurrirán la medida.

De acuerdo con la legislación aprobada, se seguirán pudiendo hacer perforaciones de prueba, pero solo con el consentimiento del Estado. El fracking o técnica de extracción hidráulica es un método que se utiliza para extraer gases naturales o petróleo del subsuelo. La extracción de los gases se realiza mediante la expulsión de varios productos tóxicos en la zona subterránea donde se encuentre el gas, que provocan una ruptura controlada en la roca y permiten que el recurso natural deseado salga.

A pesar de que la técnica no es nueva y que sus partidarios alegan que no es más contaminante que ninguna otra utilizada por la industria, muchos grupos ecologistas han expresado su rechazo frente a este método de extracción, ya que puede contaminar los acuíferos y provocar la contaminación de las reservas de agua potable del país.

Los dos principales partidos que conforman la coalición liderada por la canciller alemana, Angela Merkel, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y el Partido Social Demócrata (SDP), ya intentaron llegar a un acuerdo para conformar una regulación sobre este sistema de extracción, pero no se llegó a presentar ningún tipo de reforma al respecto, debido a los grandes desacuerdos que existían sobre el tema entre ambos partidos.

Este martes, sin embargo, tanto el CDU como el SPD han llegado a un acuerdo para aprobar una moratoria de duración indefinida sobre el fracking. La ley alemana, sin embargo, requiere que el Parlamento alemán vuelva a reconsiderar la medida en 2022, y decida si sigue siendo válida.

No obstante, la organización ecologista de Amigos de la Tierra en Alemania (BUND), ha criticado la moratoria, ya que según declaran, al establecer una fecha de revisión de la prohibición, el parlamento ha básicamente acordado volver a permitir el fracking dentro de cinco años.

«La moratoria de la coalición en contra del fracking pone los pelos de punta. Esta legislación tiene que ser detenida y remplazada por una ley que prohíba de verdad y para siempre la fractura hidráulica», ha declarado Humbert Weiger, director del BUND.

La industria alemana tiene cierto interés en no cerrarle la puerta al fracking de forma definitiva, ya que alega que es una técnica de extracción de gas muy económica que puede ayudar a ahorrar en términos de gasto energético.

El fracking ha sido prohibido en Francia, debido a los riesgos medioambientales que presenta, mientras que en Reino Unido, tras una moratoria de 18 meses, se ha vuelto a permitir la facturación hidráulica bajo un estricto marco de contención de riesgo medioambiental.

Iberdrola tendrá el 8,1% de la nueva Gamesa-Siemens y dos consejeros

Servimedia / EFE.– Mientras se suceden las reacciones del Gobierno central, el Ejecutivo autonómico vasco o el sindicato UGT a la fusión de Gamesa y el negocio eólico de Siemens, Iberdrola indicó que tendrá un 8,1% del capital social de la nueva Gamesa resultante. En el marco de este proceso, la compañía eléctrica, como accionista de referencia de Gamesa con una participación hasta el momento del 19,686%, ha cerrado un acuerdo con la compañía alemana, que ha sido remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), para apoyar la fusión.

Este acuerdo, según Iberdrola, tiene por objeto fundamental la defensa de todos los accionistas de Gamesa y, en especial, de los minoritarios, garantizándose mediante este pacto que el control ejercido por Siemens tenga los correctos contrapesos y controles internos, una adecuada presencia de independientes en el Consejo y una apropiada gestión de la Sociedad, mediante la aplicación de las mejores prácticas de gobierno corporativo. El acuerdo de accionistas entre Iberdrola y Siemens garantiza, además, la representación de la primera en el máximo órgano de gestión de la Sociedad resultante: 2 de los 13 miembros del consejo de administración serán consejeros dominicales de Iberdrola, que no podrán participar en las decisiones comerciales de Gamesa que afecten a clientes competidores de Iberdrola.

La eléctrica asegura que siempre respaldó, desde el comienzo de las negociaciones, el acuerdo entre ambas empresas con el objetivo de crear un líder mundial en la fabricación de aerogeneradores eólicos con sede en España. En esta línea, el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, afirma que «estamos muy satisfechos de haber podido contribuir a la creación del mayor fabricante de aerogeneradores del mundo, que tendrá su sede en España, cotizará en las bolsas españolas y en el que Iberdrola seguirá siendo un accionista destacado«. Tras meses de conversaciones, Iberdrola considera que la combinación de Gamesa y Siemens dará lugar a una empresa con un potencial y una fortaleza que no tendrían por separado.

Iberdrola valora también los beneficios que con la operación obtendrán todos los accionistas minoritarios de Gamesa, que ha tenido presentes en todo el proceso de negociación de su acuerdo con Siemens. Así, los accionistas de Gamesa recibirán un importe de 3,75 euros por acción vía dividendo extraordinario, que se abonará en los 12 días hábiles tras la culminación de la fusión y que supondrán más de 200 millones para la eléctrica, y se beneficiarán de las sinergias estimadas de 230 millones de euros anuales en términos de resultado de explotación.

UGT pide conocer más detalles

Por su parte, la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT (UGT-FICA) indicó que la dirección de Gamesa ha mostrado su disposición para informar «de primera mano» al sindicato de los contenidos del acuerdo de integración con Siemens en el marco de la reunión que se ha solicitado para conocer el alcance y los detalles de la citada fusión.

El Gobierno no se posiciona

Quien no se ha pronunciado es la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que rechazó hacer valoración alguna tras el Consejo de Ministros sobre la fusión de Gamesa con la compañía alemana Siemens. «El Gobierno no valora decisiones empresariales», sentenció Sáenz de Santamaría, que señaló que el Ejecutivo «se centra en fortalecer la inversión y los puestos de trabajo».

Oportunidad para la industria vasca

Asimismo, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, indicó que la fusión entre Gamesa y Siemens es una «oportunidad para el posicionamiento de la industria vasca en el mundo» al tiempo que mostró su satisfacción porque la sede de la nueva compañía que surge de este acuerdo se mantendrá en Zamudio (Vizcaya). Además, ha subrayado la importancia de que esta fusión se haya llevado a cabo en un ámbito «prioritario» para Euskadi, como es el de la energía, y ha hecho hincapié en que con esta operación la industria vasca «fortalece su posicionamiento a nivel mundial» porque «se abren nuevas oportunidades» tanto para Gamesa, como para otras firmas del País Vasco en los mercados exteriores.

«La dimensión que se adquiere y el nuevo socio empresarial deben ser elementos que fortalezcan las capacidades de Gamesa, sin perder arraigo y compromiso con Euskadi», defendió Tapia, que recordó que está por definir el cierre detallado de esta operación y aseguró que el Gobierno vasco «lo seguirá de cerca» con el deseo de que «se mantenga el compromiso con la industria vasca» y de que «las consecuencias de la operación reviertan en la industria auxiliar de Euskadi». La unión de ambas empresas creará un fabricante de aerogeneradores líder en Alemania, India, Reino Unido, México y Canadá. La cartera de pedidos se divide entre servicios de operación y mantenimiento (un 41% del total), eólica marina (33%) y eólica terrestre (26%).

Gamesa controlará el 41% de la sociedad surgida de su unión con Siemens para crear el mayor grupo eólico mundial

EFE / Servimedia.- Gamesa y Siemens han firmado un contrato de fusión en virtud del cual la compañía española controlará el 41% de la sociedad resultante de la unión de sus activos con los del negocio eólico de la empresa alemana y que ambas empresas esperan concluir durante el primer trimestre de 2017 para dar lugar al mayor grupo eólico del mundo, con sede y cotización en España.

Esta integración creará un gigante eólico con 69 gigavatios (GW) instalados, pedidos por 20.200 megavatios (MW), presencia en los cinco continentes, casi 10.000 millones de euros de valoración y una posición destacada en las tres áreas de negocio del sector, eólica terrestre, eólica marina y operación y mantenimiento. La operación se articulará como una fusión por absorción, en la que Gamesa se hará con los activos eólicos de Siemens. Sin embargo, Siemens será el mayor accionista del grupo resultante, con un 59% de su capital, dado que aporta más ingresos, más activos y una mayor cartera de pedidos, según ha explicado la propia Gamesa. Siemens también tendrá 5 de los 13 puestos del consejo de administración y designará al presidente.

Por su parte, los accionistas de Gamesa se harán con el 41% del grupo resultante y recibirán un pago extraordinario de 3,75 euros por acción, a cargo de Siemens, que desembolsará por este concepto más de 1.000 millones de euros. Una cantidad que será reducida en la cuantía de los dividendos ordinarios que Gamesa distribuya hasta la efectividad de la fusión. La sede del grupo se mantendrá en España, donde seguirá cotizando, al igual que el centro de operaciones de aerogeneradores terrestre, mientras que el negocio marino se dirigirá desde Hamburgo (Alemania) y Vejle (Dinamarca).

El presidente de Gamesa, Ignacio Martín, destacó que se trata de una operación con «una estrategia industrial muy clara», ya que dará como resultado un grupo muy diversificado tanto en términos geográficos como tecnológicos, lo que derivará en unas sinergias de 230 millones anuales en términos de resultado neto de explotación (Ebit) 4 años después del acuerdo. Con respecto a la posibilidad de que Martín dirija el grupo resultante, el presidente de Siemens, Joe Kaeser, se ha limitado a señalar que «tiene muy buena trayectoria».

El anuncio de la fusión, «filtrado» según dijo Martín a principios de año, se ha demorado debido principalmente al escollo que suponía encajar en la nueva estructura a Adwen, una sociedad propiedad a partes iguales de Gamesa y la estatal francesa Areva dedicada a la eólica marina. Finalmente, Gamesa ha otorgado a Areva una serie de opciones por las que el grupo nuclear francés puede comprar al fabricante español su parte o venderle la suya. También puede permanecer en el accionariado o vender Adwen a un tercero, en cuyo caso Gamesa estaría obligada a desinvertir.

CNMV debe eximir de OPA

Además de representantes de Siemens e Iberdrola, que tendrá a 2 representantes en el consejo de administración del nuevo grupo, habrá cuatro miembros independientes y dos ejecutivos, el consejero delegado y el secretario del consejo. La operación está sujeta al visto bueno de la junta de accionistas de Gamesa, prevista para septiembre, y a otras condiciones suspensivas típicas, como la autorización de los organismos de Competencia y el aval de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que Siemens no tenga que presentar una OPA sobre el conjunto de la compañía ya que la fusión es una de las exenciones previstas por la ley. Las acciones de Gamesa han subido un 5,6% en bolsa y Siemens, un 1,54%.

Según los términos del canje del acuerdo, los fondos propios de Gamesa están valorados en 4.021 millones de euros y los del negocio eólico de Siemens, en 5.787 millones, lo que sitúa la valoración global del nuevo grupo resultante en casi 10.000 millones de euros. La tutela del proceso de fusión hasta su efectividad, que se producirá con ocasión de la inscripción de la escritura de fusión en el Registro Mercantil, ha sido encomendada por parte de Gamesa a una Comisión de Fusión creada al efecto y de la que formarán parte exclusivamente consejeros independientes.

La integración de los negocios de Gamesa y la división eólica de Siemens daría lugar al mayor fabricante mundial de turbinas eólicas, por delante de la danesa Vestas, alcanzando una cuota de mercado del 14% en turbinas instaladas. Las operaciones eólicas de Siemens y Gamesa son complementarias. Siemens es uno de los mayores fabricantes para eólica marina, mientras que Gamesa es el cuarto mayor fabricante de aerogeneradores del mundo, con una sólida presencia en mercados emergentes como India y Latinoamérica.

El mercado de turbinas eólicas está atravesando un proceso de consolidación. El año pasado, la alemana Nordex compró el negocio de renovables de Acciona por 785 millones de euros, tras lo que la española controla el 29,9% de la alemana. La división eólica de Siemens, que obtuvo unos ingresos cercanos a 6.000 millones de euros en 2015, fabrica e instala turbinas para parques eólicos en tierra y en el mar. El fabricante de aerogeneradores Gamesa ganó 170 millones de euros en 2015, un 85% más que el año anterior. La compañía facturó 3.504 millones de euros, un 23,1% más que en 2014, impulsada especialmente por la actividad de venta de aerogeneradores y en un entorno de fortaleza de la demanda.

Empresas extremeñas de la industria solar asistirán a la feria Intersolar Europe en Múnich

EFE.- Una decena de empresas extremeñas pertenecientes a la industria solar asistirán a la XXV edición de Intersolar Europe, que se celebrará esta semana en Múnich (Alemania). El objetivo de este evento, plataforma relevante para los fabricantes, proveedores, distribuidores, mayoristas, inversores e instituciones relacionadas con el sector energético, es la prospección del sector fotovoltaico y de las energías renovables internacional, así como el establecimiento de contactos para la introducción de los servicios de las empresas extremeñas, o en su caso, establecer primeros contactos para posibles alianzas estratégicas.

Alemania suprimirá las ayudas a los grandes parques eólicos y solares así como a las plantas de biogás

EFE.- El Gobierno alemán aprobó una reforma sustancial de la Ley de las Energías Renovables (EEG), que incluye la supresión de las ayudas que recibían los grandes parques eólicos y solares y a las plantas de biogás por la energía almacenada. El proyecto fue respaldado por la canciller, Angela Merkel, durante su participación en un congreso de la industria energética, donde rebatió las críticas de colectivos que consideran la reforma un freno a la expansión de las renovables.

Merkel estimó que el Gobierno no podía permanecer de brazos cruzados y ver cómo algunos se aprovechaban «demasiado» de las ayudas. Asimismo recordó además la necesidad de garantizar precios asequibles para los consumidores, aunque subrayó que se mantiene la apuesta firme por el cambio de modelo energético. En este sentido, el ministro de Economía y Energía, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, presentó la reforma como una «adecuación» necesaria para llevar adelante esa revolución energética, en la que confluyen el fomento de las renovables y el apagón de las plantas nucleares, sin poner en riesgo el suministro.

La reforma implicará cambios sustanciales en la anterior versión de la normativa renovable, aprobada hace apenas dos años. Las grandes explotaciones ya en funcionamiento dejarán de recibir subvenciones por la electricidad almacenada, lo que afectará en primera línea a los parques eólicos y, en menor medida, a sus equivalentes de energía solar y biomasa. Sí se mantendrán las ayudas, en cambio, a los nuevos proyectos relacionados con las renovables y las instalaciones consideradas de uso doméstico. Además se instaurará un límite en la producción anual de las plantas eólicas para evitar la situación de sobrecapacidad, mientras se avanzará en el trazado de redes de suministro suficientes para todo el país.

Gabriel rechazó las críticas a la normativa del estado federado de Baviera, presidido por la cogubernamental Unión Socialcristiana y que considera que la ley no garantiza el suministro al sur del país entre 2021 y 2025, es decir, tras el apagón de la última planta nuclear y hasta que se logre tener una red suficiente para las renovables. «Tenemos uno de los sistemas de suministro energético más seguros de Europa», afirmó el ministro para expresar su «extrañeza» por los recelos que parecen tener respecto al proyecto «clave» para el conjunto de la gran coalición alemana.

Gabriel se mostró asimismo convencido de que Alemania logrará cumplir los objetivos marcados en cuanto a la reducción de las emisiones invernadero, ante las críticas lanzadas por Los Verdes, en la oposición, por la reducción de las subvenciones de las renovables. De acuerdo con los planes del Gobierno Merkel, para el 2025 las renovables deben proporcionar entre un 40% y un 45% del total del consumo energético del país. Actualmente, ese porcentaje se sitúa en el 33%, pero el gran problema, repetidamente reconocido por la gran coalición, es la falta de una red suficiente para garantizar el suministro de estas fuentes a todo el país.

Dinamarca, Alemania, Irlanda, Italia y España pagaron el recibo de electricidad más caro de la Unión Europea en 2015

Europa Press / EFE.- El precio de la electricidad en los hogares españoles fue el quinto mayor de la Unión Europea durante el segundo semestre de 2015 y se situó sólo por detrás de los registrados en Dinamarca, Alemania, Irlanda e Italia, según datos de Eurostat. El último informe muestra que, al medirse esta variable según el poder de compra de los ciudadanos de cada país, España ocupa la tercera posición de la Unión Europea, empatada con Rumanía y por detrás de Portugal y Alemania.

Durante el segundo semestre de 2015, el precio de la electricidad subió de media un 2,4% entre los 28 países de la Unión Europea con respecto al mismo periodo de 2014, hasta 21,1 euros por cada 100 kilovatios hora (kWh). En el caso de España, el incremento del semestre fue menor, del 0,1%, mientras que el precio de los 100 kWh se situó en 23,7 euros. España solo es superada por Dinamarca (30,4 euros), Alemania (29,5 euros), Irlanda (24,5 euros) e Italia (24,3 euros). Pese a no aludir al término de la potencia contratada, Eurostat asegura que el precio incluye costes regulados y corresponde a un consumidor medio de entre 2.500 y 5.000 kWh anuales.

Los precios de la electricidad han subido un 33% en la Unión Europea desde 2008 y en la actualidad oscilan desde el nivel más bajo, que se da en Bulgaria con 10 euros por cada 100 kWh, hasta el más elevado, que se da en Dinamarca, con 30 euros. Una vez ajustado al poder de compra de cada país, España registra un precio de 26,5 euros, el mismo que Rumanía, y solo por debajo de los 29,3 euros de Portugal y los 28,3 euros de Alemania. La mejor relación entre precio y poder de compra se da en Finlandia, Suecia, Luxemburgo y Francia, con unos niveles que oscilan entre los 12 y los 15 euros.

Los mayores aumentos en los precios de la electricidad doméstica se registraron en Letonia (26,8%), Bélgica (15,1%) y Bulgaria (6,9%). Por contra, los mayores descensos se observaron en Chipre (22%), Lituania (5,8%) e Irlanda (3,2%). Los impuestos y gravámenes representaron de media el 33% de los precios de la electricidad en la Unión Europea en la segunda mitad de 2015 y el 23% de los del gas. En lo que respecta a la electricidad, la proporción de impuestos y gravámenes asociados variaron significativamente entre los Estados miembros, desde el 69% en Dinamarca, el 52% en Alemania y el 50% en Portugal al 5% en Malta y en el Reino Unido.

En cuanto al precio doméstico del gas, durante el segundo semestre de 2015 se produjo un descenso interanual del 1,7% en la Unión Europea, hasta una media de 7,1 euros por 100 kWh. Este producto experimentó un encarecimiento del 35% desde 2008 y en la actualidad oscila entre los 3 euros de Rumanía y los 12 en Suecia. El precio medio de los 100 kWh de gas en España fue el tercero más elevado de la Unión Europea, con 9,3 euros, frente a la media de 7,1 euros de la Unión Europea, y solo por detrás de Suecia y Portugal. Este nivel se produjo a pesar de abaratarse un 2,9%.

Repsol inicia la pugna post-París: Brufau considera «falso» que el coche eléctrico sea «cero emisiones» al generarse parte con carbón

Si bien el consenso internacional expresado en la COP21 de París ha fijado la meta a largo plazo en la lucha contra el cambio climático, la discusión se centra ahora en cómo alcanzar la descarbonización de la economía. En este contexto se enmarca el llamamiento a la reflexión expresado ante los accionistas por el presidente de Repsol. Con los combustibles fósiles en el punto de mira, Antonio Brufau reivindicó el futuro de las petroleras y cargó contra el coche eléctrico.

En este sentido, Brufau cuestionó que el coche eléctrico «sea cero emisiones», dado el peso que tiene el carbón en el mix de generación eléctrico actual, así como algunas de las políticas de subvenciones aplicadas a estos vehículos. «Lo hay que ver es quién produce la electricidad», indicó antes de arremeter contra las subvenciones anunciadas por el Gobierno alemán para el coche eléctrico. “Cuando veo que un Gobierno tan serio como el alemán dice que va a subvencionar los coches eléctricos y en Alemania el 45% de la electricidad se genera con carbón, tengo que pensar que la subvención no es al coche eléctrico sino al sector del carbón o del automóvil alemán», señaló Brufau.

«Subvencionando el coche eléctrico en Alemania no se consigue reducción de CO2″, concluyó. Por ello, Brufau pidió que «no se distorsione la realidad» al abordar temas como éste del vehículo eléctrico. Así, ha explicado que si se tiene en cuenta todo el proceso, desde la fabricación del vehículo hasta su desguace, un coche de combustión interna emite el mismo CO2 que uno eléctrico en Alemania, donde el carbón mantiene un papel protagonista en la generación. Asimismo, recordó que «una parte importante» del uso del petróleo no genera emisiones de CO2 ya que el 40% se deriva a usos industriales en las que no se consume y, de momento, es insustituible.

También subrayó que el sector eléctrico recibió 23.000 millones de euros en subvenciones entre 2008 y 2013, con los que se ahorraron 100 millones de toneladas de CO», lo que sitúa el coste por tonelada en 230 euros. Frente a esto, aseguró que las medidas puestas en marcha por Repsol redujeron sus emisiones en 9 millones de toneladas, a razón de aproximadamente 7 euros por tonelada. “Y se logró con nuestro dinero”, remarcó Brufau. Además, cuestionó que las subvenciones a las energías renovables hayan servido para «crear desarrollo industrial o «retornos económicos y sociales», al tiempo que apuntó que estas ayudas públicas «han servido para mejorar la cuenta de resultados» de aquellos que las recibieron. «A eso no jugamos», dijo.

Eso sí, Brufau destacó el compromiso de Repsol en la lucha contra el cambio climático y su compromiso en el cumplimiento de los acuerdos de París. En esta línea, defendió que «no podemos trabajar en ningún otro escenario que no sea cumplir el objetivo de que no se incremente en dos grados la temperatura del planeta» aunque continúe creciendo el consumo de energía. Para ello, consideró necesarias aportaciones por todas las fuentes de energía y avanzar también en materia de eficiencia. En el campo de los hidrocarburos, explicó que en el horizonte de 2035 se producirá un descenso en el uso del petróleo que se verá compensado por un incremento del uso del gas natural.

Lo que tiene que subir

Por su parte, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, quiso llamar la atención sobre el hecho de que el precio del diésel en España sólo se haya incrementado un 11% desde los mínimos de febrero a pesar de que el crudo se ha encarecido un 75%. A este respecto, recordó que más de la mitad del precio de los carburantes se corresponde con impuestos y que otra parte son costes de transporte, lo que reduce el impacto del crudo a un tercio del total. Esto supone, según Imaz, que si se produce una bajada de entre el 60 y el 75% del precio del crudo, los carburantes podrían bajar un máximo del 20%.

En la misma línea, defendió que el mercado de los carburantes en España «es muy competitivo y muy complejo», algo que según el consejero delegado de Repsol queda demostrado por el hecho de que «casi todas las multinacionales se han ido». De hecho, sostuvo que las únicas compañías que entran ahora en el mercado son aquellas que apuestan por «modelos low cost«, que intentan conseguir la rentabilidad prescindiendo de personal.