Schindler quiere sensibilizar sobre un uso eficiente de la energía en su apuesta por el primer avión solar

El avión, que tiene mayor envergadura que un Boeing 747 pero que pesa menos que un coche, se propulsará mediante celdas fotovoltaicas con las que generará la energía suficiente como para volar de día pero también de noche, en ausencia de los rayos del Sol. La cabina tiene 3,8 metros cúbicos y es monoplaza; cuenta con un pequeño servicio para los pilotos, que tendrán que alimentarse de una comida especial y que dormirán sólo veinte minutos cada cierto tiempo. Solar Impulse 2 puede alcanzar una altura máxima de 8.500 metros y una velocidad máxima de 90 kilómetros hora a nivel del mar y 140 kilómetros hora en su máxima altitud.

El proyecto se enmarca en la línea de Schindler de contribuir a poner de manifiesto que la población crece «de forma acelerada y es necesario abastecer a la población creciente con la misma o incluso menos energía de la que se está produciendo la actualidad. «Es una llamada de atención», indican desde la multinacional. «No se trata de consumir menos, sino de buscar fuentes alternativas para no consumir nada. Esa es la tecnología que queremos aplicar a nuestros ascensores», manifiestan. En esa línea, Schindler puso en el mercado en 2013 su primer ascensor solar, que consigue un ahorro del 50% de la energía consumida por el modelo convencional de ascensores.

La travesía partirá desde Abu Dhabi en marzo de 2015, volará sobre el mar de Arabia, India, Birmania, China, el Océano Pacífico, Estados Unidos, el océano Atlántico, y el sur de Europa, eventualmente España, o el norte de África. El avión, en su primera fase, ya voló sobre España en 2013, durante el primer vuelo experimental intercontinental desde Suiza a Marruecos, 6.000 kilómetros donde atravesó el Estrecho de Gibraltar, tránsito considerado muy complicado por el viento y las corrientes. Después de aquella hazaña, el avión realizó su primer vuelo a Estados Unidos, donde viajó desde San Francisco a Nueva York.

La iniciativa partió de Bertrand Piccard, nieto del primer hombre que subió en globo a la estratosfera e hijo del primer hombre que descendió a la fosa marina de las Marianas. Él mismo logró dar la vuelta al mundo en globo aerostático sin escalas. Piccard presentará su próxima hazaña en España el próximo 3 de diciembre. Este aventurero cree que este viaje será la prueba para demostrar al mundo que «las energías limpias junto con la tecnología de vanguardia» pueden ayudar a lograr un medio ambiente sostenible si detrás hay una apuesta decidida por ellas.

Sobre la nave en la que llevan trabajando 12 años, Picard explicó que se trata de un avión «absolutamente eficiente energéticamente» y que dispone de los mejores motores, las mejores baterías, y los materiales más ligeros» para poder mantenerse en vuelo. «Es un ejemplo de lo que podemos llegar a construir cuando tenemos esperanza. Se trata de proteger al ser humano, no a la naturaleza. La naturaleza sabría cuidarse de sí misma si desapareciera el hombre. Tenemos que proteger al ser humano de la contaminación, de todos los problemas que él mismo ha construido«, manifestó el piloto y aventurero durante la presentación del avión en el hangar de Payarne (Suiza).

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