Portugal pretende crecer en energías renovables sin recurrir a subsidios

Así lo aseguró el ministro luso de Ambiente, Territorio y Energía, Jorge Moreira da Silva, que se congratuló por haber logrado «mantener» los objetivos en este sector a pesar de la grave crisis sufrida por el país durante los últimos años. En este sentido, recordó que actualmente las renovables representan el 27% del total de la energía consumida en Portugal. «Hemos cumplido nuestras metas recortando en los subsidios. Si ahora definimos nuevos objetivos tiene que haber nuevos proyectos en esta área, pero con mecanismos de financiación sostenibles«, recalcó el ministro.

Moreira de Silva citó como ejemplo la apuesta por el autoconsumo con la instalación de paneles solares en las viviendas particulares, una política que con el Gobierno anterior de los socialistas «estaba muy subsidiada«. «Ahora hemos retirado trámites burocráticos para facilitar su instalación pero sin cualquier ayuda económica», detalló el titular de Energía en el Ejecutivo luso liderado por el primer ministro, Pedro Passos Coelho.

Aunque Portugal se salió en 2013 de la lista de diez países con mayor capacidad instalada de generación eólica, el ministro lo atribuyó a que Lisboa «hizo el trabajo antes que otros». «Pese a que hayamos crecido menos a nivel de energía eólica en los últimos años, aún así alcanzamos nuestros objetivos», insistió el ministro, quien consideró infundadas las críticas recibidas por el Gobierno por parte de la oposición, que advierte de un retroceso en esta apuesta por las renovables.

Según indicó, la electricidad producida aprovechando el viento a través de aerogeneradores «ya es competitiva» gracias a las mejoras tecnológicas y de precio, por lo que no necesita de incentivos, un camino que augura similar a la solar. Moreira da Silva defendió que esta apuesta suscita el consenso entre las diferentes políticas lusas desde hace más de dos décadas y limita las divergencias entre los partidos al «método elegido», con repercusiones en el coste económico.

La mejora de las interconexiones energéticas entre la Península Ibérica y Francia, que ya cuentan con el apoyo político de los tres países y de la Comisión Europea, permitirá también a Lisboa vender en el extranjero electricidad producida en Portugal. «Hay países en el centro de Europa que no tienen agua, ni sol, ni viento suficiente para cumplir las metas marcadas por la Unión Europea en materia de renovables. Consecuentemente, llegar a los objetivos establecidos les sale muy caro, pero si la pueden importar de otros países, ganamos todos», razonó.

Moreira recordó que Lisboa redujo su dependencia energética del exterior del 90% al 70% en los últimos años, un valor «todavía alto» que se explica por la importación sobre todo de petróleo. En este sentido, abogó por dar prioridad a la mejora de la «movilidad eléctrica» a nivel de transportes con incentivos como ayudas económicas estatales a la compra de vehículos de «cero emisiones» por hasta 4.500 euros. Respecto a la posibilidad de construir alguna central nuclear, el ministro aseguró que es una opción «descartada».

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