OPA a Endesa: Ya nada volverá a ser como antes

La resolución por parte de la Comisión Nacional de Energía de la función 14 referida a la OPA que realizan Enel y Acciona sobre Endesa, ha coincidido en un momento muy particular desde el punto de vista mediático: un debate sobre el Estado de la Nación con resultados euforizantes para uno de los partidos políticos y deprimentes para el otro, una renovación del Ejecutivo con cuatro nuevos ministros, la polémica asociada por el cambio de las tarifas eléctricas mediante un golpe de efecto dictado desde Presidencia del Gobierno, la notable y progresiva reducción del ‘pistón’ informativo en torno a Endesa y, si queremos culpabilizar más al entorno más ajeno, este principio del verano y el comienzo de las jornadas continuadas, lo que reduce el tiempo de lectura de los confidenciales en las oficinas.

Nada que ver el instante actual con esos momentos informativos en los que cada decisión era una fuente de polémica y de cruces dialécticos y políticos, olvidados ya las intuiciones del Ministro de Industria y la idea de ‘final feliz’ que prometía el propio Presidente del Gobierno en torno a la lucha por el control corporativo de Endesa. Lo que es evidente que la primera OPA, la de Gas Natural, de la que ya van a hacer, casi dos septiembres, siginificó poner a Endesa en la vitrina, y hoy podemos decir que están a punto de cumplirse sus designios. Tampoco, tiene que ver, con las actuaciones temerarias y precipitadas del Gobierno modificando los cometidos de la Comisión Nacional de Energía, como ‘acción preventiva’ a la posición expresada por posibles adquirentes que anuncian su intención, como fue en su momento, el caso de E.ON.

A todo ello, a esta calma, también ha contribuido que, mientras que el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía, debatía su posicionamiento sobre esta función 14, habían comenzado a articularse ya los procedimientos para la entrega de documentación entre los actuales gestores de la compañía y los futuros adquirentes de la misma, estableciendo además un procedimiento de salvaguarda de los mismos, que garantiza la mayor normalidad en este paso. El hecho de que, en el fondo la presencia de los nuevos propietarios en el accionariado de la eléctrica, ya fuese del 50%, introducía otra cuña a que este proceso se desarrollara con la mayor normalidad posible.

Con todos estos antecedentes, la aparición de esta resolución del órgano regulador, probablemente mucho más compleja desde el punto de vista empresarial que la decisión de E.ON (dado que es la primera vez que la realizan dos empresas ‘a pachas’ y que una de ellas tiene un control de facto por parte de un Gobierno exterior), ha tenido un eco tan controlado en los medios de comunicación y desaparecerá en breve de los argumentos informativos, dejando que empiecen a suceder cosas tanto alrededor de sus accionistas como dentro de la empresa.

Una cosa que se puede advertir, en primer lugar, es que la resolución que ha elaborado este organismo refleja esta cierta mayor tranquilidad en torno al mismo, una ausencia de presión mediática que permite una mayor objetividad a la hora de analizar todas las implicaciones y circunstancias alrededor del caso. Así, de una lectura reposada la elaboración de su informe destaca por su claridad, de forma que se exponen casi con estilete, todos los elementos que conforman la operación y los riesgos que se derivan de ella: desde los acuerdos societarios entre Enel y Acciona (y sus posibles consecuencias: la separación), los riesgos financieros de la misma y para las actividades que realiza Endesa (y que afectan a la seguridad de suministro y a las actividades reguladas) y las que se derivan del gobierno corporativo de Enel, con la posición de control del gobierno italiano sobre Endesa.

Menos convincente son las condiciones que se encierran en el mismo que deberían ser más taxativas con la situación de control del gobierno italiano sobre Enel y con los requerimientos al Gobierno español para que exija directamente y a través de la Unión Europea que se corrija esta asimetría en el comportamiento de las respectivas Administraciones Públicas, sobre todo en lo referido al control público de Enel y en la aplicación de las sentencias el Tribunal de Justicia europeo. En todo caso, las condiciones evidencian una situación de cierta impotencia ante las asimetrías de regulación internacional y, sobre todo, cuando estas asimetrías se hacen coincidir con las afinidades electivas de los distintos gobiernos. De hecho, las condiciones fijadas finalmente, ya han sido criticadas por el consejero José Sierra en su voto particular y por varios medios de comunicación.

En Energía Diario, analizaremos en tres próximos artículos las consecuencias para la actual primer empresa energética y eléctrica española de esta operación, según lo que se desprende de este informe: Crónica de un reparto anunciado, Simpatía por el riesgo y ‘Golden share piú’.

Sin hablar de los cambios en los mercados españoles y en las relaciones corporativas en el sector de la energía. Evidentemente, ya nada volverá a ser como antes. Y Endesa, seguramente tampoco.

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