«Necesitamos flexibilidad para elegir un porcentaje determinado de bioetanol y biodiésel en función del mercado español»

La reformas aprobadas el jueves en el Congreso responden a la necesidad de cumplir con las directivas europeas del mercado interior del gas y la electricidad. En 2010, los surtidores de todas las gasolineras deberán ofrecer el combustible con una mezcla del 5,83% de carburante biológico, bajo penas que pueden alcanzar los 30 millones de euros.

Pregunta.- El Congreso de los Diputados acaba de aprobar la reforma de la Ley de Hidrocarburos, con un avance muy significativo: la obligación de establecer un porcentaje mínimo de biocarburantes en la mezcla con gasolina y gasóleo que sea obligatoria a partir de 2010. ¿Cuál es la valoración de la AOP respecto a este paso?

Respuesta.- No ha sido ninguna sorpresa, era algo que estaba asumido desde hacía tiempo y sólo se esperaba que se confirmase.

El sector está totalmente comprometido a alcanzar los objetivos que ha fijado el gobierno para 2009 y 2010. Lo que pedimos ahora es que en el desarrollo nos den flexibilidad, no nos aten las manos y nos obliguen a un porcentaje determinado de bioetanol y de biodiésel, sino que los operadores tengan la posibilidad de elegir cuál es el biocomponente más adecuado para introducir en el mercado español, que como todos los demás mercados tiene unos condicionantes y unas especificidades. Así se lo hemos expresado a los distintos órganos de la Administración.

Creemos que en este caso el biodiésel es la apuesta más adecuada para las compañías españolas, ya que nuestro mercado tiene un déficit sustancial (de diésel) de unos 14 millones de toneladas al año, creciente debido a la dieselización del mercado, y no tiene sentido añadir más bioetanol a un producto que es excedente, y que desgraciadamente hay que exportar.

El sector ya incorpora bioetanol desde el año 2000, con bastante éxito, en forma de ETBE, un componente oxigenado de las gasolinas, que se incorpora para aumentar su índice de octano, y cuya introducción ha sido muy exitosa por parte de los operadores, de los consumidores y de la logística. No creemos que sería positivo que obligasen a añadir una cantidad fija de etanol, superior a la que ya se mezcla. El bioetanol tiene importantes problemas de logística. Por sus propiedades físico-químicas, la afinidad al agua, no se puede transportar por los oleoductos, cuando el medio de transporte más eficiente que tiene España es su red de oleoductos. Al no poderlo transportar, estamos en una importante situación de desventaja respecto al biodiésel, que sí se puede transportar.

Pregunta.- Y en estas circunstancias, ¿el bioetanol es una buena alternativa de futuro?

En España no, desde luego. En un país en el que el consumo anual está cayendo a razón de un 4 ó un 5%, con una tasa de matriculación que supera el 70% de vehículos diésel, es apostar a mercado perdedor, claramente. Es un mercado a la baja, no tiene ningún sentido.

El biodiésel, por el contrario, sí es una buena alternativa. En este producto somos deficitarios, incluso los grupos petroleros han apostado por él. Entre las compañías asociadas a AOP agrupan 7 fábricas en construcción, con una capacidad conjunta de 1.700.000 toneladas al año para cuando estén completadas, que será a lo largo de 2009, y estarían en condiciones de cumplir objetivos en 2010.

El objetivo de un 5,83% de biocarburantes para 2010 es global, es decir, se trata de que ese porcentaje se alcance con bioetanol y biodiésel conjuntamente, sin que haya objetivos concretos para cada uno de estos productos. Lo que nos gustaría es que cuando se desarrolle el reglamento que regule la incorporación, nos den libertad para que los operadores puedan elegir el que consideren más idóneo para este mercado.

Pregunta.- ¿Este objetivo del 5,83% es suficiente? ¿Insuficiente? ¿Demasiado ambicioso?

Respuesta.- Es ambicioso. Teniendo en cuenta que se trata de un mercado naciente, en el cual puede haber problemas de disponibilidad de materia prima -y organismos como la ONU o el FMI han dado ya sendos avisos-, puede crear tensiones en los mercados agroalimentarios. Por ello hemos pedido cautela a la Administración. Pero finalmente han fijado el objetivo que ya estaba reconocido en el PER 2005-2012.

Pregunta.- APPA ha señalado que la reticencia de los operadores petrolíferos a comercializar biocarburantes en España obligó en 2006 a exportar casi la mitad del total de bioetanol y biodiésel producidos por la industria nacional. ¿Cuál es la contestación de AOP?

Respuesta.- No ha habido ninguna reticencia por nuestra parte. Si no se hubieran lanzado los refinadores españoles a la fabricación de ETBE, no seríamos actualmente el país líder en la comercialización del bioetanol. Se lleva haciendo desde el año 2000, y ahora se ha alcanzado el 3,5% de las gasolinas. No hemos sido reticentes, sino al contrario: hemos impulsado que se introduzca un producto en las gasolinas de la forma más racional posible, y así se ha hecho. Con lo que no estamos a favor es con añadir directamente más bioetanol a las gasolinas por los problemas técnicos que tiene el etanol en cuanto a la logística y el encarecimiento. Y el problema añadido que supone fabricar más de un producto que ya nos sobra (gasolina) y que habrá que acabar exportando. No creemos que recolectar el impuesto especial de todos los españoles para meterlo en un petrolero y exportarlo a EEUU sea lo más adecuado.

Pregunta.- APPA también ha apuntado a la postura contraria de los productores a que se mezclen los carburantes con los biocarburantes en las gasolineras. ¿Por qué están en contra?

Respuesta.- Nos parece una barbaridad. El año pasado se aprobó un Real Decreto de modificación de impuestos especiales, del Ministerio de Hacienda, que posibilitaba la mezcla en las estaciones de servicio. Nosotros ya lo reclamamos en su momento tanto al Ministerio de Hacienda como al Ministerio de Industria, que no fue debidamente consultado en la normativa técnica. La estación de servicio no está diseñada para manipular productos petrolíferos, ni mezclas, ni nada que se le parezca. Las estaciones de servicio, según las normas técnicas actuales por las que se rige su construcción, son para almacenar productos y para despacharlos al público. Por lo tanto, cualquier mezcla y manipulación de productos se encuentra con problemas. Las instalaciones no están preparadas: no tienen los dispositivos de analítica para realizar las comprobaciones para que se cumplan las especificaciones del producto que se quiere suministrar, sea gasóleo o gasolina. No hay control volumétrico para realizar la mezcla en las proporciones necesarias. Hacer una alquimia chapucera en las estaciones de servicio acarrea necesariamente unos riesgos de seguridad. La preparación del personal de las estaciones de servicio no es la adecuada para realizar este tipo de manipulaciones; no se puede controlar la calidad… Desde nuestro punto de vista, esto es una auténtica barbaridad y deja a los conductores a expensas de unas mezclas que no van a estar controladas por nadie. Hay 8.000 estaciones de servicio en España, y realizar las mezclas en las gasolineras abriría la puerta a que el descontrol fuese absoluto y total. Nosotros propugnamos que las mezclas de productos petrolíferos y biocomponentes se realice en instalaciones adecuadas, ya sean refinerías, depósitos fiscales o estaciones de almacenamiento. Pero nunca donde se van a expedir al público.

Pregunta.- De cara al consumidor, ¿cómo se prevé que influya el uso generalizado de los biocarburantes en los precios de venta al público?

Respuesta.- Al alza, seguro. Porque son más caros que los componentes de los hidrocarburos a los que sustituyen, y eso sólo deja una opción.

Pregunta.- ¿Y qué hay de los impuestos? Porque los impuestos también se fijan en función de la contaminación.

Respuesta.- Estos productos están eximidos de impuestos ahora mismo. Si los biocombustibles no tuviesen los subsidios que implican estar exentos de los impuestos especiales, no podrían ser competitivos, ni incluso con los altos precios del petróleo actuales.

Pregunta.- El uso de los biocombustibles, bajo la premisa del respeto al medio ambiente, ¿no corre el peligro de constituir un nuevo pretexto para explotar, deforestar, y terminar con los recursos de los países en desarrollo, en beneficio exclusivo del primer mundo? La ONU y el FMI han hecho advertencias en este sentido.

Respuesta.- Sí, efectivamente. Nosotros no queremos que se nos malinterprete. Pero lógicamente, cuando hablamos de sostenibilidad en el modelo de los biocombustibles, y la disponibilidad de materias primas y la interferencia que tienen con los productos agrarios, creemos que eso es un capítulo importante. Si se introducen ahora (los biocombustibles) y se hace este esfuerzo, es porque creemos y queremos que sea un producto perdurable en el tiempo. Eso es lo que hemos solicitado de la administración: prudencia. Porque es un mercado novedoso, que interfiere con los mercados alimentarios y de materias primas, y el gran beneficio de la reducción de emisiones de CO2 que conllevan, en alguno de los casos podría no serlo, o no tanto. Si se deforesta, o incluso con producciones autóctonas en España se requieren grandes consumos hídricos para algunas cosechas, o implican mucho transporte en camiones, entonces pudiera ser que en el análisis del ciclo de vida final, el ahorro no fuese tanto. Es un factor que hay que seguir controlando.

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