Nadal dice que la alternativa a la reforma energética es la quiebra del sistema y subidas de luz del 17%

Nadal realizó estas consideraciones en el Campus de verano de FAES, donde consideró que, si se cargase la solución del déficit de tarifa sobre el consumidor, habría que subir un 35% los peajes y un 17% la tarifa final de luz, lo que «barrería la competitividad del país».

Como el Gobierno «quiere hacer lo posible para trasladar lo mínimo la subida al consumidor», la reforma «seguirá pidiendo esfuerzos a los agentes del sector» mediante la adopción de «medidas razonables que ajusten la retribución en el sistema dentro del sentido común, teniendo en cuenta la situación y los ciclos de la económica», al tiempo que impedirá que nuevamente se puedan alterar las reglas de funcionamiento básico.

La reforma, que según apuntó el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, verán la luz «en los próximos días», garantizará una rentabilidad razonable, eliminando aquello que no es esencial, equilibrando los ingresos y los gastos, intentando proteger a los más vulnerables y mirando hacia el futuro.

En su elaboración se tendrá en cuenta que «hay agentes participantes que tienen todo vendido nada más empezar, por tener preferencia de despacho o como gestor de red», mientras que «otros» tienen «más riesgo de mercado o tecnológico».

Nadal no citó tecnologías concretas y se limitó a decir que la reforma será «sobre todo una ley de estabilidad financiera del sector eléctrico» que impida, a través de normas de rango inferior, que se puedan volver a producir desajustes.

En este sentido, el secretario de Estado de Energía avanzó que en la reforma energética se van a intentar eliminar del sistema aquellas partes que son «superfluas» y hacer frente a los costes regulados del sistema «que deben ser los estrictamente necesarios».

Aunque no desveló cuáles son esas partes «superfluas», desde el sector se apunta con frecuencia que sólo deberían considerarse costes regulados el transporte y la distribución, mientras que el resto, como las primas a las renovables, las ayudas al carbón, la moratoria nuclear o las extrapeninsulares, deberían pasar a la parte energética o a los presupuestos.

Nadal indicó que «no se va a permitir la introducción de nuevos costes si no hay una partida equivalente de aumento de ingresos» y reiteró, como ya adelantó el ministro José Manuel Soria en el Congreso, que se realizarán revisiones retributivas cada cinco años, para ver el impacto de las políticas que se toman.

Asimismo, señaló que la reforma energética busca introducir competencia, que el mercado funcione lo mejor posible y que la regulación sea estrictamente la necesaria.

Estas «reglas de estabilidad y protección» serán parecidas a las del dinero público porque «el consumidor eléctrico somos todos» y, «si en última instancia el sector público va a rescate del privado, son fondos del contribuyente a rescate de consumidores» también contribuyentes, explicó.

El objetivo es «evitar que se repita una monstruosidad de deuda tarifaria» como la actual, que alcanza casi un punto del PIB, indicó el secretario de Estado, antes de advertir de la dificultad de trasladar el peso de la solución a las arcas públicas.

Nadal criticó que en el pasado se haya metido «todo en el recibo de la luz», incluidos costes como los extrapeninsulares aprovechando una ley «suficientemente amplia y ambigua» para aprobar partidas «sin ningún tipo de control».

Esta posibilidad supuso una «enorme tentación» y provocó un «abuso» por parte de los gobiernos anteriores. «A mi despacho viene gente con el discurso de que meta algo en la tarifa porque crea 700 empleos y no se va a pagar hasta 2016», dijo.

Tras decir que el déficit de tarifa estructural es del 4.000 millones de euros al año, o de 10.000 millones de euros si no se hubiesen adoptado medidas, Nadal aludió a las primas a las renovables y a la cogeneración, en especial a la incontrolada instalación fotovoltaica, como ejemplo de los desequilibrios en los costes.

«Si en vez de 4.000 megavatios (MW) hubiéramos hecho 400 MW en 2007 y 2008, y hubiésemos ido aumentando poco a poco, la factura sería más baja y el impacto menor y no estaríamos hablando de déficit. Y como esto, veinte mil cosas más», afirmó.

Pero también señaló entre los causantes del desequilibrio actual entre los ingresos y los costes del sistema, el hecho de que España concentre el 73 % de las plantas termosolares del mundo o a otros costes como los pagos por capacidad, por interrumpibilidad o los extracostes peninsulares.

En la situación actual, y con una demanda que sigue bajando y costes en aumento, Nadal no levantará «en el corto plazo» la moratoria a la instalación de renovables sin prima. «Todavía tengo que escuchar a comunidades autónomas preguntar cuándo vamos a permitir nuevas instalaciones sin primas», se lamentó.

«En el corto plazo, no. La gasolina que teníamos para que ese coche andara la hemos consumido de partida», indicó, antes de considerar que «la oportunidad de que España fuese un líder en renovables ha sido un fogonazo y un artificio, y ahora solo queda la deuda».

En ese sentido, apuntó que el desbloqueo de la moratoria en las islas incluirá «incentivos» pero no ayudas. Por otro lado, insistió en que el Ejecutivo es consciente de todas las inversiones que se hicieron en el pasado y que se van a ver lo menos afectadas posibles.

Nadal dice que la alternativa a la reforma energética es la quiebra del sistema y subidas de luz del 17%

Nadal realizó estas consideraciones en el Campus de verano de FAES, donde consideró que, si se cargase la solución del déficit de tarifa sobre el consumidor, habría que subir un 35% los peajes y un 17% la tarifa final de luz, lo que «barrería la competitividad del país».

Como el Gobierno «quiere hacer lo posible para trasladar lo mínimo la subida al consumidor», la reforma «seguirá pidiendo esfuerzos a los agentes del sector» mediante la adopción de «medidas razonables que ajusten la retribución en el sistema dentro del sentido común, teniendo en cuenta la situación y los ciclos de la económica», al tiempo que impedirá que nuevamente se puedan alterar las reglas de funcionamiento básico.

La reforma, que según apuntó el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, verán la luz «en los próximos días», garantizará una rentabilidad razonable, eliminando aquello que no es esencial, equilibrando los ingresos y los gastos, intentando proteger a los más vulnerables y mirando hacia el futuro.

En su elaboración se tendrá en cuenta que «hay agentes participantes que tienen todo vendido nada más empezar, por tener preferencia de despacho o como gestor de red», mientras que «otros» tienen «más riesgo de mercado o tecnológico».

Nadal no citó tecnologías concretas y se limitó a decir que la reforma será «sobre todo una ley de estabilidad financiera del sector eléctrico» que impida, a través de normas de rango inferior, que se puedan volver a producir desajustes.

En este sentido, el secretario de Estado de Energía avanzó que en la reforma energética se van a intentar eliminar del sistema aquellas partes que son «superfluas» y hacer frente a los costes regulados del sistema «que deben ser los estrictamente necesarios».

Aunque no desveló cuáles son esas partes «superfluas», desde el sector se apunta con frecuencia que sólo deberían considerarse costes regulados el transporte y la distribución, mientras que el resto, como las primas a las renovables, las ayudas al carbón, la moratoria nuclear o las extrapeninsulares, deberían pasar a la parte energética o a los presupuestos.

Nadal indicó que «no se va a permitir la introducción de nuevos costes si no hay una partida equivalente de aumento de ingresos» y reiteró, como ya adelantó el ministro José Manuel Soria en el Congreso, que se realizarán revisiones retributivas cada cinco años, para ver el impacto de las políticas que se toman.

Asimismo, señaló que la reforma energética busca introducir competencia, que el mercado funcione lo mejor posible y que la regulación sea estrictamente la necesaria.

Estas «reglas de estabilidad y protección» serán parecidas a las del dinero público porque «el consumidor eléctrico somos todos» y, «si en última instancia el sector público va a rescate del privado, son fondos del contribuyente a rescate de consumidores» también contribuyentes, explicó.

El objetivo es «evitar que se repita una monstruosidad de deuda tarifaria» como la actual, que alcanza casi un punto del PIB, indicó el secretario de Estado, antes de advertir de la dificultad de trasladar el peso de la solución a las arcas públicas.

Nadal criticó que en el pasado se haya metido «todo en el recibo de la luz», incluidos costes como los extrapeninsulares aprovechando una ley «suficientemente amplia y ambigua» para aprobar partidas «sin ningún tipo de control».

Esta posibilidad supuso una «enorme tentación» y provocó un «abuso» por parte de los gobiernos anteriores. «A mi despacho viene gente con el discurso de que meta algo en la tarifa porque crea 700 empleos y no se va a pagar hasta 2016», dijo.

Tras decir que el déficit de tarifa estructural es del 4.000 millones de euros al año, o de 10.000 millones de euros si no se hubiesen adoptado medidas, Nadal aludió a las primas a las renovables y a la cogeneración, en especial a la incontrolada instalación fotovoltaica, como ejemplo de los desequilibrios en los costes.

«Si en vez de 4.000 megavatios (MW) hubiéramos hecho 400 MW en 2007 y 2008, y hubiésemos ido aumentando poco a poco, la factura sería más baja y el impacto menor y no estaríamos hablando de déficit. Y como esto, veinte mil cosas más», afirmó.

Pero también señaló entre los causantes del desequilibrio actual entre los ingresos y los costes del sistema, el hecho de que España concentre el 73 % de las plantas termosolares del mundo o a otros costes como los pagos por capacidad, por interrumpibilidad o los extracostes peninsulares.

En la situación actual, y con una demanda que sigue bajando y costes en aumento, Nadal no levantará «en el corto plazo» la moratoria a la instalación de renovables sin prima. «Todavía tengo que escuchar a comunidades autónomas preguntar cuándo vamos a permitir nuevas instalaciones sin primas», se lamentó.

«En el corto plazo, no. La gasolina que teníamos para que ese coche andara la hemos consumido de partida», indicó, antes de considerar que «la oportunidad de que España fuese un líder en renovables ha sido un fogonazo y un artificio, y ahora solo queda la deuda».

En ese sentido, apuntó que el desbloqueo de la moratoria en las islas incluirá «incentivos» pero no ayudas. Por otro lado, insistió en que el Ejecutivo es consciente de todas las inversiones que se hicieron en el pasado y que se van a ver lo menos afectadas posibles.

Nadal dice que la alternativa a la reforma energética es la quiebra del sistema y subidas de luz del 17%

Nadal realizó estas consideraciones en el Campus de verano de FAES, donde consideró que, si se cargase la solución del déficit de tarifa sobre el consumidor, habría que subir un 35% los peajes y un 17% la tarifa final de luz, lo que «barrería la competitividad del país».

Como el Gobierno «quiere hacer lo posible para trasladar lo mínimo la subida al consumidor», la reforma «seguirá pidiendo esfuerzos a los agentes del sector» mediante la adopción de «medidas razonables que ajusten la retribución en el sistema dentro del sentido común, teniendo en cuenta la situación y los ciclos de la económica», al tiempo que impedirá que nuevamente se puedan alterar las reglas de funcionamiento básico.

La reforma, que según apuntó el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, verán la luz «en los próximos días», garantizará una rentabilidad razonable, eliminando aquello que no es esencial, equilibrando los ingresos y los gastos, intentando proteger a los más vulnerables y mirando hacia el futuro.

En su elaboración se tendrá en cuenta que «hay agentes participantes que tienen todo vendido nada más empezar, por tener preferencia de despacho o como gestor de red», mientras que «otros» tienen «más riesgo de mercado o tecnológico».

Nadal no citó tecnologías concretas y se limitó a decir que la reforma será «sobre todo una ley de estabilidad financiera del sector eléctrico» que impida, a través de normas de rango inferior, que se puedan volver a producir desajustes.

En este sentido, el secretario de Estado de Energía avanzó que en la reforma energética se van a intentar eliminar del sistema aquellas partes que son «superfluas» y hacer frente a los costes regulados del sistema «que deben ser los estrictamente necesarios».

Aunque no desveló cuáles son esas partes «superfluas», desde el sector se apunta con frecuencia que sólo deberían considerarse costes regulados el transporte y la distribución, mientras que el resto, como las primas a las renovables, las ayudas al carbón, la moratoria nuclear o las extrapeninsulares, deberían pasar a la parte energética o a los presupuestos.

Nadal indicó que «no se va a permitir la introducción de nuevos costes si no hay una partida equivalente de aumento de ingresos» y reiteró, como ya adelantó el ministro José Manuel Soria en el Congreso, que se realizarán revisiones retributivas cada cinco años, para ver el impacto de las políticas que se toman.

Asimismo, señaló que la reforma energética busca introducir competencia, que el mercado funcione lo mejor posible y que la regulación sea estrictamente la necesaria.

Estas «reglas de estabilidad y protección» serán parecidas a las del dinero público porque «el consumidor eléctrico somos todos» y, «si en última instancia el sector público va a rescate del privado, son fondos del contribuyente a rescate de consumidores» también contribuyentes, explicó.

El objetivo es «evitar que se repita una monstruosidad de deuda tarifaria» como la actual, que alcanza casi un punto del PIB, indicó el secretario de Estado, antes de advertir de la dificultad de trasladar el peso de la solución a las arcas públicas.

Nadal criticó que en el pasado se haya metido «todo en el recibo de la luz», incluidos costes como los extrapeninsulares aprovechando una ley «suficientemente amplia y ambigua» para aprobar partidas «sin ningún tipo de control».

Esta posibilidad supuso una «enorme tentación» y provocó un «abuso» por parte de los gobiernos anteriores. «A mi despacho viene gente con el discurso de que meta algo en la tarifa porque crea 700 empleos y no se va a pagar hasta 2016», dijo.

Tras decir que el déficit de tarifa estructural es del 4.000 millones de euros al año, o de 10.000 millones de euros si no se hubiesen adoptado medidas, Nadal aludió a las primas a las renovables y a la cogeneración, en especial a la incontrolada instalación fotovoltaica, como ejemplo de los desequilibrios en los costes.

«Si en vez de 4.000 megavatios (MW) hubiéramos hecho 400 MW en 2007 y 2008, y hubiésemos ido aumentando poco a poco, la factura sería más baja y el impacto menor y no estaríamos hablando de déficit. Y como esto, veinte mil cosas más», afirmó.

Pero también señaló entre los causantes del desequilibrio actual entre los ingresos y los costes del sistema, el hecho de que España concentre el 73 % de las plantas termosolares del mundo o a otros costes como los pagos por capacidad, por interrumpibilidad o los extracostes peninsulares.

En la situación actual, y con una demanda que sigue bajando y costes en aumento, Nadal no levantará «en el corto plazo» la moratoria a la instalación de renovables sin prima. «Todavía tengo que escuchar a comunidades autónomas preguntar cuándo vamos a permitir nuevas instalaciones sin primas», se lamentó.

«En el corto plazo, no. La gasolina que teníamos para que ese coche andara la hemos consumido de partida», indicó, antes de considerar que «la oportunidad de que España fuese un líder en renovables ha sido un fogonazo y un artificio, y ahora solo queda la deuda».

En ese sentido, apuntó que el desbloqueo de la moratoria en las islas incluirá «incentivos» pero no ayudas. Por otro lado, insistió en que el Ejecutivo es consciente de todas las inversiones que se hicieron en el pasado y que se van a ver lo menos afectadas posibles.

3 comentarios
  1. CHARLY
    CHARLY Dice:

    Existe desde hace años un matrimonio de conveniencia entre los gobiernos y el Oligopolio de Endesa, Iberdrola y Gas Natural, de forma que constantemente se efectúan fichajes de ex presidentes, ex ministros, así como otros altos cargos en el Oligopolio para proteger los intereses de todos ellos.
    Esta forma de proceder constituye una clara prevaricación por parte de los mandatarios de los gobiernos, pues sus objetivos son absolutamente particulares, en contra de los intereses de los españoles, consiguiendo de esta manera que las eléctricas de UNESA obtengan unos beneficios anuales de 6.000 MM €.
    Todos estos fichajes continúan cobrando Pensiones Vitalicias y cobran del Oligopolio, única causa en la que hay una convergencia entre el PP y el PSOE, y los españolitos nos quedamos impasibles ante tales injusticias.
    Lo más surrealista de la Política Energética es que se está beneficiando de forma vergonzosa por parte del gobierno al Oligopolio formado por: Endesa, que es propiedad al 100% de la italiana Enel; Iberdrola, teniendo Qatar Holding el 6,16%, y Gas Natural, con un 3,85% de la argelina Sonatrach.
    De esta forma, el gobierno español hace todo lo necesario para que la electricidad proceda del Oligopolio, perfectamente orquestado con Red Eléctrica Española (REE), para que no exista en España una Libre Competencia de Mercado, anteponiendo la importación de petróleo y gas a los socios de estas empresas y generando cantidades astronómicas de CO2, en contra de que se permita la generación de esta energía de forma limpia por Empresas de Energías Renovables, e incluso consiguiendo que se pudiese bajar la factura de la luz.

    Responder
  2. CHARLY
    CHARLY Dice:

    Existe desde hace años un matrimonio de conveniencia entre los gobiernos y el Oligopolio de Endesa, Iberdrola y Gas Natural, de forma que constantemente se efectúan fichajes de ex presidentes, ex ministros, así como otros altos cargos en el Oligopolio para proteger los intereses de todos ellos.
    Esta forma de proceder constituye una clara prevaricación por parte de los mandatarios de los gobiernos, pues sus objetivos son absolutamente particulares, en contra de los intereses de los españoles, consiguiendo de esta manera que las eléctricas de UNESA obtengan unos beneficios anuales de 6.000 MM €.
    Todos estos fichajes continúan cobrando Pensiones Vitalicias y cobran del Oligopolio, única causa en la que hay una convergencia entre el PP y el PSOE, y los españolitos nos quedamos impasibles ante tales injusticias.
    Lo más surrealista de la Política Energética es que se está beneficiando de forma vergonzosa por parte del gobierno al Oligopolio formado por: Endesa, que es propiedad al 100% de la italiana Enel; Iberdrola, teniendo Qatar Holding el 6,16%, y Gas Natural, con un 3,85% de la argelina Sonatrach.
    De esta forma, el gobierno español hace todo lo necesario para que la electricidad proceda del Oligopolio, perfectamente orquestado con Red Eléctrica Española (REE), para que no exista en España una Libre Competencia de Mercado, anteponiendo la importación de petróleo y gas a los socios de estas empresas y generando cantidades astronómicas de CO2, en contra de que se permita la generación de esta energía de forma limpia por Empresas de Energías Renovables, e incluso consiguiendo que se pudiese bajar la factura de la luz.

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  3. CHARLY
    CHARLY Dice:

    FAES es el lugar estratégico para hacer apología de las eléctricas, pues “obviamente” cuenta con el apoyo de los altos cargos de la misma, al estar implicados en el sector eléctrico.
    Existe desde hace años un matrimonio de conveniencia entre los gobiernos y el Oligopolio de Endesa, Iberdrola y Gas Natural, de forma que constantemente se efectúan fichajes de ex presidentes, ex ministros, así como otros altos cargos en el Oligopolio para proteger los intereses de todos ellos.
    Esta forma de proceder constituye una clara prevaricación por parte de los mandatarios de los gobiernos, pues sus objetivos son absolutamente particulares, en contra de los intereses de los españoles, consiguiendo de esta manera que las eléctricas de UNESA obtengan unos beneficios anuales de 6.000 MM €.
    Todos estos fichajes continúan cobrando Pensiones Vitalicias y cobran del Oligopolio, única causa en la que hay una convergencia entre el PP y el PSOE, y los españolitos nos quedamos impasibles ante tales injusticias.
    Lo más surrealista de la Política Energética es que se está beneficiando de forma vergonzosa por parte del gobierno al Oligopolio formado por: Endesa, que es propiedad al 100% de la italiana Enel; Iberdrola, teniendo Qatar Holding el 6,16%, y Gas Natural, con un 3,85% de la argelina Sonatrach.
    De esta forma, el gobierno español hace todo lo necesario para que la electricidad proceda del Oligopolio, perfectamente orquestado con Red Eléctrica Española (REE), para que no exista en España una Libre Competencia de Mercado, anteponiendo la importación de petróleo y gas a los socios de estas empresas y generando cantidades astronómicas de CO2, en contra de que se permita la generación de esta energía de forma limpia por Empresas de Energías Renovables, e incluso consiguiendo que se pudiese bajar la factura de la luz.

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