«Me vuelve loca»

El secretario de Estado de Energía, Fernando Marti Scharfhausen, es una estrella interministerial en los órganos colegiados del Ejecutivo en los que participa. Su fama la precede en los distintos departamentos ministeriales. Fuentes solventes han confirmado la atención que concitan sus intervenciones en la Comisión de Subsecretarios y Secretarios de Estado que dirige la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, y que se reúne una vez a la semana (órgano cuya finalidad es preparar y dejar en suerte los temas que finalmente aprueba el Consejos de Ministros, exceptuando el contenido de lo que se trata en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos).

Del mismo modo, su fama también ha trascendido hasta la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, en la que los asistentes hablan del secretario de Estado de Energía. Todo esto, unido a sus intervenciones en la Comisión Parlamentaria de Industria, para hilaridad de los asistentes y los parlamentarios, van dibujando la imagen de Scharfhausen en el Gobierno. Por eso, ahora su notoriedad se extiende como una mancha de aceite en el Ejecutivo y sus aledaños.

Soraya Saénz de Santamaría confiesa estar «hasta el moño» de los chistes y del revuelo que genera en cada una de las convocatorias. «Viene con chistes y está como de chacota a todas horas y cuando viene siempre está intentado interesarse por los chismes de los otros ministerios, sobre Rodrigo Rato y los otros secretarios de Estado. De verdad, no puedo con él, es superior a mis fuerzas. Ya se lo he dicho a Soria, que el tal Scharfhausen me saca de quicio, me vuelve loca y que algo hay que hacer, porque este hombre es imposible, es imposible… Es incorregible. Vamos, que el día en que presentamos lo del Anteproyecto de Ley, me lo imaginaba al lado y me daba algo. Está por la primera vez que le haya escuchado hablar de energía«.

Scharfhausen ha confesado que ya había notado que la vicepresidenta le tenía manía. «Lo sabía. Lo que pasa es que yo soy un tío divertido, travieso, audaz y ambicioso. La verdad es que a mí esto de la política me va mucho, me mola cantidad, me pone de verdad, me va la marcha,… aunque era mejor lo de consejero en la CNE, que se cobraba más». Y apostilló para rematar la faena: «Soraya es como Teresa Fernández de la Vega, pero en jovencita, menos seca y más redondita».

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