La nuclear generó el 20,5% de la electricidad en España en 2014, un 0,8% más que el año anterior

El presidente de la SNE, Francisco López, destacó el papel que la producción eléctrica con energía nuclear juega en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y señaló que disminuyeron cerca de un 4% en 2014, lo que supone que «el 65% de la producción energética en España se genera libre de CO2» frente a la media europea del 50%. De este porcentaje la nuclear aporta el 35%; la eólica un 31%, la hidráulica el 26%, la solar fotovoltaica el 5% y la solar térmica un 3%.

En el año pasado la demanda de electricidad cayó un 1,6%, algo menos que el 2,2% del año anterior, lo que representa un consumo equivalente al de hace diez años. A su juicio, esto es fruto de la crisis energética y del aumento de la eficiencia energética. «La reducción de la demanda ha tocado fondo y se prevé un ligero repunte este año», indicó López. Además, López indicó que la aplicación de la ley del sector eléctrico «conseguirá que la tarifa sea suficiente para hacer frente a los costes», por lo que el déficit tarifario «se sitúa prácticamente a cero».

López destacó que cada central nuclear estuvo conectada a la red una media de 7.865 horas, lo que supone que tuvieron un factor de operación del 89,74%. También reclamó un marco regulatorio «estable y predecible» para que el sector pueda programar sus inversiones. Actualmente cada reactor realiza inversiones de unos 40 millones de euros al año, lo que permite dar «fiabilidad, modernización y mantenimiento riguroso». En este sentido, incidió en que con la Ley de Medidas fiscales, el Gobierno gravó la producción nuclear con un 7% y también el combustible gastado, lo que hace que las centrales aporten 1.000 millones de euros anuales en impuestos.

En consecuencia, la central nuclear de Santa María de Garoña, que cesó su actividad en julio de 2013, «está en condiciones de volver a operar» y podría hacerlo hasta completar los 60 años en 2031, si así lo dictamina el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), reivindicó el presidente de la SNE. López aseguró que «no hay ninguna ley en España que diga que la vida de las centrales es de 40 años«, y que la experiencia demuestra la capacidad de estas instalaciones de operar «más allá de lo inicialmente previsto».

En este contexto, el vicepresidente de la SNE, José Ramón Torralbo, añadió que «todas las centrales nucleares» están en disposición de alargar su vida operativa, debido al proceso de mejora continua y modernización de sus instalaciones y porque la tecnología nuclear es «fiable, competitiva e independiente» de otros factores externos y favorece la competitividad de España. Respecto a Garoña, Torralbo recordó que solicitó al CSN que evalúe si puede volver a generar electricidad o no hasta 2031. El CSN marca los plazos y se encarga de evaluar la documentación requerida a sus gestores para dictaminar si Garoña puede operar hasta los 60 años de vida.

En concreto, Torralbo recordó que los informes del regulador atómico de 2009 señalaron que la central estaba en condiciones de operar diez años más y aseguró que sus condiciones operativas y de funcionamiento «están intactas» ahora que la central lleva algo más de dos años sin producir electricidad. «La renovación está en manos del CSN, que es soberano en cuanto a los requisitos e información que ha pedido y que pueda pedir», indicó Torralbo, también presidente del Consejo de Administración de Nuclenor, titular de Garoña.

Asimismo, aseveró que si la central no hubiera parado seguiría «en las mismas condiciones de conservación y técnicas» e insistió en que los márgenes de seguridad se han incrementado por lo que cuando termine todo el proceso «Garoña estará aún en mejores condiciones». Torralbo agregó que en este ejercicio se ha realizado un «esfuerzo» profesional y económico muy alto pero que «no puede ser indefinido», por lo que deseó «que se agilice» el proceso para saber si la planta podrá volver a operar o no.

Respecto a la construcción del nuevo almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares en Villar de Cañas(Cuenca), desde la SNE indicaron que «su diseño cuenta con los máximos niveles de seguridad» y que «es cuestión de tecnología» e ingeniería garantizar la seguridad en un emplazamiento concreto, por lo que no creen que se vaya a cambiar su ubicación. Tras la situación de paralización del proceso de adjudicación de las obras en Enresa, tras la dimisión de su presidente, desde la SNE confían en que los cambios organizativos en Enresa no vayan a producir retrasos y comience este año su construcción y termine finalmente en 2018.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *