La Comisión Europea asegura que no podrán exportarse renovables hasta el año 2020

Fabrizio Barbaso se ha pronunciado así en la VIII Conferencia de la Facilidad Euro-Mediterránea de Inversión y Asociación (FEMIP), celebrada en Valencia y organizada por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), en la que se ha analizado el potencial de las energías renovables en los países de la cuenca mediterránea.

El directivo ha destacado que esta apuesta euro-mediterránea por crear redes eléctricas compartidas a través del uso de energía renovable exige una «elevada» financiación, pero a medio plazo el beneficio económico perdurará «de por vida».

Las conclusiones presentadas en la sesión de clausura han apuntado a la importancia de establecer redes de colaboración entre la Unión Europea y los del sur del Mediterráneo, con el fin de eliminar las barreras de acceso al desarrollo de energías renovables y potenciar la interconexión de los sistemas eléctricos con los países europeos.

El artículo 9 de la directiva europea de energías renovables contempla la posibilidad de que algún país miembro de la Unión establezca marcos de colaboración con terceros países en «proyectos conjuntos para la producción de electricidad a partir de fuentes de energía renovables».

Uno de los principales problemas que ha señalado Barbaso es que el consumo de electricidad a través de energías fósiles está subvencionado por los países, sobre todo en la cuenca sur del Mediterráneo, y constituye una «brecha» de cara al desarrollo de energías renovables.

Por este motivo, Barbaso ha defendido que hay que dirigirse hacia la recuperación de costes y empezar progresivamente a eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles.

«Además los países del sur del Mediterráneo tienen los precios regulados, por lo que esta situación dificulta las inversiones privadas para el desarrollo de energías alternativas«, ha señalado Barbaso.

En este sentido, ha apuntado que es necesario «frenar las subvenciones de electricidad producida por gas» y alcanzar un «compromiso» para poner en marcha la estrategia 20-20-20 de la Unión Europea que pretende reducir en un 20 por ciento de las emisiones de gases contaminantes e incrementar en otro 20 las energías renovables para 2020.

Por ello, España, Francia, Italia y Grecia establecerán mecanismos de cooperación para el desarrollo de infraestructuras con los países del Mediterráneo que, en el caso italiano, deviene en imprescindible, pues deberán importar energía renovable de terceros países para el cumplimiento de objetivo nacional en 2020.

Por su parte, el presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Philippe de Fontaine Vive, ha afirmado que es necesario responder a la «demanda de los países del norte y sur del Mediterráneo en cuanto a energía solar» y de la colaboración entre la Unión Europea y los países asociados a la Unión por el Mediterráneo (UpM).

Las conclusiones de la jornada serán presentadas mañana por el presidente del BEI en la reunión ministerial organizada por España en torno al Plan Solar Mediterráneo, que tendrá lugar en Valencia en el marco de la presidencia española de la Unión Europea.

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