La CNE propone la «hibernación» de centrales eléctricas ante la sobrecapacidad del sistema
Esta hibernación, que actualmente no está regulada y que se permite en otros países europeos, podría aliviar el «exceso de capacidad» del sistema, provocado por la caída de la demanda eléctrica, la «importante» incorporación de ciclos combinados de gas y la alta penetración de las renovables, lo que ha relegado a las centrales térmicas a funcionar básicamente como respaldo de las tecnologías no gestionables, según indicó el regulador.
En su diagnóstico de la situación, la CNE también advirtió de que la participación de renovables no gestionables contribuyó a que el funcionamiento de los ciclos combinados se limite a la función de «back up», esto es, de compensación de las fluctuaciones de las propias renovables.
A toda esta complejidad se añade el decreto del carbón, que desplazó más si cabe el uso de centrales de ciclos combinados de gas en beneficio de las centrales térmicas en las que se quema carbón nacional.
La propuesta de la CNE pasa por poner en marcha un mecanismo que ajuste en cada momento los excesos de capacidad y que incluya fórmulas para «incentivar la inversión y la disponibilidad de generación, con el objetivo de cubrir las horas punta, es decir, de mayor consumo, a precios razonables».
El nuevo mecanismo debería ser capaz de incentivar las inversiones a largo plazo y el uso de las centrales eléctricas operativas a medio plazo en los momentos más necesarios, por lo que este mecanismo se articula mediante una serie de pagos a las centrales térmicas por permanecer preparadas para funcionar cuando el sistema lo necesite, por ejemplo, cuando aumenta de forma repentina la demanda o cuando se interrumpe la producción renovable por falta de recursos.
Para fomentar la inversión en nueva capacidad, la CNE abogó por una subasta organizada a la que se recurra cuando se prevea un problema en la cobertura de la demanda.
Junto a esto, se mostró a favor de un incentivo por disponibilidad ante la posibilidad de que no se produzca un entorno de suficiente presión competitiva. El pago regulado se calcularía mediante un mecanismo «ex ante», en función del coste de mantener encendida la central y de la necesidad de contar con esa producción en condiciones adversas, para que cada planta pueda realizar sus cálculos de rentabilidad y decidir si es más rentable ese cobro o la hibernación. El reparto se realizará «ex poste» según la potencia disponible en los momentos en los que el sistema más la necesite.
De esta manera, se incentivaría una gestión del aprovisionamiento y el mantenimiento de las instalaciones adecuado a las necesidades del sistema.
Esta iniciativa se enmarca dentro de la propuesta aprobada por el regulador para modificar el servicio de garantía de suministro, que es el que se encarga de asegurar que no se interrumpa el flujo eléctrico.



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