La CNC ve insuficiente el nivel de competencia en la distribución de carburantes y urge a «la adopción de medidas de mejora regulatoria»

La CNC concluye que la falta de competencia explica el elevado precio de los carburantes en España
Este diagnóstico animó al organismo a publicar un documento de 23 medidas para mejorar la competencia en el sector y consideró «fundamental» que su introducción se realice al mismo tiempo entre mayoristas y minoristas, al tiempo que recomendó al Gobierno, como titular de las competencias en materia de planificación y regulación básica en el sector de los hidrocarburos y de ordenación de la actividad económica en general, una «solución global» y simultánea a los problemas de competencia del sector.

De lo contrario, prosiguió el documento, con la sola aplicación de medidas únicamente en un segmento del mercado la entrada de nuevos operadores y la expansión de otros alternativos no quedaría garantizada y no podría mejorarse la competencia en el sector.

El informe de la CNC ahondó además en algunas de las conclusiones ya publicadas por el organismo en julio, en un documento parecido acerca del sector. En aquel momento, ya aludió a la escasa competencia en el sector de los carburantes, a los altos precios antes de impuestos en España y al fenómeno de los «cohetes y las plumas», por el que las subidas de precios en los mercados internacionales se trasladan con rapidez al surtidor (cohetes), lo que no ocurre cuando hay bajadas (plumas).

En su nuevo informe, el regulador consideró que en el sector de los carburantes de automoción existe un «insuficiente nivel de competencia» tanto en la actividad mayorista como minorista, así como «elementos estructurales» que dificultan la aparición y expansión de nuevos operadores.

En este contexto, se detectó que, al menos desde 2007, los márgenes brutos de distribución (MBD) crecieron en España más que en otros países. Así, entre 2007 y 2010 el margen bruto en España aumentó un 20% en el caso de la gasolina 95 y un 21% en gasóleo A, «pese a partir ya de niveles mucho más elevados que otros países como Reino Unido, Francia y Alemania», y a pesar de la fuerte contracción de la demanda, afirmó el organismo.

De esta forma, España está cerca de los países de más alto crecimiento de los márgenes en gasolina 95 y es el país donde más ha crecido el citado margen en gasóleo, «muy por encima del resto de la Unión Europea».

En este sentido, el informe de Competencia afirmó que «los precios y los márgenes en España siguen estando entre los más altos de la Unión Europea y por encima de economías de tamaño comparable, lo que resulta compatible con un menor nivel de competencia a lo largo de la cadena de comercialización».

Por ello, apeló a que se pongan en marcha medidas dirigidas a «aumentar la competencia mediante la reducción de las barreras de entrada y expansión de los operadores petrolíferos».

Competencia explicó que el sector español de carburantes de automoción está «altamente concentrado» en torno a los tres principales operadores (Repsol, Cepsa y BP), «que disfrutan de ventajas sustanciales respecto al resto de operadores derivadas de su peso e importancia en el mercado, su integración vertical con actividades de refino en España, sus vínculos estructurales con el monopolista de la red de transporte, CLH, que les permite influir en la gestión y acceder a información sobre las infraestructuras de importación, transporte y almacenamiento, y por la capilaridad y estabilidad de sus redes minoristas de estaciones de servicio».

Otra rémora, para la CNC, es que no existe regulación ni control efectivo sobre CLH, empresa titular de las principales instalaciones de recepción, transporte y almacenamiento de carburantes.

A este respecto, reclamó un régimen de incompatibilidades en los órganos de gobierno de CLH y puntualizó que es recomendable limitar al 5% las participaciones directas e indirectas en el accionariado de CLH, además de que sus tarifas de transporte estén sujetas a autorización del regulador.

Añadió que no existe transparencia ni un verdadero control sobre las peticiones de acceso a los almacenamientos, y más de la mitad de la capacidad de almacenamiento en España, ubicada en las refinerías, no está sujeta a las obligaciones generales de dar acceso a terceros.

Asimismo, solicitó reforzar el control sobre el desarrollo de la red de oleoductos o conectar físicamente la red española con la de otros países.

Apuntó también a las barreras administrativas existentes, «desproporcionadas y a veces notoriamente ‘contra legem'», para la apertura de nuevas Estaciones de Servicio, una barrera que se atribuyó fundamentalmente a los ayuntamientos, o favorecer la entrada de nuevos operadores en las adjudicaciones de suelo público en los términos municipales o carreteras de titularidad estatal y autonómica.

Pidió la CNC que se eliminen las trabas para la instalación de nuevas refinerías y que se facilite la apertura de nuevas estaciones de servicio en establecimientos comerciales con las preceptivas modificaciones en los planteamientos urbanísticos.

También en relación con las estaciones de servicio, éstas tienen vínculos contractuales de abanderamiento y suministro en exclusiva a largo o muy largo plazo, lo que puede provocar un efecto de cierre del mercado.

De este modo, la propuesta de la CNC se fijó en la regulación de una duración máxima de estos contratos en exclusiva cuando el suministro se realice por los grandes operadores, y abogóa por prohibir a las petroleras que recomienden precios de venta al público a los gestores de estaciones de servicio. Asimismo, también pidió restringir los derechos de voto y la presencia en órganos de gobierno en más de un operador principal.

La competencia, según este órgano de control, se ve reducida por la existencia de vínculos entre operadores, recomendaciones de precios y asimetría de información.

Al Ministerio de Industria se le pidió ampliar su servicio de información de precios en las gasolineras con la elaboración de listas de las más baratas y la indicación de servicios adicionales.

Competencia afirmó que las recomendaciones de precios y los precios máximos que los suministradores imponen a las estaciones de servicio
«pueden tener un efecto restrictivo
de la competencia dado que permiten al operador reducir la competencia entre las estaciones de su red».

La CNC ve insuficiente el nivel de competencia en la distribución de carburantes y urge a «la adopción de medidas de mejora regulatoria»

La CNC concluye que la falta de competencia explica el elevado precio de los carburantes en España
Este diagnóstico animó al organismo a publicar un documento de 23 medidas para mejorar la competencia en el sector y consideró «fundamental» que su introducción se realice al mismo tiempo entre mayoristas y minoristas, al tiempo que recomendó al Gobierno, como titular de las competencias en materia de planificación y regulación básica en el sector de los hidrocarburos y de ordenación de la actividad económica en general, una «solución global» y simultánea a los problemas de competencia del sector.

De lo contrario, prosiguió el documento, con la sola aplicación de medidas únicamente en un segmento del mercado la entrada de nuevos operadores y la expansión de otros alternativos no quedaría garantizada y no podría mejorarse la competencia en el sector.

El informe de la CNC ahondó además en algunas de las conclusiones ya publicadas por el organismo en julio, en un documento parecido acerca del sector. En aquel momento, ya aludió a la escasa competencia en el sector de los carburantes, a los altos precios antes de impuestos en España y al fenómeno de los «cohetes y las plumas», por el que las subidas de precios en los mercados internacionales se trasladan con rapidez al surtidor (cohetes), lo que no ocurre cuando hay bajadas (plumas).

En su nuevo informe, el regulador consideró que en el sector de los carburantes de automoción existe un «insuficiente nivel de competencia» tanto en la actividad mayorista como minorista, así como «elementos estructurales» que dificultan la aparición y expansión de nuevos operadores.

En este contexto, se detectó que, al menos desde 2007, los márgenes brutos de distribución (MBD) crecieron en España más que en otros países. Así, entre 2007 y 2010 el margen bruto en España aumentó un 20% en el caso de la gasolina 95 y un 21% en gasóleo A, «pese a partir ya de niveles mucho más elevados que otros países como Reino Unido, Francia y Alemania», y a pesar de la fuerte contracción de la demanda, afirmó el organismo.

De esta forma, España está cerca de los países de más alto crecimiento de los márgenes en gasolina 95 y es el país donde más ha crecido el citado margen en gasóleo, «muy por encima del resto de la Unión Europea».

En este sentido, el informe de Competencia afirmó que «los precios y los márgenes en España siguen estando entre los más altos de la Unión Europea y por encima de economías de tamaño comparable, lo que resulta compatible con un menor nivel de competencia a lo largo de la cadena de comercialización».

Por ello, apeló a que se pongan en marcha medidas dirigidas a «aumentar la competencia mediante la reducción de las barreras de entrada y expansión de los operadores petrolíferos».

Competencia explicó que el sector español de carburantes de automoción está «altamente concentrado» en torno a los tres principales operadores (Repsol, Cepsa y BP), «que disfrutan de ventajas sustanciales respecto al resto de operadores derivadas de su peso e importancia en el mercado, su integración vertical con actividades de refino en España, sus vínculos estructurales con el monopolista de la red de transporte, CLH, que les permite influir en la gestión y acceder a información sobre las infraestructuras de importación, transporte y almacenamiento, y por la capilaridad y estabilidad de sus redes minoristas de estaciones de servicio».

Otra rémora, para la CNC, es que no existe regulación ni control efectivo sobre CLH, empresa titular de las principales instalaciones de recepción, transporte y almacenamiento de carburantes.

A este respecto, reclamó un régimen de incompatibilidades en los órganos de gobierno de CLH y puntualizó que es recomendable limitar al 5% las participaciones directas e indirectas en el accionariado de CLH, además de que sus tarifas de transporte estén sujetas a autorización del regulador.

Añadió que no existe transparencia ni un verdadero control sobre las peticiones de acceso a los almacenamientos, y más de la mitad de la capacidad de almacenamiento en España, ubicada en las refinerías, no está sujeta a las obligaciones generales de dar acceso a terceros.

Asimismo, solicitó reforzar el control sobre el desarrollo de la red de oleoductos o conectar físicamente la red española con la de otros países.

Apuntó también a las barreras administrativas existentes, «desproporcionadas y a veces notoriamente ‘contra legem'», para la apertura de nuevas Estaciones de Servicio, una barrera que se atribuyó fundamentalmente a los ayuntamientos, o favorecer la entrada de nuevos operadores en las adjudicaciones de suelo público en los términos municipales o carreteras de titularidad estatal y autonómica.

Pidió la CNC que se eliminen las trabas para la instalación de nuevas refinerías y que se facilite la apertura de nuevas estaciones de servicio en establecimientos comerciales con las preceptivas modificaciones en los planteamientos urbanísticos.

También en relación con las estaciones de servicio, éstas tienen vínculos contractuales de abanderamiento y suministro en exclusiva a largo o muy largo plazo, lo que puede provocar un efecto de cierre del mercado.

De este modo, la propuesta de la CNC se fijó en la regulación de una duración máxima de estos contratos en exclusiva cuando el suministro se realice por los grandes operadores, y abogóa por prohibir a las petroleras que recomienden precios de venta al público a los gestores de estaciones de servicio. Asimismo, también pidió restringir los derechos de voto y la presencia en órganos de gobierno en más de un operador principal.

La competencia, según este órgano de control, se ve reducida por la existencia de vínculos entre operadores, recomendaciones de precios y asimetría de información.

Al Ministerio de Industria se le pidió ampliar su servicio de información de precios en las gasolineras con la elaboración de listas de las más baratas y la indicación de servicios adicionales.

Competencia afirmó que las recomendaciones de precios y los precios máximos que los suministradores imponen a las estaciones de servicio
«pueden tener un efecto restrictivo
de la competencia dado que permiten al operador reducir la competencia entre las estaciones de su red».

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