La CE asegura que el impacto de los biocarburantes en la escasez de cereal en la UE es «marginal»

La Comisión Europea (CE) considera que la fabricación de biocarburantes en la UE tiene un impacto «marginal» por ahora en la escasez de cereales y de otros cultivos con fines alimentarios, afirmó el portavoz comunitario de Agricultura, Michael Mann.

Bruselas cree que hay que «restar importancia al efecto del uso de materia prima para biocombustibles en los mercados de trigo y de otros productos», pues en 2006 sólo el 1,7% de la cosecha de cereales y oleaginosas se destinó a la obtención de biocarburantes, señaló el portavoz comunitario, en rueda de prensa.

Recordó que aunque la UE ha fijado un objetivo obligatorio de utilización de biocarburantes -el 10% de la energía consumida en el transporte en 2020- por el momento es pequeño el empleo de cultivos para esos combustibles ecológicos.

En el futuro, la CE prevé un aumento de la superficie de producciones destinadas a los bio-combustibles, según Mann, quien indicó que ese índice del 10% fue fijado con vistas a importar una parte de los biocarburantes utilizados y a no tener que destinar una excesiva superficie agrícola a fines no alimentarios.

«Sabemos que en EEUU se está produciendo un trasvase hacia la producción de maíz para bioetanol y esto ha tenido un efecto tanto en ese país como globalmente, en combinación con las bajas cosechas en productores como la UE», según el portavoz.

La CE propuso interrumpir el régimen de retirada de tierras -por el cual los agricultores deben dejar de sembrar un 10% del área de cultivo-, precisamente para tratar de aumentar la oferta de cereales y paliar los altos precios de los alimentos.

Respecto al informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que dice que «pocos» biocarburantes ofrecen un balance positivo en términos de emisiones contaminantes, la CE estima que «es obvio que los carburantes que proceden de materia prima agrícola contaminan menos que los fósiles».

Bruselas confía en que el desarrollo de biocombustibles de segunda generación tendrá «efectos beneficiosos» porque se utilizarán subproductos o desechos como materia prima, según la misma fuente.

El portavoz comunitario de Energía, Ferrán Tarradellas, agregó que la CE quiere asegurar que las importaciones de biocarburantes procedan sólo de fuentes sostenibles, para evitar por ejemplo la deforestación y que esta idea se reflejará en una normativa sobre energías renovables que Bruselas propondrá a final de año.

Asimismo, el portavoz de Agricultura recalcó que la CE «no está dictando» al agricultor lo que tiene que cultivar, pues desde la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) se paga una ayuda por hectárea, independiente de la producción, por lo que «es libre de cosechar lo que quiere el mercado».

La UE introdujo una prima de 45 euros por hectárea para los cultivos de remolacha o maíz destinados a biocarburantes, ligados a un contrato entre el agricultor y una compañía fabricante.

En estos momentos, según Mann, la «cuestión es si sería conveniente una ayuda específica» para la producción de materia prima agrícola destinada a esos combustibles y esto se estudiará dentro de la revisión de la PAC, cuyas primeras propuestas se conocerán en noviembre.

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