La AIE ve las renovables como imprescindibles para la transformación energética pero advierte del riesgo de no invertir en crudo

Europa Press / EFE.- La escasez actual de nuevos proyectos petrolíferos podría entrañar un «riesgo» a corto plazo para el mercado del crudo «si los recortes en actividades de exploración y producción de este año persisten en 2017», según indicó la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cuyo director de Sostenibilidad, Tecnología y Previsión, Kamel Ben Naceur, aseguró que las renovables son imprescindibles para la transformación del sector energético. Esta transformación se producirá siempre que se cumplan los objetivos climáticos suscritos a escala global.

Al presentar el World Energy Outlook, Ben Naceur describió los diferentes escenarios de la agencia en torno a la evolución de la demanda y la oferta de energía, con previsiones hasta 2040. En concreto, se refirió al escenario principal, en el que se analiza qué significa para el sector energético los compromisos climáticos puestos sobre la mesa por unos 190 países de Naciones Unidas. «Aunque los compromisos son un gran avance, el análisis muestra que son claramente insuficientes», señaló, antes de aludir a la eficiencia energética y las energías renovables como vehículos imprescindibles para la necesaria transformación del sector energético.

El World Energy Outlook 2016 muestra entre sus previsiones la posibilidad de que casi el 60% de la electricidad generada en 2040 provenga de energías renovables, y que la mitad de este porcentaje sea de eólica y solar fotovoltaica. Según señaló Kamel Ben Naceur, serán necesarios cambios estructurales en el diseño y el funcionamiento del sistema eléctrico para garantizar incentivos adecuados de inversión y para la integración de estas energías. Además, se necesitará un impulso a la utilización de las renovables en los sectores del calor y el transporte, señaló, antes de considerar que los combustibles fósiles, en particular el gas natural y el petróleo, seguirán siendo la base del sistema energético mundial durante décadas.

Sin embargo, matiza el responsable de la AIE, «esta industria no debería ignorar los riesgos que podrían suponer una transición más brusca». Ben Naceur señaló que se está entrando en un periodo de mayor volatilidad del mercado de petróleo. «Las inversiones en nuevos proyectos de crudo convencional en 2015-2016 han descendido a los niveles más bajos desde 1950 y, de seguir los recortes en 2017, se necesitará un esfuerzo sin precedentes para evitar un desfase entre oferta y demanda dentro de unos años«, ha explicado.

En este sentido, la AIE apunta que «si la cantidad de proyectos nuevos aprobados sigue siendo baja por tercer año consecutivo en 2017,cada vez será más improbable que la demanda y la oferta de petróleo puedan ajustarse a principios de la década de 2020 si no se genera un nuevo ciclo de expansión o recesión para la industria«. Ben Naceur ha explicado que ante el escenario actual de incertidumbre, su entidad trabaja con un precio previsto por barril de petróleo en el entorno de los 70-80 dólares a futuro.

La previsión de la AIE supondría casi duplicar los precios actuales por barril, pero estarían lejos de los máximos de 130 euros que se anotaron en 2008 o de los cercanos a los 100 euros del 2013. Por países, Ben Naceur señaló que Estados Unidos será uno los de los países que sufra mayores cambios a largo plazo, ya que en 2040 «no realizará importaciones de crudo», debido al potencial de su petróleo de esquisto, procedente de técnicas de fractura hidráulica, más conocido como fracking. La previsión para la Unión Europea es que, en 2040, tendrá una dependencia del crudo «considerablemente menor a la actual«.

Ben Naceur ha atribuido este cambio a la transformación que sufrirá en los próximos años el mix energético mundial (conjunto de fuentes de producción de energía), que en los últimos 25 años ha estado protagonizado por el carbón, gas natural, petróleo y fuentes de bajas emisiones como la nuclear y las renovables, en este orden. «En los próximos 25 años, aunque todas las fuentes de energía crecerán, las fuentes bajas en emisiones registrarán el mayor incremento en términos absolutos», señaló Ben Naceur, quién prevé un «papel fundamental» de las renovables.

La Cumbre por el Clima de París (COP21) aprobó un ambicioso acuerdo, que ha entrado en vigor el pasado 4 de noviembre, por el que los 195 países firmantes del mismo, responsables de 76,5% de las emisiones contaminantes globales, se comprometieron a adoptar políticas medioambientales que impidan que la temperatura global del planeta suba por encima de los 2 grados centígrados. En relación al posible incumplimiento de lo acordado en París por parte del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Ben Naceur señaló que sus declaraciones sobre el acuerdo de París «se han suavizado» desde que ganó las elecciones y confía que sus políticas no comprometan los objetivos suscritos.

Por su parte, el presidente del Club Español de la Energía (Enerclub), Borja Prado, ha destacado la relevancia del WEO, cuyos escenarios son fundamentales para el sector energético, y resaltó que para poder entender el sector energético de un país actualmente hay que conocer y seguir de cerca la evolución previsible de los mercados energéticos internacionales. Prado se refirió también a la insuficiencia de los compromisos del Acuerdo de París para frenar el aumento de las temperaturas por debajo de los 2ºC, así como a la gran relevancia que tienen las energías renovables a futuro o la importancia del binomio del agua y la energía.

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