La Agencia Internacional de la Energía pide tener en cuenta la seguridad energética en las medidas que se tomen en cuanto al cambio climático

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) pidió que los países revisen sistemáticamente las implicaciones en términos de seguridad energética de sus acciones para mitigar el cambio climático, a partir de unos instrumentos de cuantificación que acaba de poner a prueba.

«Las políticas aparentemente aceptables para reducir las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) o para lograr seguridad energética pueden dejar de serlo cuando se consideran bajo el prisma de una política integrada cambio climático-seguridad energética», indicó la AIE en un comunicado.

Esas conclusiones se basan en un estudio cuantitativo, efectuado con cinco países europeos (la República Checa, Francia, Italia, Holanda y el Reino Unido) para identificar las sinergias y los conflictos potenciales, que se propone como una ayuda para que los gobiernos puedan ofrecer respuestas que respondan a la vez «a los retos climáticos y de seguridad energética».

Los resultados del estudio muestran que, si la dinámica actual de las políticas energéticas continúa, habrá «un deterioro de la tendencia» tanto en las emisiones causantes del efecto invernadero como en la seguridad energética para la mayor parte de los países sometidos a examen. Mientras las emisiones de CO2 en la República Checa se reducirán un 27% entre 2004 y 2030, aumentarán hasta un 38% en Francia.

No habrá excepciones en el empeoramiento de la situación en lo que respecta al precio de la seguridad energética -magnitud que integra el precio del combustible y su disponibilidad-, con un aumento que irá del 6% en la República Checa al 42% en Francia entre 2004 y 2030.

La agencia destaca que dos de los Estados analizados –Reino Unido y Holanda– pasarán de ser exportadores de gas a depender de las compras en el exterior, entre 2004 y 2010 para el primero y 2020 a 2030 para el segundo.

Los autores del informe han estudiado las consecuencias para la seguridad energética de los cambios para reducir en un 5% entre 2004 y 2030 las emisiones de efecto invernadero y advierten del efecto de sustituir el carbón por gas para la producción de electricidad. Ese cambio acarrearía un aumento del indicador de precios de los combustibles, en una horquilla que iría del 0,1% en el Reino Unido al 4,1% en la República Checa.

El efecto sería mucho más negativo en términos de disponibilidad física de carburante, con alteraciones que irían del 4,4% en Italia al 87,2% en Holanda. Por otro lado, cumplir con el objetivo de una mejora del 5% en la eficiencia energética en el transporte por carretera permitiría una reducción de precios de entre el 4,6% en Italia al 8,2% en la República Checa.

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