«Europa está mejor preparada para una crisis del gas»

«Los estados miembros están más coordinados y unidos que el año pasado», dijo la ministra de Energía sueca, Maud Olofsson, al término de una reunión con sus homólogos europeos.

«Hemos organizado mejor nuestro trabajo con relación a Rusia y Ucrania, hemos creado una mayor seguridad y hay toda una serie de estados miembros que también han creado capacidad de almacenamiento, con lo cual hay una mayor seguridad», indicó.

Según la ministra sueca, la presidencia está muy satisfecha de haber podido pasar el otoño sin interrupciones y confía en no tener problemas tampoco en diciembre.

Pero, para lograrlo, consideró importante que Ucrania reforme su sector energético. «Ucrania tiene que cambiar, tiene que reorganizar su sector energético para que las cosas funcionen mejor en el futuro», comentó.

Olofsson explicó que la UE también ha mantenido contactos con Rusia para mejorar las relaciones bilaterales, eliminar las tensiones y evitar que haya mal entendidos y afirmó que, en su opinión, la situación en este sentido es también mejor que el año pasado.

Preguntada por el miedo de los países de la UE a una futura crisis de suministro, la ministra garantizó que «la sensación reinante es de calma», mucho más tranquila que la de hace seis meses. «La mayoría de los estados miembros se sienten seguros, la gente se siente segura», subrayó.

Menos optimista se mostró el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs. «Espero que no haya crisis, por supuesto, pero no hay garantía de que no vaya a ocurrir«, declaró.

«Hoy por hoy está más o menos claro que no va a haber una crisis durante 2009, pero quien sabe lo que ocurrirá durante 2010 (…) «sigue habiendo algunos riesgos».

Piebalgs precisó también que hasta que la nueva Comisión Europea sea designada formalmente y se nombre a su sustituto en el cargo, él es el responsable de gestionar una hipotética crisis.

El pasado invierno, una disputa comercial por el precio del gas y las tarifas de tránsito para 2009 llevó al consorcio ruso Gazprom a interrumpir el bombeo de combustible hacia Ucrania, lo que acabó afectando al suministro de varios países de la UE, en especial a Bulgaria y Eslovaquia.

La UE, que importa de Rusia el 25 por ciento del gas que consume y de este el 80 por ciento lo recibe por territorio ucraniano, decidió que debía reforzar su seguridad energética, con especial atención en el desarrollo de nuevas infraestructuras y la diversificación de fuentes de suministro y rutas de tránsito.

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