España quiere ser «relevante» para que la Cumbre de Lima allane un acuerdo mundial post-Kioto

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos de Armas, explicó los objetivos de España en la COP 20 y por qué la cumbre de Lima debe cerrar el próximo 12 de diciembre como punta de lanza para que la COP 21 (en París el próximo año) «jubile» Kioto.

Ramos subrayó que el protocolo de Kioto, firmado en 1997 por países que representaban un 15% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, fijó objetivos climáticos que vencerán en 2020.

En este sentido, la cumbre de París de 2015 debería cerrarse con un acuerdo jurídicamente vinculante que siga el objetivo marcado por los científicos de que la temperatura del planeta no debería aumentar 2ºC más en 2050 respecto a los niveles de la era preindustrial, cuando no había combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón).

Ramos, que viajará este domingo a Lima junto a la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Susana Magro, antes de que la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, llegue el próximo martes, indicó que España «contribuirá a las negociaciones» desempeñando «un papel relevante», tras haber aportado 120 millones de euros al Fondo Verde para el Clima.

La delegación española, junto al resto de países de la Unión Europea, buscará puntos de encuentro para avanzar en la lucha contra el cambio climático en esta importante cita. En el transcurso de la cumbre, Tejerina presidirá la reunión ministerial de la Red Iberoamericana de Oficinas de Cambio Climático (Riocc) y participará en el encuentro del Green Growth Group con los ministros iberoamericanos y de la Alianza del Pacífico, entre otras citas.

Encima de la mesa está la financiación que deben aportar los países más desarrollados a los que están en vías de desarrollo por su adaptación a las consecuencias del cambio climático, el grado de implicación de las economías emergentes y cómo se compensa a los países afectados por los fenómenos climáticos extremos (como terremotos, tifones o huracanes), principalmente del Caribe y el Pacífico.

Ramos valoró que Estados Unidos y China, que suman un 42% de las emisiones contaminantes del mundo, hayan cerrado recientemente un acuerdo climático y reiteró que «sería muy negativo» que en París no se llegue a un nuevo acuerdo internacional.

«Merece la pena. Estamos hablando de si esta generación fue capaz de empezar a soltar los combustibles fósiles y a desvincular el crecimiento del consumo intensivo de recursos no renovables. Tenemos que tener una vida más próspera y queremos vivir menor«, apostilló.

En este sentido, recalcó que «de Lima tiene que salir muy claramente las líneas básicas del acuerdo de París» y no «plataformas» que supongan «patadas a seguir» como síntoma de que «no cerramos» un nuevo protocolo que deberían firmar los jefes de Estado en la capital francesa el próximo año.

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