España, Francia y Portugal sellan su «firme compromiso» de incrementar las interconexiones energéticas y deciden retomar el gasoducto Midcat
Durante la rueda de prensa posterior a la Cumbre Europea de Interconexiones, en la que intervinieron los cuatro mandatarios, Mariano Rajoy aclaró que la denominada «Declaración de Madrid» es, en realidad, un programa «con proyectos concretos y compromisos» con el objetivo de que la Península Ibérica «deje de ser una isla energética» y se alcance un mínimo del 10% sobre la potencia instalada antes de 2020, algo de «crucial importancia» para lograr un mercado interior de la energía en Europa.
Además de esto, el desarrollo de las interconexiones energéticas permitirá acceder a una electricidad y gas a «mejores costes y más previsibles», apuntó Rajoy, al tiempo que ayudará a mejorar el medio ambiente por su apoyo a las renovables y diversificar las fuentes para reducir «la dependencia de suministro de zonas inestables del mundo».
En cualquier caso, insistió en que este programa beneficiará «sobre todo» a los ciudadanos, porque «la energía podrá llegar a los hogares a menor precio», lo que mejorará su bienestar.
Rajoy defendió que el plan es «ambicioso», al tiempo que «realista», en un entorno en que se avanzó «demasiado lentamente» hacia el objetivo de lograr un nivel de interconexión mínimo del 10% en 2020. «Es el sino común de la Unión Europea, unir y conectar», dijo el presidente español.
«Hoy, tres grandes naciones de las más antiguas de Europa, junto a la Comisión Europea y el BEI, pasamos de las declaraciones a los hechos, de las musas al teatro«, insistido Rajoy, con un plan que «da un paso muy importante para superar las fronteras» entre los países de la Unión porque, además de la «voluntad política» mostrada para «acabar» con las fronteras nacionales, se han puesto en marcha «mecanismos y recursos para ello».
8.000 MW de interconexión en 2020
Con esta cumbre, España, Francia, Portugal y las instituciones de la Unión Europea avanzan en su compromiso con las interconexiones energéticas y la financiación de estas a través de fondos europeos, especialmente el «Plan Juncker» de inversiones, dotado con 315.000 millones de euros, y el apoyo financiero del BEI.
Así, en materia eléctrica, se debatieron diversos proyectos con los que situar la capacidad de intercambio entre España y Francia en 8.000 megavatios (MW) en 2020, desde los 2.800 MW actuales, alcanzados tras la reciente inauguración de la línea de interconexión eléctrica entre Santa Llogaia y Baixàs el pasado 20 de febrero. De hecho, para garantizar su aprovechamiento completo, se construirá un transformador desfasador, previsto para 2017, en Arkale (España).
Entre estos figuran una línea submarina por la Bahía de Vizcaya, que uniría el Golfo de Gascuña en España con la zona de Aquitania en Francia y que tendría un coste estimado de unos 1.900 millones de euros. Este proyecto se encuentra en la fase de estudios técnicos, beneficiándose del máximo apoyo del 50% de todos los costes subvencionables con arreglo al Instrumento de Interconexión para Europa, con un importe de 3,25 millones de euros.
A este se sumarian dos proyectos terrestres que cruzarían los Pirineos. Un primer proyecto se desarrollaría por Cantegrit y Navarra o el País Vasco, y el otro, por Marsillon y Aragón, con costes estimados actualmente para cada uno de ellos de 900 a 1.200 millones de euros
Asimismo, insistieron en la importancia de llevar a cabo la interconexión eléctrica entre Vila Fria-Vila do Conde-Recarei (Portugal) y Beariz- Fontefría (España), que, una vez concluida, permitirá a Portugal alcanzar un nivel de interconexión del 10%.
Estas iniciativas, que todavía tienen que ser analizadas en profundidad, parten de un «Documento de estrategia común» elaborado por los gestores de la red de transporte eléctrico de los tres países. No obstante, los tres países destacaron la necesidad de incrementar significativamente la capacidad entre la Península Ibérica y la Europa continental y advirtieron de que los proyectos actualmente incluidos en la lista de Proyectos de Interés Común (PIC) no son suficientes, en ningún caso, para alcanzar los objetivos de interconexión europea, por lo que «debe acometerse un esfuerzo complementario».
«Hemos reiniciado el Midcat»
Por su parte, François Hollande avanzó que «hemos reiniciado el proyecto Midcat», un gasoducto que unirá Cataluña con el sur de Francia, y que «vamos a comenzar en los próximos seis meses los estudios necesarios para ver cómo podremos pasar a esta segunda fase de la obra», con el procedimiento de concesión de permisos.
En el capítulo de objetivos, Hollande señaló que hay que «mejorar la competitividad de nuestras empresas industriales», que podrán acceder a una energía más barata, y desarrollar las renovables.
«Es la Europa de la energía la que se está iniciando hoy aquí», consideró, al tiempo que apuntó que «deberá profundizarse en el próximo consejo europeo».
Pedro Passos Coelho argumentó que llegar al 10% de interconexión «es crucial para llegar a un verdadero mercado europeo de energía» que implicará «una bajada de precios para los consumidores», «inversiones más eficaces en energías renovables», mayor eficiencia energética y «crecimiento sostenible».
El mandatario portugués apuntó que se han identificado proyectos para alcanzar el 8% de interconexión y que ahora ha llegado el momento de buscar iniciativas para llegar hasta el 10%.
Con respecto al gas, insistió en que las interconexiones mejorarán la seguridad energética de Europa «gracias a una amplia estrategia de diversidad de fuentes y rutas», ya que actualmente «hay una gran incertidumbre en cuanto a su abastecimiento».
En este sentido, la «Declaración de Madrid» propuso una evaluación activa para completar el eje oriental de gas entre Portugal, España y Francia, que posibilitará los flujos bidireccionales entre la Península Ibérica y Francia mediante el ya mencionado Midcat. «La tercera interconexión entre Portugal y España debe desarrollarse en consecuencia», añadieron.
Asimismo, y puesto que consideraron imprescindible aumentar la capacidad de transporte a través de Francia a fin de aprovechar al máximo las interconexiones y permitir la plena integración del mercado europeo, subrayaron el compromiso de que el proyecto «Val de Saône» garantice el acceso de España y Portugal al mercado gasístico europeo.
La unión energética, «una gran prioridad»
En su intervención, Jean Claude Juncker consideró que con un acto como el de hoy se pasa de las ideas a los hechos y destacó la importancia del principio de la libre circulación de la energía dentro del Viejo Continente, «si no lo conseguimos, habremos fracasado», recalcó e invitó a otras regiones europeas a que sigan el ejemplo de España, Francia y Portugal y pongan fin a los bloqueos existentes en el ámbito del suministro eléctrico.
De esta manera, Juncker puntualizó que la unión energética constituye «una de las grandes prioridades de la Comisión Europea» y que acontecimientos como la cumbre de Madrid sirven «para plasmar a través de hechos las ideas a este respecto que siempre habíamos intercambiado».
También destacó el hecho de que se haya creado un grupo de alto nivel del suroeste de Europa sobre interconexiones, que será puesto en marcha por la Comisión Europea, y que vigilará el seguimiento de los acuerdos adoptados este miércoles, así como la supervisión de los proyectos.
En el acto también participaron el presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Werner Hoyer, así como el comisario de Acción Climática y Energía, Miguel Arias Cañete y el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria.
Interconexiones y Europa
Las interconexiones son el conjunto de líneas y subestaciones que permiten el intercambio de energía entre países al aportan mayor seguridad y estabilidad al suministro, por lo que constituyen una pieza clave de la Unión Energética, que busca el establecimiento efectivo, en el seno de la Unión Europea, de un mercado energético interior y de una política común de energía, ambos sectores muy importantes para las empresas, el medio ambiente y para los ciudadanos.
En 2001 la Unión Europea ya recomendó a los Estados alcanzar en 2020 un 10% de ratio de interconexión, siendo este la suma de las capacidades de importación frente a la potencia de generación instalada, con el objetivo de promover un mercado único de la electricidad y evitar el aislamiento de los países miembros.
Por este motivo, en el Consejo Europeo de octubre de 2014, los Estados miembros y la Comisión Europea se comprometieron a «facilitar la ejecución de proyectos de interés común, que conecten, en concreto España y Portugal con el resto del mercado interior de la energía» y «garantizar que se les concede la máxima prioridad y hayan concluido en 2020» las infraestructuras necesarias para alcanzar los objetivos marcados, algo que resultaba complejo ya que ambos países se encuentran por debajo del 5% de interconexión.
Por ello, la «Declaración de Madrid» indica que para dar cumplimiento a este mandato, el desarrollo de dichas infraestructuras debe recabar todo el apoyo disponible en el plano europeo, en especial, a través del Instrumento de Interconexión para Europa, los Fondos Estructurales y el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas anunciado últimamente por la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones.


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