El informe complementario de la CNE y la filosofía Chikilicuatre

La publicación del informe complementario de la Comisión Nacional de Energía guarda una serie de paralelismos con la selección del artista hispanoargentino Rodolfo Chikilicuatre para representar (o algo así) a nuestro país en el último Festival de Eurovisión. Una decisión, rodeada del populismo del SMS, pero de la que del mismo modo, a nivel social se ha percibido el suficiente grado de escepticismo para percibir la propia desconfianza social de la elección tomada. Paralelismos, con el informe aprobado por el organismo, que van desde su objetivo, su origen político o punto de partida, sus métodos, su proyección mediática y sus resultados.

Al parecer, Rodolfo Chiquilikuatre es un ‘producto surgido’ y promovido del entorno mediático de ese nuevo grupo de comunicación emergente que es “La Sexta”. Este es un grupo próximo al nuevo socialismo español que busca un funcionamiento a la medida del Estado, de sus mercados y de sus instituciones (produciendo un fuerte sarpullido entre los sectores más ortodoxos del PSOE). El tono guasón (del que habla Tomás Delclós en El País al referirse a este cantante) era el objetivo de nuestro ‘representante’ para introducir una crítica al propio Festival de Eurovisión. De hecho, Chikilicuatre declaró en TVE que, si ganaba, tenía previsto romper y quemar la guitarra en el propio escenario.

En ese sentido, la capacidad para ‘forzar el funcionamiento natural del mercado y las instituciones’ también lo comparte el Informe complementario de Precios y Costes de la CNE, ya que la propuesta de tarifas integrales no incorpora referencia alguna a la situación de déficit tarifario y recoge un párrafo inconexo, adicional y extemporáneo. También se fuerza considerablemente la realidad de los datos y el funcionamiento institucional del organismo, de forma que se promulga esta batería antimercado en el sector eléctrico, dejando al margen al área eléctrica de la CNE y suplantando al teórico ponente interno de la Comisión. Finalmente, también es reseñable esa crítica al europeísmo, presente en la filosofía Chikilicuatre, al ir en contra de las Directivas Europeas.

Aún hay más parecidos: el punto de pura astracanada y kiscth de “El baile del chiki chiki” también es propio de un informe que nos retrotrae a los tiempos del Marco Legal Estable: precios regulados por tecnologías, control de rentas, ausencia de mercados organizados y poder arbitrista de las autoridades. Y eso es posible porque también existen en el sector energético ‘alter egos’ de José Luis Uribarri. Y más allá, tanto Rodolfo Chiklicuatre como el informe han sido recibidos con silbidos, abucheos y críticas, trayéndose para casa resultados muy dudosos.

De hecho, el informe aprobado por el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía introduce un grave cuestionamiento del mercado eléctrico, como han denunciado las eléctricas. Hay que tener en cuenta que la organización de una actividad a través de un mercado es más eficiente y se corresponde con un modelo de organización, más avanzado y eficiente, acorde con liberalización que supuso el paso del Antiguo Régimen a una economía de mercado para nuestro país.

‘Frikismo’ regulatorio

Una posición tan extravagante (también hay extravagancia regulatoria o televisiva), para lo que sería una sociedad avanzada, occidental, europea, democrática y de mercado, se presenta sin pudor y entraña consecuencias futuras sobre la seriedad de nuestro país. En cualquier lugar, con mayor tradición de funcionamiento de la sociedad de mercado, una propuesta de este tipo habría ido directamente a una papelera, o se habría quedado en un ejercicio minoritario de alguna corriente académica. Es evidente que una demagogia populista, consistente en determinar un precio regulado ocasiona fuertes déficit de inversión futuros y consecuencias de credibilidad para el mercado español.

Por otra parte, todo ello se adereza con una campaña intencional que convence a los españoles y a nuestros países vecinos de las posibilidades de nuestro particular y estrambótico representante, el Chikilicuatre, de ganar aquello. Algo que también tiene su reflejo, en lo que se refiere al informe complementario sobre precios y costes, con los titulares que han recogido los periódicos cuando hablan de 4.000 millones de regalo o que las eléctricas ingresan un 58 % de lo que son los costes de generación (y el resto de costes, ¿qué?).

Pero quizá lo más paradójico, y quizá más ejemplificador, es la correlación entre la CNE y Televisión Española en este caso. TVE es un Ente Público y la CNE es el regulador español independiente. Por ello, en el primero de los casos, se puede ver esa ligazón entre la factoría de ‘La Sexta’ (proveedora habitual del Ente) y la legitimación del absurdo. De forma que un ente público, que tiene el adjetivo ‘español’, que tiene una responsabilidad ante nuestro entorno, da pábulo a construir un puente hacia el mal gusto. En sentido paralelo, la Comisión Nacional de Energía, con este informe, surgido de las conexiones de los sectores más intervencionistas incrustados en el sector eléctrico, parodia el mercado eléctrico lo que conduce al ‘frikismo’ regulatorio y al hazmerreír de nuestro entorno europeo (y de los mercados financieros).

El resultado también. Vean como puede cambiar la letra de la canción. El brikidans. La nuclear. La hidráulica. Los ‘windfallprofits’. Los precios. Los costes. El crusaito. Perrea, perrea.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *