El 20% de la inversión española en Latinoamérica se concentró en el sector energético entre 1992 y 2011

Según expuso Maite Costa, la inversión en el sector energético ha sido una de las principales que viene realizando España en el continente americano. Una inversión que se reparte entre la producción de hidrocarburos líquidos y gaseosos así como en el sector eléctrico de los países latinoamericanos. Una inversión que Costa calificó como «pionera» y que, a su juicio, ha propiciado que las empresas españolas se convirtieran en multinacionales. Además, la expresidenta de la Comisión Nacional de la Energía destacó que las empresas españolas realizan «una importante labor productiva en Latinoamérica con una clara voluntad de permanencia en estos países».

Costa destaco que los resultados del estudio que se contienen en el libro presentado «demuestran que la inversión directa en Latinoamérica procedente del exterior tiene un impacto positivo sobre el conjunto de variables macroeconómicas de estos países». Respecto a la inversión realizada por las empresas españolas en el periodo estudiado, Costa destacó que fue impulsada por las reformas de los años 90 para «mejorar» la seguridad jurídica pero también a otros factores «como la sólida relación entre España y Latinoamérica por su proximidad cultural y compartir un mismo idioma». La expresidenta de la CNE también recordó su etapa al frente de Ariade (Asociación Iberoamericana de Entidades Reguladoras de la Energía) como una época de «enorme esfuerzo» para armonizar la regulación energética entre todos sus miembros.

Según desgranó Maite Costa, el 54% de la inversión se dirige al sector de hidrocarburos mientras que el 46% se dedica al sector del transporte y la distribución del gas y la electricidad. «Ahora las empresas españolas de energías renovables siguen la misma senda», apuntó. En lo que respecta a la distribución geográfica de la inversión, Costa destacó que Brasil es el país «líder» en la atracción de capital exterior.

En este sentido, la expresidenta de la CNE concluyó que el sector energético y las inversiones realizadas son «estratégicas» para el desarrollo de los países latinoamericanos. También consideró que la magnitud del impacto de la inversión exterior dependerá de las características de la economía local y de la capacidad de absorción de los beneficios derivados de tal inversión. Por ello reclamó a los países latinoamericanos «un mayor nivel de cualificación de su población, un marco estable, seguridad política y jurídica».

Los datos más destacados fueron aportados por la otra autora del libro, Gemma García Brosa. Según expuso, las reformas estructurales realizadas en los países de Latinoamérica en la década de los 90 del siglo XX condujo a un proceso de liberalizaciones y privatizaciones que tuvieron un gran impacto en el sector energético. Por ello, la profesora de la Universidad de Barcelona destacó que el 11% del total de la inversión extranjera en Latinoamérica entre 1992 y 2011 se concentró en el sector energético mientras que, en lo que atañe a la inversión española, este porcentaje se eleva hasta el 20%.

Grandes oportunidades en América Latina

El primer secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, destacó de América Latina «estar bendecida por Dios» al contar con un 20% de las reservas mundiales probadas de petróleo con un 9% de la población mundial y también «ser ricos» en energías renovables como la hidráulica, la solar, la biomasa o la eólica. Además, Iglesias destacó que la actual «época dorada» de crecimiento une, al «enorme» potencial de oferta, una «creciente» demanda energética que se ha quintuplicado. Para atender esta demanda, el primer secretario general Iberoamericano reivindicó garantizar la seguridad jurídica para que la inversión extranjera «fluya» mientras que, en el debe de la política energética, lamentó que los países latinoamericanos no hayan sido capaces de lograr una mayor integración energética regional.

Presente en el acto de presentación del libro estaba también el presidente de Repsol. Antonio Brufau indicó que «no es fácil» invertir en Latinoamérica ya que ofrece «oportunidades pero también riesgos», aunque sí que reconoció que el marco de los países latinoamericanos respecto a su situación política y jurídica resulta «en su mayoría» cada vez más favorable a la inversión. Por su parte, el embajador en misión especial para Asuntos Energéticos. Antonio Muñoz-Rojas de Alarcón, destacó que el desembarco de las empresas españolas en Latinoamérica se ha conseguido «con creces». Para ello reconoció que los lazos culturales con estos países han facilitado el camino pero realzó que «sin rigor y sin trabajo, no hay forma de introducirse en ningún mercado«.

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