Dos fontaneros inventan un dispositivo que ahorra energía y 500 euros en agua al año

EFE. – Dos fontaneros valencianos han inventado un dispositivo que neutraliza el malgasto que supone el tradicional gesto de abrir el grifo y esperar a que el agua fría salga caliente, un movimiento que pasa desapercibido pero que cuesta a las familias españolas unos 500 euros al año. Además lo que realmente revoluciona este nuevo sistema es que ahorra energía.

Los profesionales Rafael Rodrigo y Francisco Pelegero constataron que durante esa pequeña espera se desperdician de ocho a quince litros de agua, una «catástrofe» en un país azotado por la sequía, lo que les impulsó a crear «SmartWater», un artilugio que acaba con ese problema con solo pulsar un botón y con el que un hotel, por ejemplo, podría ahorrar 4.000 euros al año.

El dispositivo es sencillo: cuando el usuario quiere agua caliente, debe accionar un pulsador instalado junto al grifo y automáticamente este se ilumina de color azul, momento en el que el agua que antes se iría por el desagüe se canaliza a un depósito donde queda guardada. En el momento en el que el calentador haya hecho por fin su trabajo, la luz del botón pasa a ser roja, lo cual indica que el agua caliente está lista para ser usada. De esta manera, cuando se abre el grifo, el líquido sale ya a la temperatura idónea mientras que el agua fría queda almacenada para, por ejemplo, usar el lavavajillas o la lavadora y vaciar el inodoro.

 

Ahorra energía

A diferencia de otros dispositivos desarrollados con el mismo fin, el invento de los valencianos no va acoplado al sistema eléctrico de la casa sino que funciona con cuatro pilas doble A, que duran dos años. Esto significa un ahorro de dinero al consumidor, que no tiene que pagar más por la factura de la luz, pero al mismo tiempo también implica la reducción del 30% de las emisiones de dióxido de carbono: «Instalar SmartWater en cincuenta viviendas equivale a plantar trece árboles cada año», asegura Rodrigo.

Según un estudio del Centro de Tecnologías Físicas de la Universidad Politécnica de Valencia-Campus de Gandía, el ahorro de agua y luz que propicia el nuevo artilugio hace que su precio sea amortizado en menos de tres años. Según sus cálculos, podría ahorrar 500 euros al año a un domicilio particular, 1.000 euros a una peluquería, 3.000 a un gimnasio y 4.000 a un hotel.

El dispositivo, que ha sido desarrollado y fabricado en Valencia, ya ha sido probado en ochenta instalaciones con resultados satisfactorios, y ha obtenido el certificado C en España y el BCC en Estados Unidos.

 

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