David Robinson (III): “Hay que lograr que el mercado eléctrico y la lucha contra el cambio climático puedan convivir»

David Robinson, autor del informe «Un análisis comparativo de los precios de la electricidad en la Unión Europea. Una perspectiva española«, augura en la tercera y última entrega de su entrevista en Energía Diario que los problemas serán más «serios» a medida que los efectos del cambio climático sean «más evidentes». Sobre las medidas de la Unión Europea, este investigador valora sobre todo la mayor innovación tecnológica y regulatoria en materia de des-carbonización y el que se utilice su influencia política en las negociaciones globales.

Pregunta- ¿Cuáles son los principales desafíos de la política energética a nivel europeo?

Hay que reconocer que en la Unión Europea hay una contradicción entre la política de liberalización y la política de lucha contra el cambio climático. En lo que respecta a la liberalización, que es la base del mercado único europeo, la idea es que los precios de mercado estén enviando señales correctas al inversor y al consumidor; en consecuencia: los precios reflejarán los costes de las actividades reguladas, es decir, el transporte, la distribución, y los costes de las actividades en régimen de competencia, incluyendo el mercado mayorista y de suministro eléctrico.

Sin embargo, sobre el cambio climático, la política llevada hasta ahora implica que los Gobiernos se inclinan por apoyar tecnologías específicas; eso distorsiona el mercado a largo plazo (inversión) y a corto plazo. Habrá que buscar entonces un nuevo marco mayorista y minorista que permita la descarbonización del sector eléctrico y que haga que el mercado eléctrico y la lucha contra el cambio climático puedan convivir porque con el planteamiento actual no son compatibles. Por otro lado, habrá que introducir mayor transparencia en cuanto a los precios y los costes; sobre todo aclarar quién está pagando los costes y quién está recibiendo los beneficios de los precios que se están pagando.

P- Efectivamente, las políticas de Energía y Clima han incrementado los costes del sistema eléctrico. ¿Cómo se podrían reducir esos costes?

Hay que empezar a preguntarse si, de todos los costes que están recuperándose a través de la tarifa eléctrica, algunos se pueden financiar mediante impuestos generales o en base al contenido de dióxido de carbono. Si los precios reflejan costes que no son sólo del sector eléctrico y tienen un interés social relevante, cobra sentido económico que estos costes también se paguen a través de impuestos, no sólo por la tarifa eléctrica.

Es evidente que si el precio se incrementa por costes que no son del sistema sino de otras políticas, se está enviando una señal equivocada al consumidor. Por ello, si el precio eléctrico sube mucho, eso daría lugar a que los consumidores consuman menos o intenten retirarse del sistema totalmente y consumir su propia generación para así evitar seguir pagando esos costes.

Otra cosa es como tratar de reducir los costes: hay que tratar de fomentar más la competencia en todo el sector. Por ejemplo, si el Gobierno quiere apoyar tecnologías bajas en emisiones de CO2, debería utilizar subastas para elegir la tecnología que pueda hacerlo al mínimo coste.

P- Repasando escritos recientes suyos, presta mucha atención a los países emergentes, ¿Cree que los esfuerzos sobre Energía y Clima en occidente sirven ante el incremento de emisiones que se ha producido como consecuencia del auge de estas economías, China e India fundamentalmente?

Hay que reconocer que Europa, Japón y Estados Unidos han sido los principales responsables del incremento de emisiones de CO2 históricamente. De alguna forma, tienen una responsabilidad. No obstante, es cierto que para tener un impacto relevante hay que hablar y contar con China e India, y tratar el problema del incremento de las emisiones contaminantes y del peso del carbón en su mix energético. Considero que el esfuerzo en Europa es menos relevante en términos cuantitativos: no radica tanto en bajar sus emisiones sino que es mucho más importante en términos de innovación y de desarrollo de tecnologías que puedan aprovecharse en otros lugares del mundo para bajar las emisiones y reemplazar al carbón, por ejemplo, a través de renovables, eficiencia energética… Además, Europa debe impulsar sistemas regulatorios como el de compraventa de emisiones de CO2 y, sobre todo, utilizar su influencia política en las negociaciones globales que, en principio, deberían llegar a una conclusión en París en 2015.

P- Y si las negociaciones no fructifican y no ofrecen un resultado esperanzador, ¿Augura tensiones internacionales provocadas por esta cuestión?

Es evidente que habrá problemas y estos problemas serán mucho más serios a medida que el impacto del cambio climático sea más evidente. La gran esperanza ahora es que China ya está haciendo un esfuerzo muy importante para reducir sus emisiones aunque están creciendo mucho más que en otras partes del mundo y siguen consumiendo muchísimo carbón para su crecimiento económico. Pero se lo están tomando más en serio porque ya lo ven como un problema nacional, no sólo como una obligación a nivel internacional. Además, también en Estados Unidos hay mayor conciencia de que hay que actuar, lo cual es importante. Por ello, soy más bien optimista, pero Europa debe seguir siendo un líder en las negociaciones sobre cambio climático.

En este enlace puede visualizar el vídeo completo de la entrevista a David Robinson.

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