César Dopazo: «Europa debería contar con más opciones que Argelia y Rusia para su suministro energético»

PREGUNTA.- ¿Cuáles son los principales retos de la UE en materia energética?

RESPUESTA.- Los de todos los países del mundo: la seguridad de suministro, unos precios competitivos y la búsqueda de energías lo más limpias posible. La dependencia energética de la UE es de alrededor del 50% en importaciones de productos energéticos. Tecnológicamente somos prácticamente autosuficientes, pero hay que importar la materia prima. Y la situación va a empeorar… se espera que entre 2020 y 2025 nuestra dependencia media en la UE sea del 65% respecto al exterior.

PREGUNTA.- Por qué ese aumento? ¿Se trata de un aumento del consumo de energía, un cambio en los hábitos…?

RESPUESTA.- Principalmente se debe a un aumento en el consumo de energía. Nuestro consumo eléctrico crece a un ritmo de entre el 1,5 y el 1,7%, y eso requiere importar carbón y gas. La flota de vehículos aumenta, por lo que tenemos que importar más petróleo. En esta materia prima, la dependencia se acerca al 90%, y lo superará ampliamente en 2020. Es una situación alarmante. Hay países, como España, en los cuales la dependencia es superior.

PREGUNTA.- Los Gobiernos, por ejemplo en el caso de España, hablan de mejorar la eficiencia energética, por un lado, y reducir el consumo, por otro. Teniendo en cuenta que tanto los automóviles se fabrican con miras a una mayor eficiencia, y con los electrodomésticos está pasando lo mismo… ¿cómo se entiende que siga aumentando el consumo energético?

RESPUESTA.- Hay dos razones. El incremento de población, que hace que no se pueda frenar la demanda energética. Por otro lado, los hábitos de consumo: es necesario mucho tiempo para cambiarlos. Si usted está acostumbrado a usar su vehículo particular en todo momento, convencerle de que eso no se debe hacer exige medidas drásticas que ningún político está dispuesto a tomar porque supone votos. Medidas como impedir el acceso de los coches a una zona amplia en el centro de las ciudades o permitirles el paso bajo pago de un importante impuesto; encarecer el aparcamiento; o permitir sólo el acceso si se trata de un vehículo bajo en emisiones, son medidas impopulares.

La eficiencia energética (EE) es fundamental. La Comisión Europea ha fijado unos objetivos de reducción de consumo de energía primaria mediante medidas de EE del 20% para 2020. Yo pienso que es muy optimista esperar esas cifras simplemente apelando a casas energéticamente inteligentes, a sistemas de transporte mejor organizados, cogeneración en la industria. No sólo se trata de tecnología, sino que también influyen los hábitos. Es una empresa difícil, pero hemos de empezar, hemos de intentarlo, porque la primera tecnología es el ahorro, el uso racional.

PREGUNTA.- En la apertura de la cumbre de la ONU, en la que el cambio climático es una cuestión fundamental, el secretario general, Ban Ki Moon, sostuvo que es necesario dejar de un lado la retórica y empezar a tomar medidas en serio. ¿No se entiende que ante esta circunstancia de relativa urgencia no se pongan en marcha medidas drásticas, aunque sean impopulares?

RESPUESTA.- En todos los puntos de vista deben evitarse los alarmismos, desemocionalizar el debate y las propuestas. He asistido sorprendidísimo a las declaraciones de algunos colegas que hablan en términos alarmistas e infundados, con propuestas totalmente descabelladas. Estas personas no aportan mucho a la sensatez y a la racionalidad del debate.

La economía, la competitividad, los empleos, son todos factores que hay que tener en cuenta en la lucha contra ese posible cambio climático, que según unos se está produciendo lentamente, y según otros, con mucha rapidez. Hay que proceder de una forma muy racional para no perjudicar la economía, el desarrollo de países y zonas realmente pobres.

«SIEMPRE HE CREÍDO QUE LA NUCLEAR ES UNA ENERGÍA SOLIDARIA CON LOS PAÍSES EN DESARROLLO, PORQUE LES PERMITE CRECER MIENTRAS NOSOTROS CONTRIBUIMOS CON EMISIONES CERO»

El cambio climático, al menos en los efectos a corto plazo, significa una cosa muy diferente para un país del centro de África y para un país europeo. Se ha mencionado en muchas ocasiones que cuando hablamos de Sostenibilidad, se debe incluir Sostenibilidad medioambiental, económica y social. A los países que se están desarrollando con tecnologías todavía obsoletas, no se les puede pedir que contribuyan a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. A los que sí habría que pedírselo, dentro de unas estrategias que fueran compatibles con su desarrollo económico y con su competitividad económica, es a los países más desarrollados.

Y eso nos lleva a que las tecnologías que se tendrán que utilizar son algunas poco o nada populares, como la energía nuclear. Siempre he creído que la energía nuclear es una energía solidaria con los países en desarrollo, porque si se utiliza la energía nuclear y todas las renovables posibles, estaríamos contribuyendo con emisiones cero en cuestión de 20, de 30 años. Así, otros países podrían permitirse tecnologías y materias primas convencionales y emitir, o reducir lentamente sus emisiones.

PREGUNTA.- Hablemos de Rusia y Argelia. ¿Cómo valora el comportamiento de Rusia (Rusia ha declarado recientemente que está dispuesta a dar a Europa una seguridad de suministro energético) con respecto a Europa?

RESPUESTA.- Según el documento de José Manuel Durao Barroso, “Una política energética para Europa”, la Comisión Europea ha de mantener una buena relación no sólo con países de nuestra área económica de influencia, como Noruega, que es un importante suministrador de gas y de petróleo, sino también con Rusia y con Argelia, como inmediatos suministradores de gas y de petróleo. En ese informe afirma que la relación con Rusia y con Argelia es buena. Yo no sé cómo entender eso. En un momento dado se dijo que Rusia era un suministrador fiable, no porque fuera cumplidor -históricamente no lo había sido- sino porque necesitaba los ingresos que le reportaba la venta de gas a Europa. En la medida en que eso cada vez es menos cierto -Rusia empieza a tener fuerza económica -, la razón que se aducía para justificar la fiabilidad de Rusia deja de existir. Personalmente, pienso que Europa debiera de abrir más opciones, y no, como suele decirse coloquialmente, poner todos los huevos en la misma cesta, ni con Argelia ni con Rusia. Ahora mismo, el transporte por vía marítima de gases licuados, es posible. Ahora bien, sigue siendo necesario colaborar con terceros países, con políticas claras de cooperación, de participación. La entrada de Argelia en España y en Europa es de gran interés para ellos y, si se realiza en los términos adecuados, también para nosotros.

PREGUNTA.- ¿Cuáles son las previsiones de la nueva Directiva Europea en materia de energías renovables?

RESPUESTA.- Ha habido un movimiento muy claro hacia las renovables, por muchas razones. Desde la presión de los grupos ecologistas, que en Alemania son muy poderosos y su participación en el Gobierno anterior hasta la influeencia que pueden ejercer todavía sobre Angela Merkel… Hay razones objetivas, como por ejemplo que la energía eólica se ha desarrollado espectacularmente. Más del 60% de la generación eólica mundial es europea. Alemania es el primer país en potencia instalada, y detrás están España y EEUU. Se habla de que el sector de energías renovables en Europa da trabajo directo o inducido a unas 300.000 personas, y según estudios económicos de Alemania, en 15 ó 20 años habrá más de 750.000 empleos directos en el sector. Esto es muy importante, porque la traducción económica directa hace este planteamiento muy atractivo para Merkel y para algunos países europeos.

Realmente no se ha realizado una evaluación rigurosa del potencial técnico-económico, de hasta dónde podemos llegar con las energías renovables, nien la UE ni tampoco en España. Los objetivos planteados por el IDAE en el Plan de Energías Renovables, son estimaciones, por el momento razonables, del potencial fácilmente explotable que ofrecen las energías limpias. A medida que los emplazamientos van siendo de inferior calidad, por ejemplo en energía eólica, se hace imprescindible el uso de una metodología sólida que tenga en cuenta consideraciones técnicas, económicas, medioambientales y sociológicas.

Greenpeace ha hecho una valoración reciente sobre este potencial, pero es inverosímilmente alta. Los potenciales geográficos, físicos y técnicos de los que habla no son exagerados, pero el potencial económico, realmente lo que se puede explotar a unos precios razonables, es otra cosa. Asimismo, las hipótesis del estudio no están claras. El mérito de Greenpeace es que ha provocado que reaccione el sector eléctrico, que reaccione el sector energético nacional y se lancen a hacer estudios similares. Pero quisiera dejar claro que el potencial de las renovables no está cuantificado, ni a nivel europeo ni a nivel nacional.

EL POTENCIAL DE LAS RENOVABLES NO ESTÁ CUANTIFICADO, NI A NIVEL EUROPEO NI A NIVEL NACIONAL

El coste de las energías renovables es muy alto. Evitan emisiones de CO2, pero la intermitencia de las fuentes -viento, sol- hace que haya que contar con potencia adicional para reemplazar las renovables cuando no sopla el viento o cuando no hay sol. Hay que ver exactamente cuánto nos cuesta esto, y no es barato. El 20% que se ha fijado la UE para 2020 de energía primaria renovable nos costará unos 18.000 millones de euros año más, con precios de petróleo en torno a 40/45 dólares por barril. Si subiera el precio del petróleo, ese coste se reduiría y podría anularse para precios muy altos.

Son escenarios que hay que barajar. Las energías renovables son caras y hay que reducir sus costes significativamente, sobre todo en fotovoltaica y solar termoeléctrica. Creo que son energías potencialmente muy interesantes para el futuro.

PREGUNTA.- El Gobierno alemán ha dicho que ve perfectamente factible los objetivos de energías renovables en 2020, pero no parece Vd. estar muy de acuerdo con ese planteamiento.

RESPUESTA.- La aplicación de una prima, al menos en España, es fundamental para el despegue de las energías renovables. Si se decidiese que la energía eólica es comercialmente competitiva y se suprimiese la prima, es altamente probable que no siguiera creciendo al ritmo espectacular actual. Sería razonable mantener la prima a la energía solar fotovoltaica alrededor de diez años. No sé si en cinco o diez años los rendimientos de los paneles fotovoltaicos llegarán a un nivel deseado y permitirán dividir los costes por un factor de seis, aunque lo veo difícil. La pregunta pertinente es, ¿después de los diez años se mantiene la prima sine die?

En mi opinión, es deseable que las renovables alcancen el mayor porcentaje posible de contribución a energía primaria y a generación eléctrica. Pero soy escéptico respecto a que se pueda alcanzar un porcentaje muy alto. También empieza a haber oposición por parte de algunos grupos ecologistas a la instalación masiva de parques eólicos. Por razones estéticas y de ocupación del territorio, por un lado. Y por otro, porque la esperanza que había de que las energías distribuidas (las renovables) acabaran con la concentración de poder en el sector energético no se ha cumplido. El poder sigue concentrado en las grandes empresas, y ya no defienden con el mismo ardor principios que se defendían hace 20 años sobre las energías renovables.

PREGUNTA.- En el caso de España, se está hablando, por un lado, de reducir el consumo, y por el otro, de aumentar la eficiencia energética. ¿Cree que el gobierno español está tomando medidas adecuadas? ¿Qué opina de la decisión del Gobierno de congelar la tarifa eléctrica?

RESPUESTA.- En épocas electorales no se hace mudanza, es lógico. Ningún partido lo ha hecho, ni el PSOE ahora, ni el PP en su día… las tarifas no van a subir. La prensa dice que Clos espera subir el kWh hasta un 12% para el próximo año. Después de las elecciones, por supuesto. El sector eléctrico reclama una actualización alegando que el coste del kWh en España es barato comparado con el de otros países europeos. La estrategia de ahorro energético (Estrategia Española de Eficiencia Energética) es una cuestión de racionalidad, que en su momento inició el PP y que ha continuado el PSOE. Es algo que había que hacer. Consumir de forma racional debe ser esencial en cualquier política energética. La forma de lograr ese ahorro es retirar del mercado productos ineficientes, poner un etiquetado adecuado a los electrodomésticos y lámparas de bajo consumo, y sobre todo concienciar al consumidor del coste de la energía. Subir vía impuestos, vía tarifas, el coste de la energía podría ser interesante, porque parece en teoría una forma de desanimar al dispendio y al uso irracional de la misma. Sin embargo, en los años 80 se hicieron muchos estudios de la elasticidad del consumo de energía frente al incremento de precio, y la conclusión fue sorprendente. Se subía el precio y aumentaba el consumo. La explicación del momento fue que el español prefería llenar de gasolina el tanque de su vehículo y privarse de otras cosas. Recuerdo haber participado en algunos estudios en los años 70 y 80, y era chocante.

El consumidor doméstico con poder adquisitivo parece no estar dispuesto a perder su, así llamada, calidad de vida. El consumidor industrial, como depende del precio de la energía para ser más competitivo en el mercado nacional y en el internacional, trata de reducir la intensidad energética. De hecho, en la industria ese indicador de eficiencia cae cada año, y eso es una buena señal.

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