Encuentros en la tercera fase: La operación Gas Natural-Unión Fenosa empieza ahora

La semana pasada el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía dilucidó su postura sobre el alcance en términos de competencia de la operación de adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural. Una operación que, al principio, transitó con cierta indiferencia debido a que el foco se había situado en el vendedor, es decir en Florentino Pérez, el presidente de ACS, y lo qué haría después con la “pasta”, en especial si la iba a emplear para aumentar su participación en Iberdrola. Sobre todo teniendo en cuenta que el precio pagado por Gas Natural por Unión Fenosa es considerado alto entre los informes de los analistas.

La segunda fase del proceso pasó a ser la fórmula de evitación del trámite de la función 14 aprovechando que el Tribunal Europeo pasa por la CNE (como el Pisuerga por Valladolid). El trámite de la función 14 estaba dirigido a comprobar si fruto de una operación se podrían ver afectadas las inversiones de las actividades reguladas y la garantía de suministro. Lo que pasó fue que esta función se amplió en su momento (de forma oportunista al caso E.ON), con un contenido más abierto, arbitrario, incorporando cuestiones de seguridad nacional, nucleares y en ese plan. Vamos una vía abierta para colocar exclusas a grupos que se pudieran considerar hostiles.

El hecho es que por esa vía o por la alternativa del examen previo a la aplicación de la función 14 al holding empresarial adquirente, que no desarrolla actividades reguladas, se ha logrado esquivar la función 14 en esta ocasión. Lo que no quiere decir que las condiciones exgidas en otras ocasiones a operaciones semejantes se cumplan, sobre todo después de las desinversiones, dado el grado de apalancamiento necesario para realizar la propia adquisición. Parece que había prisa en gobierno y oposición en agilizar la operación al máximo posible.

La tercera fase en que nos hemos quedado es la función 15. El análisis de la competencia en el sector energético que efectúa la CNE y que sirve de punto de partida para el dictamen que en este campo hace la Comisión Nacional de Competencia. Ahora la CNC tiene que hacer su propio análisis sobre competencia, lo que puede resultar o un paseo triunfal (como está siendo hasta ahora la operación) o que se convierta en una corona de espinas, en el caso de que se revise la operación con detenimiento en términos de competencia o con menor asentimiento que en la CNE y las desinversiones que fije competencia sean más duras y compliquen el desenvolver financiero de la operación. La operación en este sentido si que pasa a una fase decisiva.

Condiciones muy laxas

Centrándonos en el resultado del Consejo de la CNE en esta última cuestión, podemos decir que han sido unas condiciones laxas (¡en terminología de los cronistas más oficiales!) a la operación y tomadas de forma muy uniforme, casi por aclamación en las dos funciones votadas por el Consejo. Bueno, realmente el resultado que hemos podido conocer ha sido lo publicado por los medios de comunicación y la nota de prensa del organismo, porque a fecha de hoy, aún no se ha publicado en la web del organismo, ni se ha difundido por otra vía, el contenido del Informe aprobado. Aquí, hoy, lo público coincide con lo publicado, porque además se ha pasado casi de puntillas sobre lo dictaminado por la CNE a la vista de este ‘nihilismo’ informativo.

Eso, que la cosa parece que fue por aclamación, con vítores, ovación, orejas, rabo y vuelta al ruedo. Sin apenas oposición o enmienda, con gran consenso interno dentro de su consejo. Con la gran celeridad que tiene este organismo en difundir los anexos a sus dictámenes sobre las tarifas, cuando realiza Informes de Costes y Precios, no se puede conocer todavía el análisis que la CNE ha realizado de la competencia, ni hasta qué punto las condiciones se centran en la actividad eléctrica o gasística de la nueva empresa. Y, además teniendo en cuenta, las posibilidades de que el conflicto pueda acabar en Bruselas a cuenta de la participación de ENI en Unión Fenosa Gas, entre otras cuestiones controvertidas avanzadas por este medio la semana pasada y que han sido planteadas en el proceso de alegaciones.

El hecho de que un informe aprobado por instancia pública no se conozca a una semana de su deliberación, pone encima de la mesa otra cuestión. El de la necesaria transparencia de las instancias públicas. Y este no es buen ejemplo en uno de los elementos y mecanismos que sirven para autorregular la actividad de los organismos (las otras autorregulaciones son otra cosa, una forma de ‘silencio administrativo gestionado’): la disponibilidad de la información abierta, puntual y completa por todos los ciudadanos. El hecho de que los contenidos de los Informes y de las deliberaciones sean accesibles para todos los regulados, en este caso, como un ejercicio de buen gobierno y de derecho para la ciudadanía. España no figura entre los 22 de 27 Estados miembros de la UE que tienen ya una ley de acceso, a pesar de que el programa electoral del PSOE en las generales de 2004 y 2008 incluía el compromiso de adoptar una legislación específica al respecto. De hecho, hasta el presidente del Gobierno, ya en su momento, abogó por una ley «que garantice el mayor acceso posible a la información pública en España» en esta legislatura.

Mientras esta ley llega y se dibuja de la forma más exigente, se puede predicar con el ejemplo y ser transparentes en cada acción diaria o cotidiana, en cada instancia pública. Sobre todo, cuando hay temas de esta transcendencia. Para no seguir colgados en la tercera fase.

En todo caso, la operación empieza ahora.

La subida de tarifas del 9,6 % del gas

Este domingo se producía la subida de los precios del gas en un 9,6%, una subida que acumulada ha recibido muchas críticas. Las críticas que se pueden realizar a esta subida pueden ser de dos tipos. Las que les parece que la subida es muy alta (en acumulado supera el 18,5% anual) y que podría ser una medida “poco social”. O las que les parece que es insuficiente para compensar la subida de los precios de la materia prima, el gas. Este es el principal argumento por esta vía, en la evidencia que la absorción de los precios de materia prima, todavía no compensa de su evolución real.

Lo que primero hay que reconocer es que el precio del gas está fuertemente indexado al petróleo. Por lo tanto, hemos estado asistiendo a subidas importantes del precio del crudo, que también han tenido su correlato en el precio del gas. Del mismo modo, hay tendencias internacionales para el aumento del precio del gas, como es el aumento de la demanda nipona. En segundo lugar, se tiene que producir un proceso de liberalización de las tarifas gasistas y eso obliga a “programar” una elevación sustancial de los precios, que se han quedado por debajo de la realidad de la evolución de los precios internacionales. Además, en medio de esta situación, se viene abogando por la incorporación de un sistema de subastas para el gas, de cara a fijar las tarifas de ultimo recurso en este mercado.

Por otra parte, el consejo de la CNE, amparándose en razones metodológicas, se ha mostrado en contra de esta subida (y propugnando su propuesta en el entorno del 5 %), oficializando las malas relaciones entre el organismo y el Ministerio de Industria, desde la incorporación del nuevo equipo energético al Ejecutivo. Un enfrentamiento en todo caso poco entendible, porque el primer fantasma que habría que conjurar es que las nuevas tarifas pudieran albergar la existencia de un déficit tarifario gasístico, lo cual sería el colmo del paroxismo. Todo ello, después de que las subastas del déficit tarifario quedarán desiertas, algo que es un fracaso colectivo e institucional. La CNE por tanto era muy conocedora de la posición del Ministerio de Industria, entre la espada y la pared de la subida derivada de la liberalización y de las subastas. O colocar unas subastas diseñadas “a la ligera” o generar un déficit y no avanzar en la adecuación de las tarifas a la realidad. Había que actuar políticamente con un diseño del marco de transición a las nuevas tarifas. Es decir, política pero con gestión y visión hacia el mercado, porque entre otras cosas, no puede seguir una economía al margen de la evolución de los precios internacionales de la energía, mirando hacia otro lado.

Industria, en este caso, no ha caído en este caso en varias de las soluciones fáciles posibles: dejar el problema como está y empujarlo al futuro. Segundo, evitar gobernar y gestionar y ceñirse al IPC o a la subida que le dictaba el Consejo de la Comisión Nacional de Energía. Tercero caer en la tendencia de la “subastitis”, una versión distorsionadora también de los efectos de mercado, sobre todo cuando no todos los agentes obtienen, en este caso, la materia prima (el gas) con las mismas ventajas competitivas, como ya se ha puesto de manifiesto en referencia al contrato del gas del Magreb.

Podemos entonces decir que Industria está actuando razonablemente en el camino de transitar de forma progresiva hacia la liberalización tarifaria en los sectores de energéticos, y en este caso el gasista. No ha dejado pasar la oportunidad para hacer una importante y necesaria subida, con independencia de que es preciso perfeccionar el sistema que determine el precio final de la materia prima para las tarifas de ultimo recurso, sin dejarse acorralar por la tentación de las subastas. Lo que si es necesario, es que una vez determinado el nuevo modelo de fijación de precios, se cumpla. Por tanto, no vale lo que ha pasado en este ultimo período con el butano.

Este movimiento, en el caso del gas, se une en primer lugar a la liberalización de las tarifas de alta tensión para las empresas, lo que conllevó un número importante de presiones (o amenaza mediáticas, según el caso) alrededor del Ministerio de Industria y que ha acabado con un número importante de empresas con contratos bilaterales con las eléctricas y condiciones mejoradas. Y, con una minoría adquiriendo la energía en el mercado, a través de su central de compras. Por tanto la liberalización es posible y sus beneficios se verán en el medio plazo.

Queda concluir con la liberalización de las tarifas eléctricas para los usuarios que faltan (G4 y domésticos) principios de año y ahí, el camino andado es mucho más corto que en el mercado gasista. Sobre todo porque la distancia a los precios reales es mayor y porque la tentación es mucha a crear una falsa tarifa de ultimo recurso que en el medio plazo aporte competencia en el mercado y optimice los precios por esa vía. El Ministro también ya ha indicado que se hará de forma progresiva. Seguiremos atentos. Los primeros pasos, parecen acertados.

El valor del crudo se derrumba ante una demanda menguante

El derrumbe mundial de la bolsas, con un paisaje económico lleno de nubarrones y una probable recesión, está hundiendo los precios del crudo ante la previsible caída del consumo.

El barril de Brent, de referencia en Europa, cerró en 74,09 dólares en Londres, 8,57 dólares menos que al cierre de la sesión del jueves, una caída de más del 10 por ciento y muy lejos de los 146 dólares que tocó en julio.

En Nueva York el barril de crudo tipo Texas acabó la semana en 77,70 dólares, mientras que el crudo de la OPEP cerró en los 78,25 dólares, valores todos ellos que no se veían en el último año.

Al sentimiento generalizado de que la demanda se iba a desinflar le puso cifras la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe mensual.

Esta agencia calcula que la demanda de petróleo para este año será de 86,5 millones de barriles diarios (mb/d), más de 200.000 barriles menos que en su informe precedente.

Para 2009 la corrección es incluso mayor, cifrándola en 87,2 (mb/d), 400.000 menos que los previstos con anterioridad.

Este organismo que representa los intereses de las naciones consumidoras basa su previsión en la revisión a la baja del pronóstico de crecimiento económico anunciado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las turbulencias financieras, la falta de liquidez y una probable recesión son las razones aducidas para reducir la demanda en los países de la OCDE, donde caerá el 2,2% este año y un 1,3% el año próximo.

Mientras, la demanda en EEUU, el mayor consumidor de petróleo con casi una cuarta parte del total mundial, está cayendo debido a que la gente conduce menos y ahorra más.

«Septiembre y octubre son períodos débiles para la gasolina. Sin embargo el declive actual refleja una debilidad en los fundamentos de este producto», explican los analistas de la consultora de energía JBC.

La extensión de la crisis ha dado alas al dólar ante otras divisas, que se ha apreciado como valor refugio y ha terminado la semana en 1,34 dólares ante el euro, otro factor bajista que presiona al crudo.

La caída libre de los precios se produjo pese a que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) convocaron una reunión extraordinaria en Viena para el 18 de noviembre en la que los analistas vaticinan que recortarán su producción para defender los precios.

El objetivo del encuentro ministerial es «discutir la crisis financiera global, la situación de la economía mundial y el impacto en el mercado de crudo», señaló en un comunicado la OPEP, que controla cerca del 40 por ciento de la producción mundial de crudo.

«La organización está preocupada por el deterioro de las condiciones económicas con riesgos de contagio», señala la nota.

La OPEP destaca que la crisis se ha extendido a otras regiones, aumentando las «incertidumbres sobre la economía mundial».

Las previsiones de un recorte para defender los precios del crudo por parte de los países productores ya ha sido respondido con contundencia por el primer ministro británico, Gordon Brown

Una reducción de la oferta de crudo «sería malo para la economía mundial», por lo que el político laborista solicitó a la OPEP que no cierre los grifos para hacer subir los precios.

Para tratar de unificar las acciones en una crisis financiera sin precedentes, los países miembros del G-7 se reúnen en Washington, aunque los llamamientos de los líderes mundiales no parecen tener efecto en una situación de falta de confianza generalizada.

El gas de Argelia

Un nuevo frente se abre en la operación de adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural y es una de las joyas de la corona de la empresa gasista: el contrato del gas de Argelia, que supone que Gas Natural tenga el 100 % del abastecimiento del gas natural procedente de ese país a través del gasoducto del Magreb hacia Europa. Una verdadera bomba de relojería en lo que se refiere a competencia, tanto en le plano nacional como en el europeo, ámbito en el que podría llegar a desenvolverse la resolución definitiva de la operación.

Una cuestión que, por sus efectos a nivel competitivo, está siendo señalada con el dedo en el momento en que se trata la operación por los órganos reguladores españoles en materia de competencia. Por tanto, este contrato, parece que se puede convertir en un argumento que puede esgrimirse en contra de la gasista, que podría “ir a por lana” y salir trasquilada”.

El contrato fue negociado por el gobierno socialista duratne el mandato de Felipe González y suscrito con Enagas, antes de convertirse en Gestor Técnico del Sistema. Posterormente este contrato fue cedido a favor de Gas Natural en su momento, lo que conlleva que sus condiciones supongan unos precios y volúmenes que son estratégicos para la compañía.

Ahora, según la información a la que ha tenido acceso Energía Diario, con esta operación abierta en manos de las autoridades de regulación y competencia, en las alegaciones formuladas a la misma, se insta a que la Comision Nacional de Energía recomiende a la Comisión Nacional de Competencia que este contrato se ceda a todos los operadores del mercado de aprovisionamiento de gas.

En este contexto los competidores de Gas Natural, consideran que este contrato sería una ventaja competitiva impropia del proceso de liberalización, y el momento en el que ponerlo de manifiesto, la concentración de actividades gasistas resultante de la operación Gas Natural-Unión Fenosa.

Por su parte, tal y como se ha conocido ayer, los servicios técnicos del organismo habrían propuesto en el informe de la función 15 de la compra de Unión Fenosa por gas natural, una desinversión de 800 MW en centrales de ciclo combinado a la empresa resultante, así como una mínima reducción en la actividad comercializadora. Según se ha podido conocer en los medios de comunicación, la propuesta ha sido tachada de inconcreta en el propio organismo.

De confirmarse esta posición, las desinversiones que propone la CNE se centran en la actividad eléctrica de la nueva empresa resultante de la operación. Por tanto, no habría propuestas de este regulador en lo que se refiere al mercado gasista, pese a las importantes cuotas de mercado resultantes , tanto en aprovisionamiento como en distribución y comercialización, algo que en determinadas comunidades autónomas es más apreciable y que Gas Natural justifica en la entrada prevista de Sonatrach en el mercado español.

La compra de Gas Natural sobre Unión Fenosa ¿a nivel europeo?

Como ya anticipábamos esta semana la Comisión Nacional de Energía tiene el primer plato fuerte del año en la operación de adquisición de Unión Fenosa por parte de Gas Natural. Una operación sobre la que se precipita ahora la amenaza de su revisión en el ámbito europeo. Según ha podido conocer Energía Diario, la italiana ENI podría acudir a la Comisión Europea, trasladando la operación en las instancias comunitarias.

Esta amenaza podría ser letal para la operación, puesto que la adquisición indirecta por parte de Gas Natural de la participación de Unión Fenosa Gas, que asciende al 50 % del capital de esta sociedad podría ser objeto de revisión si tuviera un tratamiento regulatorio como adquisición intracomunitaria. En este sentido, hay que tener en cuenta la propia actuación de la Unión Europea en las operaciones empresariales. Mientras que en las operaciones de otros sectores no energéticos, suelen tener una tramitación tranquila, en los sectores energéticos estas operaciones acaban en condiciones severas e incluso en prohibiciones. Uno de los casos paradigmáticos es el de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, algo que seguramente tiene escamados al equipo de Gas Natural.

Unión Fenosa Gas tiene comprador natural

Como ya se hemos venido informando en este medio, la sociedad que mantiene la italiana ENI con Unión Fenosa al 50 %, mantiene unos pactos parasociales que son endiablados para el desarrollo de la operación. Los pactos implican que si se modifica la composición de esta sociedad, la otra tiene derecho de tanteo sobre la parte en venta y, en definitiva, puede adquirir la parte en venta, sobre la base de una valoración de bancos de negocios y un 20 % adicional.

En este sentido, parece que ENI esta haciendo valer sus posibilidades de adquisición con mucha firmeza en la operación. Así se desprende de las propias alegaciones que ha formulado a la Comisión Nacional de Energía y lo que se ha podido conocer por los medios de comunicación. Situación que puede incomodar ciertamente a Gas Natural que tendría que mejorar la oferta para hacerse con este 50 % y que sería estratégico para los intereses de la gasista. Todo ello, sin que las autoridades de competencia se hayan pronunciado hasta el momento, de forma que podrían ubicar las desinversiones a realizar de la operación en los activos gasistas y no en los eléctricos, lo que sería la opción más lógica. De hecho, la empresa resultante, contaría con una cuota muy alta en el mercado de aprovisionamiento y distribución. El paso a instancias europeas, desactivaría notablemente el papel de los órganos de regulación y competencia españoles.

Semana relevante para la operación Gas Natural – Unión Fenosa

Esta semana que comienza será decisiva para el desarrollo de la operación de adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural. Y será relevante, pero no decisiva. La Comisión Nacional de Energía analizará la denominada función 15 de este organismo, es decir los efectos de esta operación sobre la competencia en los mercados energéticos que se ven afectados: aprovisionamiento y comercialización de gas y electricidad. Esta operación ya superó en la CNE el no trámite de la función 14 (si la operación tendría efecto sobre la inversión en las actividades reguladas y la garantía de suministro), justo en el momento en que los tribunales europeos cuestionaban el alcance de esta función.

En este caso, el informe de la función quince no es vinculante. Su informe será remitido a la Comisión Nacional de Competencia, que será quien finalmente determine como se lleva a cabo la operación, si se autoriza directamente, si se autoriza con condiciones o, por el contrario, propone que se prohíba la operación. Si el Gobierno no estuviera de acuerdo en la posición de este organismo, tendría que justificar las razones a su oposición.

Hasta el momento, ha existido una “calma chicha” en torno a la operación, aunque han empezado a aparecer las primeras disensiones. Una primera que señala el punto de riesgo para la competencia en la operación en las actividades gasistas de la nueva compañía. El argumento es que Gas Natural es uno de los principales operadores gasistas del mundo y con la adicción de la actividad de Unión Fenosa Gas esta capacidad se incrementa y más aún en el mercado ibérico.

Eso apunta a que las condiciones de la operación tendrían que ir orientadas a moderar la configuración de un operador casi monopolístico en el mercado del gas en España. Algo que alcanza tanto al aprovisionamiento como a la comercialización. Gas Natural apela a la futura entrada de Sonantrach en sus argumentos para evitar condiciones severas en materia de desinversión, a sabiendas que el control del gas seria el elemento más estratégico de la operación, más que la actividad eléctrica.

Por otra parte, otro de los trasuntos que ha levantado esta operación es la conformación empresarial que tiene Unión Fenosa Gas, en la que participa en un 50 % ENI, y que merced a una cláusula muy ‘a la italiana’, esta empresa tiene un derecho de tanteo sobre el 50 % restante, caso de que se modificase la conformación accionarial de UF-Gas. Una “jugada” que además podría resultar muy cara a Gas Natural; caso de querer quedarse con el 50 % que actualmente tiene la empresa transalpina, hasta un 20 % más de lo que fijen los bancos de negocio.

Todo ello trae consecuencias desde el punto de vista de la operación y del precio fijado en la misma, así como del apalancamiento necesario para efectuarla. Algo que nos podría devolver al escenario inicial, en la medida que los ratios de deuda sean más elevados para la garantía en las actividades reguladas. Lo que si está claro es que el resto de competidores está muy atento a la operación y que un proceso que a priori parecía sencillo, parece que no acaba nada más que empezar.

El petróleo cae un 14 por ciento en medio de la crisis financiera

La bajada fue menos pronunciada ayer, viernes, después de la aprobación del plan de rescate de Washington para los mercados financieros, lo que ha despertado una cautelosa esperanza de que estimule la economía y por ende el consumo de energía.

En Nueva York, el barril de crudo de Texas (WTI), referencia para Estados Unidos, concluyó ayer a 93,88 dólares, tan sólo 9 centavos menos que al cierre del jueves, pero con una caída de 13,01 dólares -un 13,8 por ciento- respecto al viernes anterior.

El abaratamiento acumulado desde mediados de julio, cuando este barril batió un récord histórico de más de 147 dólares, es del 36,4 por ciento.

Paralelamente descendió en Londres el crudo Brent, referente en Europa, y ayer, tras bajar hasta los 88 dólares por barril, terminó la sesión a 90,25 dólares/barril, un 14,7 por ciento menos que al cierre de la semana precedente (103,54 dólares).

Los operadores en los mercados del crudo estuvieron atentos al voto de los congresistas estadounidenses, que tras rechazar el lunes el mayor plan de rescate para el colapsado sistema bancario, fue finalmente modificado y aprobado el viernes.

En medio de una gran incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial, en los mercados petroleros ha prevalecido la percepción de que el empeoramiento de la situación financiera y macroeconómica frenará mucho la demanda de crudo.

A esta perspectiva contribuyó la noticia de la pérdida de empleos en EEUU, como también la advertencia del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, sobre un crecimiento aún más ralentizado de la economía para la zona euro.

«La realidad es que hay una gran incertidumbre», entre otros sobre la evolución de los precios del petróleo, dijo Trichet, y recordó que desde Europa se está transfiriendo «una enorme cantidad de dinero» a los países productores de crudo.

En cuanto a la demanda petrolera, la tendencia a la baja fue confirmada por un informe del Departamento de Energía (DOE) de EEUU que reveló un retroceso interanual del consumo de crudo.

Asimismo, la consultora especializada vienesa JBC Energy calcula que 2008 concluirá con una demanda estadounidense de gasolina inferior en unos 200.000 barriles diarios a la de 2007.

«Las ventas de automóviles en Estados Unidos cayeron en septiembre un 21,5 por ciento (respecto al mismo mes de 2007)», fenómeno que la industria atribuye a las turbulencias financieras y la falta de créditos, recordó la asesora en un análisis.

Y en Japón, tercer consumidor mundial de crudo después de EEUU y China, la demanda de productos petroleros cayó en agosto al nivel más bajo en 21 años.

En cuanto a la oferta, destacó el fuerte aumento en Estados Unidos de las reservas almacenadas de crudo y gasolina, en 4,3 millones de barriles y en 900.000 barriles, respectivamente.

Por otro lado, los precios del «oro negro» mantuvieron estos días su correlación con el valor del dólar, moneda en la cual cotiza esta materia prima, y descendieron cuando el billete verde subió.

El euro cayó el viernes a su nivel más bajo desde septiembre del año pasado, y se vendió a 1,3701 dólares, aunque se recuperó ligeramente luego, tras la aprobación de Washington de la inyección de 700.000 millones de dólares a los mercados financieros.

Candidatos para una reforma pendiente

La semana pasada las declaraciones del Ministro de Industria señalando que “querría perfiles técnicos” para el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía, nos devolvía a la situación de interinidad en que está su actual composición. Entre otras cosas, porque ya han empezado a surgir propuestas y colocarse en posicines de proximidad.

Uno de los candidatos que más recientemente ha aparecido es el anterior Secretario General de Energía, Ramón Pérez Simarro, que procede del sector gasista, al ser consejero de ENAGAS y REPSOL. Su candidatura parece que ha recalado a través de la Vicepresidenta del Gobierno, Mª Fernández de la Vega. Una candidatura difícil por varios motivos, en primer lugar por que no parece razonable que pueda ocupar uno de los puestos que dejan los candidatos salientes, todos del PP. En segundo, por su propia cercanía a las propias empresas. Y, una tercera, que complicaría aún más la reducción de miembros del organismo que también se ha anunciado en varios medios de comunicación.

Por este motivo, por su cercanía al Partido Popular, ha cobrado fuerza el nombre de la actual secretaria del Consejo, Marina Serrano, Abogada del Estado (un cuerpo de tradición más próximo al partido conservador), ex directora general de Patrimonio del Estado, aunque según las fuentes consultadas en el Partido Popular también se apostaría por la continuidad de Javier Peón, actual consejero en el organismo. En el ámbito político, y sobre todo, en el de los partidos nacionalistas, parece que es el turno del Partido Nacionalista Vasco para ocupar uno de los puestos vacantes. Aunque ya se ha hablado del ex senador Xabier Albistur, parece que el equilibrio de fuerzas en esta formación no se decanta tanto hacia los hombres próximos al anterior presidente Josu Jon Imaz. En el PSOE, otro de los nombres procedentes de la política es el del ex Ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, todavía en espera de destino.

Por su parte, Ignasi Nieto, anterior Secretario General de Energía, que sigue muy activo en el sector, pero desde posiciones menos expuestas, también podría ser otro candidato a tener en cuenta, lo que sería una “bomba” (nunca mejor dicho) dentro del sector, al volver de su experiencia en la empresa de sistemas militares ISDEFE. La virtualidad de esta candidatura estriba sobre todo porque sería también una forma para el actual ejecutivo de “gestionar” su presencia y su insistencia sectorial.

Por otra parte, dentro del organismo han surgido rumores que señalaban como posible candidata a María Jesús Martín Martínez, actual directora de Mercados Derivados de Energía, quien también puede tener una vía abierta de llegada a la consultora Intermoney. El puesto de Martínez, creado por Maite Costa, no ha llegado a “cuajar” en la estructura del organismo y hay quien lo ve en extinción, lo que ha levantado todo cúmulo de posibilidades dentro de la CNE. Martínez tiene buenas relaciones con Carlos Ocaña (actual Secretario de Estado de Hacienda, no el jefe de Gabinete de Sebastián, también Carlos Ocaña) y con Miguel Angel Lasheras, consejero de Enagas y presidente de Enervia.

El hecho de precisar mayor bagaje profesional y peso en el sector parece que se trata de un peso difícil de levantar para María Jesús Martín Martínez como candidata a Consejera, y para otro de los nombres que se han anunciado y circulado en las quinielas, el de Milagros Avedillo, ex CNE, ex Oficina Económica del Gobierno y actualmente colaboradora de David Vegara, Secretario de Estado de Economía. Se trata también de otro de los argumentos delirantes que forman parte de esta prolongada sustitución anunciada: la cuota femenina. Otro de los candidatos que se manejaba en el interior del organismo, era el propio José Manuel Revuelta, actual director de Regulación, del que ya se ha hecho público su vuelta a Endesa. En todo caso, todos estos nombres dan cuenta de la situación del organismo, sumido en su propia devanadera.

Mientras, siguen sin aparecer en las quinielas candidatos de peso. Parece que no se oyen nombres. A lo mejor hasta es positivo y hasta no los queman.

Una buena noticia para el sector de la energía solar fotovoltaica y para el sector energético

La forma en que se ha resuelto la nueva legislación sobre energía solar fotovoltaica es una cuestión que no debe pasar desapercibida positivamente por lo que quiere transparentar de nuevas formas en la actuación del Ministerio de Industria y la Secretaria General de Energía. Nuevas formas que es preciso saludar y valorar en su justa medida. Sobre todo, porque si bien es cierto, que debería tratarse de un comportamiento habitual en la actuación del Ejecutivo, no ha sido la práctica más usual hasta el momento. En este sentido, la nueva Administración ha sabido recoger lo que era un problema “heredado” y resolverlo.

Lo primero que cabe señalarse es que hemos asistido a un proceso “normal” de negociación, partiendo de un mecanismo, el que se contenía en la propuesta de Real Decreto que ya dibujaba una máquina regulatoria mucho más perfeccionada: el denominado método alemán de adecuación de la retribución al cumplimento de los objetivos de instalación. Por tanto, se apreciaba desde el primer momento la búsqueda de un modelo más permanente en el tiempo y una sofisticación regulatoria a la que no estábamos acostumbrados, en la medida que se provenía del más absoluto coyunturalismo regulatorio. No hay más que ver la propia precipitación en la necesidad de abordar el propio marco de la energía fotovoltaica en el R.D. 661/2007 (la regulación de esta tecnología es una de las piezas más débiles), con el decreto de “cuerpo presente”.

También es preciso señalar como el propio Ministerio de Industria, fruto de las negociaciones con las asociaciones sectoriales, de los posicionamientos también recogidos en el trámite de la Comisión Nacional de Energía, ha modificado y suavizado su propuesta inicial, de forma que ha ampliado con cupos adicionales temporales la instalación en suelo y ha mejorado la retribución de estas instalaciones. Por tanto, ha sabido jugar con una posición negociadora hasta llegar a un equilibrio con el sector, pero al mismo tiempo ha querido dibujar las líneas de futuro del mismo, haciendo en este caso “política” respecto de la participación de esta energía en el mix de generación energético. Bienvenido sea porque al menos se percibe y con transparencia las intenciones de la Administración y se articula lo que es normal en los procesos de negociación latina: plazos, períodos, fórmulas de adecuación temporal, etc…

Por otra parte, hemos podido comprobar la existencia de posiciones “duras” de las partes en distintos momentos de la negociación, la existencia de canales de diálogo y negociación, sin necesidad de que suponga un entreguismo de unos o de otros. Nadie en un proceso de negociación transparente suele ganar por goleada, sino que se trata de buscar una solución razonable, más que intermedia. En este caso, desde el Ministerio de Industria se ha tenido conocimiento de la evolución tecnológica del sector, de su situación en términos de rentabilidad, de las posibilidades en términos de innovación, inversión y empleo y de su propia conformación sectorial, teniendo en cuenta las posibilidades que tenía de provocar un efecto indeseado en una parte de “burbuja” generada por la regulación precedente.

Esto contrasta notablemente con las formas regulatorias que estábamos acostumbrados con el equipo anterior, encabezado por Clos y Nieto: regulación muy espasmódica, desbocada, plagada de posibles correcciones de errores, con poca perspectiva sectorial y ausencia de vocación de estabilidad regulatoria (el BOE está para adecuarlo a los objetivos y coyunturas de cada momento), una forma de ejercer el diálogo con los sectores económicos y empresariales fuertemente disfuncional, con un ejercicio de tiempos desequilibrado en la relación de la Administración y las industrias, la inclusión de cuñas, recovecos y “morcillas” en los textos que desactivaban los acuerdos y generaban fuerte suspicacia entre los sectores, con una consecuente falta de confianza y con negociaciones en términos de poder muy diferentes dependiendo del interlocutor (la “negociación” de la retribución del transporte fue un ejemplo de esto último). Todos ellos signos de la última etapa, que esperemos pasen a mejor vida.

La crisis agrava la volatilidad del precio del crudo, inclinado a la baja

Esa espectacular alza se registró en el crudo de Texas (WTI), pero no se trasladó sin embargo a la cotización del día siguiente, pues afectó sólo a los contratos para entrega en octubre que vencieron ese mismo día en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX).

Así, la semana se inició con el barril del WTI para entrega en octubre disparándose hasta los 130 dólares, antes de concluir el lunes a 120,92 dólares, un 15,7 por ciento más que el cierre anterior (del viernes), que es la mayor subida en una sola jornada desde que estos contratos comenzaron a comercializarse en 1983.

Sin embargo, en comparación los contratos del mismo petróleo para entrega en noviembre subieron el mismo día «sólo» en poco más de 6 dólares, al igual que los del crudo Brent, referencia para Europa, en el Intercontinental Exchange Futures (ICE).

Durante el resto de la semana mantuvieron una volatilidad alta, dentro de la cual se impuso una tendencia a la baja: el WTI concluyó el viernes a 106,89 dólares, un uno por ciento menos que el jueves, y el Brent bajó 1,06 dólares, hasta los 103,54 dólares.

Sin embargo, estos precios superan a los del cierre de la semana anterior, de 104,55 y 99,61 dólares por barril, respectivamente, mientras que el barril del crudo referencial de la OPEP se movió esta semana entre los 99 y los 97,68 dólares, unos 10 dólares más que la media de la semana precedente (89,19 dólares).

Noticias de que Arabia Saudí está reduciendo sus exportaciones de crudo, mientras Nigeria y México registran asimismo reducciones en su bombeo sostuvieron a los precios, al tiempo que otros datos, como un fuerte descenso de la demanda de gasolina en Estados Unidos y de las ventas de automóviles en Europa, han presionado a la baja.

Pero la principal preocupación de los mercados es el temor a que la crisis financiera de EEUU se extienda al resto del planeta.

«En condiciones normales, los operadores estarían ponderando el impacto de los huracanes Gustav y Ike, que han detenido una parte importante de la capacidad de producción de crudo y derivados», señala la asesora especializada JBC Energy, con sede en Viena.

«Pero confrontados con un problema aún más dramático para todo el mundo, los mercados se concentran más en el desastre financiero que en la calamidad natural», añade.

Ahora, todos esperan que este fin de semana la Casa Blanca y los legisladores estadounidenses logren un acuerdo para aprobar el plan de rescate al sistema financiero, después de conseguir desbloquear anoche la negociación, en parte gracias a que el departamento del Tesoro aceptó un fraccionamiento en varias partidas de los 700.000 millones de dólares que compondrán el monto total del paquete.

En todo caso, los analistas advierten de la complejidad de la situación, que dificulta asimismo prever la evolución de los precios del petróleo.

Por un lado, si la crisis afecta negativamente a la coyuntura mundial, como prevén muchos economistas, puede mermar la demanda energética y presionar a la baja sobre las cotizaciones, lo cual a su vez amenaza con frenar las inversiones en el sector.

Según la consultara, unos «precios del crudo en torno a los 90 dólares ya están apretando a varios productores de arenas (bituminosas)», una de las formas más caras de extraer crudo, y de forma similar, se calcula que la energía nuclear necesita, para obtener beneficios, que el barril de petróleo no baje de 70 dólares.

Por otro lado, los precios pueden volver al alza si la crisis va acompañada de un debilitamiento del dólar frente al euro y otras divisas, pues este fenómeno empuja a los inversores a refugiar su capital en las materias primas.