En el laberinto renovable, de la retroactividad y la negociación

La noticia corrió como la pólvora. La propia patronal fotovoltaica, ASIF, estimaba que el 28 % de las plantas fotovoltaicas (entre 600 y 1000 MW) podrían estar en situación irregular a efectos retributivos al haber sido «forzada» su entrada antes del 30 de septiembre de 2008 en el modelo retributivo ostentóreo que le precedía. Así lo recogía en su crónica el diario El Mundo, poniéndose la patronal al frente de la manifestación y ofreciendo los 1.300 millones de euros que le salen de las estimaciones de las irregularidades en sus cuentas, derivadas de las actuaciones inspectoras de la CNE y sus inconcretas consecuencias, para enjugar el recorte de primas que Industria había pensado para el sector.

Noticia que acaba con las filtraciones procedentes de la Comisión Nacional de Energía y que se basaban en la publicación, más o menos continuada, en un medio de comunicación concreto sobre insinuaciones, indirectas y una colección de situaciones excepcionales y disparatadas. Todas ellas expuestas con profusión, pero sin mucha concreción, ni cuantificación hasta este momento, junto con el correspondiente explaye correspondiente en los onerosos beneficios de los titulares de las instalaciones, con los que en las crónicas se despachaban a gusto por su perfidia.

En el fondo, la noticia se basa en la aceptación de la culpa de lo conocido y su cálculo por lo mayor. Seguramente que la hilaridad se masticaría por los lares de Maite Costa y el consejo caducado del organismo, dado que en su tiempo, como se pudo saber, hasta planeaban perseguir los paneles solares con helicópteros. Quizá sea la forma más esotérica de admitir una responsabilidad o de convertir una amenaza en una oportunidad.

En esa misma secuencia del relato de las renovables en el laberinto, cobraron fuerza, los dimes y diretes en torno a la retroactividad de la propuesta esbozada por Industria, consistente en reducir las horas máximas que cada tecnología tendría sujeta al esquema retributivo de las primas. Eso y el alineamiento de los tres presidentes de las grandes eléctricas para que se reconvenga el volumen de primas y su efecto sobre la tarifa (y sobre la expulsión de otras tecnologías, menos el carbón, convenientemente garantizado). Hasta el presidente Zapatero, en su omniscencia, ya ha intervenido en el asunto, mostrándose contrario a la retroactividad, atendiendo al ejercicio de visitadores de la Moncloa: algunas entidades financieras, algunos fondos de inversión y a las asociaciones sectoriales (como decíamos ayer lobby de altura en el laberinto).

Por ello, se pudo leer en los medios una lucha cruzada: indulto al fraude, contra programa de limitación y reducción horaria de las primas y reducción de nueva capacidad. Esa es la jugada abierta actualmente, si se despliega en su totalidad.

En todo esto, vale la pena recordar la famosa escena de Groucho Marx en la cual se producía el siguiente diálogo: «¿Se acostaría usted conmigo por un millón de dólares?» Y la respuesta de la señora era: «Por supuesto» , a lo que el glorioso marxista respondía «¿Y por un dólar?». A tal aseveración, la misma mujer respondía «¿Quién se ha creído usted que soy?». Concluía Groucho «Eso está claro: ahora lo que falta es regatear». Lo que está claro es que la propuesta de Industria de «limitar» las horas sujetas a la retribución con prima, es decir, ajustar los efectos en tiempo anual del modelo retributivo anterior, en el caso de las renovables y la discusión sobre la naturaleza retroactiva de la propuesta, tiene el punto de no saber lo que es carne y lo que es pescado si hablamos de retroactividad.

En todo caso, parece que la propuesta tiene visos de no ser retroactiva, per sé, debate que empieza a apagarse. Industria, a la vista de la factura energética, parece que se ha abonado a la estrategia de aprovechamiento de la realidad y a exprimir la legalidad y los huecos de una regulación pensada para la inseguridad jurídica.

Si, en su momento, la propuesta de hacer pasar en la Unión Europea, como una cuestión de carácter estratégico las ayudas al carbón resultó una jugada maestra tras el encargo presidencial de ayudar a esta tecnología, al colectivo regionalizado afectado y a sus empresas, esta ingeniosa propuesta de limitación horaria en el caso de las tecnologías renovables, tampoco se queda atrás y sirve para que los afectados se lleven las manos a la cabeza al ver que las acusaciones de retroactividad pueden ser sofocadas convenientemente.

Volviendo al principio de nuestra crónica, nadie sabe si los 1.300 millones ofrecidos de forma propiciatoria por ASIF serán suficientes en esta fase de la negociación (en el fondo, se podrían dar por descontados y amortizados de producirse por tal montante el resultado inspector de la CNE, cuestión, por otra parte, hoy imprecisa). En todo caso, parece que para bajar la tarifa y el déficit nada es suficiente, dado que todo lo devora y no es seguro que el resultado del proceso inspector de la CNE, su trámite sancionatorio y sus consecuencias den todos los frutos que se sugieren, dada su imprecisión actual.

Al parecer, y a sensu contrario, Miguel Sebastián en cambio ofreció la amnistía a los inspeccionados de las instalaciones fotovoltaicas que resultasen fraudulentos. Pero bueno, aclarémonos, en el fondo tampoco es nuevo y, por tanto, tampoco es retroactivo: es lo mismo de siempre en el sector energético español, con sus procesos y visiones parciales, en que la suerte va por barrios y por días. Nadie puede estar tranquilo.

Lobby de altura en el laberinto

Ayer el diario económico Cinco Días publicaba cómo cinco fondos de inversión se habían dirigido al Presidente del Gobierno para reclamar que no se modificase el régimen de primas a las instalaciones solares fotovoltaicas. Juntos acumulaban una inversión de 3.000 millones de euros en este tipo de generación y han hecho valer esa interlocución.

El lobby de altura (una de las profesiones más antiguas del mundo), según la propia teoría del mismo y la participación política, es el que se realiza a una instancia más alta que la que le corresponde decidir sobre un asunto. Y esta cuestión (la de que los asuntos se traten en instancias más altas) está particularmente presente en el sector energético. Al menos en lo que se refiere a las dos legislaturas del presidente Zapatero, donde muchas cuestiones se han tratado en los aledaños de la Moncloa y su Oficina Económica, como de todos es sabido en el caso de las operaciones empresariales aparecidas en el sector en estos años. Evidentemente, el Ministro Sebastián, ex director de esta instancia presidencial conoce este atajo perfectamente gracias a su paso por la misma.

Del mismo modo, al parecer, la reunión de las patronales de las renovables en el seno de la Fundación Ideas, presidida por Jesús Caldera, justo en el primer momento en que el Ministro de Industria Miguel Sebastián amagaba con los recortes a las primas, también pone de manifiesto las carreteras secundarias que sigue el sector energético en este tipo de operaciones. En los ambientes sectoriales, se involucra también a la Moncloa en el fomento de esta conjunción, sino planetaria, sectorial.

En España, la palabra lobby y su actividad, está fuertemente condicionada peyorativamente aunque se practique con fruición. Todos aquellos que provienen de visiones estatalistas abominan de esta práctica, en público o en privado, en pos de la discrecionalidad y de caer en el lobby de las empresas públicas y sus sustitutos/sucedáneos (que también existen y mucho). El hecho es que contar con informes técnicos, económicos, de legalidad pone a sus contrarios excesivamente nerviosos, dado que les resta una capacidad de actuación y aprovechamiento de sus potestades.

El lobby es una actividad legítima, de representación de intereses, y cuanto más transparente se produzca la confrontación y debate sobre ideas, posiciones, consecuencias políticas, económicas, etc…, mejor es para la sociedad y para enriquecer y mejorar las propuestas de regulación.

Contra ello, sólo hay dos elementos que lo salvan: una Administración fuerte, bien formada con calidad técnica, regulatoria…, y políticas claras (en este caso una política energética y mix definido, creíble, eficiente económicamente y medioambientalmente). Además el lobista debe ser capaz de hacer propuestas que combinen los intereses políticos públicamente expresados.

Por tanto, ¿dónde encuentra abonado mejor el territorio esta actividad para sortear los mecanismos y las líneas de intervención habituales? Pues cuando no existen políticas claras y se actúa con tacticismo, cuando se da pábulo a este tipo de intervenciones desde las instancias superiores a las que corresponden, o cuando las vías normales de actuación se ven bloqueadas en su relación con los agentes económicos.

O bien cuando el ejercicio de representación se ejerce para conseguir maximizar beneficios y prerrogativas para el aprovechamiento del marco regulatorio sin existir equilibrio económico, de mercado, jurídico o de legalidad, es decir, cuando los reguladores se ven abducidos por estos intereses y no se paran en barras.

Lo cierto es que parece que, en el caso que nos atañe, la cosa se complica. Incluso algún medio también señalaba una especie de pseudodesmentido sobre las propuestas en torno a la retroactividad que se habían conocido durante la semana pasada. Esto no va a ser fácil.

Ya está aquí… la retroactividad

Nadie sabe como ha sido, pero ha llegado la retroactividad. El pasado miércoles parecía que se empezaba a desvelar lo que era un inquietante secreto a voces: la concreción de la propuesta de aplicación de una fórmula de retroactividad para las instalaciones de energía solar fotovoltaica. Según las informaciones que se «filtraron» a El Confidencial, la retroactividad también alcanzaría al resto de tecnologías renovables, aunque en menor medida.

Industria se presentó ante los responsables del sector fotovoltaico, además, con el sector financiero alineado y conforme con la solución: un sistema que limitaría el número de horas anuales sujetas a prima. En el caso de la fotovoltaica (dónde se había amagado cifras de reducción de la retribución del 45%), la reducción se estima en un 30% en las instalaciones en funcionamiento y hasta un 45 % de las futuras. Las asociaciones al oír esta propuesta se levantaron de la mesa, según las informaciones conocidas.

La terapia al crecimiento de las primas pagadas a estas tecnologías es clara: reducción de primas con carácter retroactivo y frenazo-ralentización a la nueva potencia instalada. Todo ello precedido de una importante campaña en relación a las primas a las tecnologías renovables, cuyo incremento también se ha debido a la caída de precios de la energía en el mercado de generación (por lo que su garantía de rentabilidad ha aumentado). Y contextualizado en una demanda energética que ha sufrido una fuerte minoración en esta crisis.

El rival más débil

En este estado, las tecnologías con estructuras empresariales más débiles y endeudadas, por un lado y a la vez que han ido dejándose la rentabilidad en la cadena de autorizaciones administrativas asociada al proceso de promoción son las que peor lo van a pasar. Es, por tanto, la peor solución para el rival más débil, en el bocadillo que se traza entre la retribución y la financiación. En todo caso, la retroactividad requiere de un proceso negociador y el Ministerio ha jugado fuerte.

Desde las propias tecnologías renovables se apunta a las eléctricas tradicionales, sumidas en otro agudo problema por la sobreinversión en los ciclos combinados de generación a gas, como responsable de su caída en desgracia. El asunto es que estamos llegando a una tormenta perfecta y da la impresión que lo que se sabe es siempre menos de lo que queda por conocer. Nadie sabe si la solución final, la cuadratura del círculo será tranquilizadora para alguien. Seguramente nadie puede estar tranquilo porque esta parte de la novela, no resuelve el problema de otros protagonistas.

En todo caso, la retroactividad, o mejor dicho la irretroactividad, era una cuestión que siempre había sido algo irrenunciable y un elemento de derecho que suponía un bastión elemental en el funcionamiento de las reglas de la economía. Esta caída de la última esclusa supone perder un elemento clave en la confianza de los sectores económicos: la seguridad jurídica, frente incluso a los errores pasados y excesos de la Administración (bien por presiones atendidas, por regulaciones apresuradas, o por la mezcla de las dos…).

En este Especial, «Las renovables en un laberinto«, contaremos lo que nos ha llevado hasta aquí, y también el previsible futuro próximo para unas tecnologías atrapadas en un laberinto. Y los laberintos solo tienen una entrada y una salida.

El petróleo sufre el mayor descenso en cuatro meses tras una semana volátil

El Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia para EEUU, bajó el viernes en la bolsa de Nueva York un 4,15 por ciento, el mayor descenso desde febrero, con lo que terminó la semana a 71,51 dólares por barril, un 3,4 por ciento menos que al término de la semana anterior.

El crudo del Mar del Norte, el Brent, referente para Europa, bajó incluso más, un 4,4 por ciento, hasta 72,09 dólares por barril, un 2,6 por ciento menos que la semana anterior.

Por su parte, el petróleo de la OPEP -calculado como promedio de doce tipos de crudos- cerró su semana el jueves en 72,86 dólares por barril, un 3,3 por ciento más que la semana anterior, aunque sin tener en cuenta todavía un posible descenso el viernes.

Las fuertes caídas al cierre de la semana se debieron a varios factores, como por ejemplo la más reciente debilidad del euro frente al dólar, que bajó por primero vez desde marzo de 2006 de los 1,20 dólares por unidad.

Asimismo, las dudas en el mercado crecieron después de que el nuevo Gobierno conservador de Hungría advirtiera de que el déficit público del país podría ser mucho más elevado de lo que se pensaba.

«La economía (de Hungría) está en una situación muy grave», señaló un portavoz del gobierno magiar, quien acusó al anterior ejecutivo de haber manipulado los datos económicos, tal y como lo había hecho Grecia.

Estas declaraciones causaron gran nerviosismo en los mercados financieros, con fuertes pérdidas en las bolsas europeas, y en el parqué de Wall Street.

Allí, la publicación de unos decepcionantes datos de creación de empleo en Estados Unidos en mayo causaron gran nerviosismo entre los inversores.

A su vez, la subida del dólar estadounidense desincentiva la inversión en materias primas que, como el petróleo, se negocian en la divisa estadounidense.

Además, ante noticias poco halagüeñas sobre la evolución de la economía, los inversores también tienden a pensar que la demanda de crudo y de sus derivados se resentirá, por lo que suelen reaccionar retirándose de este mercado de futuros.

El martes, los mercados ya mostraron signos de nerviosismo con bajadas de en torno al 2 por ciento, que se debieron a señales de que la economía china podría ver su crecimiento estancado, según destacó la consultora JBC Energy.

Los precios volvieron a subir el miércoles y viernes después de conocerse que las reservas de petróleo en EEUU disminuyeron en 1,9 millones de barriles la semana pasada y quedaron en 363,2 millones de barriles.

Aun así, las reservas de crudo se encuentran por encima del promedio para esta época del año y en un nivel similar al de hace doce meses, lo que indicaría que el mercado está estabilizado.

El petróleo se recupera en una semana volátil ante la incertidumbre del euro

En Nueva York (Nymex), el crudo de Texas (WTI) concluyó el viernes a un precio de 73,97 dólares por barril, acumulando una subida del 5,6% respecto al valor del cierre de la semana anterior.

El barril de Brent, referente en Europa, cerró la semana de cotizaciones en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres a 74,02 dólares, un 3,26% más que el viernes precedente.

Respecto a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), su barril de referencia cerró el jueves, última cotización hecha pública, a 70,48 dólares, recuperándose por encima de la barrera de 70 dólares por primera vez desde el pasado 19 de mayo.

La OPEP aspira a que, en la situación actual, su barril se sitúe entre los 70 y 80 dólares, nivel que considera apropiado tanto para consumidores como para productores, al estimar que no es perjudicial para la recuperación económica y permite al mismo tiempo efectuar las inversiones necesarias en el sector.

La semana comenzó con un desplome de las bolsas a raíz del anuncio sobre la intervención del Banco Central de España en CajaSur, y terminó con la rebaja en un grado de la calificación de riesgo que la agencia Fitch otorga a la deuda de España.

Y es que el temor a un contagio de la crisis griega a otros países de la zona euro ha dominado los mercados y presionado a la baja sobre el valor de la moneda única.

La apreciación del dólar frente al euro suele ir acompañada de un descenso en los precios del petróleo, ya que desincentiva las compras de las materias primas que cotizan en el «billete verde».

A la baja sobre el crudo ha empujado asimismo el aumento de las reservas de petróleo en Estados Unidos, en 2,4 millones de barriles, hasta los 365,1 millones de barriles.

«Ello significa que los inventarios, no sólo, por primera vez desde enero, están más altos que en el mismo período del año pasado, sino también que son los más elevados para la temporada en los últimos 20 años», destacó la consultora JBC Energy.

Por otro lado, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) informó de que la demanda mundial de pasajeros en el sector aéreo cayó el 2,4% en abril respecto al mismo mes del año pasado, a raíz de la erupción del volcán islandés Eyjafjalljökull.

En el Viejo Continente, esa caída causada por las cancelaciones de vuelos por la nube de ceniza volcánica, alcanzó casi el 12%.

Pero esos factores «bajistas» para el petróleo se vieron compensados por otros elementos que lo impulsaron al alza, entre ellos, datos favorables sobre la economía estadounidense que despierta la confianza en una mayor demanda energética, como aumentos de las ventas de casas usadas en ese país, de los ingresos de los ciudadanos y de sus ahorros.

También la noticia de que China y otros países confían en la estabilidad de la eurozona y mantendrían las inversiones en Europa, repercutió en una mejora de los «petroprecios», que saltaron más del 5% el miércoles y el jueves, hasta el nivel más alto en dos semanas.

Si bien la catástrofe ecológica causada por el vertido de petróleo en el Golfo de México, con daños que superarían al desastre del derrame del Exxon Valdez en Alaska en 1989, no parece de momento influir sobre las cotizaciones del crudo, sí incide, sin embargo, el temor a los huracanes en esa región.

La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EEUU (NOAA) ha pronosticado que la temporada de huracanes que comienza el martes en el Atlántico amenaza con ser «extremadamente activa», con la formación de entre 14 a 23 tormentas y entre 8 a 14 ciclones.

Los precios del crudo bajan al ritmo de las caídas bursátiles

Las bruscas bajadas del crudo comenzaron el martes de la semana pasada cuando los inversores de ambos lados del Atlántico y en Asia empezaron a expresar su desconfianza en torno al plan de ayuda internacional al país helénico.

Atenas recibirá de la zona euro y del Fondo Monetario Internacional (FMI) unos 110.000 millones de euros en los próximos tres años con el objetivo de estabilizar sus cuentas y a cambio de profundas reformas económicas y administrativas.

Pero este arreglo no sirvió para detener la especulación contra mercados que podrían padecer problemas similares por la situación de sus presupuestos y su déficit.

Así, las ventas se trasladaron a los mercados de la deuda, de divisas -el euro bajó de 1,33 dólares el lunes hasta 1,27 dólares el viernes- y a las materias primas, principalmente al crudo.

Tras cuatro sesiones al alza, el petróleo comenzó el martes una carrera bajista sin precedentes este año y se perdió más del 10 por ciento de su valor a lo largo de la semana.

Al final, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), cerró al semana en 75,11 dólares por barril, su precio más bajo en tres meses y un 14,7 por ciento menos que la semana pasada,

Mientras, el crudo europeo Brent terminó cotizando a 78,27 dólares por barril, un 11,7 por ciento menos que el viernes pasado.

Similar fue la evolución del petróleo de la llamada «cesta OPEP», una mezcla de 12 tipos de crudo de la organización petrolera, que cotizaba este jueves a 83,17 dólares por barril, un 7,1 por ciento menos que la semana anterior.

Los mercados vivieron una semana de excesivo nerviosismo, a tal nivel que la bolsa de Nueva York se desplomó el jueves cerca del 10 por ciento en pocos minutos sin razón aparente, antes de recuperar nuevamente la mayor parte del terreno perdido.

El gran perjudicado por la incertidumbre en general y en torno a Grecia en particular fue el euro, que en ciertos momentos bajó a menos de los 1,27 dólares un unidad, su nivel más bajo en 13 meses.

Eso también empujó a la baja los precios del petróleo, una materia prima que se vende en dólares estadounidenses.

A ello se sumó la catástrofe de la plataforma petrolera de BP en el Golfo de México, que siguió perdiendo crudo durante toda la semana, y un nuevo aumento de las reservas de crudo almacenado en Estados Unidos.

Según los analistas de la consultora JBC Energy de Viena, la actual preocupación en torno a la deuda soberana de algunos países de la euro zona «da una buena razón para que los inversores reconsideren sus posiciones al alza en los futuro del crudo».

Según los expertos de JBC, la subida de los precios del crudo en las anteriores semanas «parece haberse basado principalmente en el crecimiento de los países emergentes», lo que podría verse contrarrestado por nuevos problemas en la zona euro.

El petróleo se apunta otra semana en positivo tras sortear los temores griegos

Hasta el miércoles la preocupación sobre la economía helena llevó el crudo a la baja, recuperándose en las tres últimas jornadas de la semana después de despejarse el camino para el primer rescate de un país de la zona del euro desde la creación de la moneda única europea.

Que finalmente la semana acabara con ganancias lo apuntaló la cifra del crecimiento estadounidense, que ascendió en el primer trimestre de 2010 un 3,2% interanual, ligeramente inferior al 3,3% vaticinado por los analistas.

Uno de los motores del crecimiento es el mayor gasto de los consumidores estadounidenses, lo que puede traducirse en una mejora de la demanda de hidrocarburos.

El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que el dato «marca un hito en la senda hacia la recuperación económica», pero subrayó que su Gobierno da prioridad a «las condiciones para que el sector privado, que es el motor de nuestra economía, aumente el empleo».

A ello se unió un ligero debilitamiento del dólar, después de tocar máximo anuales el miércoles ante el euro, y el temor de que el vertido de crudo de una plataforma de British Petroleum (BP) en el Golfo de México pueda afectar a las importaciones de crudo en EEUU, el mayor consumidor del planeta.

La subida del euro por la concreción del plan de rescate griego y el abaratamiento del dólar impulsó el precio del crudo, nominado en dólares, y por tanto más barato frente a otras divisas.

Todos estos factores mantuvieron al crudo dentro de la banda de fluctuación de entre 80 y 87 dólares en la que se ha movido en las últimas cuatro semanas.

De esta forma, el crudo de Texas cerró el viernes en Nueva York con una subida del 1,15%, hasta los 86,15 dólares, y un 1,2% por encima del conjunto de la semana anterior.

En Londres el Brent subió un 0,62%, hasta los 87,44 dólares, y se apuntó una subida semanal del 0,22%, mientras que el crudo de la OPEP se apreció en ese mismo periodo un 1,4%, hasta los 83,17 dólares.

Las noticias que presionaban al alza al crudo se impusieron a otra serie de factores que lo arrastraban a la baja, además de la ya mencionada crisis griega, el miércoles se conoció que los inventarios en EEUU subieron más de lo esperado.

Las reservas del país norteamericano subieron en 1,9 millones de barriles esta semana, el doble de lo pronosticado por los especialistas.

Otro aspecto positivo es la buena evolución de la economía alemana, cuyo paro descendió en abril hasta el 7,3%, y la mejora del sentimiento económico en Europa, en su momento más alto desde febrero de 2008.

«Alemania, la mayor economía de Europa, sorprendió esta semana con una caída del paro mayor de la esperada, hasta el nivel más bajo de diciembre de 2008», subrayaron en Viena los analistas de la consultora de energía JBC.

Dentro de la industria petrolera, el peor parado esta semana ha sido BP, cuyas acciones ha perdido valor a medida que avanzaba la mancha de crudo que amenaza con convertirse en un desastre medioambiental en la costa de Luisiana.

Las acciones de BP se han depreciado más de un 10% por el desastre que se ha comprometido a compensar, pese a que la petrolera presentó unos buenos resultados en este primer trimestre.

Se encarece la titulización del déficit tarifario

La subida en los últimos días de nuestro riesgo y la rebaja de la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s son dos noticias muy interrelacionadas, que no son ajenas al sector energético, en la medida que afectan a todas las emisiones de activos financieros públicos o privados que emite España. Y, ese es el caso del alargado proceso de titulización del déficit tarifario. Quiere decirse que los ‘spread’ que serán necesarios para soportar estas colocaciones serán más elevados, y por tanto, se encarecerá la factura de la financiación del déficit. También afectará a las empresas que emitan activos para financiar su crecimiento o que precisen acudir al endeudamiento.

Según se pudo conocer ayer, Standar&Poor, rebajó la nota de la deuda a largo plazo de España, desde ‘AA+’ hasta ‘AA’, con perspectiva ‘negativa’, lo que implica el riesgo de nuevas bajadas de ‘rating’ a medio plazo, ante el empeoramiento de las perspectivas económicas del país y la prolongación de la situación de debilidad de la actividad económica.

«Pensamos que el PIB real crecerá a una tasa media anual del 0,7% entre 2010 y 2016, frente a nuestras anteriores previsiones de un crecimiento medio superior al 1%», dijo el analista de S&P Marko Mrsnik, quien apuntó que las nuevas previsiones indican que el PIB nominal de España recuperará el nivel de 2008 en 2015, dos años más tarde de lo previsto anteriormente.

«Continuamos creyendo que el déficit fiscal en 2010 estará en línea con el objetivo del 9,8% del Gobierno, aunque a medio plazo anticipamos mayor debilidad en los ingresos y mayores presiones desde el lado del gasto de lo estimado por el Ejecutivo», señala la agencia, que augura que el déficit superará el 5% en 2013, «significativamente por encima del objetivo oficial del 3%», mientras que el endeudamiento bruto alcanzará el 85% del PIB en 2013 y continuará al alza hasta mediados de la década.

Asimismo, la agencia de ‘rating’ explicó que la perspectiva ‘negativa’ refleja la posibilidad de más recortes en la nota de la deuda española si la posición fiscal de España evoluciona peor de lo previsto, mientras que se podría otorgar una perspectiva «estable» en el caso de que el Gobierno cumpla o supere sus objetivos fiscales para 2010 y 2011 y las perspectivas de crecimiento de España demuestran ser más fuertes de lo estimado por la agencia.

El crudo agrava la inflación interanual y sitúa su precio por encima de los 85 dólares

Las cotizaciones del petróleo sobrepasan también el margen de entre 70 y 80 dólares/barril en el que se habían mantenido durante el primer trimestre del año y que ha sido calificado como el justo en estos momentos, tanto para productores como para consumidores.

Esta semana el «oro negro» ha estado influenciado en diversas direcciones, con datos positivos sobre la economía estadounidense que favorecen su encarecimiento porque confirman la percepción de una recuperación de la demanda energética, y por otros que presionan a la baja, como un aumento de las reservas de crudo almacenadas.

En cuanto a la crisis de la deuda griega, ésta influye indirectamente sobre el crudo al afectar a la cotización del euro frente al dólar, favoreciendo las compras de petróleo cuando el billete verde se debilita.

Finalmente, frente a la semana precedente, el valor del barril ha terminado con variaciones muy moderadas.

El Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para entrega en junio cerró en Nueva York a 85,12 dólares por barril, mientras que el Brent terminó a 87,25 dólares/barril en Londres.

En cuanto al petróleo de referencia en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), su valor más reciente, del jueves, se situó en los 82,36 dólares.

El problema para los consumidores es que, si bien el coste del crudo dista aún mucho de los máximos de casi 150 dólares que alcanzó en julio de 2008, está ahora impulsando la inflación interanual debido a la «montaña rusa» que ha experimentado desde 2008.

En el caso del barril de la OPEP, su precio medio mensual subió hasta los 77,21 dólares en marzo, desde los 72,99 dólares de febrero, y en lo que va de abril se sitúa en los 81,95 dólares, cuando hace un año se vendía a 50,20 dólares.

Pero no sólo era más barato hace un año, sino que además el crudo presentaba una fuerte deflación respecto al mismo periodo de 2008, cuando rondaba los 90-100 dólares.

Puede decirse así que el año pasado la depreciación del «oro negro» y otras materias primas favoreció de hecho la recuperación económica, y el temor ahora es que esa recuperación se ahogue si los precios vuelven a los niveles del primer semestre de 2008.

En su último informe mensual, la OPEP vaticina que eso no ocurrirá y se muestra confiada en que la economía podrá soportar los precios actuales, pero reconoce que precisamente es el mayor optimismo económico lo que impulsa «los flujos de inversión en las bolsas y materias primas, incluido el petróleo».

Recuerda que «la reciente reunión del Foro Internacional de la Energía en Cancún (México) subrayó el consenso entre consumidores y productores de que los precios entre 70 y 80 dólares/barril son esenciales para promover una inversión adecuada sin obstaculizar la recuperación económica», y espera que vuelvan a ese margen.

También para la Agencia Internacional de la Energía (AIE) los precios «ampliamente por encima» de los 80 dólares plantean interrogantes sobre su sostenibilidad, puesto que podrían afectar negativamente a la recuperación económica y la demanda petrolera.

El barril se ha apreciado por «un optimismo a mediano plazo» sobre la economía mundial, destacó Jason Schenker, presidente de la consultora Prestige Economics de Texas (EEUU), en su informe mensual de abril.

«Sí, los precios han subido, pero nosotros no vemos que puedan sostenerse por encima de los 90 dólares el barril, los vemos fluctuar en promedios mensuales de entre 77 y 82 dólares», dijo Alexandra Kogelnic, analista de la asesora JBC Energy.

Según la experta, «frente a las noticias positivas sobre la economía mundial, especialmente el fuerte crecimiento de China, persisten otros elementos que presionan a la baja y compensarán la tendencia alcista», entre ellos, una abundante oferta de crudo y una mayor capacidad excedentaria de producción y de refino.

El petróleo frena su carrera alcista pero sigue en precios no vistos en 18 meses

Pese a que los precios del crudo se lanzaron cuesta abajo desde mediados de semana, las ganancias acumuladas en las jornadas anteriores le permitieron cerrar todavía la sesión del viernes con tibias ganancias respecto a las marcas de la semana pasada.

El precio del barril de Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente en EEUU acabó a 84,92 dólares, con una mínima ganancia inter semanal del 0,05 por ciento. Por su parte, el Brent europeo acabó la última jornada en el Intercontinental Exchange Futures de Londres a 84,83, un 0,9 por ciento más que siete días antes.

El crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo registró hasta el jueves, última cotización hecha pública, una apreciación del 0,4 por ciento hasta pagarse a 81,65 dólares

Con esas marcas, el precio de los crudos de referencia internacional se mantiene en cotizaciones que no se veían desde octubre de 2008, cuando comenzó la fase más cruda de la crisis económica.

A esa cotizaciones se llegó tras una semana que abrió con ganancias importantes, de más del 2 por ciento, en los precios del crudo, aún impulsados por la ola de euforia sobre las expectativas de recuperación de la economía de Estados Unidos, el principal consumidor de petróleo del planeta.

El dato anunciado el viernes anterior de que el país creó 162.000 empleos en marzo, la cifra más elevada en tres años, dio alas a la esperanza de que el consumo, esencial para la economía de EEUU, va encaminando la senda de la recuperación.

A esos números se sumaron los datos de crecimiento del sector servicios y de las empresas de energía.

El buen humor en los mercados del petróleo se mantuvo el martes, aunque ya con alzas mucho más moderadas, y se nubló al día siguiente, cuando el Departamento de Energía de Estados Unidos dejó caer la bomba de que las reservas de crudo en el país aumentaron en dos millones de barriles la semana pasada.

La noticia nubló el optimismo acerca de una posible recuperación de la demanda de crudo, ya que el aumento de las reservas se relaciona con la caída del consumo.

Las cotizaciones también sufrieron por el fortalecimiento del dólar frente al euro, debido al lastre que la incertidumbre sobre la situación financiera de Grecia arrojó sobre la moneda única.

Esas dudas se mantuvieron el jueves, mientras la Bolsa de Atenas se desplomaba y se disparaban las alarmas sobre la capacidad del país para mantenerse a flote.

Además, se publicaron datos sobre el aumento de las solicitudes de subsidios por desempleo en EEUU, lo que añadió más dudas a las esperanzas de una próxima recuperación de la economía mundial.