Iberdrola en el punto de mira

La aparición en la agenda pública de la operación de adquisición de Iberdrola por parte de ACS y EDF no ha podido ser más abrupta y proclive al escándalo. Y, al mismo tiempo, las fórmulas empleadas por los protagonistas para realizar los sucesivos desmentidos al respecto, del gobierno, de ACS y de EDF no dejan de transparentar el trasfondo configurado como un imaginario colectivo insistente. Una cosa es lo que pasa (la realidad), otra lo que se dice, otra lo que se transparenta y, finalmente, lo que se interpreta. Es pura teoría aplicada de la comunicación.

Así, por ejemplo, en su versión oficial ACS explica que “no había llegado a un acuerdo con EDF para adquirir Iberdrola”, las declaraciones de ayer Clos se remiten a las propias de ACS y, también las propias declaraciones del Presidente de EDF al respecto, dejan tantas sombras de dudas e interrogantes que va a ser difícil que puedan configurar una versión que sea tranquilizadora y creíble. Todos, en sus declaraciones, calculadamente ambiguos, ninguno ofreciendo versiones taxativas, claras y sin dobleces en su formulación. Más bien todo lo contrario, todos estos desmentidos confirman y engordan la versión intrínsecamente perversa y, a la vez, intrínsecamente conspiradora de la connivencia entre gobiernos y de que la operación se ha estado urdiendo en el plano hispano-francés y germano-español. Tanto es así que, las versiones oficiales confirman tanto en proporción directa y gracias a su expresión no verbal, todo lo que tratan de sofocar los desmentidos redactados por los abnegados jefes de prensa y su tendencia al disimulo. Menuda misión.

El primer problema, obviamente es de credibilidad, partiendo del dejà vu, de nuestra historia reciente, que nos remite a la operación contra Endesa. Una operación que casi parece un calco. La diferencia principal está en la oportunidad del momento, que puede evidenciar una cierta torpeza e incontinencia en su manejo. Fíjense para comprobar todos estos extremos en la postura del Gobierno, en que la empresa gala es pública, en las declaraciones de Clos (¿recuerdan las de la Cadena Ser la mañana que se supo públicamente la irrupción de Enel?) y en el ejercicio de defensa que ha comenzado a hacer el propio Ignacio Sánchez Galán. Ibedrola y Sánchez Galán saben que están en el punto de mira, por mucho que les intenten convencer de lo contrario.

Una de las primeras cuestiones a confirmar es si el gobierno ha amparado esta operación, habiéndole cogido el gusto al inquietante ‘mercadeo’ con las empresas españolas, a fin de que sean troceadas, divididas, jibarizadas y engullidas por operadores exteriores y preferiblemente con titularidad pública. Hoy nadie duda de la acción del Gobierno en la tramoya en la operación sobre Endesa y parece que los encuentros, las cumbres europeas sirven de escenario para cerrar operaciones de esta magnitud entre los distintos ejecutivos, en una persistente y muy extendida versión. ¡Qué afán!.

Por tanto, lo que si parece claro es que será una de tantas de esas cosas que ‘volverán empezarán a pasar’ a partir del 10 de marzo, en la mejor tradición de los gobiernos intervencionistas, al modo latino de ‘intervenir en la economía’. Es decir que está aparcada y latente. Va a ser difícil que esta cuestión se esconda, que se distraiga la atención en estos dos meses y se coloque debajo de las alfombras. Por lo tanto, este adelanto de planes, es una cuestión especialmente inoportuna para Moncloa, que debe estar escociendo especialmente. El hecho de que se hayan podido precipitar los acontecimientos fruto combinado de la crisis bursátil, la incontinencia especulativa a la vista de los bajos precios y del ensañamiento regulatorio, del denominado, efecto Nieto no hace sino introducir elementos de incertidumbre a que la operación llegue a buen puerto y, además, no tenga imprevisibles consecuencias políticas.

Si fuera así, antes o después de las elecciones, supondría un paso más en la política de intervencionismo y de almoneda de las empresas españolas, que confirma la configuración de la Moncloa y la Oficina Económica del Gobierno como ‘Gran Hermano’ del sector empresarial español. Lo que sí es evidente que Zapatero, su ministro de Economía, su ministro de Industria, el director actual de la Oficina Económica y el anterior, tener, no tendrán política empresarial ni energética para nuestro país, pero sí tendencia y facilidad para las relaciones.

No se trata, en este caso, ni en el de Endesa, de un ejercicio de proteccionismo hacia las empresas españolas, ni de posiciones contrarias contra los intereses (legítimos) de empresas foráneas, públicas, con más altas tarifas, estabilidad regulatoria, respeto por sus gobiernos y mucha liquidez, si les dejan. Se trata de que las empresas no son moneda de transacción, de la necesaria ajeneidad de un Gobierno a las operaciones empresariales, de no intervencionismo público, de que quienes tienen que decidir son sus accionistas ante un proyecto empresarial concreto, formulado en condiciones definidas y predecibles, no sean hostigadas regulatoriamente por la autoridad competente y se presenten en liquidación. Se trata de que no sean expuestas en un escaparate y se les devalúe por la propia acción de gobierno.

Todo ello, a la vez, confirmaría así nuevamente muchas cuestiones que estaban en el “candelabro”: el papel de Solbes en el Gobierno, antes y después de las elecciones (¡qué silencio el suyo en todo este escándalo desafortunado de precampaña!), el fuerte riesgo de la política empresarial del Partido Socialista en esta legislatura, la entrega de abundante munición a Manuel Pizarro en su papel de número 2 del Partido Popular y solidario de Sánchez Galán. Obviamente, en este estado el Partido Popular, con Pizarro, primer ejemplo de esta política, debe ser firme y coherente y evitar la tentación de la escena del sofá, máxime en un momento tan delicado e inoportuno como la campaña y la precampaña electoral.

La lucha promete ser cruenta y no ha hecho nada más que empezar. El hecho de que no haya salido nadie a cuerpo limpio confirma lo peor.

El precio del crudo sufre una elevada volatilidad al rebufo de la crisis bursátil

El petróleo se vio esta semana afectado por la extrema volatilidad de las bolsas internacionales, con fuertes caídas de los precios al inicio de la semana e importantes repuntes el jueves y viernes, paralelos con la recuperación bursátil.

Tras el derrumbe de las bolsas el lunes pasado, los precios de las principales clases de crudo bajaron hasta cerca de los 86 dólares por barril, un 15 por ciento menos que sus máximos alcanzados hace tres semanas.

Así, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia para Estados Unidos, y el Brent, referente en Europa, se situaron el miércoles en su niveles más bajo en tres meses.

El crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alcanzó su punto más bajo el martes, con un precio inferior a los 84 dólares, algo que no sucedía desde el pasado 25 de octubre.

No obstante, con el anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos de bajar el tipo de interés básico en tres cuartos de puntos porcentuales, los mercados se recuperaron y con ello también volvió a subir el precio del «oro negro».

El viernes, el WTI cruzó nuevamente la marca de los 90 dólares por barril, al igual que el Brent, mientras que el petróleo de la cesta OPEP, calculado en base a 12 tipos de crudos, cerró el jueves a 84,58 dólares por barril.

Los operadores achacaron las nuevas subidas bursátiles al acuerdo alcanzado en el Congreso de Estados Unidos sobre el paquete de 150.000 millones de dólares en incentivos fiscales para la economía de ese país, que corre peligro de caer en una recesión.

Así las cosas, las cotizaciones del WTI y del Brent volvieron a subir al final de la semana para cerrar el viernes a 90,71 dólares y 90,90 dólares por barril, respectivamente.

Las subidas se produjeron a pesar de que el mercado constatara que las reservas de crudo almacenado en EEUU subieron en la pasada semana, superando incluso las expectativas de los analistas. Las reservas de crudo aumentaron en 2,3 millones de barriles y elevaron el total a 289,4 millones, un 9,1 por ciento menos que hace un año, según datos del Departamento de Energía (DOE) de EEUU.

Por otra parte, los analistas de la OPEP mantuvieron esta semana su pronóstico sobre la demanda mundial de crudo para 2008 en 87,1 millones de barriles diarios (mbd), sin cambios desde el mes pasado, aunque subrayaron el impacto de una posible recesión económica. «La incertidumbre repercute en el crecimiento de la demanda debido al aumento de los temores a una recesión en EEUU y a una desaceleración económica en otras regiones», resaltó la OPEP en su informe mensual sobre el mercado petrolero.

Los analistas del cartel petrolero de 13 países confirmaron así un alza de la demanda media de 1,3 mbd respecto al año pasado, aunque cuando se formuló el pasado noviembre este cálculo no se contaba con que la bolsa se tiñera de rojo a comienzos de 2008, un imprevisto que dificultará los pronósticos de consumo.

La OPEP asegura que la borrascosa situación económica mundial dificulta calcular la demanda, aunque el consumo invernal de los países ricos y el tirón de China, donde se trata de combatir la inflación congelando los precios de la energía, haga posible mantener la demanda sin revisarla a la baja.

Los analistas del cártel explican que la producción de sus competidores es «una importante variable» para ajustar su bombeo, algo que los ministros de sus países miembros tendrán oportunidad de hacer el primero de febrero en Viena. Así, después de mostrar su disposición a incrementar la producción cuando el mercado lo justifique, los 13 productores reconocen que con el ambiente económico actual existe un «alto grado de incertidumbre para la demanda estimada del crudo de la OPEP«.

EEUU ha solicitado reiteradamente en las últimas fechas que la OPEP abra los grifos en su próxima reunión de Viena, el 1 de febrero, para que un crudo más barato favorezca la recuperación económica.

Ricardo Hausmann: Un arancel variable evitaría la subida del precio del petróleo

Especialistas en desarrollo energético buscaban en el Foro Económico de Davos alternativas al alza del precio del petróleo, después de que los países productores aseguraran que hay capacidad para aumentar la producción, pero que no es seguro que se incremente.

El antiguo Economista Jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y actual Director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann, explicó a Efe que está promoviendo en el Foro una nueva estrategia para lograr mantener bajos los precios del petróleo, aumentar la producción y al mismo tiempo lograr un nuevo equilibrio energético gracias a los biocombustibles.

El ministro de Energía e Industria de Qatar, Al Attiyah, dijo en Davos en un panel sobre petróleo que los productores de crudo podrían incrementar la producción pero sólo si están seguros de que el mercado lo necesita, y no para influir en las fluctuaciones de los mercados donde cotiza. Al Attiyah manifestó que los productores opinan que el actual precio del barril de petróleo -que costaba 90 dólares por barril- no es consecuencia de una falta de oferta.

El primer paso para aplicar la teoría de Hausmann sería instaurar un arancel variable al petróleo.

– «La idea es establecer un arancel al petróleo si cuesta más de 60 dólares. De esa forma, lograremos que los productores aumenten la producción, y el precio bajará, porque ellos no van a querer ser sancionados con un impuesto», aseguró Hausmann.

– «Así, además, lograríamos que el biocombustible sea competitivo con el petróleo y conseguiríamos un nuevo equilibrio energético en el mundo», agregó el profesor venezolano.

– «Por ejemplo, los Estados Unidos tienen un arancel contra el etanol brasileño, eso es absurdo, no se dan cuenta que tendrían que poner un arancel al petróleo iraní, no a los productores brasileños», agregó.

El segundo paso en la estrategia de Hausmann sería acabar con los subsidios a la producción de los biocombustibles.

– «Tenemos que acabar con el proteccionismo agrícola para poder lograr un equilibrio sostenible del mercado», dijo.

– «Y si se quiere subsidiar algo, que sea la investigación al desarrollo, pero no la producción», añadió.

Hausmann considera que no es lógico que se subsidie la producción de biocombustible, no solo porque distorsiona el mercado, sino porque tiene el perjudicial efecto de subir los precios de los alimentos. Algo que el ex ministro de Planificación de Venezuela considera absurdo, dado el espacio de tierra disponible.

– «Existen 700 millones de hectáreas aptas en el mundo que podrían usarse para la producción de combustible», y citó varios países que cuentan con tierras disponibles: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú, Venezuela, Camerún, Congo y Zambia.

– «Y el agua no es un problema, en muchos casos ya está disponible en el subsuelo, en otros se puede usar la de la lluvia, no estoy para nada de acuerdo con Peter Brabeck-Letmathe«, afirmó Hausmann refiriéndose al consejero delegado de Nestlé.

Brabeck-Letmathe alertó ayer contra el masivo cultivo de biocombustibles en el mundo porque a su entender puede ser altamente perjudicial en los esfuerzos de evitar la escasez de agua, y señaló que para producir un litro de ese etanol se necesitan 900 litros de agua.

Hausmann ha desarrollado su teoría junto al sudafricano Robert Laurance, también profesor del mismo centro de investigación de Harvard. Ambos consideran que si se aplica, no sólo se logrará liberalizar el mercado agrícola, sino que se mejorará la seguridad energética del mundo.

Uno de los mejores sistemas gasistas del mundo

Ayer publicábamos en Energía Diario una entrevista con el Presidente de Enagas, Antonio Llardén, que cumple un año al frente del operador de transporte y del sistema gasístico en España. Es evidentemente que el desarrollo del mercado gasista en España ha sido muy importante y rápido, por lo que cobra especial importancia en el desarrollo del sector energético.

España es hoy uno de los mejores sistemas y mercados de gas del mundo. Esto ha podido conseguirse, en primer lugar, por la diversificación en el aprovisionamiento que procede de la combinación del importante número de plantas de regasificación y su combinación por la importación de gas a través de gaseoductos. Lo primero, combinado con lo segundo, permite también que la dependencia exterior se vea matizada por la capacidad de recibir gas con origen en múltiples países exportadores.

Para seguir siendo uno de los mejores sistemas gasistas del mundo, es preciso contar con una red muy flexible que facilite el desarrollo del mercado gasista. Con procesos de inversión y desarrollo de la red muy ágiles y también con sobrecapacidad, que garanticen la seguridad de suministro y atiendan los focos en los que se está produciendo la demanda de suministro.

También hay que afrontar, en este sentido, cuestiones como los almacenamientos subterráneos que son elementos llamados a incrementar la autonomía y seguridad de suministro. Estas infraestructuras tienen problemas propios de ubicación y emplazamiento (incluso de rechazo), de participación en las mismas del empresas privadas en su inversión y explotación y, consecuentemente, el derivado de la definición de la regulación de los mismos de forma estable, con un modelo retributivo coherente con lo que son los componentes de la inversión en términos de riesgo

Es en este contexto en el que hay que valorar el papel del operador de sistema y de transporte de gas. La importancia de sus actividades inversoras y de desarrollo de la red, como elemento que faciliten el mercado y que no suponga un cuello de botella, ni para la evacuación de energía desde las plantas de regasificación, ni para su acceso a masas geográficas y de población a este suministro. En este contexto, que haya fluidez entre el operador de sistema y transporte, las empresas y las Administraciones Públicas involucradas, es clave.

Esto no quiere decir que el sector gasista no tenga hoy varios gordianos. En primer lugar, el papel que el gas empieza a jugar en la propia generación eléctrica y su visión ‘dual’ con respecto al propio consumo directo residencial y empresarial. En segundo lugar, la situación empresarial y las relaciones con Argelia, verdaderamente tormentosas en el último año, fruto de la ausencia de lo que hemos denominado una ‘Administración Exterior Económica’. Ejemplo de ello son las negociaciones con Sonatrach acabaron con malos resultados para las empresas españolas (Gas Natural y Repsol) a cambio de que Industria abriera totalmente el mercado. Otro ejemplo, es que todavía no está claro la participación de Gas Natural en el proyecto Medgaz, Y, el papel estratégico de nuestro país como ‘hub’ entre África y Francia está ‘francamente’ desaprovechado en términos estratégicos y políticos. Y finalmente, la reciente polémica del ‘switching’ (o doble switching’, mejor dicho) en el mercado gasista se ha propiciado con la reforma de la Ley de Hidrocarburos, fruto de una anomia regulatoria, de una ausencia de ejercicio regulatorio.

Para seguir avanzando, se impone una visión gestora y estratégica de medio plazo, teniendo en cuenta el papel creciente del gas y las relaciones estratégicas que genera, evitando que entre en el tráfago político. Para ello, cada uno debe estar en su papel, regulador, operador de transporte, de sistema y empresas. Cada uno haciendo lo que debe. Como en todo.

La CNE bloquea la pretensión de Red Eléctrica de ‘telefijarse’ su retribución a través de Industria

La Comisión Nacional de Energía emitió ayer, por unanimidad, un informe muy duro respecto de la pretensión de la Secretaria General de Energía de elevar la retribución de los activos de transporte de Red Eléctrica de España. Devuelve el decreto a Industria para que lo rehaga, se encargue un informe independiente y vuelva al regulador. Fundamentalmente, por el motivo básico (y lo que es peor, obvio) que consiste en que un agente del sistema no se puede fijar su retribución a sí mismo. El resto de motivos son consecuencias o causas de que esta posibilidad se dé en nuestro país: la pretensión de los transportistas únicos (TSO) en irrogarse en determinados papeles destinados a los reguladores principales e independientes. En eso, el Consejo de la CNE recoge la preocupación patente en el grupo de reguladores europeos, ERGEG y que parece avanzar de forma imparable. Esta es, por tanto, una de sus manifestaciones.

En este sentido, el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía ha puesto las cosas en su sitio, ejerciendo plenamente de regulador independiente, en este caso, y aportando la ortodoxia que debería serle también exigida al regulador principal, en este caso la Secretaria General de Energía. Hay que valorar de forma especialmente destacable, teniendo en cuenta la composición del Consejo de la CNE, que haya sido tomado el acuerdo por unanimidad y que no se hayan visto condicionado por dos elementos de propaganda falazmante igualitarista: uno, la homologación teórica con la retribución de los activos de transporte de Enagás (en el sector gasista el valor de los activos de transporte se calculó tras un proceso de determinación de valores procedente de un estudio independiente dirigido por el regulador). Por otro, la campaña que condicionaba soterradamente las inversiones de REE a que se aprobara la retribución.

Por ello hay que hablar, a sensu contrario, obviamente de la propia pretensión de la Secretaria General de Energía de tramitar esta propuesta de Real Decreto, basándose únicamente en lo que le había aportado el propio transportista único. Autopagándose y adelantándose financieramente los flujos de caja. Evidentemente un regulador principal tan duro con determinados sectores no puede remitir una propuesta de Real Decreto en estos términos, de una forma tan poco imparcial, transparentando una vinculación y condicionamiento tan directo por el operador de transporte y monopolista único (también consagrado en este ultimo año)..

En segundo lugar porque se trata de una cuestión que tampoco puede abordarse de forma separada a las políticas generales (si se pueden llamar así) que sigue el Ministerio de Industria y el Gobierno. Es decir, si lo que se provoca una propuesta de esta índole, mediante cambios en el valor de los activos, es una elevación de esta retribución (regulada), la consecuencia es mayor déficit tarifario, elevaciones en la tarifa o Reales Decreto Ley para recortar la participación en la tarifa del resto de las actividades eléctricas. Consecuencia: para hacer una tortilla hay que romper huevos.

Queda saber cual será la posición final de la Secretaria General de Energía al recibir este varapalo jurídico. Primero, esperar a que escampe el panorama electoral y evitar un escándalo institucional. Segundo, intentar colarlo en el dulce limbo legislativo del periodo interlegislatura. Tercero, en el marco de la política de lateralizar los informes indeseados que emite la Comisión Nacional de Energía a Industria. ¿Habrá un derrape, como en el decreto de retribución de los activos del gas? ¿Nieto le dará esquinazo a la CNE? ¿Remitirá la misma al Consejo de Estado, con cambios cosméticos y publicará esta norma? ¿Quedará la ortodoxia nuevamente en manos de las relaciones peligrosas vinculadas a la política?

Por cierto, ¿por qué no se nos ocurre entre las posibilidades razonables que triunfe el sentido común y la ortodoxia y comiencen los trabajos para fijar unos valores de forma independiente y se rehaga el Real Decreto?

El temor a una recesión en Estados Unidos enfría el precio del crudo

Los precios internacionales del petróleo han perdido casi un 10 por ciento desde que alcanzaran el simbólico máximo de 100 dólares por barril el 3 de enero pasado por el pesimismo sobre la economía de EEUU, el motor del consumo mundial.

Los temores alimentados por los malos datos económicos en EEUU, los números rojos de la banca, y los comentarios negativos del presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, han sido determinantes para causar un retroceso en los precios. Los nubarrones sobre la economía estadounidense volvieron a marcar la tendencia con los datos del pasado jueves de que la construcción de viviendas nuevas descendió cerca de un 25 por ciento en 2007, la mayor caída en casi 30 años.

Las recientes caídas del crudo se deben, según los analistas, al temor a una desaceleración del consumo por la caída del crecimiento económico mundial por la crisis hipotecaria en EEUU y el mantenimiento de los niveles de la producción petrolera.

Bernanke aseguró esta semana que la economía del país ha empeorado recientemente y que los riesgos de una caída en el crecimiento son más pronunciados, aunque no prevé una recesión.

La tendencia bajista durante esta semana comenzó el martes, entre expectativas de que las reservas de crudo almacenadas en EEUU habrían subido en la pasada semana, algo que se confirmó al día siguiente con un aumento de los inventarios de 4,3 millones de barriles.
Los precios internacionales reaccionaron a la tendencia bajista el viernes con una ligera subida tras unas pérdidas semanales en torno al 4 por ciento.

El Petróleo Intermedio de Texas cerró la sesión el viernes a 90,57 dólares el barril, después de encarecerse 44 centavos con respecto al día anterior, mientras que el Brent, referencia en Europa, acabó la semana en 89,23 dólares, 48 centavos más que el cierre anterior.

El petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), por el contrario, bajó ligeramente el jueves para cotizar a 86,30 dólares por barril, 12 centavos menos que el día anterior.

Ante los escenarios cada vez más pesimistas, el presidente estadounidense George W. Bush presentó un plan que incluiría, de ser aprobado, incentivos, rebajas fiscales y devoluciones impositivas de entre 145.000 y 150.000 millones de dólares, casi el uno por ciento del PIB de EEUU.

En un mercado en el que aún no se termina de ver claras las dimensiones de la crisis crediticia, la volatilidad y los nervios parecen ser la reacción a la incertidumbre. Ante el impacto que el petróleo tiene en la inflación, con cifras récord no vistas en más de una década en EEUU y en algunos países europeos, incluida España, Bush pidió también a la OPEP esta semana que abriera las espitas para enfriar los precios.

La OPEP, que controla dos tercios de la exportación mundial de petróleo, se mostró cautelosa ante la petición, que se produce a menos de dos semanas de la reunión ministerial del grupo en Viena el primero de febrero.

El ministro saudí de Petróleo, Ali Al-Naimi, la voz con más peso dentro de la organización, reconoció su preocupación de que «Estados Unidos caiga en una recesión». Pero acto seguido afirmó que «subiremos la producción cuando el mercado lo justifique, ésa es nuestra política», en la línea de otros dirigentes de la OPEP, que subrayan que una subida en un momento de débil demanda puede hacer colapsar los precios.

En este panorama la Agencia Internacional de Energía (AIE) mantuvo prácticamente sin cambios sus previsiones de la demanda en 2008, aunque podría rebajarlas si se degradaran las perspectivas de la economía estadounidense.

Una oposición sin política energética visible

El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, quien se presenta como candidato a presidente del Gobierno en las próximas Elecciones Generales, no dedicó ni una sola palabra a la energía en el discurso que pronunció ante una dilatada audiencia en el Forum Europa que ayer se celebró en el Hotel Ritz de Madrid. Sí es cierto que contestó a una pregunta sobre la energía nuclear en el turno de preguntas posterior a su discurso, pero con eso se bastó y se sobró en la materia.

La energía, desde siempre esencial para el desarrollo humano y social, ha venido cobrando una importancia creciente en los últimos años tanto en el entorno mediático como en la opinión pública, debido en parte a la mayor conciencia de la población acerca de problemas como el cambio climático, que se han convertido en una verdadera moda de la que muchos han empezado a aprovecharse. En la Unión Europea, la energía también es una materia prioritaria, y se ha desarrollado, y se sigue desarrollando, una política energética exhaustiva para que en el futuro la UE sea un líder en energías renovables y no dependa excesivamente del exterior.

Sin embargo, y según se desprende de las palabras –o más bien de la ausencia de palabras- al respecto por parte de Mariano Rajoy, no parece existir una contraprogramación energética en el principal partido de la oposición. El único tema al que hizo referencia Rajoy es a la energía nuclear y a la política del actual Gobierno al respecto. El secretario del PP explicó que la postura de su partido es la de “mantener las centrales actuales en funcionamiento”, y criticó que el Gobierno rechace esta tecnología para luego importar energía eléctrica de Francia, que la produce en un alto porcentaje mediante la tecnología nuclear, lo que desde su punto de vista parece ser una incoherencia. En este sentido, Rajoy no entró en el debate, y se limitó a defender el status quo existente.

Por lo que se refiere a la tarifa eléctrica, sobre la que Energía Diario preguntó si el Partido Popular haría algo por “eliminarla en serio, y sin maquillajes”, la contestación del líder del PP fue prácticamente inexistente. No se pronunció al respecto, y sólo sostuvo que la posición de su partido es la que ha mantenido la Unión Europea. Nada más.

Por tanto, no parece existir una alternativa a la política energética del actual Gobierno, que algunos agentes del sector han calificado en más de una ocasión de “inexistente”. En efecto, durante la actual legislatura ha seguido incrementando la potencia eólica instalada, y lo mismo ha sucedido con la solar. Sin embargo, el desarrollo de la regulación no ha dejado buen sabor de boca a muchos, que opinan que la ley no se puede hacer hoy y cambiarla mañana porque en un primer momento no se hizo bien.

El temor a la ralentización económica en Estados Unidos frena la subida de los precios del crudo

Tras alcanzar nuevos máximos históricos con precios cercanos a los 100 dólares por barril a principios de año, el crudo volvió a bajar esta semana, debido a los temores de una ralentización notable de la economía mundial, sobre todo en Estados Unidos, el principal consumidor energético del planeta.

Al cierre de la sesión regular del viernes en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) los contratos de Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para entrega en febrero quedaron a 92,69 dólares el barril (159 litros), después de restar 1,02 dólares al precio anterior, el nivel más bajo desde hace tres semanas.

Igualmente, el Brent, la marca referente en Europa, cerró a la baja en el mercado de futuros de Londres, donde el barril para entrega en febrero acabó en 91,07 dólares, 1,15 dólares menos que al cierre de la jornada anterior.

El descenso del precio del crudo coincidía con las previsiones poco alentadoras para la economía estadounidense en 2008. Goldman Sachs, uno de los más importantes Bancos de Inversión norteamericanos, advirtió esta semana de que la primera economía mundial podría incluso entrar en recesión ante los problemas de los mercados inmobiliario y crediticio.

También el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, reconoció que el pronóstico coyuntural global ha empeorado y anunció que su entidad tomará «acciones sustanciales adicionales», es decir, nuevos recortes del tipo de interés básico para impulsar el crecimiento económico del país.

La reciente escalada del precio del crudo hasta llegar a los 100,09 dólares el pasado día 4, suscitó una notable inquietud en los mercados financieros de EEUU, por el efecto negativo que eso supondría sobre el gasto de los consumidores y en los precios de productos básicos de consumo. Por eso, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de gira por Oriente Medio estos días, pedirá a los países productores de la OPEP que abran más sus grifos.

Sin embargo, tiene escasas posibilidades de éxito, en vista de unas declaraciones hechas por Chakib Khelil, ministro argelino de Energía y actual presidente de la OPEP. Khelil señaló en París que el mercado está «bien abastecido» y «que no hay ninguna razón para aumentar la oferta». Para Kuwait, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, los países del Golfo Pérsico que visitará Bush, los actuales precios suponen un caudal de riqueza.

El precio de la cesta OPEP, compuesta de 12 crudos distintos, cerró la semana el jueves a 90,01 dólares por barril, un 4,2 por ciento menos que el jueves de la semana anterior, cuando alcanzó su máximo histórico con 93,93 dólares por barril.

Por otra parte, las flojas cifras de desempleo agudizaron la inquietud sobre el estado de la mayor economía mundial. Los más recientes datos reflejaron un incremento del desempleo en Estados Unidos, una caída en las ventas de grandes cadenas minoristas en el pasado mes y una contracción en la actividad del sector manufacturero, lo que ha reavivado las expectativas de que la economía estadounidense podría entrar en recesión.

El descenso de los precios ocurrió incluso después de conocerse que las reservas almacenadas la pasada semana en EEUU bajaron por octava semana consecutiva y mucho más de lo que se esperaba. Las existencias de petróleo descendieron en 6,8 millones de barriles y el total, de 282,8 millones de barriles, es casi un 10 por ciento inferior al volumen registrado en la mismo época del año pasado.

La incertidumbre económica desinfla los simbólicos 100 dólares por barril

El precio del petróleo rebasó esta semana la simbólica cifra de los 100 dólares por barril, pero el temor a la desaceleración económica en EEUU y la caída de la demanda acabaron poniendo freno a los precios.

El empleo en EEUU ofreció claras señales de estancamiento con sólo 18.000 nuevos puestos de trabajo en diciembre y con las cifras de paro alcanzando el 5 por ciento, el peor dato en los dos últimos años.
Ambos elementos vuelven a subrayar los efectos de la crisis crediticia en EEUU y su efecto en el mercado del empleo suponen la mayor desaceleración mensual desde 2003, lo que contrasta de forma notable con el pasado mes de noviembre, cuando se crearon 115.000 empleos.

El temor a una creciente ralentización económica, las dudas sobre el impacto de un consumo menor en la demanda del crudo y la incertidumbre sobre el alcance de la crisis llevaron a una recogida de beneficios que frenó la subida de los precios.

El petróleo de Texas, de referencia en Estados Unidos, cerró el viernes en 97,91 dólares por barril, tras caer 1,27 dólares arrastrado por el pesimismo sobre la economía.

El crudo Brent, de referencia en Europa, cerró también a la baja en el mercado de futuros de Londres, donde el barril para entrega en febrero acabó en los 96,79 dólares, 81 centavos menos que al cierre de la jornada anterior.

Por el contrario, el precio del crudo de la OPEP alcanzó un nuevo máximo histórico el jueves y se situó en 93,94 dólares por barril, según informó el viernes la organización.

El debilitamiento del dólar ha vuelto a contribuir al aumento de los precios y los malos datos económicos de EEUU hacen que los analistas empiecen a hablar de un posible recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en la próxima reunión del 30 de enero. Esta decisión volvería a debilitar el dólar frente a otras divisas internacionales.

Como suele ocurrir con los precios en zona de máximos, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se encuentra ahora con la presión de los países consumidores para que decida abrir más sus grifos en su próxima reunión del primero de febrero en Viena.

Los trece países de la organización que controla dos tercios de las exportaciones mundiales de crudo desoyeron en su reunión del pasado diciembre en Abú Dabi los llamamientos de EEUU y de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para aumentar su producción. El último aumento de la oferta de la OPEP fue de medio millón de barriles diarios en septiembre, después de que Arabia Saudí lograse imponerse a las pretensiones de Irán y Venezuela de mantener los suministros sin cambios.

La OPEP ha venido aduciendo que los elevados precios no se deben a que exista escasez en el mercado, sino al papel de los especuladores y a otros factores económicos que están fuera de su alcance, como el continuado debilitamiento del dólar, la divisa utilizada en las operaciones con materias primas.

La AIE también aseguró esta semana que los altos precios se debían a una confluencia de factores como las bajas temperaturas en el hemisferio norte, la caída de las reservas en EEUU y la entrada masiva de liquidez en el mercado de las materias primas. La agencia, que representa los intereses de las naciones ricas consumidoras de hidrocarburos, dijo que la marca de los 100 dólares por barril es un acicate para mejorar la eficiencia energética y la inversión en alternativas al «oro negro».

Por otro lado, a las incertidumbres económicas se añade la persistencia de tensiones geopolíticas con un potencial impacto en el abastecimiento petrolífero, como es la tensa situación en Nigeria, el mayor productor africano.

También el asesinato de la líder opositora pakistaní Benazir Bhutto ha elevado las preocupaciones porque la desestabilización de Pakistán, una potencia nuclear, tendría consecuencias regionales que afectarían de forma muy negativa al mercado del petróleo.

El presidente de la OPEP descarta un aumento de la producción a corto plazo

El ministro argelino de Energía y presidente en ejercicio de la OPEP, Chakib Khelil, consideró que el mercado de crudo está bien abastecido y para él no es necesario un aumento de la producción.

A preguntas de periodistas, el ministro preciso que solo en la próxima reunión de la OPEP se podría decidir sobre un eventual aumento de la oferta. Únicamente se aumentará la oferta si así lo decide la conferencia extraordinaria de la OPEP que se celebrará en febrero en Viena, precisó el ministro.

Sobre esa reunión indico que los miembros de la organización estudiarán «con atención» las previsiones de crecimiento de las economías mundiales, especialmente la estadounidense, «seriamente afectada por la crisis de los créditos hipotecarios».

Sobre la subida del precio del crudo, afirmó que la tendencia actual persistirá si los países fuera de la OPEP no cumplen sus objetivos de producción. «La escalada probablemente perdurara hasta fines del primer trimestre de 2008, para luego estabilizarse durante el segundo trimestre», opinó.

Khelil explicó que la subida actual de los precios del «oro negro» se debe esencialmente a «las tensiones políticas en Pakistán, la escalada de violencia en Nigeria y a la reducción de las reservas en Estados Unidos«.

Gas e hidrocarburos se asoman a su espiral

Si el año pasado en el ámbito del sector eléctrico recogíamos la conclusión de que 2007 había sido el año de la inseguridad jurídica, podemos hacer un repaso por los acontecimientos que, en el ámbito del sector del petróleo y el gas, han tenido lugar. Quizá el sector petrolero es el que mantiene actualmente una relación más estable con la regulación, lo que hace que este aspecto, el regulatorio en 2007, al menos en lo que se refiere a la administración estatal, no refleje grandes impactos.

En este sentido, el sector de los hidrocarburos se ha visto afectado fundamentalmente por una coyuntura de salto en los precios del petróleo, algo que tiene su continuidad en estos primeros días de 2008, alcanzando el récord y la cifra mágica de 100 dólares el barril. Una cifra nada tranquilizadora teniendo en cuenta la volatilidad de este sector, los riesgos geoestratégicos a los que está sometido y la situación de muchos de los países productores.

Esto no quiere decir que no hayan existido determinados movimientos en torno a las empresas de este sector en el año 2007: por una parte Cepsa y Repsol venden su participación en CLH, y Repsol a final de año es menos argentina, al vender parte de su filial YPF al millonario argentino Eskenazi con el plácet del gobierno del país andino. La situación en América Latina ha introducido incertudimbre en la petrolera, además de la evolución de sus resultados.

Por otra parte, tras su paso por el Consejo de la Comisión Nacional de Energía, queda pendiente la formulación final de la regulación de los incentivos a la comercialización de los biocarburantes. Una regulación que en su paso por la CNE ha revisado en profundidad estos mecanismos, fijando porcentajes mínimos separados para biodiesel y bioetanol y un porcentaje conjunto total para lograr los objetivos de consumo de biocombustibles. La propuesta inicial de Industria establecía un porcentaje semejante para bioetanol y biodiésel, con una penalización muy superior en caso de incumplimiento en el caso del bioetanol. Expertos y CNE han señalado que esta regulación, no contemplaba, en primer lugar, las dudas que siembran los propios informes recientemente aparecidos que cuestionan la eficiencia ambiental y económica de los biocarburantes, el parque de vehículos español cada vez más dieselizado, la estructura de la industria del refino de nuestro país y las transformaciones a realizar en el sector de la distribución de hidrocarburos.

En el ámbito del sector gasista, 2007 fue el año de Argelia en las relaciones internacionales poniendo en evidencia la ausencia de una diplomacia económica exterior en nuestro país. Las negociaciones con la empresa Sonatrach han dejado a Repsol y Gas Natural fuera del proyecto Gassi Touil. Sonatrach consiguió además, del Ministerio de Industria comercializar libremente en nuestro país, mientras ha estado renegociando los precios de sus actuales contratos de suministro. Y sigue abierta la situación societaria del consorcio Medgaz, dónde la presencia de Gas Natural está sometida a un baile de pasos adelante y hacia atrás

Esto no quiere decir que no hayan existido efectos desde el punto de vista regulatorio, en el sector gasista, más expuesto que el petrolífero a la técnica regulatoria de nuestro país, aunque menos que el eléctrico y las renovables. Por un lado, la retribución de los activos de transporte de gas, fue caballo de batalla a principio y a final de año, en medio del mar de fondo alrededor de una posible y cada vez menos disimulada operación de intentar unir Enagás y Red Eléctrica, como también apuntan los movimientos realizados por la SEPI, aumentando su participación en la primera.

Por otra parte, la figura del swicthing en el sector gasista, aparecida con la reforma de la ley de hidrocarburos, tampoco ha estado exenta de controversia, habiéndose dividido (casi contra el propio concepto legal y económico que vienen a desarrollar) esta actividad en dos: por una parte la actividad gasista, y por el resto el suministro a los grupos de ciclo combinado en otro (empresas eléctricas).

Por su parte, sigue abierto el problema del sector de la distribución del butano, el eslabón más débil de la cadena, con subidas el precio de combustible orientadas a cubrir las elevaciones en el precio de producción, pero que miran hacia otro lado en lo que se refiere a un sector que está viviendo una transformación importante en los hábitos de consumo y en su demanda en nuestro país, y que requiere políticas regulatorias orientadas a su reconversión y actualización. Lo peor es que sus responsables sectoriales lo saben y la Administración no parece muy dispuesta a meterse en ningún fango, de forma que la patata caliente circula por todo Madrid.

Volviendo al principio. Con el petróleo a 100 euros y el gas referenciado al precio del petróleo, con una generación eléctrica cada vez más basada en los ciclos combinados, nuestros consumidores eléctricos viven en su previsión de IPC, ni siquiera en el IPC real. ¿Cómo afectará la teoría de los vasos comunicantes a esta coyuntura?. Todo está relacionado.