Una decisión que debe reforzar el mercado y no socavarlo

La semana pasada se conoció la decisión de la Comisión Nacional de Competencia de multar a Iberdrola por abuso de posición dominante por ofertas en el mercado de restricciones técnicas emitidas en 2004 y el primer trimestre de 2005 en zonas determinadas de Levante. Para conocer el alcance de la decisión hay que señalar que el mercado de restricciones técnicas está destinado a atender el suministro de aquellos emplazamientos muy señalados, que reciben la energía desde una instalación concreta (las únicas posibles) y que, por tanto, no pueden recibir la energía a través de los mecanismos de transporte y distribución generales de nuestro sistema eléctrico. Imagínense por tanto un zona geográfica que solo puede recibir electricidad de una instalación generadora. Esta energía no se puede negociar a través del mercado diario masivo dónde se negocian las ofertas (de las generadoras de energía) con la demanda de energía (las distribuidoras y comercializadoras de energía, que llevan la electricidad a los consumidores finales).

Por tanto, para situar y dimensionar esta infracción, hay que señalar que este mercado es un mercado muy estrecho, con muy escaso volumen de contratación, en el que el titular de la instalación de generación en cada nudo de red tiene poder de mercado (sea cual sea la empresa propietaria de la misma), pero que tiene que tener una adecuada regulación, unas reglas razonables y mecanismos de vigilancia, control y denuncia que garanticen su funcionamiento.

Buena regulación, libertad de mercado y vigilancia

Esa es la clave sobre la que entender esta decisión, la necesidad de un buen funcionamiento regulado con reglas claras, equilibradas y con mecanismos de vigilancia para identificar, corregir y, si es preciso, actuar de forma punitiva (castigar, multar) contra que viole las reglas de un mercado. Por tanto la acción de la Comisión Nacional de Competencia (abstrayéndonos de lo inflamable de los titulares que rodean esa decisión y que en los teletipos reflejaban una velada crítica al funcionamiento general de mercado) es un referente que debe reforzar las garantías, los pesos y contrapesos de un mecanismo necesario como es la existencia de un mercado eficiente.

En muchos casos, se aprovecha determinados comportamientos concretos de determinados agentes en el mercado para justificar la intervención preventiva (como en la guerra de Irak, lo que generalmente deriva en nuevas acciones bélicas que generan una espiral más grave, que al final deteriora completamente, lo que se quería corregir en un principio, a través de las intervenciones sucesivas). De ahí la existencia de corrientes críticas al mercado, intervencionistas, que se autoalimentan en la crítica a los mercados y provocan cada vez mayores mecanismos y rigideces de funcionamiento ex ante, frente al cuestionamiento de los mecanismos de control y vigilancia ex post que consideran insuficiente. Una corriente, la fundamentalista intervencionista que en los mercados eléctricos tiene una presencia, si cabe, mucho mayor a partir de justificar ‘hechos’ diferenciales en la energía, como la garantía o la seguridad de suministro, insalvables a su juicio para configurar un mercado en este sector.

El paroxismo de esta corriente, sería que mediante la combinación de reguladores y ordenadores de la actividad (quiere decirse, por ejemplo, un operador de transporte y de sistema, un suponer), se señalase a cada empresa, a cada instalación, a cada tecnología, cuando tiene que poner en marcha cada instalación, cuando la tiene que parar y cuánto tiene que cobrar por lo que ha producido en función de sus supuestos costes medios. Y, además, que estuviesen obligados a acudir a esos mercados y en proporciones empresariales recortadas y definidas por el Estado, que para eso está. Y si lograran un cupo de consumo por usuario (aunque hubiera tipos), mejor que mejor. Y, además a una tarifa fija fijada públicamente como si rememoráramos la Junta Superior de Precios. El mejor de los mundos posibles (ya saben dónde se dió hace años algo así). Ese modelo, que tiene sus defensores, desconfía de los procedimientos y mecanismos de vigilancia y control, prefiriendo la intervención pública y estatalista indiscriminada y controladora, que restringe la libertad de los mercados. En todo caso eso, entendido así, no es un mercado, es otra cosa más soviética, una representación teatral, una articulación mecanicista de las empresas o la sala de monitores del Gran Hermano.

Contra esta posición de marcados tintes ideológicos, una decisión de estas características por parte de la Comisión Nacional de Competencia, debe reafirmar un modelo de mercado con una regulación justa, suficiente, eficiente, que permita el libre acceso de los agentes al mismo, reforzado con la garantía de agentes de control (serios, rigurosos y respetables), mecanismos de vigilancia y sanciones que combinen su acción de forma eficiente.

Imaginemos, en una analogía, el ejemplo de las carreteras y la circulación. Lo razonable es construir carreteras. Regular la circulación mediante un código y una legislación que permita el libre movimiento de los automovilistas, cualquiera que sea su origen y el objeto de su uso decido por los usuarios. Que haya empresas automovilísticas que fabrican vehículos, de distintos tipos, motores y cilindradas, además de empresas que suministran los combustibles para los mismos a un precio determinado fijado también en un mercado (en función de su oferta y demanda). También es preciso prever que haya policía y guardia civil de tráfico que señale, identifique y multe a los infractores. Así como, una legislación que impute de forma razonable la responsabilidad y el aseguramiento civil de las acciones de los individuos. Imaginemos que para evitar los accidentes y la existencia de quiénes se incumplen la ley, en lugar de decidir multar, lo que se nos ocurre es ‘homologar’ un solo tipo de vehículo, que circule por unos rieles construidos por el Estado y que circule a una velocidad uniformemente acelerada. Ya no tendríamos automovilistas. Sería o un tren o un tiovivo.

Una excepción en un mercado de excepciones

Es evidente que esta actuación denunciada por la CNC es una excepción puntual en un mercado de excepciones, el de las restricciones técnicas. Por ejemplo, desde la puesta en marcha del funcionamiento del mercado eléctrico una situación análoga no se ha dado nunca en el mercado diario de casación de ofertas (donde se negocia la mayor parte de la energía, con volúmenes enormes de contratación). Está, por tanto, más que justificado un modelo de regulación estable y justa, combinado con la vigilancia del mismo, frente a un modelo de control preventivo. Presentar un proceso sancionador y de investigación como un fallo de mercado, es justamente lo contrario de lo que es: la garantía de su funcionamiento.

Y, luego también hay que analizar la calidad de la regulación y de su aplicación, dado que las sanciones también se pueden derivar de malas normas bien aplicadas o de buenas normas mal aplicadas. Mañana haremos ese análisis en el caso que nos ocupa. Seguro que también nos sorprende.

El crudo baila sobre los 95 dólares

El conflicto entre las petroleras PDVSA y Exxon Mobile, el debilitamiento del dólar y la impresión de que la OPEP no aumentará su oferta en marzo han dado un nuevo impulso al precio del petróleo, que cerró la semana en torno a los 95 dólares por barril en Londres y Nueva York.

Así, pese a que tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como la OPEP rebajaron esta semana sus respectivas previsiones del crecimiento de la demanda mundial de crudo en 2008, el valor del «oro negro» ha vuelto a acercarse a 100 dólares, tras haberlo hecho el 3 de enero pasado por primera y única vez.

El barril del crudo de Texas (WTI), la referencia en EEUU, terminó ayer a 95,50 dólares/barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX), mientras que el del Brent -referente para Europa -, terminó la semana a 94,63 dólares en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres.

Ello supone un aumento de 3,73 dólares y 2,69 dólares, respectivamente, frente a los valores del cierre del viernes precedente. La cotización del barril del crudo referencial de la OPEP subió un 7 por ciento en siete días, al pasar de los 84,81 a los 90,79 dólares de jueves a jueves.

Según los analistas, el litigio de la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) con la gigante estadounidense Exxon Mobil está causando inquietud en los mercados, aún si los expertos consideran que no debería afectar seriamente el abastecimiento.
«Parece que el presidente venezolano (Hugo Chávez) ha cumplido una parte de las amenazas de cortar el suministro de crudo a EEUU al suspender» las ventas a Exxon, comentó la asesora especializada JBC en un análisis del mercado energético.

PDVSA anunció el pasado martes la «suspensión de las relaciones comerciales y el suministro de crudos y productos» a Exxon, el mayor consorcio privado del mundo. La medida fue adoptada en reacción a los recientes amparos cautelares en tribunales de EEUU, el Reino Unido y Holanda, logrados por Exxon, para congelar activos de PDVSA por hasta 12.300 millones de dólares, de lo que ya se han retenido 300 millones de dólares. No obstante, JCB estima que el impacto del corte venezolano será «limitado», pues Exxon puede adquirir los barriles que le faltan en cualquier otra parte.

La incógnita de cómo evolucionará este conflicto con Venezuela, miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y uno de los principales abastecedores de crudo al mercado estadounidense, ha acentuado la incertidumbre que ya reinaba en el sector por la crisis hipotecaria de EEUU y otros factores.

La OPEP redujo en 80.000 barriles diarios su previsión de consumo global de crudo en 2008, hasta una media de 86,99 millones de barriles diarios (mbd), mientras que la AIE, tras reducir el suyo en 200.000 bd, vaticinó que la demanda será de 87,6 mbd. La visión de que el mundo consumirá menos petróleo de lo previsto hace un mes fue justificada por ambos organismos con la ralentización de la economía y el temor a una recesión en Estados Unidos, el mercado que de lejos absorbe más energía.

Sin embargo, el freno del consumo en EEUU y Europa podría verse compensado por la demanda en China, la India y Oriente Medio, e incluso en Japón, ya que los signos apuntan a que seguirán creciendo con vigor en los próximos meses, según el informe de la OPEP.

Sea como fuere, la organización considera que su bombeo actual, en torno a los 32 mbd, es suficiente para responder a la demanda. Esa afirmación en el documento publicado el viernes parece insinuar que, pese a las presiones de EEUU, la AIE y el G7 para que los productores aumenten sus suministros con el fin de abaratar la factura energética, la OPEP no planea abrir sus espitas.

El miércoles, el ministro argelino de Energía y presidente en ejercicio de la organización, Chakib Jelil, dijo en Argel que la posibilidad de aumentar la producción en la reunión convocada para el 5 de marzo en Viena no estaba contemplada. «Yo no puedo decir qué decisión adoptará la conferencia de Viena pero, en todo caso, tendrá en cuenta todos los elementos del mercado petrolero», subrayó no obstante.

Otro factor que ha contribuido al alza de los precios es la devaluación del dólar frente al euro y otras monedas, pues provoca un flujo de especuladores hacia los contratos del petróleo. Al mismo tiempo, preocupa a los países productores que vean reducirse el valor adquisitivo de los ingresos que obtienen por sus exportaciones de crudo.

El Tribunal de Luxemburgo vuelve a poner sobre la mesa el debate de las privatizaciones en Europa

La condena del Tribunal de la UE por la ley «anti-EDF» española vuelve a poner sobre la mesa el debate de las privatizaciones en Europa en los sectores estratégicos y la reciprocidad entre los países miembros, en medio de especulaciones sobre una futura opa de la empresa pública francesa sobre Iberdrola.

Como suele decirse en el argot de los mercados, la decisión del Tribunal de Luxemburgo estaba descontada, ya que en junio de 2005 se pronunció en contra de una disposición similar adoptada por Italia, por lo que las posibilidades de que con España se actuara de otra forma eran reducidas.

A finales de 1999, en plena batalla por Hidrocantábrico, el gobierno de José María Aznar introdujo en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2000 una disposición que permitía al Ejecutivo limitar al 3 por ciento los derechos políticos de compañías extranjeras con capital público que tomaran participaciones relevantes en empresas energéticas españolas.

La Comisión Europea denunció la Disposición Adicional 27 de la norma, conocida también como «ley Rato«, porque representaba una restricción a la libre circulación de capitales y contravenía los tratados de la UE.

En realidad, el verdadero sentido de una norma de esta naturaleza radica en el efecto disuasorio que tiene ante posibles operaciones, por lo que el Gobierno español sólo ha tenido que aplicar esta disposición en contadas ocasiones y lo ha hecho de forma flexible.

En enero de 2004, el gobierno del PP permitió a EDP, participada por el Estado portugués, ejercer derechos políticos en Hidrocantábrico y, el pasado año, el Ejecutivo del PSOE actuó de la misma forma en el caso de la compra de Endesa por la italiana Enel.

En ambos casos la reciprocidad entre los países afectados fue un elemento que, sin aparecer explícitamente, resultó relevante para las autorizaciones. Sin embargo, desde el punto de vista técnico y jurídico, la exigencia de reciprocidad no es un argumento válido, según expertos consultados.

El Tratado de la UE consagra la libertad de circulación y establecimiento, pero no distingue entre la propiedad de las empresas ni hace referencia a que deba existir reciprocidad entre los estados, algo que se dirime en el ámbito político.

La decisión del Tribunal de Luxemburgo y los rumores sobre una posible opa de EDF sobre Iberdrola vuelven a poner de relieve las dificultades para avanzar en la liberalización cuando las posiciones de partida de los miembros de la UE son tan distintas.

El titular de Economía, Pedro Solbes, señaló que, aunque las empresas compitan en los mismos mercados en una supuesta igualdad de oportunidades, una empresa privada siempre podrá ser comprada y una pública no. En la misma línea, el secretario de política económica del PP, Miguel Arias Cañete, dijo que el Ejecutivo comunitario debería ser igual de celoso con las compañías que tienen el aval de los estados que denunciando las leyes que contravienen el Tratado.

Las fuentes consultadas consideran que tarde o temprano la UE deberá entrar en esta cuestión, ya que provoca situaciones claramente injustas.

De campeones nacionales a tercera regional

Recientemente, hemos conocido como los reguladores español y portugués en los ámbitos energéticos, han ‘armonizado’ su normativa para tomar en consideración la definición de lo que son operadores dominantes, fijando un umbral del 10 % a partir del cual se toma esta consideración. La consideración de “operadores dominantes”, tiene sus consecuencias sobre las empresas de nuestros respectivos países. Por ejemplo, en el ámbito español, las empresas con esta consideración no pueden realizar importaciones de energía a través de las interconexiones fronterizas y, además, tienen que realizar subastas de capacidad, las denominadas emisiones de energía primaria, con el fin de ‘mitigar su poder de mercado’.

La utilización de esta terminología de ‘mitigar el poder de mercado’, expresada así, contiene elementos bienpensantes y políticamente correctos, que movilizan a los activistas anti mercado. Incluso que abducen terminologías de corte liberal, para conseguir transformarlas y legitimar acciones puramente intervencionistas. Realmente el ‘poder de mercado’, con todas sus connotaciones negatias, así expresado, se manifiesta negativamente no de forma preventiva, sino a posteriori, por la posible actuación de las empresas, a través de lo que serían prácticas de abuso de poder de mercado: precios artificialmente más altos, comportamientos colusivos de los agentes, restricciones en la oferta, etc… Hasta el momento, en el mercado eléctrico español, queda por conocer caso alguno de estas características.

No se trata, por tanto, de una defensa de la existencia del ejercicio de estas prácticas (algo indefendible), en este caso, sino de la defensa de la existencia de un mercado en sí (algo necesario y mucho más eficiente). Porque una definición de estas características, sólo sirve para ejercer mecanismos previos de intervención para molturar a las empresas. Es reconocido por la propia Comisión Europea que tener más operadores en un mercado, no garantiza que exista un mercado, sino sus reglas y la conformación de su oferta. La existencia de sobreinversión o de sobrecapacidad o, por ejemplo, la incorporación de tecnologías que hacen poco previsible (y poco coordinable) a los agentes en sus decisiones, como es el parque de energía eólica, actúan mucho más contra ese presunto poder de mercado, que medidas orientadas a minimizar el tamaño de las empresas.

En este sentido, también recientemente hemos conocido como la propia Comisión Nacional de Energía, basado en un modelo de simulación del comportamiento de operadores en el mercado, ENERGEIA, al hilo de la crear un mercado a plazo de la energía, está centrando sus análisis en el poder de mercado (y su disminución) como eje de partida, en la consideración de que las subastas actuales de energía en su volumen y conformación, son insuficientes. Parece que hay trazada una línea que une el mercado a plazo con el poder de mercado, deja insinuar que éste se puede construir a partir de expropiar energía.

Furor ibérico

En este sentido, y en el ámbito internacional, paradójicamente, la propia Comisión Europea, además, baraja cifras más altas (un 25% de participación en un mercado) para que adquieran las empresas esa consideración de ‘operadores dominantes’. Por tanto, parece que hay un cierto ‘furor ibérico’ por combatir ese presunto ‘poder de mercado’ por parte de las empresas, y en especial, en el sector energético (sólo hay que ver lo que ocurre en sectores como las telecomunicaciones, la televisión a la carta o las cadenas de hamburguesas). Y, todo ello, en uno de los mercados energéticos más competitivos y que ha avanzado más en el proceso de liberalización de toda la Unión Europea, con la entrada de nuevos agentes.

Ejemplos claros, de todo esto es el propio mercado francés (tan de moda ahora en nuestro país) o el mercado alemán. Con empresas con porcentajes mucho más altos de participación en sus respectivos mercados, es decir, con mucho más ‘poder de mercado’ en sus países de origen que, además, fruto de un cierto papanatismo nacional patrio, pueden utilizar las intereconexiones eléctricas y autocomprarse energía para venderla aquí o bien, a través de las subastas de energía, adquirir la energía a los propios operadores nacionales y erosionar su posición futura.

Consecuencia: con ideólogos del combate feroz preventivo al poder de mercado, el objetivo es jibarizar empresas e intervenir para minimizar su capacidad. Entonces, no hay discusión posible: nada de empresas campeones nacionales, ¡todos a tercera regional! o a la venta a otros operadores de otros países.

El petróleo vuelve al alza y el G-7 pide a los productores que aumenten la oferta

El precio del petróleo ha vuelto a subir y terminó la semana por encima de los 91 dólares el barril en los mercados de futuros de Londres y Nueva York, poco antes de que el G7 pidiera en Tokio un aumento de la oferta de crudo.

Los analistas atribuyen el nuevo avance de los valores del «oro negro» a diversas noticias que han reavivado el temor a que los suministros sean demasiado ajustados frente a la demanda. Esa preocupación se impuso esta semana, unida a la percepción de que una probable recesión en Estados Unidos pueda frenar el consumo petrolero, lo que haría bajar los precios.

El contrato para entrega en marzo del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), el de referencia para Estados Unidos, subió un 4,15 por ciento y concluyó la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) a 91,77 dólares por barril. Si bien este valor sigue alejado de su récord de 100,09 dólares del pasado 3 de enero, es un 3,16 por ciento superior al del cierre del viernes anterior (88,96 dólares).

De forma similar, el barril del crudo Brent, referente en Europa, subió ayer 3,43 dólares en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, hasta los 91,94 dólares, un 2,5 por ciento más que el valor de la semana precedente, cuando terminó a 89,44 dólares.

Poco después de cerrar estos mercados, el G7 (países más ricos del mundo) concluyó una cumbre en Tokio con el llamamiento a las naciones exportadoras de crudo a incrementar sus suministros. «Animamos a los países de la OPEP y a otros productores de petróleo a que aumenten su producción y reiteramos la necesidad de aumentar la capacidad de las refinerías y mejorar la eficiencia energética», señala el comunicado final de la cumbre.

Las recientes subidas del precio del «oro negro» esta semana estuvieron impulsadas por rumores de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anda lejos de inclinarse por aumentar su producción. Por el contrario, hay algunos miembros, entre ellos Venezuela e Irán, que han advertido de que pueden proponer un recorte del bombeo en la reunión del grupo convocada para el 5 de marzo en Viena.

Por el momento, en la conferencia extraordinaria que celebró el pasado día 1, la OPEP decidió mantener sin cambios el nivel de su producción conjunta, fijado en 29,67 millones de barriles diarios y que abarca a doce de sus trece países miembros (todos menos Irak).

La tendencia alcista del «oro negro» se vio además impulsada por cortes de la producción petrolera en el Mar del Norte y en Nigeria, así como los crecientes indicios de que el bombeo ruso de crudo aumentará menos de lo esperado.

El consorcio Royal Dutch Shell informó de que tuvo que reducir su producción petrolera en Nigeria en unos 130.000 barriles diarios.
Las razones de «fuerza mayor» declarada en las exportaciones de crudo de Nigeria por problemas derivados principalmente de los actos de violencia en ese país, el mayor exportador de crudo de África, podrían durar hasta finales de marzo.

«Como resultado, la pérdida de producción petrolera en Nigeria podría totalizar un millón de barriles diarios en las próximas semanas», advirtió la asesora especializada JBC Energy (sucesora de PVM de Viena) en un análisis del mercado energético.

En el Mar del Norte, un corte de producción por razones técnicas fue anunciado por la empresa Total, sin que precisara cuando se reanudarán las operaciones en los campos Elgin/Franklin, que normalmente bombean cerca de 280.000 barriles diarios (bd).

A estas novedades que afectan el suministro en pleno invierno boreal se añadió la perspectiva de que la producción del campo ruso Sajalin-1 podría caer por debajo de 160.000 bd, considerablemente menos del bombeo de 200.000 bd esperado en un principio. Este hecho «es indicativo para el sector petrolero ruso», según JBC, cuyos expertos consideran que «el potencial del crecimiento del bombeo» de ese país «está limitado por un régimen tributario desfavorable, el deterioro de la calidad de los campos (petrolíferos) y por insuficiente infraestructura de oleoductos».

Por si fuera poco, el nerviosismo del mercado recibió más alimento aún con la amenaza del gigante gasístico Gazprom de cortar el suministro a Ucrania a partir del lunes y la noticia de que Exxon Mobil, la mayor petrolera del mundo, logró una orden judicial la congelación de activos de la estatal venezolana PDVSA.

¿Hay alguien que quiera vender Iberdrola?

Las perspectivas de que la compra de Endesa por parte de Enel y Acciona se repita ahora con Iberdrola no parecen bienvenidas desde ningún ángulo. Todas las manifestaciones de opinión que se han hecho públicas hasta el momento defienden el statu quo de Iberdrola de una forma o de otra. Bien se trate de evitar un troceamiento de la compañía, que es uno de los escenarios a temer, bien se trate de dejar que la eléctrica vasca, española, caiga en manos extranjeras. O peor, en manos de un gobierno extranjero. Un Gobierno, dicho sea de paso, que apuesta firmemente por la energía nuclear.

Todas las opiniones salvo la del Gobierno de España, que ni se ha mostrado a favor ni en contra (igual que hizo cuando paró los pies a E.On para abrir la puerta a Enel). No en vano, quizás, habló el presidente de Electricité de France, Pierre Gadonneix, al afirmar que «no se lanzaría a la adquisición de Iberdrola si no obtuviera luz verde del Gobierno español». Conviene no olvidar esta afirmación en caso de que la operación salga adelante.

Algo que contrasta con la versión oficial de los representantes del Ejecutivo sólo han dejado patente que actuarán, si es necesario, para defender la libertad de mercado y a los accionistas. La única nota discordante, la de Pedro Solbes -discordancia que ya se ha convertido en habitual-, al señalar, este lunes, que le parecía contradictorio «que una empresa pública como EDF entre en un sector privatizado», antes de recordar que a España le costó mucho esfuerzo privatizar determinados sectores.

Iberdrola es el último gran estandarte energético que le queda a España y, además, una de las compañías que mejor nombre se está haciendo en el extranjero a base de apostar por la energía renovable que más éxito está teniendo: la eólica. La filial de renovables de Iberdrola cuenta con una cartera de proyectos de más de 40.000 MW, y ya tiene instalados más de 7.000 en todo el mundo.

Puede que esa creación de valor de Iberdrola no tenga nada que ver con la defensa que de su «españolidad» y de su integridad se está haciendo estos días públicamente y a diestro y siniestro. El último en romper una lanza ha sido el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien ayer se mostró contrario a que EDF entre en Iberdrola, explicando por si acaso que su posición no significa una «renacionalización» de las empresas públicas que fueron privatizadas.

Juan Luis Arregui -vicepresidente de Iberdrola- también se ha pronunciado en contra de una posible división de Iberdrola, algo que podría ocurrir en el caso de que ACS y EDF conspiren para hacerse con el gigante eléctrico.

Pero igualmente se han manifestado Mariano Rajoy, el secretario general del Partido Popular, líder de la oposición y candidato a próximo presidente del Gobierno, al estar «radicalmente en contra de que una empresa modelo como es Iberdrola y que tiene accionistas españoles» pase a manos extranjeras; el gobierno extremeño, que cree «fundamental» que Iberdrola siga en manos españolas (la eléctrica tiene una importante presencia en territorio extremeño), y señala que el planteamiento de Iberdrola está basado en el capitalismo productivo y no en el capitalismo especulativo; y la BBK, que rechaza que Iberdrola se trocee y sea controlada por una empresa pública extranjera.

¿Tiene alguien razón? Desde luego, hay quien tiene razones para desear hacerse con Iberdrola, y hay quien las tiene para no querer que Iberdrola se vaya de manos españolas. Lo cierto es que, por el momento, solamente las voces de los propios implicados -nos referimos a ACS y EDF- muestran interés en llevar a cabo tal operación. Florentino se quedó con las ganas la última vez, y no dejará pasar la oportunidad fácilmente. En cuanto al Gobierno español, calla, pero existe un refrán que dice que, quien calla, otorga.

Todos los demás dicen que no.

El Kremlin decide quién dirigirá el gigante energético tras las elecciones

El Kremlin reveló que podría colocar al actual jefe del Gobierno, Víctor Zubkov, al frente del gigante energético Gazprom en sustitución de Dmitri Medvédev, candidato del oficialismo en las elecciones presidenciales rusas del 2 de marzo.

Un alto representante del Gobierno anunció a las agencias rusas de que Zubkov puede ocupar el cargo de presidente del Consejo de Directores de Gazprom, que ahora desempeña el viceprimer ministro primero Medvédev, delfín del actual presidente Vladímir Putin.

De confirmarse la noticia, el Kremlin completaría así los cambios en puestos clave llamados a garantizar al equipo actual el control del poder y la política rusa tras las elecciones, pues Putin ya ha aceptado encabezar el futuro Gobierno de Medvédev si éste gana los comicios, algo que nadie cuestiona. De esta forma, mediante tal «doble enroque» Medvédev ocuparía el puesto de Putin, éste el de Zubkov, y éste último el del actual viceprimer ministro al frente de la directiva de Gazprom, convertido en los últimos años en un instrumento clave de la política rusa.

Gazprom, la mayor compañía gasística del mundo, es monopolista de la distribución de gas en Rusia, satisface más del 30 por ciento de las necesidades de carburante en Europa, tiene una capitalización de 330.000 millones de dólares y aporta el 13 por ciento de los ingresos a las arcas del Estado.

Con anterioridad, fuentes oficiosas habían adelantado la posibilidad de que la directiva de Gazprom la ocupara el propio primer ministro Putin, pues la legislación prohíbe tal compaginación de cargos al presidente ruso, pero la permite al jefe del Gobierno. A la luz de ello, la versión revelada «demuestra que la decisión final aún no está tomada y que el círculo de personas de confianza es muy reducido», según el diario digital Newsru.com.

El propio Putin, al ser preguntado por la prensa en 2006 si encabezaría Gazprom tras abandonar el Kremlin, respondió que «difícilmente podría dirigir alguna empresa». «Por mi carácter y por mi experiencia de vida, no me siento empresario», dijo entonces el número uno del Kremlin, lo que no significa que no podría cambiar de decisión.

Al vencer el plazo para presentar candidaturas al Consejo de Directores del consorcio, el Gobierno informó de que ha promovido como representantes del Estado a Zubkov, al actual presidente de Gazprom, Alexéi Miller, y a la ministra de Desarrollo Económico y Comercio, Elvira Nabiúllina. La reunión anual de los accionistas de Gazprom en la que debe ser aprobado el Consejo y elegido su presidente tendrá lugar el 27 de junio, ya después de las elecciones de marzo y de la investidura del nuevo presidente, que se espera en mayo.

Medvédev, amigo y colaborador de Putin desde hace 17 años y ex jefe de su gabinete de la Presidencia, encabezó Gazprom en junio de 2000, cuando su capitalización era de apenas 6.350 millones de dólares y su indicador en la bolsa rusa de solo 187,4 puntos. Desde entonces, su indicador bursátil subió más de diez veces, y la capitalización, en casi 50 veces, gracias a la disparada demanda de hidrocarburos en el mundo, que multiplicó por cinco el precio del carburante en Europa, y a la reestructuración interna del consorcio.

Con apoyo del Kremlin, ese gigante de la extracción, transporte y venta de carburante ha lanzado en los últimos años una política agresiva para acceder a la distribución en Europa, si bien de paso ha asustado al mundo con sus «guerras del gas» contra las vecinas Ucrania y Bielorrusia, que afectaron a los consumidores europeos.

Gazprom, con un 50,002 por ciento de participación estatal, controla las mayores reservas mundiales de gas natural (17% de las mundiales y 60% de las rusas), estimadas en 29,85 billones de metros cúbicos y valoradas en 182.500 millones de dólares, según la agencia RIA Nóvosti. Al consorcio le corresponde un 20% de la extracción mundial de gas y un 85% de la rusa, y en 2006 sus empresas extrajeron 556.000 millones de metros cúbicos de carburante, mil millones más que el año anterior.

Además, Gazprom es propietario de la mayor red mundial de transporte de gas, con 156.900 kilómetros de gasoductos, a través de los cuales sus empresas en 2006 suministraron 316.300 millones de metros cúbicos de gas a 79.750 ciudades y localidades de Rusia.

La compañía exporta gas a 32 países, y en 2006 suplió 161.500 millones de metros cúbicos de carburante a los estados europeos y otros 101.000 millones a los países de la comunidad pos-soviética más los tres bálticos, Lituania, Letonia y Estonia.

Paranoia en el cenáculo

Los escarceos de la operación de adquisición por parte de EDF y ACS de Iberdrola no han podido venir en peor momento: la precampaña electoral, con su efecto caja de resonancia, lo que implica que se hayan puesto los anclajes para acallar su efecto. Todo son llamadas y admoniciones a moderar el discurso y a controlar una bomba informativa que estalla torpemente en un momento inoportuno.

Por tanto, los primeros efectos que se pueden apreciar desde una cierta distancia del trading informativo diario, estriba en los nervios de los protagonistas, que participan en una montaña rusa informativa, si no fuera, porque tienen la convicción de que los españoles piensan que los gobiernos están para eso, para intervenir en las empresas y en los mercados. ¿Será por eso la asombrosa reaccion silente del Partido Popular y de Manuel Pizarro, ese hombre ‘llanote’ llegado para decir la verdad y hablar claro en lo económico?

Desde el miércoles están siendo unos días muy raros con este motivo. Días de vértigo en los teléfonos móviles y en los medios de comunicación. Que el gobierno sea intervencionista con las empresas y los sectores económicos parece que es claro, está asumido, forma parte de una cultura latina de ocupación de la sociedad civil y está en línea con la actuación de los últimos gobiernos. Ahora, que esto se certifique a unos días de las elecciones parece bochornoso a todas luces, y puede ser un ‘boomerang’ de consecuencias impredecibles, si hubiese una oposición eficaz ‘a lo británico’. Zapatero, podría ser el presidente que pasará a la historia como el mandato en que con su colaboración, ha cambiado la propiedad de las empresas eléctricas españolas, de forma que se haya erosionado la capacidad de las empresas, a la vez, que hemos acabado mal en Bruselas. Todo por pensarse muy poco lo que supone poner el cartel de ‘Se Vende’.

Ha saltado por los aires un proceso que tiene mucho de conspirativo y eso siempre genera que todo se desarrolle con mucha fruición. Por ejemplo, en estos dos últimos días, han proliferado los Ministros y Secretarios de Estado (desde Joan Clos que mira que tiene mala suerte con las OPAS y las intervenciones en la prensa, hasta David Vegara) dando evasivas y desmentidos, cada vez más increíbles, en la medida que la propia realidad los iba traicionando sin pudor. Así, Gobierno de Francia certifica el conocimiento de La Moncloa en la operación EDF y ACS para el control de Iberdrola. Solbes otra vez al margen. Todo confirma varias cosas y ninguna positiva para el gobierno y la credibilidad política y neutralidad en lo económico y empresarial. Los ciudadanos se merecen un gobierno que no mienta, que no oculte, o al menos que no enrede, o por favor, tengan un mínimo, un gobierno que se coordine. Se merecen también una oposición que no calle en un asunto como éste y que prefiera seguir rodeada de sotanas.

En paralelo, Sarkozy (Nicolás I como también le llaman) le hace el ‘avión’ a Zapatero. En un día. En primer lugar, le frustra la estrategia de decir que el gobierno es neutral, le coloca a EDF, una especie de resarcimiento por las dificultades que tuvo la francesa con Rodrigo Rato su primera intentona en España, en un lejano puente temporal para sabotear la revuelta del 2 de mayo de 1808. Después, Sarko, que saborea las mieles del éxito y la fama, integra la política española en su decorado. Primero con Zapatero, sus acuerdos con las línea de MAT y , después, con sus promiscuidades contra la línea de MAT. Después va y avala a Mariano Rajoy. La refriega electoral de fondo hace estas cosas poco entendibles y precipita el vértigo nuevamente.

En otro corto espacio de tiempo Zapatero tampoco está presente en la reunión de los Big-4 y llegan nuevas (y malas) noticias económicas con el trasfondo electoral, para un gobierno que vive del piloto automático. El IPC continúa desbocado El 4,4 %.

Seguimos con los comportamientos paradójicos de estos dos días. La Comisión Europea abre expediente de infracción a España por las condiciones de la OPA de Enel y Acciona sobre Endesa. ¿Cómo puede ser, si todo se hizo conforme a lo que se acordó con la Oficina? Si la operación está cerrada y liquidada. Más vértigo.

Taguas, actual responsable del cenáculo, la Oficina, con esa capacidad de emitir ordenes (su voz le acompaña) participa activamente en este proceso y ordena tranquilidad. Los cenáculos en los que se cuecen todos estos asuntos están con los nervios a flor de piel y piden mucha más discreción, para que todo siga su curso. Pero un cenáculo es siempre un cenáculo y todas las operaciones que pasan por la Moncloa, pasan de ser clandestinas a oficiales, por la vía de los hechos relevantes, en muy poco tiempo. Un país acostumbrado a la intervención pública en las empresas, a tolerar la mano política, es capaz de sacrificar la economía productiva y a los accionistas por los designios políticos. Por eso, es un país de cenáculos.

Mientras, inexorablemente, los operadores financieros en el mercado compran acciones de Iberdrola en el mercado y las ‘aparcan’, procedimiento muy al uso para secar de liquidez un valor y atacarle a posteriori mediante una OPA definitiva y certera en la que habiendo comprado barato, el recorrido de precios del papel restante puede ser mayor. Dicen que ya tienen el 7%. ¿Se preparan para el asalto final para después del 9 de marzo?

Resumen: pasan muchas cosas en poco tiempo. Se confirma por la ‘diplomacia francesa’ que el gobierno está informado, mientras en las tribunas se disimula o dice lo contrario. Tiempos de paranoia.

La OPEP aboga por mantener la oferta ante la incertidumbre económica

La gran mayoría de los ministros de la OPEP abogaron por no modificar el nivel actual de su oferta conjunta de crudo en la reunión extraordinaria que celebra en Viena, ante la incertidumbre sobre una posible recesión de la economía.

La 146 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la primera de 2008, está marcada por la preocupación de que Estados Unidos entre en recesión y arrastre a la desaceleración económica al resto del mundo, lo que llevaría a un freno de la demanda petrolera.

La cuota actual de producción de crudo, de doce de los trece miembros del grupo (todos menos Irak), es de 29,67 millones de barriles diarios (mbd), y los mercados petroleros «esperan que la OPEP decida mantenerla sin cambios», dijo Ehsan Ul-Haq, analista de la consultora especializada PVM.

En Londres y Nueva York, los precios del «oro negro» se vendían en torno a los 90 dólares por barril, debido a un temor generalizado de que la demanda petrolera se retraiga con fuerza, explicó el experto.

«Tenemos que ser muy cautelosos con el tema de la economía y la desaceleración, sus posibles efectos, de manera tal que nosotros creemos que deben mantenerse los mismos niveles de producción», dijo el ministro venezolano de Petróleo, Rafael Ramírez.

Ramírez atribuyó a una alta actividad especulativa en los mercados de futuros la subida del precio del crudo, así como a los problemas geopolíticos, y de forma similar, su homólogo ecuatoriano, Galo Chiriboga, dijo que «al mercado no hay que alimentarlo con información que lo altere y que genere situaciones especulativas». «Desde ese punto de vista, creemos que el nivel de abastecimiento que la OPEP da al mercado es adecuado», señaló Chiriboga.

Estas posturas de los dos miembros latinoamericanos de la OPEP coincidían con las expresadas por la mayoría de los demás delegados, con lo cual a última hora se divisaba lo que parecía un consenso, aunque algunos delegados, como Ali I. Naimi, ministro de Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo, no se habían pronunciado. Sin embargo, y a pesar de los rumores de que Riad podría inclinarse a ceder a las presiones de los consumidores para aumentar los suministros con el fin de contribuir a abaratar el petróleo y aliviar así las presiones inflacionistas, Naimi dijo a la prensa que «los fundamentos del mercado están saludables».

Esa declaración daría pie a pensar que también los saudíes estiman que el mercado no requiere más crudo y que si finalmente pidieran un aumento de la producción, sería sólo un gesto hacia los consumidores para evitar que culpen a la OPEP de los altos precios.

Estados Unidos y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) han estado presionando a los productores para que abran sus espitas. Algunos observadores aseguran que, de todos modos, Arabia Saudí ya ha reaccionado a esas presiones y está bombeando más de 9,2 mbd, es decir, unos 300.000 bd por encima del límite fijado.

Así las cosas, el presidente de turno de la OPEP y ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, recordó esta mañana que «hay países más sensibles (que otros) a las presiones políticas», pero estimó que un aumento de la producción no ayudaría en estos momentos a impulsar la economía mundial. «No hay necesidad de más petróleo», sentenció Jelil.

Por otro lado, varios analistas y fuentes de la OPEP estimaban que, muy al contrario, en el seno de la organización se estaba hablando ya de la necesidad de preparar no un incremento, sino un recorte de la oferta, que podría ser pactado en la reunión convocada para el 5 de marzo. «A pesar de que los precios están en 90 dólares, todos tienen miedo de que la demanda se reduzca fuertemente», dijo Ul-Haq.

Venezuela pedirá una reducción de la oferta de la OPEP si se produce «una desaceleración de la demanda y una caída del precio del petróleo», que prolongaría el descenso registrado desde principios de año (después de que se rompiera por primera vez la barrera de los 100 dólares el 3 de enero), dijo Ramírez. «Nadie decreta las recesiones, se producen. De repente estamos en ella ya. Hay que evaluar su efecto en la demanda», advirtió el ministro venezolano en sus declaraciones a la prensa.

El proyecto de Florentino para crear una gran eléctrica

El presidente de ACS, Florentino Pérez, nunca ha abandonado su idea de crear un gran grupo energético en España a partir de Unión Fenosa, un proyecto en el que, una vez fuera de juego Endesa y considerando el peso del negocio gasista en la eléctrica gallega, sólo encaja Iberdrola.

ACS mostró pronto sus cartas y en septiembre de 2006 reveló que había comprado un porcentaje de Iberdrola, con intención de elevarlo en el futuro. Dos meses después, logró el permiso de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para alcanzar hasta un 24,9 por ciento (ahora posee el 7,7 de forma directa y un 5 por ciento adicional mediante derivados). Sin embargo, estos planes han tropezado con la oposición de Iberdrola, protagonizada por su presidente, Ignacio Sánchez Galán, quien ha preferido convertirse en un actor principal del mercado energético europeo, ganando tamaño.

Además, la eléctrica se ha abstenido de proponer cualquier movimiento hasta recibir señales claras de que la normativa española sobre competencia no convertirá la futura compañía en una empresa del mismo tamaño (el famoso «uno más uno no puede sumar uno» de Sánchez Galán).

Pese a las dificultades, Florentino Pérez no ha cejado en su empeño, y en este sentido, hay que entender los movimientos del grupo público francés EDF para tomar posiciones en el accionariado de Iberdrola, según el entorno del empresario.

Las respuestas que han dado ACS y el gigante francés sobre sus intenciones en Iberdrola han sido lo suficientemente parciales como para dejar entrever que podría estar gestándose una operación, una nueva vía que permita a ACS conformar un gran grupo energético, lo que alienta todo tipo de especulaciones.

Según el Financial Times, EDF y la constructora española han mantenido conversaciones preliminares para hacerse con Iberdrola y, una vez tomado el control, dividirla. La francesa se quedaría con Scottish Power y activos suficientes como para alcanzar entre el 5 y el 10 por ciento de cuota del mercado español, mientras que ACS incorporaría a Unión Fenosa la parte que le correspondiera.

Otra posibilidad que apuntan fuentes del mercado, sería que accionistas contrarios a la actual dirección de Iberdrola tomen posiciones y, a medio plazo (léase después de las elecciones del 9-M), presentar una oferta. La pugna entre accionistas afines y contrarios a Sánchez Galán es un elemento que puede ser clave para el éxito o fracaso de una eventual operación.

En un informe, el banco Fortis señala que el equipo gestor de Iberdrola «complicaría de modo importante» una opa si consiguiera la adhesión de un 34 por ciento de su capital, por las limitaciones de voto estatutarias.

Fortis opina que la eléctrica tiene en contra a ACS, el banco francés Natixis, Albert Frere y el Santander, mientras que las cajas de ahorro y otros empresarios individuales, que suman un 27 por ciento del capital, estarían a favor.

Por último, otras fuentes optan por explicar los recientes acontecimientos siguiendo el principio formulado por Guillermo de Ockham en el siglo XIV que estipula que en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es probablemente la correcta.

El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, celebraron recientemente una cumbre en la que la energía tuvo un papel destacado. La delegación francesa mostró su interés por entrar en el mercado español y no se encontraron con una negativa tajante. Las palabras del portavoz del Gobierno francés, David Martinon, parecen corroborar esta última explicación, ya que éste aseguró que el Ejecutivo español «está informado del interés» de EDF, pero añadió que cualquier inversión «debe hacerse con el acuerdo de las autoridades españolas».