El crudo prosigue su imparable escalada

El precio del barril de petróleo ha proseguido su escalada imparable esta semana, y, pulverizando récord tras récord, se ha afianzado ampliamente en cifras de tres dígitos, mientras la OPEP insiste en que esta espectacular carrera alcista nada tiene que ver con una oferta escasa.

El Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referencia en EEUU, llegó a venderse puntualmente por encima de los 111 dólares/barril el jueves, pero experimentó un ligero descenso el viernes y concluyó la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) a 110,21 dólares/barril. Así, subió en 5,06 dólares (un 4,8 por ciento) respecto al valor del cierre de la semana anterior de 105,15 dólares.

Paralelamente, en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el Brent batió un nuevo récord llegando temporalmente el viernes a los 108,02 dólares, y terminó la sesión a 107,55 dólares, 5,17 dólares más que al término de la semana precedente.

La sostenida tendencia al alza que ha experimentado el crudo en los últimos cinco años se ha acelerado notablemente desde comienzos de 2008, con un fuerte incremento que en el caso del WTI es de 25 dólares por barril, o un 29 por ciento. Ante esta situación, tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como el Gobierno de EEUU expresaron su preocupación y criticaron la política petrolera de la OPEP.

La AIE, que el martes revisó a la baja, en 80.000 barriles diarios respecto a su informe del mes pasado, la demanda mundial de este año y la dejó en una media de 87,5 millones de barriles diarios (mbd), un 2% más que en 2007, acusó a la OPEP de «abonar la especulación». A su juicio, el hecho de que la OPEP no haya convocado ninguna reunión previa a la de septiembre próximo para revisar su producción da la impresión de que no hay margen para responder a una demanda eventualmente más fuerte o eventuales retrasos de aprovisionamiento.

El mismo día, cuando el barril del WTI superó los 109 dólares, la Casa Blanca advirtió de que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no puede prometer que logrará aliviar la situación. Los altos precios del petróleo no se resolverán «de la noche a la mañana» y Bush no puede prometer otra cosa, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino.

Bush ha criticado duramente a la OPEP por su decisión, la semana pasada, de no aumentar la producción, y su vicepresidente, Dick Cheney, ha anunciado que tratará este tema la semana próxima con el el rey Abdalá de Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo y por eso líder natural de la organización petrolera.
Pero el ministro saudí de Exteriores, el príncipe Saud Al Faisal, insistió el jueves en que el encarecimiento del «oro negro» no está relacionado a la oferta, sino a las especulaciones financieras. «Las actuales turbulencias en los mercados de petróleo se deben en gran parte a la especulación y no tienen nada que ver con los fundamentos del mercado, que son estables», dijo Al Faisal en Dakar.

La OPEP reforzó también esta postura al asegurar, en su informe mensual sobre el mercado petrolero, que el nivel actual de su oferta supera al volumen medio de los barriles que el mundo requerirá este año de sus trece países miembros. Según sus cálculos, la producción de la organización fue en febrero de 32,09 mmb, mientras que la llamada «demanda de la OPEP» sería en 2008 de 31,7 mbd. Los expertos del grupo destacan el «saludable» nivel de los inventarios de crudo y productos derivados en las principales naciones consumidoras.

En su informe, la organización habla de un «dualismo» en el mercado, donde la imparable escalada de los precios da la impresión de que la oferta es muy ajustada, mientras las cifras sobre los suministros, las reservas y la demanda sugieren lo contrario. El documento reconoce que en las últimas cinco semanas, el barril del crudo referencial de la OPEP subió un 22 por ciento, hasta los 102,39 dólares, pero insiste en atribuir este encarecimiento a la especulación impulsada por el debilitamiento del dólar. «Este fuerte aumento de los precios ha coincidido con un declive continuado del valor del dólar estadounidense, que cayó un 4,6 por ciento frente al euro» en el mismo período, se recuerda.

El billete verde cayó a mínimos históricos frente al euro, que llegó a venderse el jueves a más de 1,56 dólares. Además de abaratar al petróleo en otras monedas, la debilidad del dólar afecta al crudo al usarse como sustitución de activos en las carteras de inversiones, lo que resulta indirectamente en una mayor compra de «contratos-papel de petróleo», un fenómeno que puede observarse también en la evolución de los precios de otras materias primas, recordaron los expertos de la OPEP.

El precio del crudo continúa su escalada y supera los 105 dólares por barril

El precio del petróleo ha encadenado una nueva semana de escalada de valores récords y quedó a más de 105 dólares/barril en Nueva York, impulsado por el debilitamiento del dólar, la decisión de la OPEP de no aumentar su oferta de crudo y las fuertes tensiones políticas en América Latina.

Sobre todo, una gran actividad especulativa en los mercados de futuros ha apoyado la tendencia, paralela a la depreciación del dólar frente al euro y otras divisas, que empuja a los inversores a refugiar su capital en el «oro negro» y otras materias primas. El viernes, el billete verde cayó hasta un cambio de más de 1,54 dólares por un euro.

Por si fuera poco, el miércoles se supo que los inventarios de crudo en Estados Unidos habían bajado en 3,1 millones de barriles, cuando se esperaba un aumento de más de 2 millones de barriles. Esta sorpresa atizó aún más el ánimo comprador desatado ya por el anuncio de la OPEP, ese mismo día, de que no elevará su producción conjunta (32 millones de barriles diarios), contrariamente a lo que le había sugerido Washington.

Durante la semana los precios mostraron una gran volatilidad: el barril del crudo de Texas (WTI), la referencia para EEUU, batió el lunes un récord de mas de 103 dólares y cayó a menos de 100 dólares el martes, se disparó en 5 dólares el miércoles hasta un nuevo máximo histórico, que pulverizó con otro récord el jueves. Así continúo hasta venderse puntualmente a 106,54 dólares, una cota inédita desde que en 1983 comenzaron a negociarse estos contratos en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX), si bien terminó finalmente se moderó hasta cerrar a 105,15 dólares. Con ello, subió un 3,25 por ciento frente al viernes precedente.

Los factores alcistas se impusieron a presiones a la baja como la noticia de que la economía de EEUU perdió 63.000 puestos de trabajo en febrero, la mayor pérdida neta de empleos en cinco años. La Casa Blanca reconoció que este «será un trimestre difícil», ante los crecientes indicios de recesión económica, que por otro lado deberían reducir el consumo energético y abaratar el crudo.

El martes, el presidente estadounidense, George W. Bush, advirtió a la OPEP de que cometería un «error» si no hace algo para bajar los precios y contribuir así a aliviar las presiones inflacionistas en los mercados de sus principales clientes. Pero al día siguiente, el grupo petrolero no sólo hizo caso omiso a la advertencia, sino que devolvió la pelota a Washington. «Lo que está sucediendo en el mercado del petróleo es debido a la mala gestión de la economía estadounidense», dijo Chakib Jelil, presidente de turno de la OPEP y ministro de Energía de Argelia.

Los altos precios se deben a «lo que está sucediendo en EEUU: la crisis financiera, la devaluación del dólar y las especulaciones en el mercado del petróleo», añadió Jelil en una rueda de prensa en Viena, tras concluir la 148 conferencia ministerial del grupo.

Si bien las voces de los ministros de los trece países miembros fueron unísonas al afirmar que el mercado no necesitaba más crudo, al menos uno de ellos, Venezuela, reconoció que el resultado de la reunión ha contribuido al alza de precios. «Esta semana los nuevos máximos históricos» fueron «estimulados por la intensa actividad especulativa en los mercados a futuro», señalaba el ministerio venezolano de Petróleo en un comunicado.

La nota atribuye esa actividad a «la continua debilidad del dólar estadounidense y la escalada de las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente y América Latina«, así como a la decisión de la OPEP «de mantener sin cambio su política de producción».

El crudo Brent, de referencia en Europa, también batió un nuevo récord histórico, de 103,98 dólares/barril, antes de cerrar la sesión en el International Exchange Futures (ICE) a 102,38 dólares por barril, 23 centavos menos que la jornada anterior, pero 2,28 dólares más que la semana precedente.

El barril referencial de la OPEP subió un 3,6 por ciento, hasta una media de 98,46 dólares, el valor más alto en su historia.

La OPEP opta por dejar sin cambios el nivel de su oferta de crudo

La OPEP decidió dejar sin cambios el nivel de su oferta de crudo, desoyendo las peticiones de un mayor suministro para abaratar el petróleo, y afirmó que los altos precios nada tienen que ver con su política.

La 148 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) concluyó con la confirmación de que la cuota oficial de producción del grupo se mantiene sin cambios, en 29,67 millones de barriles diarios (mbd). Con Irak, el único de los trece miembros del grupo cuyo bombeo está excluido de esa cuota, la oferta de la OPEP ronda los 32 mbd, cerca del 40 por ciento de la producción mundial de crudo.

Además de optar por no variar ese volumen, la organización dedicó esta reunión a otros temas, entre ellos el conflicto de Venezuela con la petrolera estadounidense ExxonMobil o el proyecto ecológico ecuatoriano «Yasuní-ITT«. También la seria crisis entre Ecuador y Colombia planeó en los encuentros de los ministros, aunque no se planteó en el plenario.

Pero para los mercados petroleros la reunión estuvo marcada sobre todo por la imparable escalada de los precios del petróleo hasta los nuevos récords batidos el lunes, liderados por el crudo de Texas (WTI), que rozó puntualmente los 104 dólares por barril. Luego retrocedieron a menos de 100 dólares el martes, cuando el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, despertó cierta expectativa de un aumento de la oferta al declarar que consideraba un error que la OPEP no hiciera nada para abaratar el crudo.

Tras conocerse el resultado de la reunión, el barril de WTI recuperaba rápidamente nuevamente terreno perdido al venderse a 102,36 dólares/barril, casi un 3 por ciento más que el valor del cierre en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX).

Las cotizaciones petroleras subieron cerca del 70 por ciento en el último año y el ministro venezolano de Petróleo, Rafael Ramírez, consideró que «la situación ha cambiado mucho» desde la época, entre 2000 y 2003, en que la OPEP defendía una horquilla de fluctuación de entre 22 y 28 dólares para el barril de su crudo referencial.

La OPEP rechazó de plano ser inculpada por la fuerte subida de los precios, que achacó a factores fuera de su control, como la depreciación del dólar, la especulación en los mercados de futuros, conflictos geopolíticos y problemas en el sector de refino.

El presidente de turno de la organización y ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, aseguró que el encarecimiento del «oro negro» no se debe a una estrechez de la oferta, sino a la «mala gestión» de la economía estadounidense. Los altos precios se deben a «lo que está sucediendo en EEUU: la crisis financiera, la devaluación del dólar y las especulaciones en el mercado del petróleo», declaró Jelil en rueda de prensa.

Jelil había advertido ya de que su país, lejos de pensar en aumentar la oferta, estaría a favor incluso de reducir los suministros ante el temor de una fuerte caída de la demanda en los próximos meses, una postura defendida también por Irán y Venezuela.

Ante la incertidumbre sobre el impacto que pueda tener en los próximos meses una recesión en EEUU, la organización advirtió de que mantendrá una «vigilancia constante» y podría convocar una reunión extraordinaria «en cualquier momento».

La próxima reunión ordinaria se ha convocado para el próximo 9 de septiembre en Viena, pero ya el XI Foro Internacional de Energía, del 20 y el 22 del próximo mes en Roma, permitirá que los ministros de la OPEP se reúnan de nuevo, si bien informalmente.

«Sin duda, en Roma seguiremos analizando la situación de los mercados, que por ahora no están absolutamente claros», dijo el ministro ecuatoriano de Petróleo, Galo Chiriboga.

Por otro lado, Venezuela consiguió que sus socios le manifestaran apoyo en el litigio que mantiene contra el gigante petrolero ExxonMobil, después de que ésta lograra la congelación provisional de activos de la petrolera estatal venezolana por valor de 12.300 millones de dólares, en un pleito relacionado con la nacionalización en 2007 de un proyecto del grupo en el país latinoamericano.

También se expresó el apoyo al proyecto ecuatoriano «Yasuní-ITT«, una iniciativa ecológica para no explotar cerca de mil millones de barriles del subsuelo de la Amazonía a cambio de fondos internacionales que financien la protección medioambiental y el desarrollo social del país andino.

El petróleo cierra la semana con máximos históricos a la espera de la reunión de la OPEP

El precio del petróleo se apuntó durante la semana nuevos máximos históricos, a la espera de una decisión de los ministros de Energía de la OPEP, que se reúnen la semana próxima en Viena, mientras que el dólar sigue desplomándose frente al euro.

El Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente para EEUU, se situó el viernes en 101,84 dólares por barril, mientras que el Brent europeo también finalizó la semana por encima de los cien dólares al cotizar al final de la sesión a 100,10 dólares por barril.

El WTI había alcanzado el jueves pasado un nuevo récord histórico, con 102,59 dólares por barril, mientras que el Brent hacía lo propio con 100,90 dólares.

Por su parte, el petróleo de la OPEP, cuyo precio se calcula en base a una cesta de 12 tipos de crudos, alcanzó el miércoles pasado un máximo histórico con 95,20 dólares.

Los inversores temen que la OPEP mantenga o incluso reduzca la producción actual, una opción que se va diluyendo a medida que los precios del crudo aumentan.

El secretario ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Nodou Tanaka, dijo esta semana en Viena que está «preocupado» por los altos precios y agregó que «ciertamente no son buenos para el crecimiento económico». Por eso, la AIE -que defiende los intereses energéticos de 26 naciones industrializadas y altamente consumidoras de energía- espera que los ministros de la OPEP no decidan un recorte de sus suministros en la reunión del próximo miércoles en Viena.

En su última conferencia, el 1 de febrero, la OPEP decidió mantener al menos hasta marzo la cuota de producción conjunta, de 29,67 millones de barriles diarios (mbd). Ya entonces varios ministros advirtieron de una posible rebaja de la oferta en marzo, ante la perspectiva de que una recesión económica en EEUU reduzca el consumo petrolero. Esos temores coinciden con el inicio del segundo trimestre del año, que habitualmente es el de menor consumo energético, tras el final del invierno boreal.

Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, dijo el jueves que el aumento de la inflación le está complicando el trabajo, justo un día después de insinuar que volverá a bajar en marzo los tipos de interés, que actualmente se encuentran en el 3 por ciento.

Las expectativas de nuevas bajadas de los tipos de interés para tratar de reactivar la economía contribuyen a debilitar el dólar frente a otras monedas, como ocurrió esta semana, cuando el billete verde cayó a un histórico cambio de más de 1,52 dólares por euro. La bajada del dólar también tiene un impacto en los precios de las materias primas, que se comercializan en dólares, ya que hacen que sean más atractivas para inversores en otras divisas.

Por otra parte, los operadores tampoco pierden de vista conflictos geopolíticos y catástrofes naturales en zonas sensibles para la industria del petróleo como lo son Irak, Nigeria o Ecuador. La retirada turca del norte de Irak el viernes promete tranquilizar el ambiente cerca de los grandes yacimientos petrolíferos en el Kurdistán iraquí.

Mientras, en Nigeria continúan ataques a instalaciones petroleras y en Ecuador se cortaron los suministros de al menos 300.000 barriles diarios de crudo por las fuertes inundaciones en la zona.

Los poderes de ACS y la CNE

La Comisión Nacional de Energía revisó ayer en el marco del artículo. 34 del R.D. 6/2000 nuevamente, la doble presencia de una empresa, en este caso ACS, en otras dos (en este caso Unión Fenosa e Iberdrola). El artículo 34 del R.D. 6/2000 que limita los derechos políticos al 3% de aquellas empresas que están presentes en dos operadores principales en el mercado y les hace elegir en cual de las dos quiere ejercerlos plenamente y en cual los ejercen con estas limitaciones. En principio, este artículo es claro y poco interpretable: prohíbe el ejercicio de los derechos de voto por encima de ese exceso del 3% e impide la designación de consejeros en los órganos de administración de las dos sociedades simultáneamente. El objetivo de estas restricciones es evitar comportamientos anticompetitivos y concertaciones derivados del control empresarial de dos operadores, haciendo nula la estructura empresarial y de competencia existente en un mercado por la vía de la coordinación de estrategias. Es decir, convierte las participaciones en el segundo operador, prácticamente, en inversiones financieras. Cabe, por tanto, preguntarse por la capacidad de un órgano regulador para matizar tanto la aplicación de un Real Decreto-Ley, de forma que su aplicación sea contraria a su sentido y filosofía.

La primera vez que se suscitó esta cuestión en el caso de ACS e Iberdrola fue cuando la primera alcanzó una participación del 12 % en Iberdrola, de lo cual hace prácticamente un año. En este caso, la Comisión Nacional de Energía cambió, contra el pronóstico que la seguridad jurídica señalaba, su proceder anterior, permitiendo ejercer derechos en el consejo por encima del 3%, y definiendo una lista de cuestiones cerrada en la que esos derechos no se podrían ejercer cuando hubiese reuniones en el Consejo y en la Junta, permitiendo intervenir y ejercer sus ‘poderes’ en el resto. Hasta el momento el organismo que preside Maite Costa había hecho justo lo contrario, fijar una lista de cuestiones en las que podía decidir (fundamentalmente aprobación de cuentas, aplicación de resultados y aprobación del informe de gestión), dejando vedada cualquier otra no recogida en las expresamente autorizada. En el caso ACS e Iberdrola hizo precisamente su primera y sonora excepción. De forma que, a través de fijar una lista de cuestiones en las que no podía ejercer esos derechos, permitía utilizarlos en todas las demás. El hecho es que con este ‘formato de decisión’ del órgano regulador independiente, ACS, Florentino Pérez, puede nombrar en virtud de la decisión del órgano independiente consejeros en Iberdrola y en Unión Fenosa (algo que subvierte las propias prohibiciones del artículo 34 del R.D. 6/2000 y lo que es peor su sentido).

Ahora se produce un cambio sustancial de escenario: hay una operación abierta y reconocida (aunque en situación de ‘pies quietos’ hasta después del 9 de marzo) por la francesa EDF y ACS para la toma del control de Iberdrola. Parece que lo que se aduce es que no existe tal cambio de escenario (lo que puede llevar a confirmar la tesis de que existía ya una hoja de ruta hace un año y de cómo forzar las interpretaciones legales para llevarlas a cabo). Incluso se malicia que hay un acuerdo tácito entre los dos grandes partidos, con intervención de prebostes importantes para llevarlo a cabo, sacándolo de la confrontación electoral, sea cual sea el resultado para que la operación se culmine a posteriori.

Según lo que se ha podido conocer ayer, y a la espera de conocer el contenido del informe completo de los servicios del organismo, parece que la situación se reproduce, con respecto a hace un año. La CNE sigue suavizando en el caso de ACS sus posturas anteriores con respecto a otras operaciones semejantes y mantiene un cierto con respecto a los operadores.

De hecho, si un día se culminara la operación de EDF y ACS sobre Iberdrola, habría que dar cuenta del procedimiento del ‘Caballo de Troya’ empleado en esta situación (variación sobre el procedimiento empleado en la operación Enel y Acciona sobre Endesa), de su tolerancia y de la participación más o menos directa, más o menos de perfil de cada órgano y cada administración, en la liquidación de las dos principales eléctricas españolas a manos de empresas públicas foráneas.

¿Mercado eléctrico o intervención a todo trapo?

La fiebre de lo ‘políticamente correcto’ ha logrado que la formulación escrita de los programas electorales sea lo suficiente ambigua, como para justificar una cosa y la contraria. Los programas electorales, bajo esta formulación pueden ser así tan interpretables, como los propios manuscritos del Mar Muerto.

Y, esta fórmula interpretativa es la que permite mantener en una indefinición programática la visión del funcionamiento del mercado eléctrico desde el punto de vista político. Por tanto, caídas las ideologías, los contenidos y propuestas que se contienen en estos documentos son fuertemente laxos en lo que se refiere a una visión y conformación de los mercados, en este caso el eléctrico. De forma que se eviten aquellos términos que más puedan sonar a ‘empresa’ o a ‘mercado’ en un ejercicio de otra época de considerar nefando o de satanizar lo que proviene de la iniciativa empresarial privada. Un atavismo que no logramos superar como país, y que además se retroalimenta a través de la mala regulación.

En este sentido, por ejemplo, hay que ver el caudal de matices que se introduce en los programas electorales cuando se habla de competencia. Cuando se quiere cercenar algo se le ponen adjetivos, apellidos, matices, concreciones que reducen el alcance de lo que debe pretender su sentido global. Por ejemplo, cuando se dice la expresión ‘sana competencia’, se apunta por contraposición a ‘insana competencia’, ofreciendo una visión desde una atalaya superior de lo que es el bien y el mal, o una visión controladora de lo que sería la intervención bien administrada.

Si atendemos al ‘manual ideológico’, parece que sería razonable, que existiera una defensa del mercado más intensa por parte del Partido Popular, incluso por ser quien realizó la segunda fase de la liberalización del sector eléctrico en el año 1997. Pero, luego en la ejecutoria política y parlamentaria, llega el momento en que puede mas considerar que el precio de la energía es intervenible, oponiéndose a las subidas de tarifas, y apoya la conformación de Red Eléctrica de España como un monopolio de transporte y regulador bis y se apoya por la vía de la abstención el Real Decreto de detracción de derechos de emisión en el sector eléctrico.

Eso no quiere decir que no existan visiones ideologizadas, interventoras en el sentido intervencionista de mercado que circulan, unas de una forma más transparente (lo que siempre es de agradecer por situar el debate en términos no eufemísticos) y otras de una forma más emboscada en la actuación regulatoria y los formatos de los programas políticos. En el sentido contrario, el Partido Socialista Obrero Español, esconde varias corrientes ideológicas en su interior que decantan su equilibrio político en la expresión final del programa.

«Marco normativo estable», en el Programa del PSOE

En términos de corrientes ideológicas, la primera la que ha predominado en esta última legislatura y que ha ido deteriorando el funcionamiento del mercado, en un intento de justificar nuevas intervenciones sucesivas, así como hacer partícipe de la ordenación y regulación del sistema a Red Eléctrica de España. Puede ser que en esa línea, haya incluso algún desliz freudiano, como nombrar en la página 188 del programa electoral la expresión “marco normativo estable”, que nos puede traer a la memoria el ‘Marco Legal Estable, figura del Antiguo Régimen. En el fondo un lugar común donde justificar la intervención a todo trapo. Qué tiempos aquellos.

O también cuando en este mismo programa se hace referencia a las compañías que se dedican al transporte y gestión técnica del sistema, y se enuncia en esa misma página la expresión “el fortalecimiento de los mecanismos de coordinación”, debe ponernos sobre aviso, si eso de los mecanismos de coordinación y el fortalecimiento es lo que se ha hecho de configurar aún más un TSO (modelo en franca retirada frente a la posición europea de tender al modelo ISO, que separan el operador de sistema del operador de transporte y se limita la influencia regulatoria de estos agentes). Esperemos que la configuración (ya mítica de la figura de Solbes ponga racionalidad en todo esto y al final tengamos una solución presentable de futuro, frente a las querencias y pulsiones bolcheviques.

En suma, aunque a primera vista el dilema hamletiano de intervención y mercado no aparece de forma evidente en los programas electorales, los propios complejos antimercado y antiempresa del imaginario colectivo se trasladan en forma de prejuicios en la acción política. Porque, probablemente, todavía faltan otros veinte años de funcionamiento del mercado y de sus instituciones, integrar la visión empresarial y financiera en los tiempos de la globalización de mercados y capitales y darnos cuenta que la fuerte inversión que se ha producido en España en los ultimos años proviene de ser pioneros en el desarrollo de mercado eléctrico.

En esta posición, tendremos que encomendarnos a la Comisión Europea para evitar los excesos y el riesgo de involución. Que lo hay.

El Brent hace historia al superar por primera vez los 100 dólares

El precio del crudo Brent, de referencia en Europa, marcó un hito histórico al rebasar por primera vez la barrera de los 100 dólares, impulsado por el temor a la falta de suministro y la aparente reticencia de la OPEP a incrementar su producción.

El barril de Brent para entrega en el mes de abril llegó a pagarse a 100,53 dólares, un hito sin precedentes desde que el mercado de futuros de Londres, el Intercontinental Exchange Futures (ICE), empezó a funcionar en 1988.

Tras tocar ese pico, el petróleo del Mar del Norte se moderó y su precio osciló -centavo de dólar arriba, centavo de dólar abajo- entre los 99,50 y los 98,90 dólares, después de haber cerrado la jornada anterior a 99,47 dólares.

La escalada del Brent se produce de forma paralela a la del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia en Estados Unidos, que ha pulverizado marcas al superar, por primera vez, los 102 dólares.

El principal desencadenante del encarecimiento del «oro negro» parece ser la «continua escasez» de esa materia prima en el mercado, explicó el experto Leo Drolas, del londinense Centro de Estudios de Energía Global (Centre for Global Energy Studies, CGES). «La causa verdadera y esencial es que hay escasez en el mercado a nivel mundial. Empezamos el año con reservas bajas y nada ha cambiado realmente», afirmó Drolas.

La falta de crudo contrasta con la notable demanda de EEUU (primer consumidor energético del mundo) y otras potencias como China y Japón, cuyos inventarios han disminuido como consecuencia del frío en el Lejano Oriente. Esa situación se complica por la aparente reticencia de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), que bombea el 40 por ciento del crudo mundial, a aumentar su producción en la reunión que celebrará el próximo 5 de marzo en Viena. «No ha habido ningún movimiento o declaración de grandes productores, especialmente Arabia Saudí, que indique que quieren poner más petróleo en el mercado. Parece que no van a hacer nada. Por tanto, los precios siguen altos», señaló Drolas.

Otro factor que impulsa los precios al alza es el debilitamiento del dólar frente al euro, que se cotiza a más de 1,5 dólares, el nivel más alto desde la introducción de la divisa europea en 1999. La caída del «billete verde» hace que se abaraten materias primas como el petróleo o el oro -que se comercian en la moneda estadounidense- para inversores que manejan divisas más fuertes, lo que acaba por estimular la demanda de crudo. De esa manera, los inversores buscan «refugio» para su dinero en la materias primas, que ven como apuestas más seguras en momentos de incertidumbre financiera y económica.

El retroceso del dólar -lastrado por la alicaída economía estadounidense- ha contribuido, pues, a la escalada del «oro negro», si bien no se trata de un «factor fundamental», comentó la analista Costanza Jacazio, de la firma Barclays Capital. Leo Drolas también comparte esa opinión, pues la decadencia de la moneda norteamericana «es algo que viene ocurriendo desde hace tiempo».

Además, algunas circunstancias geopolíticas están espoleando los precios del petróleo, como los disturbios en Nigeria (primer productor africano) y la disputa entre Venezuela y la petrolera estadounidense Exxon Mobil. La incursión del Ejército turco en el norte de Irak para combatir a la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) también contribuye a la tendencia alcista del «oro negro», pues en esa zona existen pozos petrolíferos.

Con este panorama y mientras la OPEP no se decida a bombear más crudo, Leo Drolas no dudó en vaticinar que «en el futuro se darán precios más altos en el mercado».

Semana de máximos históricos en el precio del crudo

Los precios del petróleo repuntaron el pasado viernes situándose cerca de los 99 dólares por la intervención militar turca en el norte de Irak, en una semana en la que el crudo en Nueva York alcanzó los históricos 101,32 dólares por barril.

La tensión geopolítica vuelve a ensombrecer el panorama energético: Una gran operación con 10.000 soldados turcos, apoyados por helicópteros artillados y carros de combate, en el norte de Irak para combatir a la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha levantado los temores de que pueda afectar a la frágil estabilidad regional.

A eso se une el último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en el que pese a los avances se vuelve a exigir más transparencia a Irán sobre los fines de su programa nuclear. Teherán sigue desafiando a la comunidad internacional al no detener los trabajos de enriquecimiento de uranio, como exige el Consejo de Seguridad que podría endurecer las sanciones por la falta de cooperación total de la República Islámica con los inspectores internacionales.

Irán es el cuarto productor mundial de petróleo, con una producción de unos 2,68 millones de barriles diarios, de ahí que los mercados teman que un agravamiento de la crisis pueda perjudicar las exportaciones, o que utilice su producción como «arma» en el conflicto llegado el caso. Cualquier conflicto con Irán por su programa nuclear afectaría al estrecho de Ormuz, que separa la República Islámica de Omán, y por el que pasa el 40 por ciento del comercio mundial del petróleo, según datos del departamento estadounidense de Energía.

Para terminar de trazar el panorama, los analistas han vuelto a poner el acento en el enfrentamiento entre Venezuela y la petrolera estadounidense Exxon, además del recrudecimiento de la violencia en Nigeria, que podría afectar las exportaciones del mayor productor africano.

Así, en Nueva York, después de superar el miércoles los 101 dólares durante la sesión, el crudo dio un respiro a la baja el jueves y terminó la semana con un repunte hasta los 98,81 dólares.

El precio del crudo de la OPEP cotizó el jueves a 93,97 dólares, después de alcanzar un máximo histórico de 94,23 dólares, mientras que el Brent también terminó a 97,01 dólares la semana después de marcar un récord en los 99,22 dólares.

Algunos analistas han explicado que existe un fuerte componente especulativo detrás de esta subida. Las perspectivas de inestabilidad en las bolsas y la debilidad del dólar han hecho que mucho dinero fluya a los mercados de materias primas en busca de refugio. Esta entrada de capitales en el mercado del petróleo compra a precios elevados con la expectativa de que sigan subiendo, empujando al alza los precios. Todo ello a pesar de que la economía estadounidense sigue en dificultades debido al efecto de la crisis «subprime», con un posible descenso del gasto energético en el mayor consumidor del planeta.

La escalada de los precios esta semana fue consecuencia también de la paralización de una refinería de la empresa Alon en Texas, con capacidad para procesar unos 70.000 barriles diarios de crudo, que paralizó su producción a causa de un siniestro ocurrido el lunes, y tardará hasta dos meses en reanudar la actividad. Ese incidente aumentó el nerviosismo en el mercado neoyorquino por una posible mayor tensión entre el nivel de oferta y demanda, al ocurrir en momentos en que las refinerías de EEUU reducen su actividad para realizar labores de mantenimiento.

A esto se han sumado la expectativa de que la OPEP podría decidir mantener su producción actual en marzo, en previsión de la tradicional caída de la demanda global que se registra en el segundo trimestre del año.

YPF concreta el primer paso hacia su «reargentinización» con el ingreso de Eskenazi

La entrada del empresario argentino Eduardo Eskenazi al capital de YPF es apenas el primer paso de la «reargentinización» de la estratégica petrolera, que hace nueve años fue la joya del proceso de privatización en el país suramericano.

La española Repsol, hasta ahora dueña del 99,04 por ciento de YPF, formalizó la venta de un 14,9 por ciento de su filial local a Eskenazi, un ascendente empresario argentino con activos en el sector bancario y de la construcción, quien desembolsó 2.235 millones de dólares.

Pero el dueño del grupo Petersen, de estrechos lazos con el gobierno de Cristina Fernández y el de su antecesor y esposo, Néstor Kirchner, irá por más: tiene una opción de compra de otro 10,1 por ciento de YPF, por 1.515 millones de dólares.

De momento, Repsol seguirá controlando YPF y el español Antonio Brufau retendrá la presidencia, mientras Eskenazi, de 80 años, ocupará una vicepresidencia y su hijo Sebastián será vicepresidente ejecutivo, lo que introducirá «cambios culturales» en la organización, según el economista Pablo Tigani.

«Los españoles están acostumbrados a mandar y desde 2003 (con el inicio del gobierno de Kirchner) eso se ha puesto más difícil. Hablamos de energía. ¿Cree que una empresa extranjera puede influir o decidir la estrategia energética de Argentina? No va a suceder en este momento. Los españoles ya se dieron cuenta», dijo el especialista en política económica internacional.

Repsol tiene entre sus planes una oferta pública de venta de acciones (OPV) de YPF de aproximadamente un 20 por ciento de su capital, mientras las cuatro mayores provincias argentinas productoras de petróleo también quieren ser parte de la empresa y, aunque de momento no dijeron a qué tajada aspiran, la prensa especula que podría ser de un 10 por ciento.

Las autoridades de Mendoza (oeste), Neuquén (suroeste), Santa Cruz y Chubut (sur) se reunieron en enero con el presidente de Repsol YPF para manifestarle su interés por entrar en la petrolera, para lo cual preparan una oferta formal. Las cuatro provincias aseguraron que no quieren entrar en YPF para tener decisión en la empresa, sino para «participar de sus ganancias» y «obtener una herramienta» para asegurar las tasas de crecimiento económico del país.

«El futuro de la renta petrolera es la clave. Con el petróleo a 90 dólares el barril, si el mundo sigue creciendo o se producen episodios con expectativa de conflicto geopolítico, tener participación en una petrolera es un buen negocio, para una provincia como para una empresa privada», aseguró Tigani.

YPF es, en varios aspectos, la mayor empresa de Argentina, lo que explica su importancia estratégica para el Gobierno: es el principal inversor en el país, el primer contribuyente al fisco, el mayor productor de hidrocarburos, el primer exportador y uno de los principales empleadores, con una plantilla de 11.696 trabajadores.

Fundada en 1922 por el Estado argentino para comandar el desarrollo de la explotación del petróleo, durante décadas YPF prácticamente dominó la actividad en Argentina, donde compañías como Shell y Esso sólo accedieron a posiciones parciales y minoritarias en el mercado local.

En 1996, Repsol desembarcó en el país con la compra de la petrolera Astra, pero fue la adquisición de YPF, en 1999, la punta de lanza de la expansión de la española en Latinoamérica.
La operación por la que el Estado argentino vendió el 14,99 por ciento de sus acciones en YPF a Repsol recibió no pocas críticas, en medio de sospechas sobre precios de venta menores a la real valuación de la compañía.

Repsol completó la compra de YPF mediante una oferta pública de adquisición de acciones. En total, desembolsó unos 15.000 millones de dólares. Desde entonces, la petrolera ha dado millonarias ganancias, que muchas veces casi explicaron la mitad de los beneficios globales de Repsol. Sin embargo, las ganancias se están achicando y en los primeros nueves meses de 2007 totalizaron 937 millones de dólares, con un descenso interanual del 19,7 por ciento.

La crisis energética que estalló en 2004 en Argentina ensombreció el panorama para YPF: comenzaron a circular rumores de estatalización y el gobierno amenazó con retirar concesiones de áreas a las petroleras que no invirtieran lo suficiente para ampliar la oferta de hidrocarburos. Y mientras Kirchner alentaba los negocios de la nueva «burguesía nacional», el entonces presidente de Repsol YPF, Alfonso Cortina, se animaba a lanzar críticas por la falta de incentivos para el sector y la congelación de los precios de los combustibles, comentarios que no cayeron bien en el Gobierno.

Brufau llegó en octubre de 2004 para reemplazar a Cortina con planes para mejorar la relación con Kirchner e incorporar capital argentino a YPF, en línea con su estrategia para buscar nuevos horizontes de crecimiento para Repsol fuera de la conflictiva Latinoamérica.

La viga y la paja

Esta semana analizábamos la sanción de la Comisión Nacional de Competencia a Iberdrola por abuso de posición dominante en las ofertas realizadas en el mercado de restricciones técnicas en suministros concretos de la zona de Levante durante finales del año 2004 y principios del año 2005. Lo analizábamos sobre la base de un esquema de modelo de mercado con funcionamiento libre, con reglas claras, seguridad jurídica, respeto a la legalidad vigente, no intervenido y con mecanismos de vigilancia, garantes del mismo. Quién iba a decir que esta semana, la Comisión Nacional de Competencia iba a fijar tanto su atención y de forma tan continuada sobre el sector eléctrico y con actuaciones que tanto han llamado la atención.

Si seguimos analizando la decisión referida al abuso de posición dominante en las ofertas en el mercado de restricciones técnicas en 2004 y 2005, acabamos en el objeto mismo que provoca la sanción: el comportamiento concreto de un agente (una empresa, en este caso, Iberdrola, aunque hay más con expedientes semejantes que podrán ir ‘saliendo poco a poco’, convenientemente y por goteo) a partir de una norma entonces existente muy ineficiente conocida por todos (lo que es ya una mala costumbre: la mala regulación) y amparada durante más de ocho años desde el regulador principal (Ministerio de Industria). Es decir, dado que hay emplazamientos geográficos cuyo suministro solo se puede realizar desde un nudo concreto, las ofertas que realizaban los titulares de estas instalaciones a “su” mercado, tenían que realizarse del mismo modo que se realizaban en el mercado mayorista, lo que provocaba ofertas muy abusivas para absorber los costes de arranque y parada de las mismas, con independencia del número de horas de utilización. Esta situación se resolvió cambiando este mecanismo en 2005.

Llega, pues, la sanción de la Comisión Nacional de Competencia, tras la modificación de la norma por el Ministerio de Industria. Lo que confirma otro aforismo sobre la justicia: la justicia que es tardía no es justicia. Además, es interpretable: se utiliza ideológicamente como cuestionamiento del mercado. Consecuentemente, es razonable que haya sanciones, lo que parece más cuestionable es el tono ejemplarizante que se emplea, cuando se conoce este transfondo.

Las segunda noticia, el expediente sancionador por parte de la Comisión Nacional de Competencia a UNESA es profundamente subversiva: se realiza, por ejercer un derecho legítimo y ¡por acudir a los tribunales! (en este caso la Audiencia Nacional) y obtener un pronunciamiento a favor, en la medida que la normativa puede contravenir ¡una ley Orgánica!, en este caso la Ley Orgánica de Protección de Datos.

Los dos pronunciamientos de la Comisión Nacional de Competencia tienen algo en común. La utilización de los titulares asociados de trazo grueso sobre los comportamientos de las empresas y operadores del mercado, utilizando la palabra competencia como un ‘mantra’ que oculta algo que debe ser previo: reglas claras, buena regulación, respeto a la legalidad vigente, en una visión paradójicamente intervencionista del concpeto.

Y, en los dos casos pone en tela de juicio, la capacidad de acción de los servicios de competencia españoles, con respecto a la acción directa de los reguladores y su ‘diligencia’ en el desarrollo real de la competencia. En primer lugar, porque si hay una norma que no es eficiente (fomenta los comportamientos no competitivos) para formular ofertas de energía para el suministro en zonas dónde hay restricciones técnicas para recibir electricidad de otros suministradores o del mercado en general, hay que modificarla. Si esto no ocurre, si no se modifica en ocho años (con consenso de agentes, e incluso concurso contrario a la norma de la Comisión Nacional de Energía y del operador de sistema Red Eléctrica de España), hay que señalar a los responsables de esa inacción. Y en todo caso, lo que no se puede hacer, tres años más tarde, es cebar el foco informativo en propias las empresas. En esa situación, es cuando estamos haciendo un flaco favor a la competencia (o un favor por omisión o vista gorda para otros).

Otro ejemplo, que todos nuestros lectores entenderán, determinar con claridad que es lo que más ha hecho daño al mercado de la comercialización de electricidad: si el recurso de UNESA, a una orden ministerial cuya redacción puede ser no concordante con la Ley Orgánica de Protección de Datos o, algo mucho más capital, la existencia de déficit tarifario y una tarifa insuficiente para cubrir los costes, lo que deriva en la existencia de la comercialización (contra lo cual, los servicios españoles de competencia, guardan un respetuoso silencio).

Por ello, si en una Orden Ministerial, cabe la posibilidad de que contravenga una Ley Orgánica, y un tribunal lo dictamina, lo lógico, lo razonable, lo sensato (sin señalar otro adjetivo, más políticamente correcto en el previo elecciones), no es acudir a un expediente sancionador a la asociación empresarial que lo promueve (de hecho el expediente no se formula a ninguno de los operadores integrados en UNESA). ¿Acabarán incluyendo a la propia Audiencia Nacional en el expediente sancionador, en este particular concepto de justicia universal, transversal entre órganos independientes, empresas y poder judicial, con procesos paralelos, pero, eso si, sin pasar por el ejecutivo?

Lo peor que se puede hacer para desarrollar la competencia en los mercados energético en nuestro país (que es necesario, por cierto) es utilizarla para justificar actuaciones ‘estrella’, tener una visión ideológicamente intervencionista de la misma, ponerle adjetivos condescendientes como sana, ordenada, adecuada etc…, coger el rábano por las hojas, centrar el foco en lo incidental (sin comprender el entorno regulatorio, profundamente intervencionista de los últimos años y la inacción de los reguladores). En definitiva, observar la paja y no la viga.