El precio del crudo marca nuevos máximos por temor a un recorte en el abastecimiento

Los precios del petróleo mantuvieron esta semana su tendencia alcista, superando cotas de 114 y 116 dólares por barril en los mercados de Londres y Nueva York, ante los temores a un recorte en el abastecimiento por problemas logísticos y de seguridad en distintas zonas de extracción y distribución.

La noticia de los ataques a un oleoducto de la petrolera Shell en Nigeria avivó los temores a una reducción del suministro de crudo, sobre todo porque el petróleo que se extrae en el Delta del Níger tiene bajo contenido de azufre y lo hace muy apreciado por las refinerías. Además, el cierre de algunos puertos en México por el temporal, problemas en un sistema de trasvase de crudo en EEUU, el anuncio de huelga en una refinería del Mar del Norte y signos de que merma la producción en Rusia, avivaron la inquietud de los operadores.

Este miedo al recorte de suministros se une a la debilidad de la moneda estadounidense ante el euro y otras divisas, pese a que el billete verde recuperó algo de terreno en el mercado bursátil neoyorquino, donde por 1 euro se pagaban 1,5809 dólares.

Aparte de estas causas, el secretario general de la OPEP, el libio Abdalá Salem El-Badri, se refirió a la especulación financiera como el «principal factor» detrás de la actual volatilidad y escalada de los precios del «oro negro». En declaraciones, El-Badri reclamó medidas de control contra la especulación y se refirió a la creciente participación de los fondos de cobertura («hedge funds») y de los bancos de inversiones, en los mercados del crudo.

La semana estuvo marcada por la ruptura de las cotas históricas en los precios del «oro negro»

El Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia en EEUU, llegó a registrar un máximo de 116,82 dólares por barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York, aunque finalmente cerró a 116,69 dólares, con lo que se estableció un nuevo récord. Esta nueva cotización supone un encarecimiento de 6,55 dólares, o un 6 por ciento, respecto a los niveles del pasado viernes.

Ya el jueves, el precio del barril WTI rompió por primera vez la barrera de los 115 dólares, en el comercio electrónico previo a la apertura del mercado neoyorquino, mientras que el día anterior el valor de cierre fue de 114,93 dólares, también un récord de cotización.

Respecto al crudo Brent, referente para Europa,la jornada en el Intercontinental Exchange de Londres cerró con un precio de 113,92 dólares/barril, fijando un nuevo máximo durante una sesión muy volátil y en la que la fluctuación fue desde los 110,62 dólares por barril de mínima hasta el máximo intradía de 114,22. Con el precio de cierre, el barril de Brent subía 5,17 dólares respecto a las cifras del pasado viernes.

También el crudo de OPEP, una mezcla de trece calidades de crudo -una por cada país miembro-, participó en esta carrera alcista y batió el jueves el récord de 107,63 dólares/barril, aumentando así su valor el 3,7 por ciento en siete días.

Esta escalada en la cotización del crudo se contagió a los combustibles, con la gasolina y el gasóleo que se negociaron también a precios récord

Los contratos de gasolina para mayo finalizaron a un precio máximo histórico de 2,9893 dólares el galón (3,78 litros), después de añadir tres centavos y tocar durante la sesión de ayer un máximo de 2,9934 dólares.

El gasóleo de calefacción para mayo terminó la semana a 3,2923 dólares/galón, tras añadir casi tres centavos al precio del jueves.

Los contratos de gas natural para ese mismo mes se encarecieron 20 centavos y concluyeron a 10,58 dólares por mil pies cúbicos.

La rabiosa actualidad

La realidad informativa tritura con mucha facilidad los hechos de cada día. El nombramiento de Pedro Marín despeja una incógnita que razonablemente debía existir en la complejidad del sistema de nombramientos desatado a raíz del cambio de gobierno, aunque sea bajo la égida del mismo partido en el gobierno.

Con independencia de los temas de fondo y las discusiones ideológicas existentes hoy (que las hay) en la conformación del sector energético (y que iremos abordando con mayor profundidad la semana que viene), hay tres temas abiertos que conforman asuntos urgentes en la mesa del Secretario General de Energía saliente.

En primer lugar, la negociación con el sector fotovoltaico del nuevo decreto que desgaje del R.D.661/2007 el tratamiento regulatorio de esta energía y su retribución. Recordemos que la publicación de este Real Decreto (sustituto del añorado R.D. 434/2004), no hizo sino destapar con muy poco de tiempo desde su promulgación su provisionalidad regulatoria. Un mecanismo retributivo que ha desatado una cierta fiebre en este sector, combinada con la desaceleración del ladrillo, ha devenido en una transferencia de recursos de unos sectores a otros. En conjunto, la imprevisión y la ausencia de memorias económicas han provocado una situación insólita de indefinición regulatoria . Las negociaciones, como todos los procesos negociadores seguidos en este último año, habían pasado por fases de tirón y por fases de retroceso, con aplazamientos y reuniones más relacionados con el calendario político (incluido elecciones) que con la sucesión de pasos en un proceso de negociación saludable. El hecho es que septiembre está ahí (finaliza el período ampliado de incorporación al marco retributivo inicial) y parece que por debajo estaba el objetivo de ganar tiempo incluyendo un período de vacío entre septiembre y diciembre de 2008.

En segundo lugar, la normativa sobre biocombustibles que también quedó aparcada tras el informe de la Comisión Nacional de Energía y que resultó muy crítico con las pretensiones de la SGE. La regulación de los biocombustibles que había propuesto el Ministerio de Industria a través de la Secretaria General de Energía, marcaba objetivos obligatorios diferenciados para el bioetanol y biodiesel, y penalizaciones para los comercializadores más altas para el primer caso (bioetanol) que para el segundo (biodiesel), en el caso de incumplimiento en objetivos de comercialización. Con dos puntualizaciones, el parque de vehículos español es fundamentalmente diésel y segundo, la capacidad de refino en materia de gasolinas en nuestro país es excedentaria. Todos ellos, aspectos cuestionados por el regulador independiente en su dictamen (formulando una propuesta alternativa) y que no han sido despejados. Mientras han comenzado a arreciar los cuestionamientos sobre los biocombustibles en Europa tanto en el plano económico como medioambiental.

Finalmente, la primera transición a un esquema de tarifas liberalizado, el aplicable a las tarifas de alta tensión de las empresas se le presenta al nuevo equipo con toda su virulencia y urgencia (fundamentalmente originado por la falta de convicción seguida hasta el momento en determinar el ajuste tarifario a la realidad del coste de la energía). Si hoy, las tarifas que tuvieran las empresas fueran aditivas (es decir recogieran todos los costes generación, distribución, transporte), la transición al nuevo modelo sería fácil, limpia e incluso eficiente, porque a través de mecanismos competitivos se podría reducir su coste para los consumidores, en este caso empresas. Es decir, estarían preparados. Pero, como no lo son, (existe un dumping particular en el consumo energético y subvenciones entre distintos tipos de consumidores según las tarifas) y se ha tratado hasta el momento de postergar la aplicación de las tarifas liberalizadas, nos encontramos con la necesidad de articular un proceso de cambio rápido y que va a ser costoso, además de prefigurar una teórica amenaza de corte de suministro, tras un período transitorio. Del mismo modo, los propios agentes y cuanto más son presas de esta situación por su situación tarifaria, más sensibilizados están de las posibles consecuencias en el coste de su energía. Por ello, ya ha comenzado una guerra mediática basada en la generación de pánico sobre las consecuencias de la aplicación de las tarifas a las empresas y el impacto sobre la competitividad artificial obtenida de los costes irreales. Todo ello, se ha dejado pasar y estamos a dos meses vista de que comience la función.

Empezamos bien.

Miguel Sebastián ante su nueva responsabilidad

La esperada crisis o remodelación del gobierno, ha dejado una imagen clara, nítida, la de Miguel Sebastián nombrado ministro de Industria, Comercio y Turismo. Sólo ha tenido una pequeña erosión en los territorios que administraba su predecesor Joan Clos, el de la Innovación que, casualmente, va a ser gestionado por otro Ministerio, este de nueva creación, que dirigirá Cristina Garmendía, también directamente relacionada con el propio Miguel Sebastián.

Lo que está claro es que Miguel Sebastián irrumpe en el gobierno con mucho poder. Nombrado Ministro de Industria, Comercio y Turismo (uno de esos ministerios que tiene como principal rémora sus titulares y la carencia trágica de una política clara). Ha nombrado dos Ministras y ha aprovechado los “talentos” que tenía derivados de su relación directa y constante con el Presidente del Gobierno (en los periódicos del domingo se confirma que recibe más de tres llamadas diarias, tiene un teléfono dedicado a ello –eso, hasta el momento, sin ser Ministro, ni responsable de la Oficina Económica-. Sebastián no tiene un perfil gestor, es un hombre reconocido por sus nivel como economista, experto en macroeconomía, y sus relaciones en determinados ámbitos empresariales, presentes y pasadas, lo que acarrea fuertes suspicacias sobre sus formas.

También es cierto que su trayectoria pública no ha estado exenta de polémica hasta el momento. Por un lado, su salida de la Oficina Económica del Gobierno, estuvo precedida de que se traslucieran sus movimientos en la operación que dio lugar al cambio de propiedad de Endesa. Por otra parte, el primer intento fallido de ataque al BBVA, desde Sacyr Vallehermoso, ya dejó entrever su partipación como ‘mano invisible’ en las operaciones corporativas a las empresas españolas, quizá su aspecto más oscuro. Del mismo modo, su primera participación activa en la política como candidato al Ayuntamiento de Madrid, fue fallida, además de arrojar sobre su imagen pública nuevas sombras y dudas que certidumbres. Sólo una relación como la que mantiene con el Presidente (le defiende a capa y espada) justificaría una evolución tan sorprendente.

“Tengo ganas de trabajar en equipo con el resto de miembros del gobierno”, han sido sus primeras declaraciones. Algo que es positivo, en la medida que su paso por la Oficina (y post Oficina) ha estado marcado por acción solitaria y su capacidad de influencia directa sobre el Presidente. De hecho, la publicación por parte de varios medios de comunicación de su viaje a París, para entrevistarse con un colaborador de Sarkozy no es nada tranquilizador.

De todas formas, en estos momentos en los que comienza su andadura, sería razonable reconocer un voto de confianza, hacia el nuevo Ministro y su futura actividad. Sebastián seguramente ha reflexionado sobre su actividad pasada y debe haber adquirido la necesaria consciencia y responsabilidad institucional que supone el ejercicio del cargo público de este calibre. Este papel es, claramente, diferente y requiere otra forma de actuación. Por otra parte, que frente a posibles excesos, debe intervenir la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos ejerciendo su papel y evitando varios de los bochornos de la anterior legislatura.

Por su parte, Zapatero, en la configuración de todo el gobierno (y en estas áreas económicas especialmente) ha dominado el ‘derrape’, reflejando que no tiene ataduras, ni con los nacionalistas, ni con el partido, ni con los responsables de mejorar su imagen de cara a su reelección y de remontar las encuestas. José Antonio Alonso fuera del Gobierno, Jesús Caldera, ex ministro de Trabajo, fuera del Gobierno, Miguel Sebastián, entra reforzado y Pedro Solbes, confinado en sus territorios de Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Economía, pero envuelto en un cierto celofán basado en la prosodia oficialista que se difunde en las versiones complacientes de los medios más afines. Solbes, en todo caso, tiene que desprenderse de un perfil de ‘salvador beatífico’ de las trapisondas, ejercer y reafirmarse en su papel de coordinador de la acción económica y empresarial de todo el gobierno.

Esperemos que, ante una coyuntura en la que se requieren nuevos gestores, los recién nombrados y el propio presidente, adquieran la responsabilidad que el momento exige. Que Sebastián rompa la trayectoria que trae el Ministerio de Industria con sus responsables. Es el momento de la política y de la gestión. No de monopolys.

La energía merece una Secretaria de Estado

El nombramiento de Miguel Sebastián como Ministro de Industria, Comercio y Turismo y su toma de posesión ayer, acapararon la actualidad informativa del sector energético ayer. En ese sentido, el acto de traspaso de la cartera ministerial tuvo lugar concitando a los principales resposnables de las empresas energéticas españolas, como no podía ser menos.

Del mismo modo, ayer se conocían los primeros nombramientos de la nueva estructura del Ministerio, que contará con tres Secretarías de Estado, Telecomunicaciones, Turismo y Comercio. Al frente de la de Turismo, Joan Mesquida, hasta el momento, Director General de la Policía y la Guardía Civil, sobre el cuál ya se venía cocinando en medios informativos su salida del departamento que dirige Pérez Rubalcaba.

El hecho, es que el conocimiento de lo que será esta estructura vuelve a dejar la energía en el rango de Secretaria General, por debajo de lo que en la escala de la administración española sería una Secretaria de Estado. Probablemente esto es consecuencia de muchas cosas, desde equilibrios políticos a la propia actuación pretérita de la misma, pero no es menos cierto que la situación de nuestro país en materia de dependencia energética, los compromisos futuros del sector en materia de energías renovables, inversión en generación y redes, etc…, requerirían un mayor respaldo y capacidad política, que fuera coherente con el momento coyuntural y estructural del sector.

Además, la situación que hereda Miguel Sebastián requiere una fuerte dosis gestora, capacidad política de consenso, coordinación con las políticas económicas, adecuación al marco europeo en materia de mercados energéticos. Todo ello, en el escenario que supone una reestructuración del sector en ciernes, la acumulación (ya muy peligrosa) del déficit tarifario (y sus dificultades de financiación), el retraso en el proceso de liberalización de las tarifas (cuyo primer escollo son las tarifas empresariales de alta tensión) definen un perfil y un ‘status’, que por motivos de coyuntura y estructura debería tener mayor altura.

Por eso, resulta paradójico que la concurrencia en el trapaso de la cartera en el Ministerio de Industria proceda principalmente del sector energético (importante sector empresarial, primeros protagonistas), mientras que el papel del regulador principal se mantiene como secundario.

Continuará.

El precio del crudo se mantiene volátil y termina en torno a los 104 dólares

Los precios del petróleo consolidaron esta semana el marcado encarecimiento de la semana anterior, tras unas jornadas de extrema volatilidad en los mercados de futuros, donde la debilidad del dólar ha vuelto a fomentar el refugio del capital de los inversores en las materias primas.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el barril del crudo Brent (referencia en Europa) para entrega en mayo cayó a menos de 100 dólares el martes, pero finalizó ayer a 104,90 dólares, 1,13 dólares más que el valor del cierre del viernes precedente.

Una vez más, la incertidumbre sobre el impacto que tendrá en la economía mundial la crisis en Estados Unidos se reflejó en los mercados petroleros con masivos movimientos de especulación mediante contratos de futuros, que provocaron fuertes altibajos de los precios, relacionados, en general, con los vaivenes del dólar.

Así, cuando el «billete verde» se acercó a su mínimo histórico frente al euro (1,5905 dólares por un euro, el 17 de marzo) y la moneda europa cotizó a 1,5774 dólares, el barril del crudo de Texas (WTI) subió 2,40 dólares, hasta terminar a 106,23 dólares en Nueva York.
Consolidó con ello el encarecimiento de la semana anterior (3,7 por ciento), cuando concluyó a 105,62 dólares.

La tendencia alcista superó las fuertes bajadas causadas por la subida de los inventarios de crudo en EEUU y el restablecimiento de las exportaciones iraquíes después de un atentado a un oleoducto en la ciudad de Basora, así como por el temor a que una crisis económica frene la demanda mundial de energía.

La caída del dólar fue impulsada por la publicación de nuevos datos negativos sobre la economía estadounidense, donde se consume el 25 por ciento de petróleo mundial, como la pérdida de 80.000 empleos en marzo para colocar el desempleo en una tasa del 5,1 por ciento, la más alta desde septiembre de 2005. Estos indicadores parecen confirmar la visión pesimista presentada por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, cuando reconoció que la economía de la primera potencia mundial pasa por un período «muy difícil» y es posible que esté ya en recesión. «Una recesión es posible, pero recesión es un término técnico que depende de datos que no estarán disponibles por un tiempo», dijo Bernanke ante el Congreso en Washington.

El temor a que la crisis económica, unida a los altos precios del crudo, provoque un freno de la demanda mundial de esta materia prima y por ende una fuerte caída de sus precios, ha dominado las últimas reuniones de la OPEP (en diciembre, febrero y marzo pasado), que concluyeron todas sin cambios en la cuota de producción conjunta, fijada en 29,67 millones de barriles diarios (sin Irak). La organización petrolera no sólo rechazó aumentar los suministros como lo solicitaron Estados Unidos y otras naciones consumidoras, sino que algunos de sus responsables han advertido reiteradamente de que más bien se inclinarían por reducirlos.

Los ministros de Energía y Petróleo de la OPEP tendrán una oportunidad de efectuar consultas este mes, durante el Foro Internacional de la Energía, del 20 al 23 de abril en Roma. Allí coincidirán con los máximos titulares del sector de otros productores, como Rusia y México, de importantes naciones consumidoras -entre ellas EEUU, la UE y China-, y representantes de la industria petrolera. Pero los analistas vaticinan que tampoco en esta ocasión los productores decidirán abrir sus espitas, una política que contribuye a mantener elevados los precios del barril.

Y según la consultora especializada JBC, a ello se ha añadido esta semana la advertencia de la Universidad del Estado de Colorado de que la próxima temporada de huracanes en el Golfo de México, durante el verano y el otoño boreal, será más activa de lo habitual. «Los meteorólogos habían vaticinado un total de 13 tormentas tropicales y 7 huracanes, pero ahora están considerando revisar esas cifras al alza», destacaron los analistas de JBC.

Una gran parte de la industria petrolera de EEUU se concentra en la región que puede verse azotada por los ciclones y los mercados tienen aún muy presente la devastación causada por los huracanes «Katrina» y «Rita» en 2005.

El precio del crudo recupera el terreno perdido

Los precios del petróleo recuperaron esta semana parte del terreno que habían perdido la semana anterior, debido a un nuevo debilitamiento del dólar, y el temor a problemas de suministros atizados por un atentado contra un oleoducto iraquí.

Los combates en el sur de Irak entre el ejército regular y las milicias chiíes, que desde el lunes han dejado más de 100 muertos, han tenido un fuerte impacto sobre los precios, especialmente el pasado jueves, cuando un atentado hizo volar el tramo de un oleoducto cerca de Bassora, la segunda ciudad del país.

Por el puerto de Basora se exporta casi la totalidad del crudo iraquí y los operadores temen un bloqueo de ese importante suministro al mercado internacional. No obstante, la inquietud se redujo el viernes después de que llegaran noticias de que se estaba logrando una normalización del flujo de petróleo hacia la terminal de Basora.

Además, nuevos datos negativos de la economía estadounidense difundidos facilitaron el abaratamiento del «oro negro» porque incrementaron la impresión de que los aprietos económicos de los consumidores reducirán la demanda energética. Así, en Nueva York, tras repuntar el barril del crudo de Texas (WTI) un 1,6 por ciento el jueves, hasta más de 107 dólares, volvió a bajar el viernes, hasta quedar en 105,62 dólares. Pese al marcado descenso, ese precio supera en un 3,7 por ciento al valor del cierre de la semana anterior (101,82 dólares).

Paralelamente, el crudo Brent -la referencia para Europa– terminó la sesión en el Londres a 103,77 dólares, 1,23 dólares menos que el jueves, pero 3,39 dólares más que el viernes precedente.
La debilidad del dólar hizo que el precio aumentase en los primeros días de la semana, una tendencia que se revirtió con una recuperación posterior del billete verde.

La economía de Estados Unidos parece estar al borde de la recesión, con muy poco crecimiento este trimestre y una recuperación en la segunda mitad del año que podría ser más lenta de lo esperado, evaluó el jueves el presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis Lockhart. «La economía muestra una desaceleración que se parece a períodos anteriores que condujeron al borde de una recesión», aseguró Lockhart en un discurso ante el Rotary Club de Chattanooga (Tennessee).

El PIB de la primera economía del planeta aumentó un 0,6 por ciento en el cuarto trimestre del año pasado, porcentaje que contrasta con el 4,9 por ciento de los tres meses anteriores. La incertidumbre sobre el impacto de esta crisis en el resto del mundo se mantiene como uno de los principales factores que encarece el crudo: por un lado, fortalece los contratos de futuros de esa materia prima como valor refugio para los inversores y especuladores, especialmente ante el debilitamiento del dólar.

Por otra parte, acrecienta el temor de la OPEP a un eventual freno de la demanda y por ende, a una caída descontrolada de los precios, frente a lo cual la organización de países exportadores de crudo mantiene limitada su oferta actual y no da señales de estar dispuesta a aumentarla para aliviar la tendencia alcista.

Sin embargo, el presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmó el jueves que su país, uno de los miembros fundadores de la OPEP, no está interesado en que los precios del petróleo sigan aumentando. «La situación económica mundial está complicada. Por eso no estamos interesados en que el precio del petróleo siga creciendo», dijo Chávez.

También Sabah Jaled Al Ahmad Al Sabah, ministro de información de Kuwait (otro miembro de la organización), dijo esta semana que la subida de los precios del petróleo perjudica tanto a los países consumidores como a los productores, ya que éstos ven como la factura de sus importaciones se encarece «sensiblemente».

El presidente de turno de la OPEP y ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, anunció una posible reunión informal del grupo en Roma, durante el Foro Internacional de la Energía del 20 al 23 de abril, pero estimó como no probable que se decida un incremento de los suministros petroleros de la organización.

La Agencia de Evaluación y Calidad del Ministerio de Administraciones Públicas le da un ‘repaso’ a la regulación energética y al Ministerio de Industria

En un informe elaborado por el organismo encargado de supervisar el desarrollo del Plan Nacional de Reformas (PNR), repasa la efectividad de las políticas en materia de seguridad energética y evidencia lo que han sido las señas de actuación de la última administración energética. Se viene a unir a las críticas que, desde distintos sectores se vienen realizando, a la actuación del Ministerio de Industria que han caracterizado la actuación de la Secretaria General de Energía.

El informe, que está datado en noviembre de 2007, y evalúa la evolución del Plan Nacional de Reformas en varios aspectos, no se ha hecho público hasta ahora y analiza hasta cuestiones de detalle la situación de la energía, la incapacidad del Ministerio de Industria para gestionar el mismo

Estas son sus principales críticas:

– La planificación energética actual no posibilita el análisis y el debate sobre cuestiones estratégicas clave, como la elección de tecnologías y la planificación global del sistema en un horizonte temporal acorde con el tiempo de maduración de las estructuras.

– El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo no cuenta con la capacidad operativa suficiente para efectuar, contestar supervisar plenamente los trabajos de planificación que realizan los gestores técnicos de los sistemas gasista y eléctrico. Como consecuencia de esta debilidad, parte de la responsabilidad política de la planificación se desplaza de hecho a las sociedadades anónimas Enagas y Red Eléctrica de España (REE).

-Se producen importantes retrasos en el desarrollo de las infraestructuras de red, debido a los largos procesos de tramitación administrativa, la actuación descoordinado entre los distintos ámbitos del gobierno y la oposición social a la instalación de líneas eléctricas.

– Existe margen de mejora en la supervisión, el mantenimiento y la puesta al día de las instalaciones de la red de transporte y señala el modelo sostenido insuficiente de retribución de la distribución, lo que incide en la baja inversión en este tipo de instalaciones.

– Existencia de incertidumbre regulatoria por los frecuentes cambios normativos y retrasos en las reformas legislativas

Por otra parte, estas son sus principales recomendaciones.

-Completar la planificación energética con una estrategia a largo plazo (20-25 años), que sea consensuado tanto política como territorialmente.

– El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio debe fortalecer técnicamente su función planificadora con los medios materiales y humanos que permitan desarrollar estas responsabilidades.

– Los precios de la energía y la consolidación de los deben enviar señales a los oferentes y demandantes.

– Enagás y REE deben contar con mecanismos de rendición de cuentas equiparables a sus responsabilidades sociales y políticas.

– Estudiar las formas de agilizar mayor medida los procedimientos administrativos, instituir mecanismos adecuados de coordinación con las Comunidades Autónomas que impliquen un compromiso de las autoridades locales y buscar una mayor concienciación ciudadana sobre la necesidad de las líneas eléctricas.

– Mantener un buen nivel de transparencia sobre las cuestiones topológicas de mallado de la red de transporte.

– Impulsar la supervisión de la actuación de Red Eléctrica de España desde la CNE, en línea con las competencias que establece la reforma de la Ley de del Sector Eléctrico.

– Reformar el sistema de retribución de la distribución, para introducir incentivos para la inversión.

– Una regulación que consolide iniciativas liberalizadoras y la apertura de los mercados debe contar con un marco regulador que ofrezca estabilidad en los patrones de conducta, los incentivos y señales de precios y tener presente los costes que en términos de riesgos regulatorio puedan tener las medidas que vayan a ser adoptadas.

El informe por ello, pone blanco sobre negro, cuestiones que denuncian numeros expertos. Por ejemplo, en el ámbito de la interrelación entre Administraciones y el propio Gobierno, señalan los problemas de coordinación entre las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Medio Ambiente en la puesta en marcha de determinadas infraestructuras que requieren trámites medioambientales fuertemente y que en esta legislatura han sido fuertementes demorados.

En el ámbito de la liberalización y la tarifa, la Agencia de Evaluación también se desliga de otras posiciones más regresivas e intervencionistas que abogan por la vuelta al esquema de los costes medios reconocidos según tecnologías (marco legal estable).

No es momento de audacias

El tiempo que no es ningún tonto es el que está jugando en torno al culebrón de preliminares alrededor de la siguiente fase de reestructuración del sector energético español: es decir, en torno a lo que pueda pasar con Iberdrola, Gas Natural o Unión Fenosa, junto al resto de actores de la representación, hoy EDF, E.ON o ACS. En los ultimos días estamos asistiendo a numerosas variaciones sobre esta cuestión. En muchos momentos, hubieramos hablado de ‘globos sonda’, ese tipo de noticias que lo que tratan es anticipar su posible resultado o desinchar alternativas. El ultimo caso, lo tuvimos ayer con lo aparecido en el diario parisino ‘Les Echos’ y posteriormente desmentido con rapidez por Iberdrola.

Pero el hecho, es que este ‘largo impasse’, ha provocado varias consecuencias, tan importante que supone que hayan variado completamente las coordenadas, e incluso la escala de medida. La primera conscuencia, es que cada uno ha podido organizar sus defensas y ataques, con sus respectivas guardias pretorianas, sus despachos de abogados, sus estrategias jurídicas, sus alianzas estratégicas y sus aliados finacnieros. Y es que estos dos meses han sido larguísimos para los planes iniciales. Del ‘fru-fru’ de la euforia de la caída de las Bolsas que desenmascaró los primeros escarceos a ahora, hay un cambio completo de escenario, inclusive la agudización de la crísis de crédito que hace mucho más complejo una operación de estas características en estos momentos.

En este momento, ya casi ha salido del argumentario informativo el carácter público de la francesa EDF y su privilegiada relación con el estado francés (algo impensable con esta Administración y las energéticas españolas, cuyo objetivo, de facto, es jibarizar los operadores españoles). En segundo lugar, al gobierno se le ha enconado un doble espacio impreciso pero bastante efectivo: en primer lugar, el posicionamiento territorial, nada desdeñable en el caso de Iberdrola, con la fuerte presencia de varias Cajas de Ahorros y la relación con las Comunidades Autónomas.

En tercer lugar, se ha evidenciado que la política de ‘tierra quemada’ a la hora de entregar las empresas energéticas a empresas europeas públicas, con aquiesciencia, la facilidad para secuestrarse en los compromisos o con indolencia del gobierno (para no alimentar la teoría conspirativa) con liquidez obtenida de entornos regulatorios favorables, ha sido evidenciada a todos los niveles en toda su candidez. El hecho, es que no ha dejado de estar presente en los argumentos informativos de toda la campaña electoral y ha movilizado a sectores económicos preocupados por lo que podría ser una actuación irreflexiva. Al mismo tiempo, los posicionamientos del propio Pedro Solbes han dejado poco espacio para que el Gobierno pueda desmarcarse de una posición tan razonable como la de señalar con el dedo las fuertes asimetrías en el mercado europeo. En todo caso, la alternativa EDF y ACS sobre Iberdrola es una sóla de las posibles, lo que quiere decir es que se ha superado el marco de referencia con todas las alternativas, como diría Lakoff.

Entre tanto, los acontecimientos políticos se han sucedido: unas elecciones generales con un resultado como una navaja barbera, el gobierno en proceso de reorganización, la necesaria redefinición de papeles en la administración económica y energética española que tiene que pasar por la coordinación desde el Ministerio de Economía, evitando los ‘electrones sueltos’, como la Oficina Económica, en sus tiempos más virulentos. Y, ¡la crisis!, la desaceleración o lo que sea, que si ha puesto a los españoles muy atentos a todo lo que pase en el ámbito económico. ¡Para hacer tonterías!

En medio de todos estos acontecimientos, se interpone la propia renovación de la Comisión Nacional de Energía, afectando fundamentalmente y, en principio, a los consejeros designados por el Partido Popular. Lo que se une a la ofensiva de la Unión Europea contra la nueva redacción de los poderes de este organismo en la ‘nueva función 14’, articulada inoportunamente (u oportunamente, según se mire) una vez que se iba a conocer la oferta de E.ON por Endesa, evidenciada en la sentencia contra las condiciones que la CNE ha puesto en estas operaciones. Pero esa renovación, en principio puede ir a más. Incluso, la propia redefinición o reorganización del organismo y sus funciones que han apuntado algunos medios, pueden ponerse en cuarentena si se lanza una operación así. Lo que evidentemente beneficiaria colateralmente, a todos los señalados con el dedo de la renovación o la reestructuración del regulador independiente, que podrían acabar pidiendo la hora, o pidiendo la OPA en sus fueros internos.

Lo que si podemos apostar es que la próxima operación corporativa en el sector energético, no va a tener los niveles de improvisación que asistimos en el largo culebrón de Endesa que, como saben, comenzó con la OPA fallida de Gas Natural. En primer lugar, por las propias empresas: se cuidarán muy mucho de caer en el error de considerar que la aquiesciencia política en los mercados financieros lo es todo, por el efecto vertiginoso que puede traer. En segundo lugar, por el propio gobierno, que ha tenido que ganar en experiencia y aprender de los errores, evitando ejercicios de ‘aprendiz de brujo’ y consecuencias políticas incalculables pasadas.

No quiere decir que esté todo atado y bien atado. Ya no, es conveniente volver al manual y al carril. Por eso si que no es tiempo de audacias.

El precio del barril de petróleo retrocede más de 10 dólares

El precio del barril de petróleo retrocedió más de 10 dólares esta semana, gracias a una recuperación de la divisa estadounidense, el aumento del nivel de los inventarios en Estados Unidos y el temor a que una recesión en ese país frene la demanda de combustibles.

Ya el pasado lunes, la cotización del «oro negro» reinvertió su fuerte tendencia alcista y se alejó de los altos récords históricos de la semana precedente, cuando el barril del crudo de Texas (WTI) superó los 111 dólares por primera vez en su historia.

El pesimismo cundió en una jornada de pérdidas en los mercados financieros por la crisis crediticia y los precios del petróleo mostraron una gran volatilidad. En la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX), el WTI llegó el jueves a venderse a menos de 100 dólares, algo que no se había visto en dos semanas. Los contratos para entrega en mayo de ese crudo de alta calidad terminaron finalmente la sesión a 101,84 dólares por barril, con una caída de 8,37 dólares/barril -un 7,6 por ciento-, respecto al cierre del viernes anterior.

De forma paralela, el barril del crudo Brent, la referencia para Europa, concluyó a 100,38 dólares en el International Exchange Futures (ICE) de Londres, donde una semana antes había quedado a 107,55 dólares.

«Los temores a un estancamiento de la economía de EEUU pesaron esta semana», así como los datos que revelan una retracción del consumo de gasolina y otros productos, menor que el de hace un año, explica la asesora JBC en un análisis en Viena.

El total de combustibles y productos derivados del crudo consumidos en EEUU en las últimas cuatro semanas fue de una media de 20,3 millones de barriles diarios (mbd), el 3,2 por ciento menos que en el mismo periodo del pasado año. Según los analistas, este dato es una clara señal de que los problemas económicos en EEUU, la debilidad del dólar y los altos precios de la energía han comenzado a mermar la demanda. No obstante, se calcula que el menor consumo estadounidense podría ser compensado por la creciente demanda de economías emergentes como China, India y Oriente Medio, siempre y cuando no se vean contagiados por la crisis de la primera potencia mundial.

Junto a la menor demanda, las autoridades estadounidenses informaron de un nuevo aumento de las reservas almacenadas de crudo y derivados, y JBC estima que esos inventarios continuarán subiendo en las próximas semanas, gracias a que la OPEP no ha recortado sus suministros a pesar del descenso del consumo mundial que habitualmente se produce en el segundo trimestre del año.

Por otro lado, el abaratamiento del crudo coincidió con un fortalecimiento del dólar frente al euro y otras divisas, propiciado a su vez por la decisión de la Reserva Federal de rebajar los tipos de interés. El recorte de 75 puntos básicos en los tipos de interés en EEUU, que aprobó la Reserva Federal el martes, fue menor de lo que esperaban los economistas y ha dejado un margen para que el dólar recupere vigor ante el euro y otras divisas. El euro, que el lunes había superado por primera vez la barrera de 1,59 dólares, se moderó en los días siguientes y el viernes se cambiaba por 1,54 dólares

Las causas del encarecimiento del petróleo, en paralelo a otras materias primas es cuestión de debate para los expertos, que ven que se han convertido en un valor refugio para los inversores ante un panorama económico lleno de incertidumbres. «El petróleo se ha convertido en el «nuevo oro», un bien financiero que los inversores buscan como refugio de la inflación y de un dólar débil», aseguró esta semana en un informe Daniel Yergin, presidente del prestigioso Cambridge Energy Research Associates (CERA).

Para Yergin, ganador de un Pulitzer por el que es considerado por muchos el mejor libro sobre la historia del petróleo, «The Prize. The Epic Quest for Oil, Money and Power«, la debilidad del dólar es igual de importante para explicar el alto valor del petróleo que el aumento de la demanda en los países en desarrollo.

«Muchos elementos similares que han llevado el petróleo desde los 70 dólares el pasado verano a los más de 100 dólares hoy estaban también presentes en 1980: alta inflación, la fiebre de los mercados por invertir en materias primas -el mayor precio el oro se produjo en 1980- y las tensiones entre EEUU e Irán«, evalúa el experto.

Otros analistas señalan, por el contrario, que las fuertes oscilaciones en la última semana en las materias primas demuestran que los precios están «inflados» por los mercados y temen que se produzca una fuerte corrección.

¿Un gobierno con nuevas energías?

Las especulaciones en torno al cambio de estructura en el nuevo gobierno correspondiente a la segunda legislatura del Presidente José Luis Rodríguez Zapatero han introducido un aliciente mayor a lo que será la composición del Ejecutivo, que en otras ocasiones, dónde esta cuestión era simplemente un problema de nombres, e incluso de barones concretos y de influencias. Al parecer se trataría de conformar un nuevo ejecutivo, en el que, a partir de unidades, módulos, que conformarían una estructura estable y futura de organización de la Administración (agricultura, industria, energía, telecomunicaciones, medio ambiente, educación, etc…), pudieran estar adscritos a una u otra cartera, o departamento ministerial en función de la organización del gobierno que decida el jefe del Ejecutivo. Es algo que se ha ido produciendo de forma tendencial con el tiempo y que es semejante a la estructura de Secretarías de Estado y Secretarias Generales, pero más perfilada, si cabe. Al parecer, como resultado, podría darse un Consejo de Ministros más reducido con la existencia de varias Vicepresidencias o Superministros, que buscarían una mayor coordinación en la acción del gobierno y tendría un carácter más político. En todo caso, esta reforma debería servir para configurar gabinetes con mayor capacidad política

Por ejemplo, en ese sentido, tendría lugar la configuración de una Vicepresidencia en materia de sostenibilidad que podría aglutinar distintos de esos módulos: en materia de medio ambiente, cambio climático, etc… Evidentemente, la conformación de un gobierno de estas características tendrá un número importante de modificaciones, reclamaciones y transacciones todavía hasta que vea la luz, tal y como se ha prometido a mediados de abril como máximo. Al parecer quien ha participado muy activamente en la definición de este modelo de reorganización es la actual titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado.

Todavía es pronto para conocer el resultado final de tal operación, pero es importante para conocer cual es el resultado y la adscripción de la energía en el próximo ejecutivo. Sobre todo, habida cuenta del balance de este ultimo año y medio, en el que todo el mundo ha señalado la importancia capital de la energía en un país como el nuestro, con una muy fuerte dependencia energética exterior, y a la par, estábamos asistiendo a una gestión fuertemente controvertida y criticada en manos del tándem Clos-Nieto.

En esa clave es en la que hay que tener en cuenta también los papeles del PSC, clave para esta segunda victoria electoral y del fuertemente emergente Partido Socialista de Euskadi. Algo que vuelve a complicar los grados de libertad del Presidente en la conformación del Gobierno. Más si tiene que conciliar afinidades electivas (como la propia de Miguel Sebastián) o el más importante y efectivo respaldo de los pesos pesados del partido durante la campaña y, sobre todo, la tranquilidad al electorado y a los mercados que ha aportado Pedro Solbes en materia de política económica y empresarial.

Por otra parte, parece que hasta el momento parece que había una convicción respecto a la vinculación de la energía al PSC (de hecho, tanto el Ministro de Industria, el Secretario General de Energía y la Presidenta de la Comisión Nacional de Energía, proceden de Cataluña). Y, en las que se podría encuadrar las palabras del pasado domingo de José Montilla, reclamando más poder transversal en el nuevo gobierno, frente al número de carteras ministeriales resultante. Con independencia de eso, parece descontado que Clos no figura en ninguna de las ‘quinielas’. En paralelo, aparece David Vegara o Carme Chacón, que seguramente recibirá un ascenso desde el Ministerio de Vivienda.

Por otra parte, y en este escenario, el Secretario General de Energía actual, Ignasi Nieto, parece que se ha trabajado el respaldo del Partido Socialista Catalán, pese a su desaparición física en cuestiones como el apagón del pasado verano en Barcelona (con una vinculación letal con Red Eléctrica de España y su presidente, que le desactiva unicamente en este campo, paradójicamente), su polémica actuación en el caso de la interconexión con Francia (cuestionada por colectivos ciudadanos y también por la administración francesa) o la política seguida por este Ministerio de Industria con Gas Natural que le ha llevado a que quede fuera del Medgaz (y presente un recurso contra el propio Ministerio) y con capacidad ilimitada de comercialización de gas. Todo ello, sin contar su colocación en el disparadero con la primera OPA de Endesa (algo previo a la actuación de Nieto). Lo que si está claro es que desde el punto de vista de los intereses energéticos de Catalunya, todo esto no configura un buen expediente, más bien todo lo contrario. En fin, el mundo catalán, y más concretamente el de la energía, se puede ver abocado a elegir, a la luz de este balance, si prefiere honra sin barcos, o barcos sin honra (sobre todo si la honra es ésta), es decir, si prefiere carteras ministeriales y posiciones altas en al Administración energética, o una actuación más racional.

Sobre todo, porque el otro elemento que cambia, más importante que toda la tramoya interna del ejecutivo, es el entorno. La necesidad de abordar reformas y problemas, muchos inducidos y agudizados en la última etapa: tarifa y déficit tarifario, la conformación de la generación en el futuro, la política exterior energética, la configuración de la órganos reguladores. Todo ello requiere superar los déficit gestores de la anterior legislatura y efectuar una coordinación en el plano económico, cada vez más ineludible, por su actual carencia trágica.

Esperemos un gobierno con nuevas energías. Veremos.