La cumbre del G20 frena la caída del precio del petróleo

Los precios del petróleo concluyeron la semana al alza gracias a la esperanza de una recuperación económica despertada por la cumbre del G20 el jueves en Londres, que compensó la presión a la baja causada por nuevos datos sobre el deterioro de la coyuntura y el descenso de la demanda energética.

A la par que las principales bolsas internacionales, los mercados petroleros reaccionaron con entusiasmo a la estrategia acordada por los jefes de Gobierno de los mayores países industrializados y de economías emergentes (G20) para reactivar la economía mundial, que incluye un refuerzo de un billón de dólares para incentivar el comercio internacional.

Así, los crudos de referencia en Europa y Estados Unidos, el Brent y el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), se dispararon el jueves casi un 9 por ciento, mientras que el barril de la OPEP subió un 6 por ciento.

La noticia, al día siguiente, de un empeoramiento del desempleo en Estados Unidos, el mayor consumidor de petróleo del mundo, hasta alcanzar el 8,5 por ciento, el nivel más alto desde noviembre de 1983, amortiguó la escalada del precio del crudo pero sin llegar a quebrar la tendencia alcista.

Así, el barril del WTI terminó la semana a 52,64 dólares, prácticamente sin cambios respecto al jueves y por encima del cierre del viernes precedente (52,38 dólares). El Brent acabó la sesión a 53,47 dólares por barril, un 1,3 por ciento más que el día anterior, y con un encarecimiento semanal del 2,8 por ciento. De esta forma el valor del «oro negro» se mantiene en el nivel más alto de 2009, aunque sigue muy lejano de los récords cercanos a los 150 dólares por barril que batió en julio de 2008.

La fuerte reacción al alza que siguió a la cumbre del G20 compensó también las presiones bajistas provocadas los días anteriores por un incremento en los inventarios de crudo en EEUU en 2,8 millones de barriles, así como por la recuperación del dólar frente al euro y otras divisas, que desincentiva la inversión en las materias primas que cotizan en la moneda estadounidense.

Por otro lado, los analistas ven que el valor del crudo ha estado en las últimas semanas apuntalado por los esfuerzos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para lograr un mayor cumplimiento de los acuerdos para recortar su producción conjunta de crudo en 4,2 millones de barriles diarios respecto al nivel de septiembre pasado.

Según los cálculos de la asesora especializada JBC Energy, con sede en Viena, la OPEP ha continuado cerrando las espitas en marzo, cuando puede haber bombeado una media de 27,76 millones de barriles diarios (mbd), unos 250.000 bd menos que en febrero. La producción de los once países miembros que participan en los recortes (todos menos Irak) se estima en 25,45 mbd, 257.000 bd menos que en febrero.

«Nuestras cifras muestran que el grupo estuvo produciendo en marzo 613.000 bd por encima de su cuota de producción, de 24,84 mbd. Ello equivale a un índice de cumplimiento (del recorte) del 85 por ciento, 6 puntos porcentuales más que la tasa calculada para febrero», destacó la asesora en un análisis.

El secretario general de la organización, Abdalá El Badri, reiteró esta semana su advertencia de que las inversiones necesarias para crear la capacidad de satisfacer la demanda futura de crudo requieren un precio más alto, de 70 a 80 dólares por barril.

El Badri coincidió así, en una conferencia sobre petróleo el jueves en París, con el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Nobuo Tanaka, en que a medio y largo plazo los precios del crudo tendrán que subir para evitar futuras rupturas en el aprovisionamiento. «Unos precios bajos de la energía no son posibles a largo plazo» puesto que se necesitan «inversiones enormes» para hacer frente a las demandas de consumo futuras, subrayó Tanaka.

Sube la presencia extranjera en el sector energético español

La presencia extranjera en el sector energético español seguirá aumentando tras el acuerdo del Banco Santander y Unión Fenosa para vender al fondo soberano de Abu Dhabi IPIC sus participaciones en la petrolera Cepsa, que ascienden al 37,5 por ciento.

El anuncio de la operación se produce un mes después de que la constructora Acciona pactara la venta de su 25 por ciento de Endesa a la eléctrica italiana Enel, lo que concederá a la extranjera el control total de la española con el 92 por ciento del capital.

Con la venta de las participaciones en Cepsa de Santander y Unión Fenosa a IPIC, la compañía estatal árabe, que lleva presente en el accionariado de la petrolera más de dos décadas, elevará su participación al 47,04 por ciento, lo que le convertirá en el segundo accionista por detrás de la multinacional Total, de origen francés, quien posee el 48,83 por ciento.

De este modo, Repsol YPF se mantendrá como la única petrolera española, con la constructora Sacyr y La Caixa como principales accionistas, con el 20,01 y el 14,12 por ciento, respectivamente, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

No obstante, ambos accionistas han mostrado su disposición a vender sus participaciones en la petrolera, lo que ha suscitado el interés de compañías extranjeras como la rusa Lukoil y de la Corporación Petroquímica de China Sinopec, que han reconocido que han analizado la posibilidad de entrar en el accionariado de Repsol.

En cuanto a las eléctricas españolas, tres de las cinco grandes están controladas por compañías foráneas: Endesa por la italiana Enel, HC Energía (antes Hidrocantábrico) por la portuguesa EDP, y Viesgo por la alemana E.ON.

La excepción en el sector eléctrico sigue siendo Iberdrola, que aunque ha sonado de forma reiterada como objeto de deseo por parte de otras grandes grupos extranjeros como el francés EDF, se mantiene como española, con la constructora ACS como principal accionista.

No obstante, los analistas consultados advierten de que cuando un accionista que no es del sector adquiere participaciones significativas de una compañía energética, existe un «alto riesgo» de que la operación sólo tenga «fines especulativos» y se desprenda de ella cuando le resulte interesante.

Además, hay grandes grupos extranjeros interesados en entrar o crecer en el mercado español que podrían aprovechar esas desinversiones, al igual que la venta de activos que Gas Natural debe hacer para comprar Unión Fenosa.

Entre esos activos están el 5 por ciento de Enagás y 2.000 megavatios de potencia en centrales de ciclo combinado (que utilizan gas natural como combustible).

Sube la presencia extranjera en el sector energético español

La presencia extranjera en el sector energético español seguirá aumentando tras el acuerdo del Banco Santander y Unión Fenosa para vender al fondo soberano de Abu Dhabi IPIC sus participaciones en la petrolera Cepsa, que ascienden al 37,5 por ciento.

El anuncio de la operación se produce un mes después de que la constructora Acciona pactara la venta de su 25 por ciento de Endesa a la eléctrica italiana Enel, lo que concederá a la extranjera el control total de la española con el 92 por ciento del capital.

Con la venta de las participaciones en Cepsa de Santander y Unión Fenosa a IPIC, la compañía estatal árabe, que lleva presente en el accionariado de la petrolera más de dos décadas, elevará su participación al 47,04 por ciento, lo que le convertirá en el segundo accionista por detrás de la multinacional Total, de origen francés, quien posee el 48,83 por ciento.

De este modo, Repsol YPF se mantendrá como la única petrolera española, con la constructora Sacyr y La Caixa como principales accionistas, con el 20,01 y el 14,12 por ciento, respectivamente, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

No obstante, ambos accionistas han mostrado su disposición a vender sus participaciones en la petrolera, lo que ha suscitado el interés de compañías extranjeras como la rusa Lukoil y de la Corporación Petroquímica de China Sinopec, que han reconocido que han analizado la posibilidad de entrar en el accionariado de Repsol.

En cuanto a las eléctricas españolas, tres de las cinco grandes están controladas por compañías foráneas: Endesa por la italiana Enel, HC Energía (antes Hidrocantábrico) por la portuguesa EDP, y Viesgo por la alemana E.ON.

La excepción en el sector eléctrico sigue siendo Iberdrola, que aunque ha sonado de forma reiterada como objeto de deseo por parte de otras grandes grupos extranjeros como el francés EDF, se mantiene como española, con la constructora ACS como principal accionista.

No obstante, los analistas consultados advierten de que cuando un accionista que no es del sector adquiere participaciones significativas de una compañía energética, existe un «alto riesgo» de que la operación sólo tenga «fines especulativos» y se desprenda de ella cuando le resulte interesante.

Además, hay grandes grupos extranjeros interesados en entrar o crecer en el mercado español que podrían aprovechar esas desinversiones, al igual que la venta de activos que Gas Natural debe hacer para comprar Unión Fenosa.

Entre esos activos están el 5 por ciento de Enagás y 2.000 megavatios de potencia en centrales de ciclo combinado (que utilizan gas natural como combustible).

La cogeneración levanta el dedo

Mientras que Mariano Rajoy contestaba a los 100 ciudadanos y sus preguntas, se celebraba en Madrid la Cena Coloquio del VI Congreso de Cogeneración, evento que ya se ha ganado una tradición dentro de esta cita anual del sector. La cena, que se celebraba en el Hotel Ritz, contaba con un número importante de invitados de honor, entre ellos, el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, el Director General del IDAE, Enrique Jiménez Larrea, el presidente de Red Eléctrica de España, Luis Atienza, la presidenta de la Comisión Nacional de Energía, Maite Costa, el presidente del Club Español de Energía, Antoni Brufau. Al mismo tiempo estaba prevista la intervención en el coloquio tanto del Secretario General de Energía, Pedro Marín Uribe, como del Consejero de la CNE, Sebastiá Ruscalleda. Hasta ahí, el programa y la organización que, de forma impecable, dibujaba el contenido de la velada.

Inciso número uno. Una de las cuestiones que empiezan a producirse cada vez con mayor asiduidad en las convocatorias sectoriales de un tipo de tecnología, es un discurso general que empieza con un pensamiento favorable a conseguir un mix energético diversificado en el futuro. Esa expresión empieza a tornarse en una cierta confrontación entre tecnologías a lo largo del desarrollo del evento de que se trate, hasta terminar en muchos casos, en casi un desagravio a favor de cada tecnología, orientado a conseguir más porción en la Planificación Energética futura. Hay que señalar que este proceso es completamente legítimo y razonable, pero su agudización parece que procede de dos cuestiones: los modelos retributivos asociados y en el futuro cambiantes, y la caída de la demanda que puede llevar al traste con determinadas previsiones excesivamente optimistas, junto con un cierto escepticismo sobre los resultados de la política de eficiencia energética.

Inciso número dos. La velada fue muy catalana y muy industrialista, como no podía ser menos. Un número importante de las 300 instalaciones de cogeneración son catalanas, una región donde se ha hecho un gran esfuerzo por integrar estas tecnologías en los procesos productivos y existe un desarrollo industrial mayor (junto al País Vasco, como recordó alguno de los intervinientes). En algún caso, se hizo mención al Barça y se deseó, en catalán, que la cena hubiera gustado a los presentes. Bon appetit. Al mismo tiempo, se recordó que las sucesivas citas de esta misma convocatoria se habían hecho en Madrid. Es saludable, en todo caso que, con un buen fair play (como así fue), ocurra eso.

Dibujado el escenario, lo primero que cabe advertir fue el bajo nivel de representación del Ministerio de Industria: no asistieron ni el propio Sebastián, ni el Secretario General de Energía (que hoy mismo tenía otra intervención en la apertura del Congreso), ni el Director General de Política Energética, Jorge Sanz. Tampoco asistió Maite Costa (presidenta de la CNE, que fue excusada por Sebastiá Ruscalleda), ni Luis Atienza (estuvo presente Alberto Carbajo, Director General de Operación de REE), ni Antoni Brufau (presidente del Club Español de la Energía y de Repsol). Por tanto, la representación institucional de los reguladores se circunscribió al propio Ruscalleda, a María Luisa Huidobro, presidenta del OMEL, a Carbajo (REE) y a Francisco Macía, Subdirector General de Planificación Energética y Seguimiento del Ministerio de Industria. Ese fue el principal claroscuro de la noche y también un argumento que introducía una verdadera justificación a una de las cuestiones que se planteaba en el trasfondo, ¿por qué la cogeneración se encuentra en un papel tan discreto respecto a otras tecnologías?

Introdujeron las presentaciones los presidentes de las dos patronales de la cogeneración, Juan Vila (ACOGEN) y José María Roquetas (COGEN España), que colocaron el escenario del sector: necesidad de renovación tecnológica del sector (plan Renove de los 3.000 MW valorado en 1.500 Millones de Euros), efectos en términos de generación de empleo en el sector auxiliar, capacidad de ahorro y eficiencia generada para el conjunto de la economía, aumento de la competitividad empresarial, ahorro de emisiones y riesgo de que, una vez finalizado el primer período en su modelo retributivo, puedan cesar actividad aquellas instalaciones a las que no les salen los números. Tono dialogante con el Ministerio en este proceso, pero necesidad de matices.

Ruscalleda, clásico y referencia en el mundo de la cogeneración, con un discurso chispeante, francamente divertido, ingenioso, contrapuso de forma inteligente el ‘boom’ de determinadas energías (en especial la fotovoltaica) con la solidez de la relación de este tipo de tecnologías y el sector industrial. Apeló a un cierto modelo industrialista que sirva para salir de la actual crisis económica y se apoyó en Isabel Aguilera (nueva Consejera Delegada de General Electric en España) para dibujar que este sector tiene futuro cuando una ejecutiva de su trayectoria ha recalado en el sector.

Por alusiones, Aguilera no defraudó en su intervención y se preguntó por qué la cogeneración no tiene mayor presencia mediática, no forma parte del mix energético y qué importancia debería tener. Abogó por impulsar un debate económico, político y empresarial sobre el papel de esta tecnologías.

Finalmente, en el turno del coloquio, Alberto Carbajo la señaló como una energía “amigable” que reduce la demanda y facilita la operación frente a otro tipo de tecnologías renovables. María Luisa Huidobro (OMEL) comentó que la cogeneración cubre ya el 13 % de la demanda eléctrica y que en la renovación tecnológica se debería tener en cuenta la triple característica de industria, consumidor de energía y productor de energía, orientada a tener mayor potencia, capacidad de reserva y ofertar más servicios al sistema eléctrico proporcionando mayor flexibilidad a la curva de demanda. Esto podría producir mayores beneficios al largo plazo al recoger los beneficios de una inversión eficiente.

El jarro de agua fría provino de Francisco Macía que, frente a los estudios que maneja el IDAE de potencial de la cogeneración, apuntó a las renovables como principal “enemigo” de cara a la composición del mix energético futuro, junto a la caída de demanda. Por tanto, los crecimientos de esta tecnología no pueden ser tan ambiciosos, vino a decir, e ironizó sobre el cambio retributivo a los 15 años de estas instalaciones y las posibilidades de abandono en la explotación energética, lo que se mereció una dúplica de Juan Vila, volviendo a apuntar el riesgo de que determinadas instalaciones no pudieran continuar con su actividad.

Con todos los temas sobre la mesa, el debate está servido para el Congreso que se desarrollará hoy.

La cogeneración levanta el dedo

Mientras que Mariano Rajoy contestaba a los 100 ciudadanos y sus preguntas, se celebraba en Madrid la Cena Coloquio del VI Congreso de Cogeneración, evento que ya se ha ganado una tradición dentro de esta cita anual del sector. La cena, que se celebraba en el Hotel Ritz, contaba con un número importante de invitados de honor, entre ellos, el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, el Director General del IDAE, Enrique Jiménez Larrea, el presidente de Red Eléctrica de España, Luis Atienza, la presidenta de la Comisión Nacional de Energía, Maite Costa, el presidente del Club Español de Energía, Antoni Brufau. Al mismo tiempo estaba prevista la intervención en el coloquio tanto del Secretario General de Energía, Pedro Marín Uribe, como del Consejero de la CNE, Sebastiá Ruscalleda. Hasta ahí, el programa y la organización que, de forma impecable, dibujaba el contenido de la velada.

Inciso número uno. Una de las cuestiones que empiezan a producirse cada vez con mayor asiduidad en las convocatorias sectoriales de un tipo de tecnología, es un discurso general que empieza con un pensamiento favorable a conseguir un mix energético diversificado en el futuro. Esa expresión empieza a tornarse en una cierta confrontación entre tecnologías a lo largo del desarrollo del evento de que se trate, hasta terminar en muchos casos, en casi un desagravio a favor de cada tecnología, orientado a conseguir más porción en la Planificación Energética futura. Hay que señalar que este proceso es completamente legítimo y razonable, pero su agudización parece que procede de dos cuestiones: los modelos retributivos asociados y en el futuro cambiantes, y la caída de la demanda que puede llevar al traste con determinadas previsiones excesivamente optimistas, junto con un cierto escepticismo sobre los resultados de la política de eficiencia energética.

Inciso número dos. La velada fue muy catalana y muy industrialista, como no podía ser menos. Un número importante de las 300 instalaciones de cogeneración son catalanas, una región donde se ha hecho un gran esfuerzo por integrar estas tecnologías en los procesos productivos y existe un desarrollo industrial mayor (junto al País Vasco, como recordó alguno de los intervinientes). En algún caso, se hizo mención al Barça y se deseó, en catalán, que la cena hubiera gustado a los presentes. Bon appetit. Al mismo tiempo, se recordó que las sucesivas citas de esta misma convocatoria se habían hecho en Madrid. Es saludable, en todo caso que, con un buen fair play (como así fue), ocurra eso.

Dibujado el escenario, lo primero que cabe advertir fue el bajo nivel de representación del Ministerio de Industria: no asistieron ni el propio Sebastián, ni el Secretario General de Energía (que hoy mismo tenía otra intervención en la apertura del Congreso), ni el Director General de Política Energética, Jorge Sanz. Tampoco asistió Maite Costa (presidenta de la CNE, que fue excusada por Sebastiá Ruscalleda), ni Luis Atienza (estuvo presente Alberto Carbajo, Director General de Operación de REE), ni Antoni Brufau (presidente del Club Español de la Energía y de Repsol). Por tanto, la representación institucional de los reguladores se circunscribió al propio Ruscalleda, a María Luisa Huidobro, presidenta del OMEL, a Carbajo (REE) y a Francisco Macía, Subdirector General de Planificación Energética y Seguimiento del Ministerio de Industria. Ese fue el principal claroscuro de la noche y también un argumento que introducía una verdadera justificación a una de las cuestiones que se planteaba en el trasfondo, ¿por qué la cogeneración se encuentra en un papel tan discreto respecto a otras tecnologías?

Introdujeron las presentaciones los presidentes de las dos patronales de la cogeneración, Juan Vila (ACOGEN) y José María Roquetas (COGEN España), que colocaron el escenario del sector: necesidad de renovación tecnológica del sector (plan Renove de los 3.000 MW valorado en 1.500 Millones de Euros), efectos en términos de generación de empleo en el sector auxiliar, capacidad de ahorro y eficiencia generada para el conjunto de la economía, aumento de la competitividad empresarial, ahorro de emisiones y riesgo de que, una vez finalizado el primer período en su modelo retributivo, puedan cesar actividad aquellas instalaciones a las que no les salen los números. Tono dialogante con el Ministerio en este proceso, pero necesidad de matices.

Ruscalleda, clásico y referencia en el mundo de la cogeneración, con un discurso chispeante, francamente divertido, ingenioso, contrapuso de forma inteligente el ‘boom’ de determinadas energías (en especial la fotovoltaica) con la solidez de la relación de este tipo de tecnologías y el sector industrial. Apeló a un cierto modelo industrialista que sirva para salir de la actual crisis económica y se apoyó en Isabel Aguilera (nueva Consejera Delegada de General Electric en España) para dibujar que este sector tiene futuro cuando una ejecutiva de su trayectoria ha recalado en el sector.

Por alusiones, Aguilera no defraudó en su intervención y se preguntó por qué la cogeneración no tiene mayor presencia mediática, no forma parte del mix energético y qué importancia debería tener. Abogó por impulsar un debate económico, político y empresarial sobre el papel de esta tecnologías.

Finalmente, en el turno del coloquio, Alberto Carbajo la señaló como una energía “amigable” que reduce la demanda y facilita la operación frente a otro tipo de tecnologías renovables. María Luisa Huidobro (OMEL) comentó que la cogeneración cubre ya el 13 % de la demanda eléctrica y que en la renovación tecnológica se debería tener en cuenta la triple característica de industria, consumidor de energía y productor de energía, orientada a tener mayor potencia, capacidad de reserva y ofertar más servicios al sistema eléctrico proporcionando mayor flexibilidad a la curva de demanda. Esto podría producir mayores beneficios al largo plazo al recoger los beneficios de una inversión eficiente.

El jarro de agua fría provino de Francisco Macía que, frente a los estudios que maneja el IDAE de potencial de la cogeneración, apuntó a las renovables como principal “enemigo” de cara a la composición del mix energético futuro, junto a la caída de demanda. Por tanto, los crecimientos de esta tecnología no pueden ser tan ambiciosos, vino a decir, e ironizó sobre el cambio retributivo a los 15 años de estas instalaciones y las posibilidades de abandono en la explotación energética, lo que se mereció una dúplica de Juan Vila, volviendo a apuntar el riesgo de que determinadas instalaciones no pudieran continuar con su actividad.

Con todos los temas sobre la mesa, el debate está servido para el Congreso que se desarrollará hoy.

Semana en la que los precios del petróleo alcanzaron los niveles más altos del año

El valor del crudo cerró el viernes a la baja en una semana en la que los precios del petróleo alcanzaron los niveles más altos del año y acumulan un aumento del 40 por ciento desde mediados de febrero.

El jueves el barril de crudo tipo Texas cerró la sesión en Nueva York en el máximo de 2009: 54,34 dólares, empujado por algunas noticias positivas sobre la recuperación económica en EEUU.

En la sesión del viernes, el Texas, de referencia en Estados Unidos, se dejó parte de los ganado en la semana con un descenso del 3,6 por ciento, cerrando en los 52,38 dólares, 1,32 dólares más que la semana anterior.

En Londres el barril de Brent transitó por caminos parecidos, con un descenso de casi el 3 por ciento en la última jornada de la semana que dejó el crudo de referencia en Europa en los 51,98 dólares, 76 centavos de dólar más que la semana anterior.

Los recortes aplicados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), 4,2 millones de barriles diarios desde el pasado septiembre, han permitido recuperar parte del terreno perdido por el valor del crudo debido a la erosión del consumo por la crisis económica.

A pesar de esos recortes las reservas petrolíferas de los países desarrollados continúan engordando debido a una menor demanda, lo que es una señal de alerta para la OPEP.

Así lo reconoció el propio ministro venezolano de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, quien adelantó que el cartel petrolífero decidirá en mayo si aprueba un nuevo recorte de la producción si todavía continúa esta situación. «La estrategia de la OPEP está en retirar ese petróleo que no se está consumiendo» y evaluar si estos recortes «han sido suficiente para que bajen los inventarios. Si no es así, el 28 de mayo se haría un recorte adicional», declaró a una emisora de televisión.

La OPEP ha aplicado alrededor del 80% de la reducción pactada en los últimos meses y el pasado día 15 en Viena acordó apurar el cumplimiento al máximo, lo que significa que retirará del mercado unos 800.000 barriles diarios.

La escalada de los precios estuvo alentada por el plan económico de la administración estadounidense de Barack Obama y las palabras del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, que prevé el inicio de la recuperación económica en el primer trimestre de 2010.

Los valores del crudo han acompañado las subidas registradas en paralelo por las bolsas mundiales, aunque muchos analistas han comenzado a advertir que el alza de los precios del crudo de los últimos días no es sostenible a largo plazo dado el negro panorama económico.

La escalada se vio favorecida, además, por el fuerte debilitamiento en las jornadas anteriores del dólar ante el euro y otras divisas, lo que abarata las compras de crudo y de otras materias primas que se negocian en la moneda estadounidense.

Los expertos advierten que los precios bajos pueden abocarnos a una crisis petrolífera

Por otra parte, un prestigioso centro de análisis, el Cambridge Energy Research Associates, advirtió en un estudio que los actuales precios bajos pueden poner la simiente de una próxima carrera alcista en el mercado del petróleo.

Los cálculos de este centro indican que con los precios actuales se perderán proyectos -al ser económicamente inviables- para extraer 7,6 millones de barriles adicionales hasta 2014, lo que en caso de que exista una recuperación económica y aumente la demanda puede llevar a la próxima crisis petrolífera.

Esta opinión es compartida por el número dos del FMI, John Lipsky, que aseguró en Viena que «cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro«.

También es la opinión reiterada por la OPEP, que ha venido defendiendo un precio de alrededor de 70 dólares como el valor justo tanto para consumidores como productores.

Semana en la que los precios del petróleo alcanzaron los niveles más altos del año

El valor del crudo cerró el viernes a la baja en una semana en la que los precios del petróleo alcanzaron los niveles más altos del año y acumulan un aumento del 40 por ciento desde mediados de febrero.

El jueves el barril de crudo tipo Texas cerró la sesión en Nueva York en el máximo de 2009: 54,34 dólares, empujado por algunas noticias positivas sobre la recuperación económica en EEUU.

En la sesión del viernes, el Texas, de referencia en Estados Unidos, se dejó parte de los ganado en la semana con un descenso del 3,6 por ciento, cerrando en los 52,38 dólares, 1,32 dólares más que la semana anterior.

En Londres el barril de Brent transitó por caminos parecidos, con un descenso de casi el 3 por ciento en la última jornada de la semana que dejó el crudo de referencia en Europa en los 51,98 dólares, 76 centavos de dólar más que la semana anterior.

Los recortes aplicados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), 4,2 millones de barriles diarios desde el pasado septiembre, han permitido recuperar parte del terreno perdido por el valor del crudo debido a la erosión del consumo por la crisis económica.

A pesar de esos recortes las reservas petrolíferas de los países desarrollados continúan engordando debido a una menor demanda, lo que es una señal de alerta para la OPEP.

Así lo reconoció el propio ministro venezolano de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, quien adelantó que el cartel petrolífero decidirá en mayo si aprueba un nuevo recorte de la producción si todavía continúa esta situación. «La estrategia de la OPEP está en retirar ese petróleo que no se está consumiendo» y evaluar si estos recortes «han sido suficiente para que bajen los inventarios. Si no es así, el 28 de mayo se haría un recorte adicional», declaró a una emisora de televisión.

La OPEP ha aplicado alrededor del 80% de la reducción pactada en los últimos meses y el pasado día 15 en Viena acordó apurar el cumplimiento al máximo, lo que significa que retirará del mercado unos 800.000 barriles diarios.

La escalada de los precios estuvo alentada por el plan económico de la administración estadounidense de Barack Obama y las palabras del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, que prevé el inicio de la recuperación económica en el primer trimestre de 2010.

Los valores del crudo han acompañado las subidas registradas en paralelo por las bolsas mundiales, aunque muchos analistas han comenzado a advertir que el alza de los precios del crudo de los últimos días no es sostenible a largo plazo dado el negro panorama económico.

La escalada se vio favorecida, además, por el fuerte debilitamiento en las jornadas anteriores del dólar ante el euro y otras divisas, lo que abarata las compras de crudo y de otras materias primas que se negocian en la moneda estadounidense.

Los expertos advierten que los precios bajos pueden abocarnos a una crisis petrolífera

Por otra parte, un prestigioso centro de análisis, el Cambridge Energy Research Associates, advirtió en un estudio que los actuales precios bajos pueden poner la simiente de una próxima carrera alcista en el mercado del petróleo.

Los cálculos de este centro indican que con los precios actuales se perderán proyectos -al ser económicamente inviables- para extraer 7,6 millones de barriles adicionales hasta 2014, lo que en caso de que exista una recuperación económica y aumente la demanda puede llevar a la próxima crisis petrolífera.

Esta opinión es compartida por el número dos del FMI, John Lipsky, que aseguró en Viena que «cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro«.

También es la opinión reiterada por la OPEP, que ha venido defendiendo un precio de alrededor de 70 dólares como el valor justo tanto para consumidores como productores.

El crudo vuelve a la senda de los 50 dólares

Las cotizaciones del crudo vivieron una convulsa semana de altibajos ante el cruce de datos sobre una posible recuperación de la demanda, aunque finalmente acabaron la semana con alzas de hasta el 14 por ciento e instalados sobre la marca de los 50 dólares/barril, inédita desde hace meses.

La semana comenzó con desiguales reacciones a la inesperada decisión el pasado domingo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no recortar sus niveles de bombeo, aunque sí ajustarse estrictamente al límite de 24,84 millones de barriles diarios, vigente desde el pasado 1 de enero.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el crudo Brent de referencia en Europa bajó el 2,1 por ciento, hasta 43,98 dólares, como reacción al anuncio del cartel petrolero.

Por su parte, en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), pese a que la sesión comenzó con el Petróleo Intermedio de Texas (WTI) cotizando a la baja, la sesión cerró con una ganancia de 1,10 dólares.

En el alza del WTI influyó la previsión formulada el domingo por el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, sobre que la recesión económica en este país podría concluir este año y en el próximo iniciarse una recuperación, algo que animaría el consumo de «oro negro«.

Ya el martes, los datos sobre la recuperación de la actividad inmobiliaria en EEUU impulsaron el precio del Texas otro 3,8 por ciento hacia arriba, hasta marcar la cotización más alta desde principios de diciembre: 49,16 dólares por barril.

La tendencia alcista se interrumpió el miércoles en los mercados de Londres y Nueva York tras publicarse que las reservas de crudo en EEUU aumentaron la semana pasada en dos millones de barriles, sumando así un volumen total de 353,3 millones de barriles.

Ese dato, que supone un incremento del 15,5 por ciento respecto del volumen de hace un año, volvió a arrojar sombra sobre las cotizaciones al interpretarse como un nueva señal de la reducción del consumo de crudo provocado por la crisis económica mundial.

Una sombra que se transformó en optimismo el jueves ante las expectativas de que las medidas de la Reserva Federal de Estados Unidos puedan favorecer la recuperación de la economía en el país y avivar la demanda de combustibles, entre otros factores.

Así, el Brent saltó el 6,3 por ciento en su cotización y el Texas llegó a ganar un 7,2 por ciento después de que la Reserva anunciara el miércoles que comprará por primera vez bonos del Tesoro de largo plazo y más títulos hipotecarios y de deuda por un valor total de 1,15 billones de dólares, para intentar abaratar el crédito.

La escalada en los precios se vio favorecida, además, por el fuerte debilitamiento en las jornadas anteriores del dólar ante el euro y otras divisas, lo que abarata las compras de crudo y de otras materias primas que se negocian en la moneda estadounidense.

Así las cosas, y pese a un leve descenso en la sesión del viernes, debido a una cierta recuperación del dólar, el barril de Texas cerró la semana a un precio de 51,06 dólares, un 10 por ciento por encima de la cotización alcanzada hace una semana.

Más incluso subió el Brent europeo, que ganó un 14 por ciento sobre el cierre del viernes pasado y marcó un precio de 51,22 dólares por barril. Esta recuperación de los precios llegó acompañada de las advertencias de varios expertos del sector sobre el negativo efecto de un petróleo excesivamente barato.

Así, John Lipsky, subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró esta semana que «cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro».

A esa advertencia, formulada en el transcurso de un seminario internacional organizado por la OPEP en Viena, se unió también la de varios responsables del cartel, que indicaron que los actuales precios retrasarán las inversiones para mantener y desarrollar la capacidad de producción.

«Estamos afrontando una demanda baja y precios bajos. No creo que con un precio de 40 dólares (el barril de crudo), como lo vemos ahora, o quizás 45 dólares, podamos invertir en alguna capacidad adicional», resaltó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri.

El crudo vuelve a la senda de los 50 dólares

Las cotizaciones del crudo vivieron una convulsa semana de altibajos ante el cruce de datos sobre una posible recuperación de la demanda, aunque finalmente acabaron la semana con alzas de hasta el 14 por ciento e instalados sobre la marca de los 50 dólares/barril, inédita desde hace meses.

La semana comenzó con desiguales reacciones a la inesperada decisión el pasado domingo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no recortar sus niveles de bombeo, aunque sí ajustarse estrictamente al límite de 24,84 millones de barriles diarios, vigente desde el pasado 1 de enero.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el crudo Brent de referencia en Europa bajó el 2,1 por ciento, hasta 43,98 dólares, como reacción al anuncio del cartel petrolero.

Por su parte, en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), pese a que la sesión comenzó con el Petróleo Intermedio de Texas (WTI) cotizando a la baja, la sesión cerró con una ganancia de 1,10 dólares.

En el alza del WTI influyó la previsión formulada el domingo por el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, sobre que la recesión económica en este país podría concluir este año y en el próximo iniciarse una recuperación, algo que animaría el consumo de «oro negro«.

Ya el martes, los datos sobre la recuperación de la actividad inmobiliaria en EEUU impulsaron el precio del Texas otro 3,8 por ciento hacia arriba, hasta marcar la cotización más alta desde principios de diciembre: 49,16 dólares por barril.

La tendencia alcista se interrumpió el miércoles en los mercados de Londres y Nueva York tras publicarse que las reservas de crudo en EEUU aumentaron la semana pasada en dos millones de barriles, sumando así un volumen total de 353,3 millones de barriles.

Ese dato, que supone un incremento del 15,5 por ciento respecto del volumen de hace un año, volvió a arrojar sombra sobre las cotizaciones al interpretarse como un nueva señal de la reducción del consumo de crudo provocado por la crisis económica mundial.

Una sombra que se transformó en optimismo el jueves ante las expectativas de que las medidas de la Reserva Federal de Estados Unidos puedan favorecer la recuperación de la economía en el país y avivar la demanda de combustibles, entre otros factores.

Así, el Brent saltó el 6,3 por ciento en su cotización y el Texas llegó a ganar un 7,2 por ciento después de que la Reserva anunciara el miércoles que comprará por primera vez bonos del Tesoro de largo plazo y más títulos hipotecarios y de deuda por un valor total de 1,15 billones de dólares, para intentar abaratar el crédito.

La escalada en los precios se vio favorecida, además, por el fuerte debilitamiento en las jornadas anteriores del dólar ante el euro y otras divisas, lo que abarata las compras de crudo y de otras materias primas que se negocian en la moneda estadounidense.

Así las cosas, y pese a un leve descenso en la sesión del viernes, debido a una cierta recuperación del dólar, el barril de Texas cerró la semana a un precio de 51,06 dólares, un 10 por ciento por encima de la cotización alcanzada hace una semana.

Más incluso subió el Brent europeo, que ganó un 14 por ciento sobre el cierre del viernes pasado y marcó un precio de 51,22 dólares por barril. Esta recuperación de los precios llegó acompañada de las advertencias de varios expertos del sector sobre el negativo efecto de un petróleo excesivamente barato.

Así, John Lipsky, subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró esta semana que «cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro».

A esa advertencia, formulada en el transcurso de un seminario internacional organizado por la OPEP en Viena, se unió también la de varios responsables del cartel, que indicaron que los actuales precios retrasarán las inversiones para mantener y desarrollar la capacidad de producción.

«Estamos afrontando una demanda baja y precios bajos. No creo que con un precio de 40 dólares (el barril de crudo), como lo vemos ahora, o quizás 45 dólares, podamos invertir en alguna capacidad adicional», resaltó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri.

Un crudo demasiado barato amenaza con una fuerte escalada de precios futuros

La comunidad internacional no cuenta con un consenso sobre cuál es el precio adecuado para el barril de petróleo, pero los expertos del sector coinciden en que un valor muy bajo hoy amenaza con traducirse en una fuerte escalada futura.

La advertencia fue efectuada en Viena por varios responsables de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de consorcios petroleros internacionales y de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro», dijo el «número dos» del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, en un seminario internacional organizado por la OPEP.

Si bien reconoció que la caída de los precios energéticos ha contribuido a bajar la inflación, el primer director ejecutivo alterno del FMI advirtió del alto riesgo que supone la elevada volatilidad del valor del «oro negro» y pidió medidas para limitarla, como una mayor transparencia del mercado.

«A largo plazo, una recuperación económica sostenida dependerá en parte de la evolución del mercado petrolero», dijo Lipsky tras pedir medidas concretas para evitar los desequilibrios que han marcado el sector en los últimos años. «Para evitar subidas y bajadas excesivas, todos deben aportar su parte», sentenció.

El FMI espera que los precios del crudo aumenten con la recuperación de la coyuntura mundial, «aunque no a un ritmo tan dramático como el registrado en 2007 y en la primera mitad de 2008».

El experto dijo que espera que de la reunión del G-20 prevista para el 2 de abril surjan «políticas sin precedentes para la economía global«, con estímulos para estabilizar los mercados financieros y medidas para lograr una mejor regularización de los mismos.

También varios responsables de la OPEP advirtieron de numerosos atrasos y suspensiones de costosos proyectos para mantener y desarrollar la capacidad de producción, debido a que han dejado de ser rentables tras caer el precio del barril en torno al 70%.

«Estamos afrontando una demanda baja y precios bajos. No creo que con un precio de 40 dólares (el barril de crudo), como lo vemos ahora, o quizás 45 dólares, podamos invertir en alguna capacidad adicional», resaltó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri. Recordó que en el conjunto de los doce países miembros de la organización que dirige, y que controla cerca de dos tercios de las exportaciones de petróleo en el planeta, ya se han aplazado 35 proyectos.

«Las compañías tienen que renegociarlos. Estos proyectos se iniciaron con un precio muy alto» y el abaratamiento del crudo va a aplazar la creación de capacidad varios años, vaticinó. «Si no tenemos un precio razonable, tendremos escasez. Déjenme dejarlo claro: (el precio actual) no es viable para la seguridad energética», insistió El Badri.

Por su parte, Jeroen van der Veer, director ejecutivo de la petrolera Royal Dutch Shell, recordó que aún más inviable es, en esta situación, el desarrollo de energías renovables como los biocombustibles.
«Es difícil ver cómo haremos competitivas» las fuentes alternativas frente a los fósiles combustibles que «son extremadamente competitivos», señaló.