Más carbón: más carbono, más emisiones

Como venimos adelantando, la propuesta de apoyo al carbón nacional supone aumentar de forma muy notable la producción de electricidad por carbón en los próximos tres años. Algo que ya se está valorando como un retroceso grave en la configuración del mix de generación de electricidad español y en su modernización hacia mayores niveles de eficiencia y sostenibilidad medioambiental.

De hecho, si la tendencia internacional busca mejorar la eficiencia energética y medioambiental, está actuación iría radicalmente contra los postulados de los organismos internacionales y de las principales economías del mundo que se lo han tomado con mayor seriedad, haciendo coherente sus políticas energéticas con estos objetivos.

Más carbón: mucho más de lo que parece

Según las informaciones a las que ha tenido acceso Energía Diario, las previsiones que se derivan de la propuesta conocida, sitúan una producción estimada de 26 TWh en 2010, 26 TWh en 2011 y 14 TWh en 2012. Teniendo en cuenta que la producción de carbón nacional en el año 2009 se situará entre 6-7 TWh el objetivo supone más que triplicar la producción de este año.

Pero es más, dada la baja calidad del carbón nacional para la generación de electricidad, es necesario a su vez mezclarlo con carbón importado en un 30 %. La consecuencia es que la producción necesaria de energía eléctrica a partir de quemar carbón se elevaría más todavía, hasta un volumen de 34 TWh en 2010, 34 TWh en 2011 y 18 TWh en 2012. En total, la friolera de 86 TWh en tres años.

Por otra parte, hay que tener en cuenta la menor eficiencia energética de las centrales térmicas de carbón frente a los ciclos combinados, tecnología que sería ‘la expulsada del mercado’ por la regulación obligatoria. Mientras las centrales térmicas se sitúan en un rango de eficiencia del 30-35 %, las de ciclo combinado se sitúan en un 55-60%. Es decir, hay que introducir más energía primaria para conseguir un kilowatio en el carbón que en el gas. La denominada intensidad energética aumentaría (la cantidad de energía primaria por kw producido). Algo que pese a lo que pueda parecer es malo, es símbolo de ineficiencia y derroche.

Más emisiones: 43,5 millones en tres años, que cuestan 565 millones de euros.

En términos de emisiones de carbono, es decir de gases efecto invernadero, también hay grandes diferencias entre el carbón y el gas. De hecho, una central térmica emite el triple de dióxido de carbono por MW/h producido que una central de gas. Con lo cual, ya se puede avanzar que la medida elevará las emisiones de carbono en España sin remedio, hasta cifras sin precedentes.

Los resultados de los tres elementos: evolución de la producción, menor eficiencia en la generación y diferencia contaminante son claros. Las estimaciones que se derivan de este aumento de producción suponen el aumento de las emisiones de efecto invernadero (carbono) en un 20 % en el sector de generación eléctrica (algo especialmente relevante en la medida que la electricidad supone del orden del 50 % de las emisiones de carbono de la economía española). En total, cambiar 26 TWh anuales de producción para que se produzcan obligatoriamente por carbón nacional, supone 18 millones de Toneladas de CO2 más. Así, el conjunto de la propuesta supondría 43,5 millones de Toneladas más en tres años. Si además calculamos el coste de los derechos de emisión asociados (de hecho, un coste permanente en la generación eléctrica), la cifra en términos económicos supondría un coste adicional a la economía española y para el consumidor de 565 millones de euros (calculados al precio actual de mercado, sin las previsiones de elevación del mismo ya existentes) derivado del aumento de la contaminación adicional derivada del nuevo modelo de protección adicional el mercado español al carbón nacional.

Fuentes consultadas por este medio califican en este sentido y en este contexto de “barbaridad” y de “incoherencia” esta medida, en primer lugar con el discurso político que mantiene España a nivel internacional y nacional, con la tendencia general de las economías occidentales (incluidos la reconversión de los Estados Unidos tras la llegada de Obama) y contra la lógica económica.

Por otra parte, hay que recordar que España sigue manteniendo un resultado muy deficiente de sus compromisos internacionales en materia de reducción de emisiones de carbono. Incluso con la crisis económica galopante, afectando al empleo de forma intensa, la reducción es menor de la que sería proporcional a esta caída. Además, podría resultar enormemente paradójico que con una situación de crisis económica y de la actividad aumentasen las emisiones de carbono en nuestro país, fruto de esta medida (además de los costes que ello supone).

Por ello, si unimos el efecto del Plan contra las energías renovables y el aumento de las emisiones, claramente la medida es doble anti política medioambiental. Si existiera, claro, aunque sea un ejercicio retórico presidencial en todo sitio y en todo lugar.

Las renovables perderán 450 millones de euros de seguir adelante la propuesta del gobierno para aumentar la protección al carbón nacional

Como anticipábamos ayer desde Energía Diario, la propuesta del Gobierno de crear de un mercado eléctrico dual, con precios fijos para la generación obligatoria con carbón nacional y, por otra parte, constituir un mercado reducido para el resto de tecnologías, producirá unas consecuencias de muy amplío calado en el sector energético, fundamentalmente derivadas de la distorsiones en el funcionamiento del mercado eléctrico. Por tanto, su formulación no es inocua y tiene consecuencias adicionales e imprevistas a la hipótesis simplificada de que recaigan en el sector eléctrico las ayudas adicionales, vía la alteración del funcionamiento del mercado de generación.

En este sentido, hay que tener en cuenta que las consecuencias de la medida se propagarán a todas las centrales de generación distintas a las de carbón nacional, pero el efecto será fundamentalmente más intenso para las centrales de gas (ciclo combinado) y para las energías renovables. Por otra parte, además, como las cantidades que prevé el plan suponen aumentar la producción de electricidad por carbón nacional de los últimos años, esto provoca que sus efectos se multipliquen exponencialmente.

¿Cuáles son las principales distorsiones a nivel general en el mercado eléctrico? La primera es que se modifica la composición de la energía que se coloca y que se entrega diariamente en el ‘pool’. En este sentido, la producción forzada con precio garantizado fuera de mercado con carbón nacional expulsará la generación de las centrales de ciclo combinado, toda vez que la producción con renovables se integra en el sistema directamente.

La segunda es una caída directa de los precios de la energía que queda en el mercado eléctrico (no así de la que se vende a precio garantizado por producirse con carbón nacional). Así, en horas punta, se estima que eso puede reducir el precio en lo que quede en el mercado entre 5 y 6 € el MWh. En horas valle, esta reducción puede suponer 20 € / MWh. El impacto conjunto previsto supondría una reducción media del precio de la electricidad de entre 10 y 12 euros MW/h. Hay que tener en cuenta que actualmente el mercado ya ha castigado mucho a estas tecnologías, de forma que cuentan con poca capacidad de recuperar los costes fijos y variables, dados los precios actuales del mercado, muy deprimidos por la caída de la demanda.

Y, ahí viene la segunda consecuencia, esta vez dirigida a la línea de flotación de las energías renovables. Así, hay que partir del hecho de que el modelo de retribución de las energías renovables se compone de dos partes: una, el precio del mercado de generación más una prima. Por tanto, la reducción del precio del mercado eléctrico reducido se propagará a la energía del régimen especial por lo que también perderá ingresos.

Así, teniendo en cuenta una producción de 40.000 GWh anuales, este impacto se cifra en 450 millones de euros que perderán estas tecnologías. Por ejemplo, para el sector eólico, esto supondría alrededor del un 15 % de reducción de su retribución actual, ya de por sí minorada también por la caída de la demanda y la crisis económica.

El problema estriba en que las primas estaban calculadas con una previsión de precios de mercado para proporcionar una rentabilidad esperada y por tanto las inversiones realizadas en su momento, así estaban calculadas. Por tanto, es una medida que de facto genera una fuerte contradicción con la línea política de impulso a las energías renovables, además de una fuerte inseguridad jurídica, regulatoria y económica, sin hablar de fuertes pérdidas empresariales. Por otra parte, los remedios pueden ser peores que la enfermedad: aumentar las primas para mantener la rentabilidad, lo que significaría un conjunto de consecuencias regulatorias y económicas incalculables. Y, si no, las consecuencias en términos empresariales y de inversión también pueden ser especialmente perjudiciales.

En todo caso, no hay que desdeñar la alternativa de proporcionar las ayudas de forma directa a la minería nacional, sin tener que alterar el mercado eléctrico y sus tecnologías. Sobre todo porque la petición de 300 millones que realizaba el sector de incremento del Plan del Carbón es mucho menor que todas las consecuencias directas e indirectas que conlleva para todos.

(Mañana trataremos las consecuencias en términos medioambientales y de emisiones de gases efecto invernadero de la propuesta.)

El consumo de gas aumentará, pero en creciente competencia con las renovables

Al inaugurar en Buenos Aires la Conferencia Mundial del Gas, el presidente del grupo español Repsol, Antonio Brufau, vaticinó que la demanda global de gas crecerá un 22 por ciento en los próximos 25 años.

Brufau predijo que la demanda de gas será impulsada por el crecimiento de los países emergentes, un pronóstico con el que coincidió el vicepresidente del directorio de Gazprom, Alexey Miller.

«Para 2020 la población mundial va a llegar a 8.500 millones de habitantes, con un aumento del consumo de gas per capita aportado principalmente por China, India, Brasil e Indonesia», afirmó el ejecutivo del gigante energético ruso.

Estos pronósticos de una creciente demanda coexisten con otros que vaticinan que el gas natural en los próximos años deberá afrontar el desafío de las crecientes fuentes de energía renovable.

Las llamadas «energías limpias» están llamadas a ocupar una porción cada vez mayor dentro de la matriz energética gracias a los compromisos asumidos por los países para reducir la emisión de gases de efecto invernadero como estrategia para combatir el cambio climático.

Europa, por ejemplo, ha comprometido un recorte del 20 por ciento en sus emisiones para 2020, una meta ambiciosa que supondrá que para entonces ese continente deberá haber incrementado el peso de las energías renovables dentro de su matriz energética desde el actual 7 por ciento hasta un 20 por ciento.

Este avance de las energías renovables podría suponer a priori un retroceso para el gas natural, segunda fuente de energía más utilizada en Europa.

Sin embargo, expertos y empresas coinciden en que los compromisos ambientales adoptados por los Gobiernos podrían volverse una «oportunidad» para el gas en, por ejemplo, la sustitución del carbón para producir electricidad con menor coste económico y ambiental.

Según Bernhard Reutersberg, director general de la empresa alemana E.ON Ruhrga, el gas es una energía «limpia, amistosa con el ambiente, confiable y segura» que, junto con el petróleo y la energía nuclear «seguirán aportando por mucho tiempo al mundo porque el desarrollo de energías renovables es lento».

«Habrá un crecimiento en el uso del gas a medida que los países actualicen sus agendas respecto al cambio climático», dijo en una rueda de prensa Coby van der Linde, catedrática y directora del Clingendael International Energy Programme.

Con un discurso menos ambientalista, el directivo de Gazprom, la mayor empresa productora de gas del mundo, fue enfático al afirmar que el desarrollo de la economía sólo es posible gracias a los hidrocarburos, una fuente a su criterio insustituible de momento, mientras aseguró que el gas es la energía «más barata y la única que puede garantizar el suministro en momentos de demanda pico».

Gazprom es el mayor abastecedor de gas a Europa, cuyo consumo cayó si significativamente por efecto de la crisis global y «podría llegar a compensarse en tres años», según vaticinó Reutersberg.

Esta abrupta caída en el consumo está afectando a los precios del gas natural, que en algunos casos llegan a entre 3,50 y 4 dólares el millón de BTU (unidad térmica británica) en «boca de pozo», lo que vuelve inviables algunos proyectos de exploración y producción, según explicó Tim Eggar, presidente de la compañía rusa Nitol Solar.

Eggar indicó que actualmente hay «exceso de oferta de gas, por lo que habrá mayor competencia entre los proveedores».

Para el futuro, en la conferencia que concluirá el próximo viernes en Buenos Aires se multiplican las voces que ven «cambios significativos» en el mercado del gas gracias al desarrollo de los gases no convencionales, como el metano y otros derivados de minerales que, por ejemplo, ya empezaron a extraerse en yacimientos de carbón de Canadá y Australia.

Otro elemento que dinamizará el sector será la creciente demanda de gas natural licuado (GNL), que según algunos pronósticos representará para 2020 el 25 por ciento del mercado del gas.

A juicio del presidente de Qatargas, Faisal Al-Suwaidi, hay perspectivas favorables para una mayor producción de GNL, aunque reconoció que el desarrollo de ese sector es «lento».

Los malos datos de empleo en EEUU llevan el pesimismo a los mercados del crudo

El crudo acabó a la baja el viernes, con el Texas en Nueva York por debajo de los 70 dólares, debido al ambiente de mayor inquietud por la evolución de la demanda de crudo en Estados Unidos, el mayor consumidor de energía del planeta, a la vista del deterioro del empleo.

Los datos que difundió el viernes el Departamento de Trabajo evidenciaron que el mercado laboral en la primera economía del planeta se deterioró más de lo que se preveía y la tasa de desempleo subió una décima desde agosto, al 9,8%, el nivel más alto desde 1983.

Los malos datos del desempleo empujaron a la baja la cotización del dólar ante otras divisas, lo que ayudó a que el precio del crudo no bajase más porque un «billete verde» débil atrae las inversiones en materias primas.

Esta situación pone una vez más de relieve que los mercados reaccionan de forma acusada a todos los datos económicos, en este caso negativo, aguando las sensaciones de una mejoría de la economía mundial que pudiera tener un efecto positivo en la demanda.

Esto es «un signo de hasta qué punto el mercado está basado en la esperanza, más que en un análisis sólido de los hechos», explicaron los analistas de la consultora de energía JBC.

A pesar de perder 87 centavos y cerrar el viernes a 69,95 dólares, en el conjunto de la semana el crudo de Texas, referente en EE.UU., subió 3,93 dólares o un 5,95 por ciento.

También subió más de un cinco por ciento el precio del crudo de la OPEP, al cerrar la semana a 67,70 dólares después de ganar en su conjunto 3,63 dólares.

Tras caer a menos de 35 dólares en diciembre, desde los casi 150 dólares que alcanzó en julio de 2008, los precios del petróleo se han recuperado en los últimos meses hasta unos 70 dólares, un nivel que los socios de la OPEP consideran, de momento, satisfactorio dada la crisis internacional.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el petróleo se cotice a 60 dólares por barril este año de media y a algo más de 75 dólares en 2010.

La semana ha estado marcada por noticias contradictorias, con algunas apoyando el precio del crudo, como el sorpresivo descenso de las reservas de gasolina en EE,UU., que cayeron en 1,6 millones de barriles, y que parecían apuntalar la sensación de un tirón de la demanda.

Pero el FMI, aunque considera que la recesión está en su fin, alertó que la ansiada recuperación económica llegaría con mucha lentitud.

«La economía ha pasado el punto de inflexión», dijo Strauss-Kahn, director gerente del FMI. Aunque «eso no significa que la crisis haya terminado», aclaró el jefe del FMI, puesto que se trata de un repunte «frágil».

Strauss-Kahn afirmó que la recuperación económica podría atrancarse «si la demanda privada en los países ricos es demasiado débil para convertirse en el motor principal del crecimiento».

Según el FMI, el desempleo seguirá subiendo el próximo año en los países avanzados, donde la crisis ha dejado ya sin trabajo a 15 millones de personas, un nivel inédito desde la II Guerra Mundial, lo que pasará factura a la demanda de crudo.

En Estados Unidos el desempleo superará el 10 por ciento el próximo año y en la zona euro se acercará al 12 por ciento, aunque en el país con la situación más grave, España, el desempleo rebasará el 20 por ciento, según los pronósticos del FMI.

Entre los aspectos positivos, destaca la vuelta a la mesa de las negociaciones de Irán y las grandes potencias para tratar el programa nuclear de la República Islámica.

Después de un parón de más de un año en las negociaciones, el encuentro de Ginebra del pasado jueves fue calificado por todos los participantes de «constructivo», lo que alivio a lo mercados debido a que Irán es el cuarto mayor exportador de crudo del planeta, y se temía que las diferencias pudieran agudizarse.

El petróleo cae más del 8% ante una débil demanda e incertidumbre económica

No obstante, la tendencia bajista se reinvertió el viernes ante la revelación de que Irán ha construido en secreto una segunda planta de enriquecimiento de uranio, lo que ha incrementado las tensiones internacionales en torno al controvertido programa atómico del régimen de los ayatolá.

Las cotizaciones del «oro negro» terminaron así la sesión de ayer con muy ligeras subidas, insignificantes frente al fuerte retroceso de las jornadas anteriores.

El barril de Brent, la referencia en Europa- para entrega en noviembre concluyó la semana en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres a 65,11 dólares, con una subida del 0,4% respecto al jueves, pero un 8,7% menos que el viernes anterior.

En la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), el Petróleo Intermedio de Texas -WTI, referente en América- subió el viernes apenas un 0,19%, hasta los 66,02 dólares por barril, acumulando un abaratamiento del 8,35% en toda la semana.

Y el barril que usa como referencia la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cayó de 70,27 a 65,12 dólares en cinco jornadas hábiles (de jueves a jueves).

Así las cosas, en pocos días el «oro negro» volvió al nivel que tenía en julio, situándose cerca de 10 dólares menos que los picos del año alcanzados en agosto y alejándose de los 70 dólares que la OPEP aspira a defender como mínimo para el precio de su barril.

El ministro de Energía argelino, Chakib Jelil, hizo un llamamiento a sus socios de la organización cumplir con los recortes de la producción acordados en diciembre de 2008 en Orán (Argelia), que siguen vigentes tras ser ratificados por tercera vez este año en la última reunión del grupo, el pasado día 9 en Viena.

«Cuanto más disciplinados seamos, más se reducirá el ‘stock’ (reserva almacenada) mundial de crudo y más se reforzarán los precios», dijo Jelil a la prensa en Argel.

Aludió así al hecho de que la cuota de producción conjunta de crudo de once de los países miembros de la OPEP -todos menos Irak-, de 24,84 millones de barriles diarios (mbd), es superada en cerca de 1,6 mbd, según cálculos de diversos institutos especializados.

El ministro argelino hizo esas declaraciones tras conocerse que en Estados Unidos los inventarios (reservas almacenadas) de crudo y derivados experimentaron una inesperada y fuerte subida, reflejo de un exceso de suministros ante una débil demanda.

Por otro lado, como se viene observando desde el inicio de la crisis financiera hace más de un año, las cotizaciones del «oro negro» han seguido las pautas de las principales bolsas, bajando con ellas cuando cunde el pesimismo porque se fortalece la impresión de que el consumo energético se mantendrá retraído.

Asimismo, también se ven influidas por un fortalecimiento del dólar frente al euro y otras divisas, puesto que se encarecen así los contratos de materias primas, a lo que se sumaron otros datos negativos, como el de las importaciones japonesas de crudo, que cayeron en agosto un 12,4% respecto al mismo mes del año pasado.

Los mercados estarán atentos a las crecientes tensiones en torno a Irán -segundo productor de crudo de la OPEP y cuarto del mundo- ante la posibilidad de nuevas sanciones contra el régimen de Teherán se deriven de la reunión prevista para el jueves en Ginebra entre representantes iraníes y del G6 (EEUU, China, Rusia, el Reino Unido, Francia y Alemania) sobre este contencioso.

La situación se agravó tras revelarse que Irán ha construido en secreto una segunda planta de enriquecimiento de uranio, que EEUU, Francia y el Reino Unido denunciaron como «desafío» a la comunidad internacional.

Crónica de la titulización del déficit (y del propio déficit)

Esta semana conocíamos que cinco grupos pujan por gestionar el proceso de titulización de la deuda del sector eléctrico, quedando fuera por no haber presentado oferta en plazo Santander Titulización y Gestión de Activos Titulizados -propiedad de Caixa Catalunya-.

Quedan, por tanto, cinco gestoras: Intermoney Titulización, Gesticaixa (Grupo La Caixa), Europea de Titulización (cerca del 85% del BBVA), Ahorro y Titulización (de Ahorro Corporación y la CECA) y Titulización de Activos. Esta última está compuesta a partes iguales (12,86%) por Caja Madrid, CAM, Caja Castilla-La Mancha, Ibercaja, Unicaja, Caja de Burgos y EBN Banco, más un 10% que controla JP Morgan.

Según las informaciones y fuentes solventes consultadas a las que ha tenido acceso Energía Diario, parece que los grupos con mayores opciones, a priori, son Intermoney y Titulación de Activos (TDA fue la gestora encargada en su momento de articular un proceso con muchos parecidos, el de la Moratoria Nuclear), entre los que se llegaría previsiblemente a un proceso de decisión casi en formato foto finish y a los que se les atribuye mayores posibilidades de llevarse el gato al agua.

Por su parte, hay que destacar el hecho de que el Gobierno creara a principios de agosto, y dentro de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, una subdirección especial en la estructura del Ministerio (la Subdirección General de Medidas Económicas Extraordinarias), encargada fundamentalmente de los fondos especiales que hasta ahora ha ido aprobando el Gobierno: desde el Fondo de Reestructuración Ordenación Bancaria (FROB) o el Fondo de adquisición de Activos Financieros hasta el Fondo de Titulización de la Deuda del Sector Eléctrico. A su cargo, Alicia Valencia, bajo las órdenes de Soledad Núñez.

En todo caso, la necesidad de culminar todo el proceso con mucha rapidez ha puesto a prueba la Administración y la coordinación entre los responsables de la política económica, financiera y energética. El proceso necesariamente tiene que articularse sin demoras, es decir, a marchas forzadas para conseguir que su colocación en los mercados financieros se realice a finales de noviembre, momento en que los mercados financieros internacionales echan el cierre hasta el año que viene (y principalmente los norteamericanos).

En esa cuestión, los responsables de este proceso de titulación en el ámbito de Tesoro y Política Financiera se encuentran con que este fondo específico, además de tener connotaciones financieras, tiene su repercusión en la economía y los sectores reales, en este caso, en el sector eléctrico, en la medida que la deuda pendiente de titulizar hoy sigue en los balances de las empresas. Consecuentemente, todo esto tiene su repercusión sobre el ámbito de las operaciones y las inversiones de las mismas, teniendo en cuenta la dimensión internacional de las mismas, una cuestión que no es baladí y que exige el máximo esfuerzo. En todo caso, el proceso en estos momentos está ajustado en plazos y el hecho de que Moody’s haya mantenido su nivel de calificación a la deuda española en triple AAA facilita la operación.

Por otra parte, la evolución del déficit tarifario en 2009, con una elevación de tarifas muy moderada y con una caída muy importante en la demanda y en los precios en el mercado de generación (del orden del 37%) aventuran casi 3.500 millones de euros a la “buchaka” del déficit tarifario, que será necesario financiar también en el futuro. Un déficit que se ha concentrado en los denominados “peajes” o tarifas de acceso”. Una cantidad pequeña comparativamente con años anteriores, pero todavía importante.

Wind PowerExpo 2009, el sector eólico español: empieza una nueva época

Un cierto sabor amargo o mejor dicho de inquietud e intranquilidad se respiraba en la feria Wind PowerExpo 2009, un moderado ambiente expectante que trasciende el necesario oropel de las ferias y los eventos, sus programaciones y jornadas técnicas, de indudable interés y actualidad. Una especie de murmullo que se difunde en los distintos momentos y puntos de encuentro entre los responsables del sector, desde la perspectiva lejana y hierática de la Administración, que ayer anunció convenientemente que empezaban a desbloquearse los proyectos. El hecho de que empiecen a escaparse noticias sobre esta situación parece que ha surtido efecto en un momento especialmente mediático con estas decisiones.

Es la primera vez que el sector eólico se enfrenta a un escenario, a un ‘frame’ tan complejo como el actual de cara al bloqueo que sufre el sector. El sector eólico ha sido por méritos propios “la niña bonita” de las renovables en España. Por muchos motivos. En primer lugar, porque la propia crisis económica y de demanda energética ha llevado a que este momento se realice bajo un escenario contractivo (de hecho, la economía española ha estado creciendo catorce años consecutivos hasta que comenzaron a torcerse las cosas).

Al mismo tiempo, también es la primera vez que estos procesos negociadores se inician en un momento en que se produce una sustitución de piezas teóricamente clave dentro del equipo energético del Ministerio de Industria, en este caso, del Director General de Energía, recién incorporado.

Y todo ese tiempo ha estado presidido por una expansión del sector eólico digna de admiración como vector de las energías renovables en nuestro país, de forma que, junto con Alemania, hemos podido presentar el desarrollo más importante de esta tecnología en Europa. (Tenemos que preguntarnos la razón de que los movimientos en nuestro país sean tan maniqueos: de apostar directamente por una tecnología, incluso figurando en los discursos programáticos, a que la actuación regulatoria genere incertidumbre, como una termita que todo lo devora en el ámbito económico).

Por ello, en 2009 hemos vivido uno de esos momentos de la verdad para el sector renovable en general y para el sector eólico en particular. Y eso es lo que configura este ‘frame’. La puesta en funcionamiento del Real Decreto 6/2009 ha modificado el calendario de cierre de la aplicación del R.D. 661/2007 provocando por varios motivos (efecto burbuja de proyectos y gestión de las inscripciones demoradas en el Registro de Preasignación) un frenazo general al sector como industria. En paralelo, los atisbos de comienzo de negociación con Industria parece que se demoran, lo que añade un escenario de distintos esquemas retributivos conviviendo y de falta de perspectivas futuras. En este sentido, también en estos momentos y en términos sectoriales, se está “pagando” el débil funcionamiento de los reguladores, como la Comisión Nacional de Energía. A todo esto se une la revuelta autonomista: concurso y amenaza de nuevos tributos que no están en los modelos retributivos y que forman parte de una peculiar “fiscalidad verde o antiverde”, en el marco de la subida de la presión fiscal dosificada prevista a distintos niveles.

A esta situación de incertidumbre hay que unir los problemas de financiación de los proyectos que son de sobra conocidos y generales en un momento de falta de confianza en los mercados de crédito. Mientras las percepciones de éxito sin mácula que se difundían empiezan a tener claroscuros. De hecho, ya empiezan a esgrimirse razones de tipo industrial y de empleo, sobre las consecuencias de esta parada. En esto, se evidencia que se trata de un sector maduro.

El sector eólico como sector industrial, en términos de fabricación y ensamblaje, como de promoción de parques. El sector eólico como parte del sector de generación eléctrica. Dos realidades cercanas pero con escenarios diferentes. Uno, impelido por el parón regulatorio, y el otro, acuciado por la caída de la demanda eléctrica y las tentaciones intervencionistas regulatorias acechantes. Está claro que el sector eólico dará mucho que hablar en este otoño, en que la percepción general del sector es semejante a la de la economía.

Empieza una nueva época a la que dedicaremos especial atención en los próximos días y en este otoño.

El crudo sube un 4 % en una semana de dudas pese a los signos de mejora económica

La semana comenzó a la baja, con las cotizaciones del «oro negro» afectadas por el enfrentamiento comercial entre China y Estados Unidos debido a los aranceles del país americanos a los neumáticos chinos.

El martes, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) revisó ligeramente al alza su anterior pronóstico sobre la demanda mundial de crudo, al calcularlo en 84,05 millones de barriles diarios (mbd) para este año y en 84,56 mbd para 2010.

Pese a lo leve de la revisión, es la primera vez desde hace más de un año que el grupo energético mejora su perspectiva del consumo de crudo.

Pero la buena noticia del día fue el dato de que en agosto las ventas del comercio minorista estadounidense crecieron un 2,7 por ciento, siete décimas más de lo que esperaban los analistas.

Un dato que ayudó a transmitir la sensación de que la economía se recupera poco a poco de la recesión en la que está sumida y que fue confirmado por una optimista declaración del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, sobre la probabilidad de que la recesión haya acabado ya en Estados Unidos.

Así, el crudo Texas de referencia en Estados Unidos se disparó un 3 por ciento y cerró a 70,93 dólares por barril.

Al día siguiente, el Texas sumó otro 2,2 por ciento tras hacerse público que las reservas de crudo en EEUU bajaron en 4,7 millones de barriles la pasada semana, lo que superó las previsiones de los analistas.

No obstante el total, de 332,8 millones, siguió siendo un 9,8% superior al del pasado año en la misma época.

Esos datos revelaron además que el volumen de combustibles y de otros derivados sacados al mercado de EEUU en las últimas cuatro semanas, algo que el mercado toma como una referencia del nivel de demanda, se situó en una media de 19,5 millones de barriles diarios, un 3,7% más que hace un año.

El barril de Brent europeo reaccionó también con entusiasmo y subió un 6,4 por ciento en Londres, pasando la barrera de los 70 dólares, ante ese dato sobre la aparente recuperación de la demanda de crudo en Estados Unidos, el mayor consumidor energético.

El final de la semana vio a los precios del «oro negro» perder parte de lo ganado en las jornadas anteriores.

La recuperación de la cotización del dólar frente a la divisa europea y otras monedas afectó al valor de las materias primas que se negocian en la moneda estadounidense en los mercados internacionales, como el petróleo.

Pese a que los datos favorables de empleo y del sector constructor estadounidense animaron por momentos las sesiones, tanto el Texas como el Brent se depreciaron de forma moderada, ante la existencia aún de dudas, según los analistas, sobre la duración de la crisis y la recuperación de la demanda.

Así, la sesión del viernes en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) terminó con el Texas a 72,04 dólares por barril, un 3,9 por ciento por encima de la cotización de la semana anterior.

Por su parte, el barril de Brent alcanzó los 71,32 dólares en el Intercontinental Exchange Futures de Londres, un 4,1 por ciento más que el viernes anterior.

Respecto al «oro negro» de la OPEP, la cotización del jueves, última dada a conocer, marcó los 70,27 dólares por barril, casi un 5 por ciento más que el precio registrado a principio de la semana.

El Gobierno obliga a comprar carbón nacional: una decisión poco sostenible

Tal y como se pudo conocer ayer, los dilemas se han esfumado en lo que se refiere al problema generado en la industria extractiva de carbón nacional, cuya demanda se ha visto ostensiblemente reducida por la caída de la demanda eléctrica. El problema: que las centrales térmicas del norte habían hecho un acopio importante de carbón nacional (estando ya hasta los topes), el Gobierno había creado una reserva estratégica de carbón nacional (ya superada en sus dimensiones). A ello hay que unir que las empresas españolas disponen de carbón extranjero vía contratos y vía la titularidad de explotaciones y propiedad de las mismas, más eficiente y más barato (incluyendo el transporte del mismo).

A esto hay que añadir que el precio de la electricidad en el mercado mayorista está muy bajo y los costes de la térmica son altos incluyendo los derechos de emisión y más altos si utilizan carbón nacional de menos poder calorífico. Mientras tanto, crece la presión directa en las cuencas mineras por parte empresarial y sindical para que se “queme carbón”.

Puestos en esta tesitura, que decíamos ayer, el Gobierno opta porque el Secretario de Estado de Energía se reúna con las empresas eléctricas y se inste (se obligue) a las mismas a comprar carbón nacional y, por tanto, a quemar el mismo produciendo electricidad a través de esta tecnología.

Las consecuencias directas para la generación de electricidad son evidentemente sustitutivas, por lo que, en la medida que hay menor demanda, el margen de entrada para producción eléctrica con otras fuentes se reduce. Probablemente, quienes se vean más afectadas, en un primer momento, sean las centrales de ciclo combinado (gas), que con menos costes que el carbón tendrán que retirar producción del mercado, para que entre el carbón. Todo ello, en la medida que la producción renovable actual entra en el mercado de forma automática. Consecuencia directa, pero de segundo orden: aumento del precio en el mercado de generación a la vista.

Las siguientes consecuencias son de segundo orden y medio plazo: dudas e inestabilidad de la capacidad de aumentar la potencia renovable, cuestionamiento de la política medioambiental del Gobierno en el principal sector en generación de emisiones de carbono (decisión poco “sostenible” medioambientalmente, pero también económicamente), introducción de ineficiencias en el mercado de generación eléctrica que se propaga a la tarifa, traslado sectorial de las ineficiencias, etc…

Las terceras consecuencias (o mejor dicho lecturas) son más peligrosas y tienen que ver con el medio plazo y los “mensajes”. No solamente por la escasa convicción de la política medioambiental que ya se ha criticado abiertamente (incluso en tiempos de crisis de demanda pueden subir las emisiones de carbono, vaya por delante). Va más allá. Y está relacionada con la debilidad del Gobierno y la forma en que gestiona de las presiones (sindicales, empresariales y sociales) de forma que se puede sacrificar el funcionamiento racional de los mercados. En todo caso, hay otra forma de gestionar las presiones y los problemas que es reformar, pero el propio presidente del Gobierno, el leonés y próximo a las zonas mineras, ya anunció que lo prioritario es la garantía de la paz social (mientras se pueda y lo permitan estos desaguisados, claro).

Por tanto, el Gobierno estimulado por el nacionalismo minero residual, por el proteccionismo económico, ha vuelto por los viejos fueros de sindicar el problema, de trasladarlo intersectorialmente en forma de subsidios cruzados de forma que no se conozca nunca la realidad y se transformen los problemas en un pasteleo. Y luego queda el “formato”, la escenificación de la medida, pavorosa: escena de autoridad competente (otro tiempo, otro formato de sociedad) rodeada de los Presidentes de las empresas eléctricas, impelidos por vía gubernativa y administrativa a la ‘omertá’.

No hemos entendido nada. Lo pagaremos todos.

La CNE celebra la Diada

Esta semana la CNE ha concedido el jueves como día libre a sus Consejeros, de forma que no ha celebrado la sesión ordinaria de los jueves que celebra su Consejo de Administración. Según ha podido conocer Energía Diario, la vuelta de las vacaciones en el regulador se ha realizado de forma muy escalonada, ya que su presidenta, tras su retiro estival de finales de julio, se incorporó el pasado lunes día 7 de septiembre, a lo largo del día.

Por su parte, la primera convocatoria del Consejo tuvo lugar el pasado martes, día 8. Los asuntos tratados en el Consejo, a la luz de la nota de prensa, se pueden considerar “de trámite”. Posteriormente la Presidenta estuvo los días 9 y 10 en Bruselas.

Por su parte, un día más tarde la CNE presentó el Informe anual de supervisión del mercado de hidrocarburos líquidos. Los comentarios aparecidos a raíz del mismo, apuntan a que la CNE se une a las tesis de la Comisión Nacional de Competencia y propone que se revisen los aspectos regulatorios que retrasan o encarecen «innecesariamente» el proceso de apertura de nuevas gasolineras, al tiempo que propone soluciones «oportunas» para reducir la concentración en las mismas.

En todo caso, parece ser que en la sede madrileña de la CNE no se realizará ni ofrenda floral, ni se reproducirá el polémico referéndum de Arenys, ni tampoco se unirá el boicot a la cantante israelí Noa.

La próxima convocatoria del Consejo está prevista para el próximo martes día 15 de septiembre.