Bruselas propone que todos los edificios produzcan la misma energía que consumen

El Parlamento Europeo (PE) ha propuesto que a partir de 2019 todos los edificios de nueva construcción produzcan, al menos, la misma energía que consumen mediante la instalación de sistemas de captación de energía, como paneles solares o bombas de calor.

Esta medida se incluye en un informe legislativo, adoptado por el pleno de la Eurocámara, que deberá ser debatido aún en el Consejo de la Unión Europea -que representa a los países- antes de poder proceder a su aprobación definitiva.

En referencia a los edificios ya construidos, el texto insta a los estados miembros a establecer objetivos nacionales intermedios, y recomienda fijar para 2015 y 2020 un porcentaje mínimo de construcciones que cumplan este objetivo.

Además, los eurodiputados han requerido a los Veintisiete que faciliten las medidas financieras necesarias para promover la eficiencia energética en los edificios, como préstamos de bajo interés o descuentos fiscales.

El informe recomienda también que se actualice el rendimiento energético de las construcciones cada vez que se lleven a cabo obras o se renueve parte de sus instalaciones, como ventanas, calderas o sistemas de aire acondicionado. Las segundas residencias, o casas utilizadas durante menos de cuatro meses al año, también deberán acatar estos requisitos.

Los hogares con tan sólo una planta inferior a 50 metros cuadrados, los edificios destinados a actividades religiosas, los talleres, las construcciones temporales que se van a utilizar durante menos de 18 meses, las infraestructuras agrícolas de bajo consumo y los edificios históricos protegidos estarán exentos de cumplir esta normativa.

La organización ecologista internacional WWF ha acogido satisfactoriamente esta medida, ya que considera que la promoción de la eficiencia energética impulsa el desarrollo tecnológico, crea nuevos puestos de trabajo y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.

WWF ha recordado que el mantenimiento de los edificios es responsable del 40 por ciento del consumo de energía europeo, gran parte del cual podría evitarse con mejores aislamientos, doble acristalado o iluminación de bajo consumo.

La UE acuerda medidas para impulsar liberalización del gas y la electricidad

Tras año y medio de negociaciones, la UE aprobó finalmente toda una serie de medidas para impulsar la liberalización de los mercados del gas y la electricidad que, entre otras cosas, obligarán a las compañías dominantes a facilitar a la competencia el acceso a sus redes.

El Parlamento Europeo (PE) dio luz verde con amplias mayorías a las dos directivas y tres reglamentos que forman el llamado «paquete energético» después de llegar a acuerdos con los gobiernos europeos, que arrancaron muy divididos las negociaciones.

Las principales diferencias se centraron, desde el primer momento, en la propuesta de la Comisión Europea (CE) para forzar la separación patrimonial de las actividades de producción, transporte y comercialización, lo que suponía en la práctica la desmembración de los grandes grupos energéticos que operan en Europa.

Finalmente, los países podrán elegir entre tres opciones para facilitar el acceso de las empresas a las grandes redes de los monopolios tradicionales: forzar a las empresas a deshacerse de su negocio de transmisión, hacer que cedan su gestión a un operador independiente u obligar a las compañías a permitir que la unidad de redes funciones de forma independiente dentro de la compañía.

El tercer modelo, propuesto por Alemania y Francia, despertaba dudas en algunos países que consideraba que no ofrecía las garantías suficientes.

En cualquier caso, las nuevas medidas llevan en la práctica a una separación de las actividades de transmisión del resto de las de las empresas que, para la UE, deben mejorar la competencia y reducir los precios para los consumidores.

Al mismo tiempo, la legislación incluye salvaguardas para evitar que las redes caigan en manos de compañías extranjeras si éstas no se someten también a la separación patrimonial o si su entrada en el mercado puede poner en peligro la seguridad energética del país.

En cuanto a las medidas directas para mejorar la situación de los consumidores, los textos aprobados por la Eurocámara establecen que los usuarios podrán cambiar de suministrador de gas o electricidad en tres semanas y sin ningún gasto y que recibirán obligatoriamente una mayor información sobre su consumo y facturación, incluidos detalles sobre el origen de la energía que utilizan.

Además, la nueva legislación prevé compensaciones para los usuarios en caso de que las empresas no cumplan con los niveles de calidad, por ejemplo, por errores o retrasos en las facturas.

La UE forzará también a las autoridades nacionales a garantizar el servicio de electricidad a todos los hogares independientemente de su ubicación y a que el acceso tenga precios «razonables» y «transparentes«.

Por otra parte, las nuevas normas impulsarán la solidaridad energética dentro de los Veintisiete e incluyen la creación de una Agencia Europea para la Cooperación de los Reguladores Energéticos que aprobará líneas de actuación que posteriormente la Comisión Europea tendrá que hacer vinculantes para casos como los procedimientos de emergencia.

También se establecerán redes europeas para la cooperación entre los operadores de las líneas de transmisión de electricidad y gas y se obligará a estas compañías a presentar a las autoridades nacionales sus planes de desarrollo cada dos años.

La UE impulsará además medidas para reforzar la independencia de los reguladores nacionales y para reforzar la colaboración entre ellos a escala europea.

La UE acuerda medidas para impulsar liberalización del gas y la electricidad

Tras año y medio de negociaciones, la UE aprobó finalmente toda una serie de medidas para impulsar la liberalización de los mercados del gas y la electricidad que, entre otras cosas, obligarán a las compañías dominantes a facilitar a la competencia el acceso a sus redes.

El Parlamento Europeo (PE) dio luz verde con amplias mayorías a las dos directivas y tres reglamentos que forman el llamado «paquete energético» después de llegar a acuerdos con los gobiernos europeos, que arrancaron muy divididos las negociaciones.

Las principales diferencias se centraron, desde el primer momento, en la propuesta de la Comisión Europea (CE) para forzar la separación patrimonial de las actividades de producción, transporte y comercialización, lo que suponía en la práctica la desmembración de los grandes grupos energéticos que operan en Europa.

Finalmente, los países podrán elegir entre tres opciones para facilitar el acceso de las empresas a las grandes redes de los monopolios tradicionales: forzar a las empresas a deshacerse de su negocio de transmisión, hacer que cedan su gestión a un operador independiente u obligar a las compañías a permitir que la unidad de redes funciones de forma independiente dentro de la compañía.

El tercer modelo, propuesto por Alemania y Francia, despertaba dudas en algunos países que consideraba que no ofrecía las garantías suficientes.

En cualquier caso, las nuevas medidas llevan en la práctica a una separación de las actividades de transmisión del resto de las de las empresas que, para la UE, deben mejorar la competencia y reducir los precios para los consumidores.

Al mismo tiempo, la legislación incluye salvaguardas para evitar que las redes caigan en manos de compañías extranjeras si éstas no se someten también a la separación patrimonial o si su entrada en el mercado puede poner en peligro la seguridad energética del país.

En cuanto a las medidas directas para mejorar la situación de los consumidores, los textos aprobados por la Eurocámara establecen que los usuarios podrán cambiar de suministrador de gas o electricidad en tres semanas y sin ningún gasto y que recibirán obligatoriamente una mayor información sobre su consumo y facturación, incluidos detalles sobre el origen de la energía que utilizan.

Además, la nueva legislación prevé compensaciones para los usuarios en caso de que las empresas no cumplan con los niveles de calidad, por ejemplo, por errores o retrasos en las facturas.

La UE forzará también a las autoridades nacionales a garantizar el servicio de electricidad a todos los hogares independientemente de su ubicación y a que el acceso tenga precios «razonables» y «transparentes«.

Por otra parte, las nuevas normas impulsarán la solidaridad energética dentro de los Veintisiete e incluyen la creación de una Agencia Europea para la Cooperación de los Reguladores Energéticos que aprobará líneas de actuación que posteriormente la Comisión Europea tendrá que hacer vinculantes para casos como los procedimientos de emergencia.

También se establecerán redes europeas para la cooperación entre los operadores de las líneas de transmisión de electricidad y gas y se obligará a estas compañías a presentar a las autoridades nacionales sus planes de desarrollo cada dos años.

La UE impulsará además medidas para reforzar la independencia de los reguladores nacionales y para reforzar la colaboración entre ellos a escala europea.

El PE pide que los países de la UE tengan unas reservas «mínimas» de petróleo

El pleno del Parlamento Europeo (PE) pidió a los países de la UE que mantengan unas reservas «mínimas» de petróleo para poder afrontar cualquier corte inesperado en el suministro.

En un informe aprobado por 629 votos a favor y 24 en contra, el PE alerta de que las posibles perturbaciones en el suministro podrían dañar las economías de los Veintisiete, así como «comprometer» su capacidad militar.

Para los eurodiputados, el riesgo de cortes ha aumentado en los últimos años como consecuencia del incremento global de la demanda de crudo, la ubicación de la producción en regiones «inestables» y la disminución de los recursos dentro de la UE.

El ponente del informe, el eurodiputado checo del grupo de Izquierda Unitaria Europea Miloslav Ransdorf, señaló que el almacenamiento de crudo para 90 días, tal y como recomienda la CE, debería ser suficiente para afrontar cualquier problema en el abastecimiento. En su opinión, si la crisis se prolongara en el tiempo, serían necesarias «otro tipo» de medidas.

Además, el texto subraya la importancia de que los países comunitarios alcancen acuerdos bilaterales para asegurar un suministro rápido y eficaz en el caso de que se produzca una eventual crisis.

El PE pide que los países de la UE tengan unas reservas «mínimas» de petróleo

El pleno del Parlamento Europeo (PE) pidió a los países de la UE que mantengan unas reservas «mínimas» de petróleo para poder afrontar cualquier corte inesperado en el suministro.

En un informe aprobado por 629 votos a favor y 24 en contra, el PE alerta de que las posibles perturbaciones en el suministro podrían dañar las economías de los Veintisiete, así como «comprometer» su capacidad militar.

Para los eurodiputados, el riesgo de cortes ha aumentado en los últimos años como consecuencia del incremento global de la demanda de crudo, la ubicación de la producción en regiones «inestables» y la disminución de los recursos dentro de la UE.

El ponente del informe, el eurodiputado checo del grupo de Izquierda Unitaria Europea Miloslav Ransdorf, señaló que el almacenamiento de crudo para 90 días, tal y como recomienda la CE, debería ser suficiente para afrontar cualquier problema en el abastecimiento. En su opinión, si la crisis se prolongara en el tiempo, serían necesarias «otro tipo» de medidas.

Además, el texto subraya la importancia de que los países comunitarios alcancen acuerdos bilaterales para asegurar un suministro rápido y eficaz en el caso de que se produzca una eventual crisis.

Bruselas autoriza a Enel a aumentar su participación en Endesa hasta el 92%

El Ejecutivo comunitario tenía hasta el próximo 17 de abril para evaluar los efectos que tendrá sobre la competencia comunitaria esta operación, anunciada el pasado 21 de febrero.

La Comisión señaló en un comunicado que examinó la operación por su procedimiento simplificado, el que aplica a los casos que no presentan, a priori, problemas de competencia.

Al trasladar a Bruselas el análisis de la venta, Enel hizo constar que ésta tiene dimensión comunitaria y reconoce la competencia exclusiva de la Comisión Europea para aprobarla, vetarla o condicionarla.

La operación está evaluada en 11.107 millones de euros, que Enel abonará con 8.218 millones en efectivo, mientras que el resto lo entregará en activos de energías renovables.

Para hacer frente a la compra del 25 por ciento de Endesa, la eléctrica italiana cuenta con un préstamo de 8.000 millones de euros concedido por una docena de bancos, encabezados por los españoles Santander y BBVA, y el italiano Mediobanca, que aportan 1.500 millones de euros cada uno.

A estos tres bancos se les unen las dos grandes cajas españolas: La Caixa y Caja Madrid; el japonés Tokyo-Mitsubishi; los italianos Intesa San Paolo y Unicredit; los franceses BNP Paribas, Natixis y Calyon, y el británico Royal Bank of Scotland.

La eléctrica italiana deberá devolver en 5 años algo menos del 70 por ciento del total del préstamo, mientras que se amplía hasta 7 años el plazo del resto.

En el acuerdo entre Enel y Acciona se establece «de manera expresa y formal» que Endesa será el suministrador preferente para cubrir las necesidades energéticas de la constructora en España y Portugal durante los dos próximos años.

Con la compraventa se pone fin a una unión de menos de dos años entre la constructora Acciona y la eléctrica italiana, así como a la larga batalla por el control de Endesa, que se inició en septiembre de 2005 cuando Gas Natural presentó una opa.

Bruselas autoriza a Enel a aumentar su participación en Endesa hasta el 92%

El Ejecutivo comunitario tenía hasta el próximo 17 de abril para evaluar los efectos que tendrá sobre la competencia comunitaria esta operación, anunciada el pasado 21 de febrero.

La Comisión señaló en un comunicado que examinó la operación por su procedimiento simplificado, el que aplica a los casos que no presentan, a priori, problemas de competencia.

Al trasladar a Bruselas el análisis de la venta, Enel hizo constar que ésta tiene dimensión comunitaria y reconoce la competencia exclusiva de la Comisión Europea para aprobarla, vetarla o condicionarla.

La operación está evaluada en 11.107 millones de euros, que Enel abonará con 8.218 millones en efectivo, mientras que el resto lo entregará en activos de energías renovables.

Para hacer frente a la compra del 25 por ciento de Endesa, la eléctrica italiana cuenta con un préstamo de 8.000 millones de euros concedido por una docena de bancos, encabezados por los españoles Santander y BBVA, y el italiano Mediobanca, que aportan 1.500 millones de euros cada uno.

A estos tres bancos se les unen las dos grandes cajas españolas: La Caixa y Caja Madrid; el japonés Tokyo-Mitsubishi; los italianos Intesa San Paolo y Unicredit; los franceses BNP Paribas, Natixis y Calyon, y el británico Royal Bank of Scotland.

La eléctrica italiana deberá devolver en 5 años algo menos del 70 por ciento del total del préstamo, mientras que se amplía hasta 7 años el plazo del resto.

En el acuerdo entre Enel y Acciona se establece «de manera expresa y formal» que Endesa será el suministrador preferente para cubrir las necesidades energéticas de la constructora en España y Portugal durante los dos próximos años.

Con la compraventa se pone fin a una unión de menos de dos años entre la constructora Acciona y la eléctrica italiana, así como a la larga batalla por el control de Endesa, que se inició en septiembre de 2005 cuando Gas Natural presentó una opa.

España ocupó en 2006 el 7º lugar en dependencia energética de la UE-27

En este sentido, la dependencia energética del conjunto de la Unión Europea alcanzó dicho año el 53,8 por ciento, continuando así con la tendencia alcista que se observaba en el año 2000, cuando la dependencia media era del 46,8 por ciento.

Un comportamiento que se también se ha reflejado en España, donde la dependencia energética pasó del 76,7 por ciento del año 2000 hasta el 81,4 por ciento en 2006.

Muy cerca se situaron Bélgica, con el 77,9 por ciento; Austria con el 72,9 por ciento y Grecia, con el 71,9 por ciento.

Por su parte, Chipre, 102,5 por ciento; Luxemburgo, 98,9 por ciento, e Irlanda, 90,9 por ciento, fueron los estados que más dependieron de las importaciones energéticas.

Por el contrario, entre los países miembros menos dependientes se situaron Estonia, con el 33,5 por ciento, Rumanía, con el 29,1 por ciento, República Checa con el 28 por ciento y Polonia con 19,9 por ciento.

Asimismo, Dinamarca, único país europeo exportador de energía, aumentó su producción hasta el 36,8 por ciento, dos décimas superior a la que registró en el año 2000.

España ocupó en 2006 el 7º lugar en dependencia energética de la UE-27

En este sentido, la dependencia energética del conjunto de la Unión Europea alcanzó dicho año el 53,8 por ciento, continuando así con la tendencia alcista que se observaba en el año 2000, cuando la dependencia media era del 46,8 por ciento.

Un comportamiento que se también se ha reflejado en España, donde la dependencia energética pasó del 76,7 por ciento del año 2000 hasta el 81,4 por ciento en 2006.

Muy cerca se situaron Bélgica, con el 77,9 por ciento; Austria con el 72,9 por ciento y Grecia, con el 71,9 por ciento.

Por su parte, Chipre, 102,5 por ciento; Luxemburgo, 98,9 por ciento, e Irlanda, 90,9 por ciento, fueron los estados que más dependieron de las importaciones energéticas.

Por el contrario, entre los países miembros menos dependientes se situaron Estonia, con el 33,5 por ciento, Rumanía, con el 29,1 por ciento, República Checa con el 28 por ciento y Polonia con 19,9 por ciento.

Asimismo, Dinamarca, único país europeo exportador de energía, aumentó su producción hasta el 36,8 por ciento, dos décimas superior a la que registró en el año 2000.

La CE aprueba mejorar la eficiencia de los transformadores de energía

La Comisión Europea aprobó de manera oficial un reglamento para mejorar la eficiencia de los transformadores externos de energía a fin de reducir su consumo en 9 TWh y las emisiones de dióxido de carbono en 3,2 millones de toneladas al año.

El portavoz comunitario de Energía, Ferrán Tarradellas, recordó en rueda de prensa que estos aparatos sirven para adaptar el voltaje de la red a los ordenadores, teléfonos y otros dispositivos de uso cotidiano.

La CE calcula que la medida supondrá un ahorro equivalente al consumo energético de un año en un país como Lituania y que los consumidores europeos verán su gasto de energía reducido en alrededor de un 30 por ciento. Tarradellas indicó también que los nuevos dispositivos tendrán un precio similar al de los que se utilizan hoy en día.

El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, insistió en un comunicado en que fijar requisitos ambiciosos para mejorar el funcionamiento de este tipo de productos es una contribución importante para mejorar la eficiencia energética de la UE.

Tras la aprobación formal de la CE y su publicación en el Diario Oficial de la UE, la medida entrará en vigor en dos etapas, en 2010 y 2011.