Bruselas convoca proyectos energéticos a los que otorgará casi 4.000 millones de euros

La Comisión Europea abrió una convocatoria para proyectos energéticos de infraestructuras como parte del programa de recuperación económica que prevé conceder casi 4.000 millones de euros a este ámbito.

Los interesados podrán remitir sus propuestas de interconexiones, energía eólica marina y captura y almacenamiento de CO2 hasta el próximo 15 de julio, informó la Comisión Europea en un comunicado.

El Ejecutivo comunitario adelantó que espera cerrar los primeros acuerdos antes de finales de año.

La dotación de 3.980 millones de euros que la UE destinará a financiar estos proyectos durante este año y 2010 se dividirá en 2.365 millones para infraestructuras de electricidad, 565 millones para energía eólica marina y 1.050 millones para captura y almacenamiento de carbono.

El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, señaló que la financiación garantizará y acelerará las inversiones en el sector y tendrá un impacto directo en la economía y el empleo europeos.

«Ayudará a mejorar la seguridad de suministro de los estados miembros más vulnerables», añadió.

Piebalgs también consideró que la financiación contribuirá a lograr los objetivo 20-20-20 para 2020 -20% de reducción de emisiones, 20% de mejora en eficiencia energética y 20% de renovables-, ya que pondrá en marcha tecnologías para la captura y almacenamiento de carbono y turbinas de energía eólica.

En la lista de proyectos elegibles que ya maneja la CE figuran varios españoles como el de captura y almacenamiento de carbono en la localidad leonesa de Compostilla (que podría recibir 180 millones), la interconexión eléctrica de alta tensión entre España y Francia (225 millones) y el gasoducto de Larrau, entre España y Francia (45 millones).

Asimismo, está previsto conceder 200 millones de euros al desarrollo del gasoducto «Nabucco», para el transporte de gas natural desde el Mar Caspio hasta la UE.

La UE espera más seguridad energética en plena crisis ante los recelos de Rusia

La UE espera que la cumbre que celebrará con Rusia el 21 y 22 de mayo en la ciudad siberiana de Jabárovsk sirva para aumentar la seguridad energética en el marco de la actual crisis económica, y para despejar los recelos ante la progresiva influencia europea en las ex-repúblicas soviéticas más orientales.

Así consta en las conclusiones que previsiblemente aprobarán mañana los ministros de los Veintisiete en un Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores.

Ante la anunciada pretensión de Moscú de debatir sobre una nueva arquitectura europea de seguridad en la que se limite el poder de la OTAN, fuentes diplomáticas checas, país que preside por turno la delegación de la UE, aseguran que no quieren entrar en una «discusión sustancial» al respecto.

La UE confía en entrar en las últimas fases para la definitiva puesta en marcha del llamado «mecanismo de alerta temprana», con el fin de ayudar a prevenir los cortes en el suministro de hidrocarburos rusos que periódicamente sufre el continente.

Los Veintisiete quieren blindar legalmente los compromisos energéticos de Rusia a través del nuevo marco estratégico de relaciones que comenzaron a negociar el pasado año tras dos años de bloqueo.

Además, van a escuchar la propuesta alternativa del presidente ruso, Dmitri Medvedev, a la Carta de la Energía, aunque defenderán la vigencia de sus principios para regular las relaciones energéticas este-oeste.

Pero Rusia considera este reglamento desequilibrado y perjudicial para los intereses de los países productores, y busca un nuevo acuerdo que permita el libre acceso del consorcio gasístico Gazprom a los activos de las compañías energéticas europeas.

Los Veintisiete reciben el 16 por ciento del petróleo y el 20 por ciento del gas que consumen de Rusia, que a su vez destina a la Europa comunitaria el 53 por ciento de sus exportaciones de petróleo y el 62 por ciento de las de gas.

Por otra parte, la Unión Europea aprovechará para intentar calmar la irritación rusa por la firma de la Asociación Oriental con Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán.

La UE reiterará su oferta para implicarles en algunos proyectos y actividades concretas de la iniciativa, que pretende fomentar reformas políticas, sociales y económicas en estos países a través de inversiones por valor de 600 millones de euros hasta 2013.

Moscú cree que se trata de un nuevo paso de Occidente para crear esferas de influencia en sus territorios más próximos, al igual que observa con recelo la ampliación de la OTAN hacia el Este.

En este mismo contexto puede incluirse la nueva arquitectura de seguridad europea que defiende Rusia para evitar el acercamiento progresivo hacia sus fronteras de la Alianza Atlántica.

La UE está «abierta a considerar las nuevas ideas en un proceso transparente y abierto, teniendo en cuenta que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sigue siendo el principal foro de discusión».

Además, los Veintisiete urgirán a Rusia a «respetar sus compromisos, incluido en lo que se refiere a Georgia» -donde los rusos apoyaron la secesión de Abjasia y Osetia del Sur- para «impulsar una solución pacífica a los conflictos territoriales y de soberanía» en los países con los que comparten vecindario.

En otro de los tradicionales puntos de fricción, las libertades y los derechos humanos, la UE recalcará que «la debilidad de los derechos individuales y de propiedad, las presiones constantes en el poder judicial y la falta de solidez de la sociedad civil frenan el desarrollo de Rusia».

La Cumbre se iniciará con una cena informal de líderes el 21 de mayo, y continuará el 22 con una sesión de trabajo, seguida de una conferencia de prensa y un almuerzo de trabajo.

La UE será representada por el presidente checo, Václav Klaus, junto al Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Asimismo, acudirán por lado europeo la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner y de Comercio, Catherine Ashton.

La UE espera más seguridad energética en plena crisis ante los recelos de Rusia

La UE espera que la cumbre que celebrará con Rusia el 21 y 22 de mayo en la ciudad siberiana de Jabárovsk sirva para aumentar la seguridad energética en el marco de la actual crisis económica, y para despejar los recelos ante la progresiva influencia europea en las ex-repúblicas soviéticas más orientales.

Así consta en las conclusiones que previsiblemente aprobarán mañana los ministros de los Veintisiete en un Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores.

Ante la anunciada pretensión de Moscú de debatir sobre una nueva arquitectura europea de seguridad en la que se limite el poder de la OTAN, fuentes diplomáticas checas, país que preside por turno la delegación de la UE, aseguran que no quieren entrar en una «discusión sustancial» al respecto.

La UE confía en entrar en las últimas fases para la definitiva puesta en marcha del llamado «mecanismo de alerta temprana», con el fin de ayudar a prevenir los cortes en el suministro de hidrocarburos rusos que periódicamente sufre el continente.

Los Veintisiete quieren blindar legalmente los compromisos energéticos de Rusia a través del nuevo marco estratégico de relaciones que comenzaron a negociar el pasado año tras dos años de bloqueo.

Además, van a escuchar la propuesta alternativa del presidente ruso, Dmitri Medvedev, a la Carta de la Energía, aunque defenderán la vigencia de sus principios para regular las relaciones energéticas este-oeste.

Pero Rusia considera este reglamento desequilibrado y perjudicial para los intereses de los países productores, y busca un nuevo acuerdo que permita el libre acceso del consorcio gasístico Gazprom a los activos de las compañías energéticas europeas.

Los Veintisiete reciben el 16 por ciento del petróleo y el 20 por ciento del gas que consumen de Rusia, que a su vez destina a la Europa comunitaria el 53 por ciento de sus exportaciones de petróleo y el 62 por ciento de las de gas.

Por otra parte, la Unión Europea aprovechará para intentar calmar la irritación rusa por la firma de la Asociación Oriental con Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán.

La UE reiterará su oferta para implicarles en algunos proyectos y actividades concretas de la iniciativa, que pretende fomentar reformas políticas, sociales y económicas en estos países a través de inversiones por valor de 600 millones de euros hasta 2013.

Moscú cree que se trata de un nuevo paso de Occidente para crear esferas de influencia en sus territorios más próximos, al igual que observa con recelo la ampliación de la OTAN hacia el Este.

En este mismo contexto puede incluirse la nueva arquitectura de seguridad europea que defiende Rusia para evitar el acercamiento progresivo hacia sus fronteras de la Alianza Atlántica.

La UE está «abierta a considerar las nuevas ideas en un proceso transparente y abierto, teniendo en cuenta que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sigue siendo el principal foro de discusión».

Además, los Veintisiete urgirán a Rusia a «respetar sus compromisos, incluido en lo que se refiere a Georgia» -donde los rusos apoyaron la secesión de Abjasia y Osetia del Sur- para «impulsar una solución pacífica a los conflictos territoriales y de soberanía» en los países con los que comparten vecindario.

En otro de los tradicionales puntos de fricción, las libertades y los derechos humanos, la UE recalcará que «la debilidad de los derechos individuales y de propiedad, las presiones constantes en el poder judicial y la falta de solidez de la sociedad civil frenan el desarrollo de Rusia».

La Cumbre se iniciará con una cena informal de líderes el 21 de mayo, y continuará el 22 con una sesión de trabajo, seguida de una conferencia de prensa y un almuerzo de trabajo.

La UE será representada por el presidente checo, Václav Klaus, junto al Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Asimismo, acudirán por lado europeo la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner y de Comercio, Catherine Ashton.

La UE logra un compromiso para crear un «Corredor del Sur» de gas y petróleo

La UE y ocho países del Cáucaso, Asia Central y Oriente Medio han celebrado una cumbre en Praga donde han alcanzado el compromiso político para desarrollar el «Corredor del Sur», por el que se busca transportar principalmente gas, aunque también petróleo, y reducir la dependencia europea de la energía rusa.

Los asistentes firmaron una declaración que certifica el compromiso de la Unión Europea y de Azerbaiyán, Georgia, Egipto y Turquía para construir la red de gasoductos y oleoductos necesaria para dar forma al proyecto.

El texto indica que los Veintisiete darán «apoyo político, y donde sea necesario, asistencia financiera y técnica» para la construcción del «Corredor del Sur».

La UE y dichos países acuerdan también un mecanismo para acordar «un volumen de gas suficiente» que permita convertir en viables los proyectados gasoductos.

El primer ministro checo y anfitrión de la reunión, Mirek Topolanek, dijo al abrir la cita que el corredor «es la nueva ruta de la seda en dos direcciones, por la que habrá un intercambio de personas, bienes, información y energía».

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, también empleó la comparación con la ruta comercial medieval, y dijo que la puesta en marcha de la idea beneficiaría por igual a los países productores, a los de tránsito y a los consumidores.

El corredor consiste en la construcción de varios gasoductos y oleoductos que interconectarían los países productores (Uzbekistán, Kazajistán, Turkmenistán y Azerbaiyán) con los de tránsito (Armenia, Georgia y Turquía, que también lograrían acceso a fuentes de energía) y con la UE.

De esta forma, los clientes comunitarios tendrían «acceso a largo plazo a uno de los mercados de energía más importantes» del mundo, dijo.

Además, las reservas comprobadas de gas en esos países son muy importantes y superan con mucho a las de Rusia, el primer productor y exportador mundial, y también el principal proveedor de la Unión Europea.

Sin embargo, la crisis del gas entre Rusia y Ucrania de diciembre y enero pasados volvió a mostrar a los europeos la necesidad de diversificar sus fuentes de suministro y tránsito.

Para poner en marcha todo el proyecto era necesario cerrar un acuerdo de tránsito con Turquía, el país clave, ya que todos los recursos energéticos con destino a los clientes comunitarios deben transitar por su territorio.

El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, confió en que podrá concluir ese acuerdo con Turquía «en junio» y señaló que espera de esta cumbre un compromiso político claro para lanzar las negociaciones específicas.

«Ha llegado el momento de que la UE empiece a hacer cosas concretas» en este proyecto, dijo Topolanek, para quien «tenemos que pasar de las declaraciones a la puesta en marcha».

Según los cálculos de los expertos de la Comisión Europea, el «Corredor del Sur» podría transportar en 2020 aproximadamente el 10 por ciento de la demanda prevista de gas de la UE.

La UE logra un compromiso para crear un «Corredor del Sur» de gas y petróleo

La UE y ocho países del Cáucaso, Asia Central y Oriente Medio han celebrado una cumbre en Praga donde han alcanzado el compromiso político para desarrollar el «Corredor del Sur», por el que se busca transportar principalmente gas, aunque también petróleo, y reducir la dependencia europea de la energía rusa.

Los asistentes firmaron una declaración que certifica el compromiso de la Unión Europea y de Azerbaiyán, Georgia, Egipto y Turquía para construir la red de gasoductos y oleoductos necesaria para dar forma al proyecto.

El texto indica que los Veintisiete darán «apoyo político, y donde sea necesario, asistencia financiera y técnica» para la construcción del «Corredor del Sur».

La UE y dichos países acuerdan también un mecanismo para acordar «un volumen de gas suficiente» que permita convertir en viables los proyectados gasoductos.

El primer ministro checo y anfitrión de la reunión, Mirek Topolanek, dijo al abrir la cita que el corredor «es la nueva ruta de la seda en dos direcciones, por la que habrá un intercambio de personas, bienes, información y energía».

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, también empleó la comparación con la ruta comercial medieval, y dijo que la puesta en marcha de la idea beneficiaría por igual a los países productores, a los de tránsito y a los consumidores.

El corredor consiste en la construcción de varios gasoductos y oleoductos que interconectarían los países productores (Uzbekistán, Kazajistán, Turkmenistán y Azerbaiyán) con los de tránsito (Armenia, Georgia y Turquía, que también lograrían acceso a fuentes de energía) y con la UE.

De esta forma, los clientes comunitarios tendrían «acceso a largo plazo a uno de los mercados de energía más importantes» del mundo, dijo.

Además, las reservas comprobadas de gas en esos países son muy importantes y superan con mucho a las de Rusia, el primer productor y exportador mundial, y también el principal proveedor de la Unión Europea.

Sin embargo, la crisis del gas entre Rusia y Ucrania de diciembre y enero pasados volvió a mostrar a los europeos la necesidad de diversificar sus fuentes de suministro y tránsito.

Para poner en marcha todo el proyecto era necesario cerrar un acuerdo de tránsito con Turquía, el país clave, ya que todos los recursos energéticos con destino a los clientes comunitarios deben transitar por su territorio.

El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, confió en que podrá concluir ese acuerdo con Turquía «en junio» y señaló que espera de esta cumbre un compromiso político claro para lanzar las negociaciones específicas.

«Ha llegado el momento de que la UE empiece a hacer cosas concretas» en este proyecto, dijo Topolanek, para quien «tenemos que pasar de las declaraciones a la puesta en marcha».

Según los cálculos de los expertos de la Comisión Europea, el «Corredor del Sur» podría transportar en 2020 aproximadamente el 10 por ciento de la demanda prevista de gas de la UE.

El Parlamento Europeo destinará 4.000 millones de euros a proyectos energéticos

La iniciativa, que forma parte del paquete de reactivación puesto en marcha por los Veintisiete para luchar contra la crisis, dio lugar a una disputa entre los países por el reparto de los fondos que retrasó su aprobación e impidió utilizar el dinero no utilizado del presupuesto de 2008.

La Eurocámara aprobó la propuesta con 526 votos a favor, 64 en contra y 14 abstenciones.

De los 3.980 millones, 2.365 se destinarán a infraestructuras de gas y electricidad, 565 millones a energía eólica marina y 1.050 a proyectos de obtención y almacenamiento de carbón.

En los dos primeros apartados, la aportación comunitaria supondrá la mitad del coste de los proyectos, mientras que en lo relativo al carbón esta cofinanciación podrá suponer hasta el 80 por ciento del monto total.

En cuanto a los tres proyectos a desarrollar en España, se trata de la interconexión eléctrica hispano-francesa entre Baixas y Santa Llogaia (que recibirá 225 millones de euros), una iniciativa para captura y almacenamiento de carbono en la localidad leonesa de Compostilla (180 millones) y el gasoducto de Larrau, entre España y Francia (45 millones).

El plan también prevé destinar 200 millones de euros al desarrollo del gasoducto de Nabucco, para el transporte de gas natural desde el Mar Caspio hasta la UE.

El Parlamento ha incorporado a la propuesta de la Comisión la disposición de que el dinero no utilizado podrá utilizarse para proyectos de eficiencia energética y energías renovables.

El Parlamento Europeo destinará 4.000 millones de euros a proyectos energéticos

La iniciativa, que forma parte del paquete de reactivación puesto en marcha por los Veintisiete para luchar contra la crisis, dio lugar a una disputa entre los países por el reparto de los fondos que retrasó su aprobación e impidió utilizar el dinero no utilizado del presupuesto de 2008.

La Eurocámara aprobó la propuesta con 526 votos a favor, 64 en contra y 14 abstenciones.

De los 3.980 millones, 2.365 se destinarán a infraestructuras de gas y electricidad, 565 millones a energía eólica marina y 1.050 a proyectos de obtención y almacenamiento de carbón.

En los dos primeros apartados, la aportación comunitaria supondrá la mitad del coste de los proyectos, mientras que en lo relativo al carbón esta cofinanciación podrá suponer hasta el 80 por ciento del monto total.

En cuanto a los tres proyectos a desarrollar en España, se trata de la interconexión eléctrica hispano-francesa entre Baixas y Santa Llogaia (que recibirá 225 millones de euros), una iniciativa para captura y almacenamiento de carbono en la localidad leonesa de Compostilla (180 millones) y el gasoducto de Larrau, entre España y Francia (45 millones).

El plan también prevé destinar 200 millones de euros al desarrollo del gasoducto de Nabucco, para el transporte de gas natural desde el Mar Caspio hasta la UE.

El Parlamento ha incorporado a la propuesta de la Comisión la disposición de que el dinero no utilizado podrá utilizarse para proyectos de eficiencia energética y energías renovables.

Los frigoríficos y congeladores de la UE contarán con un etiquetado energético más detallado

Los frigoríficos y congeladores fabricados en la Unión Europea deberán contar con un nuevo sistema de etiquetado energético más detallado que el actual.

El Parlamento Europeo bloqueó la propuesta de la Comisión de cambiar el formato del etiquetado energético de las televisiones, para subdividir la categoría «A» (la más eficiente) en varias subcategorías (A-20%, A-40%, etcétera).

Sin embargo, no logró la mayoría absoluta necesaria para frenar esta iniciativa respecto a frigoríficos y congeladores, según informó.

La comisión de Industria del Parlamento se había opuesto en dos resoluciones a la propuesta de la Comisión Europea, porque entendía que induciría a los consumidores a confusión, y solicitaba que, en su lugar, se actualicen las categorías actuales.

La resolución que afecta a las televisiones recibió 399 votos a favor, 260 en contra y 12 abstenciones, por lo que Estrasburgo logró paralizar la iniciativa de la Comisión. Por el contrario, el otro texto, que versa sobre frigoríficos y congeladores, fue apoyado por 389 diputados, frente a 260 que la rechazaron y 18 que se abstuvieron. Al no haber obtenido esta mayoría absoluta, el Parlamento no logró bloquear esta segunda iniciativa de la Comisión.

De este modo, las televisiones mantendrán el sistema de etiquetado actual, pero revisando sus categorías (la mejora en la eficiencia energética de estos aparatos había hecho que muchos de ellos se acumulasen en la clase superior de rendimiento).

Por el contrario, los frigoríficos y congeladores que, a partir de ahora, estén etiquetados como «A-20%» serán aquellos que consuman un 20% de energía menos que un producto modelo de la categoría «A».

El Parlamento Europeo también se ha pronunciado sobre la directiva de etiquetado energético. Entre las enmiendas aprobadas hay una que pide que los electrodomésticos incluyan su consumo de energía y que el etiquetado energético se extienda también a los productos comerciales e industriales que consuman energía.

Los frigoríficos y congeladores de la UE contarán con un etiquetado energético más detallado

Los frigoríficos y congeladores fabricados en la Unión Europea deberán contar con un nuevo sistema de etiquetado energético más detallado que el actual.

El Parlamento Europeo bloqueó la propuesta de la Comisión de cambiar el formato del etiquetado energético de las televisiones, para subdividir la categoría «A» (la más eficiente) en varias subcategorías (A-20%, A-40%, etcétera).

Sin embargo, no logró la mayoría absoluta necesaria para frenar esta iniciativa respecto a frigoríficos y congeladores, según informó.

La comisión de Industria del Parlamento se había opuesto en dos resoluciones a la propuesta de la Comisión Europea, porque entendía que induciría a los consumidores a confusión, y solicitaba que, en su lugar, se actualicen las categorías actuales.

La resolución que afecta a las televisiones recibió 399 votos a favor, 260 en contra y 12 abstenciones, por lo que Estrasburgo logró paralizar la iniciativa de la Comisión. Por el contrario, el otro texto, que versa sobre frigoríficos y congeladores, fue apoyado por 389 diputados, frente a 260 que la rechazaron y 18 que se abstuvieron. Al no haber obtenido esta mayoría absoluta, el Parlamento no logró bloquear esta segunda iniciativa de la Comisión.

De este modo, las televisiones mantendrán el sistema de etiquetado actual, pero revisando sus categorías (la mejora en la eficiencia energética de estos aparatos había hecho que muchos de ellos se acumulasen en la clase superior de rendimiento).

Por el contrario, los frigoríficos y congeladores que, a partir de ahora, estén etiquetados como «A-20%» serán aquellos que consuman un 20% de energía menos que un producto modelo de la categoría «A».

El Parlamento Europeo también se ha pronunciado sobre la directiva de etiquetado energético. Entre las enmiendas aprobadas hay una que pide que los electrodomésticos incluyan su consumo de energía y que el etiquetado energético se extienda también a los productos comerciales e industriales que consuman energía.

Bruselas propone que todos los edificios produzcan la misma energía que consumen

El Parlamento Europeo (PE) ha propuesto que a partir de 2019 todos los edificios de nueva construcción produzcan, al menos, la misma energía que consumen mediante la instalación de sistemas de captación de energía, como paneles solares o bombas de calor.

Esta medida se incluye en un informe legislativo, adoptado por el pleno de la Eurocámara, que deberá ser debatido aún en el Consejo de la Unión Europea -que representa a los países- antes de poder proceder a su aprobación definitiva.

En referencia a los edificios ya construidos, el texto insta a los estados miembros a establecer objetivos nacionales intermedios, y recomienda fijar para 2015 y 2020 un porcentaje mínimo de construcciones que cumplan este objetivo.

Además, los eurodiputados han requerido a los Veintisiete que faciliten las medidas financieras necesarias para promover la eficiencia energética en los edificios, como préstamos de bajo interés o descuentos fiscales.

El informe recomienda también que se actualice el rendimiento energético de las construcciones cada vez que se lleven a cabo obras o se renueve parte de sus instalaciones, como ventanas, calderas o sistemas de aire acondicionado. Las segundas residencias, o casas utilizadas durante menos de cuatro meses al año, también deberán acatar estos requisitos.

Los hogares con tan sólo una planta inferior a 50 metros cuadrados, los edificios destinados a actividades religiosas, los talleres, las construcciones temporales que se van a utilizar durante menos de 18 meses, las infraestructuras agrícolas de bajo consumo y los edificios históricos protegidos estarán exentos de cumplir esta normativa.

La organización ecologista internacional WWF ha acogido satisfactoriamente esta medida, ya que considera que la promoción de la eficiencia energética impulsa el desarrollo tecnológico, crea nuevos puestos de trabajo y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.

WWF ha recordado que el mantenimiento de los edificios es responsable del 40 por ciento del consumo de energía europeo, gran parte del cual podría evitarse con mejores aislamientos, doble acristalado o iluminación de bajo consumo.