Las farolas disponen de paneles solares, de baterías de gel estancas con altos niveles de eficiencia y lámparas LED, que con menos consumo que las incandescentes logran mayor luminosidad y duran más. Un diodo LED ocupa menos espacio que una bombilla convencional, su duración puede ser cincuenta veces mayor y su consumo diez veces menor.

Según manifestó el director general de Activa Tecnologías, Manuel García, se trata de una tecnología que entraña un importante ahorro para las Administraciones públicas y de los ciudadanos y acarrea indudables beneficios ambientales, ya que supone incrementar la eficiencia energética, reducir el consumo y disminuir las emisiones, incluidas las de CO2, incorporando, asimismo, un servicio público de mayor calidad.

Además, estas farolas pueden habilitarse para recargar vehículos eléctricos, tecnología por la que está apostando ya el sector del automóvil, de forma que los coches pueden cargar su batería mientras están estacionados en la vía pública.

Asimismo, disponen de un sistema de información al ayuntamiento que facilita la gestión de las zonas e infraestructuras de aparcamiento, del tráfico y el control de los niveles de contaminación, entre otros posibles usos. De la misma forma, cuentan con un sistema de información al ciudadano, para que pueda conocer horarios del transporte público, acceder a planos o a datos que puedan resultar de interés.

Esta sociedad ya ha puesto en marcha experiencias piloto utilizando la tecnología LED abastecida por energía solar en la Comunidad de Madrid, en concreto en Daganzo y en Villafranca del Castillo.

Sin embargo, estas farolas forman parte de un proyecto más amplío ideado por Activa Tecnologías basado la utilización de fibra óptica. Manuel García subraya que «el despliegue de redes de comunicaciones en zonas urbanas mediante obra civil acarrea muchos problemas y es caro».

Como alternativa, estos ingenieros proponen un sistema más económico, rápido y con menor impacto socioambiental que aprovecha la red de saneamiento para el despliegue de fibra óptica a través de un conducto estanco instalado en la parte superior del tubo de saneamiento mediante un sistema de tensores y pletinas, de forma que no afecta al normal funcionamiento de la red de alcantarillado, su instalación no requiere grandes obras ni interfiere en la actividad cotidiana de la ciudad y su mantenimiento es sencillo y económico.

Los datos de Activa Tecnologías indican que se trata de un sistema hasta un 50% más económico por metro instalado respecto a la obra civil, diez veces más rápido de instalar y cuya implantación no genera impactos sociales ni ambientales.

«Nuestra vocación», señala Manuel García, «es el desarrollo de nuevas tecnologías que faciliten la implantación real de la Sociedad de la Información. Para hacerlo contamos con el respaldo que dan treinta años de experiencia en el sector de las telecomunicaciones y la gestión de proyectos de instalación de infraestructuras».

Su objetivo es llegar a desplegar una extensa red de fibra óptica hasta el hogar, la tecnología de telecomunicación conocida como FTTH (Fiber To The Home, en inglés), que permite la distribución de servicios avanzados a hogares, negocios e industrias.

CENER se convierte así en uno de los siete laboratorios europeos que obtiene el reconocimiento que concede la US-American Solar Rating & Certification Corporation (SRCC), informa el centro nacional, ubicado en Sarriguren (Navarra).

Del resto de laboratorios certificados, cinco son alemanes (Fraunhofer, ISFH, ITW, IZES y TÜV Rheinland) y uno es suizo (SPF).

De acuerdo con el procedimiento establecido para este tipo de ensayos, una vez realizadas las pruebas en el laboratorio de CENER, los fabricantes enviarán los resultados de los ensayos al SRCC en EEUU, como entidad responsable de evaluar el producto y, en su caso, de emitir el correspondiente certificado para el fabricante de captadores.

Adscrito al departamento de Energía Solar Térmica, el laboratorio de Ensayos Solares Térmicos de CENER inició su actividad en 2004.

Desde entonces ha realizado más de 500 ensayos de rendimiento y duración de captadores solares térmicos, así como de sistemas solares térmicos compactos o prefabricados.

Jiménez Belinchón cuenta para este año con una cartera de proyectos de 52 MW, de los cuales 44 MW se construirán sobre cubierta y 8 sobre suelo, y supondrán una inversión de 160 millones de euros.

La compañía, que refuerza así su apuesta por el mercado italiano por considerarlo «estratégico», tiene previsto invertir en este país 150 millones de euros en los próximos tres años, en diferentes tecnologías renovables como la biomasa, el biogás o la solar fotovoltaica.

Como parte de su estrategia de expansión internacional, el grupo de energías renovables también prevé desarrollar, junto con otras empresas españolas, otros proyectos en Estados Unidos, Grecia y Turquía a lo largo de 2010.

Jiménez Belinchón, que cuenta con filiales en Italia, México y Costa Rica, está especializado en el desarrollo de proyectos de energía solar, eólica, biomasa y biogás.

Según comunicó la compañía, la construcción de estas dos centrales de energía solar por concentración (CSP), de 50 megavatios (MW) cada una, comenzó en marzo de 2009. Además, se trata de la primera vez que dos plantas termosolares gemelas se construyen de forma simultánea.

Valle 1 y Valle 2 incorporan soluciones tecnológicas desarrolladas por la empresa de ingeniería Sener, incluido un sistema de almacenamiento térmico en sales fundidas que dotará a estas plantas de capacidad para generar electricidad durante un total de 7,5 horas en ausencia de insolación, tanto por la noche como en periodos de baja radiación solar.

Esto permitirá garantizar el suministro continuo de electricidad, superando las intermitencias, uno de los puntos débiles de algunas tecnologías renovables.

La línea de financiación ha sido suscrita entre distintas entidades: Banco Santander, La Caixa, BBVA, Instituto de Crédito Oficial (ICO), Caja Madrid, Banco Español de Crédito y Banco Popular Español.

Las nuevas plantas generarán 3.200 puestos de trabajo durante los dos años que durarán las obras y, posteriormente, 150 empleos para profesionales especializados en su operación y mantenimiento.