Los datos de nuevas instalaciones reflejan «una parálisis prácticamente total, que contrasta poderosamente con la evolución de los países de nuestro entorno directo», como Alemania, Francia o Italia, en los que el crecimiento es «firme y constante», indicó ASIF.

España, el país con más irradiación de Europa, «ya ha cedido el liderazgo que tuvo, está perdiendo el tren del desarrollo de la tecnología y puede tirar por la borda la inversión realizada hasta ahora si no se corrige la tendencia actual».

Las estadísticas de la Comisión Nacional de Energía (CNE), añadió la asociación, indican que durante los últimos dos años sólo se han instalado 94 megavatios (MW) fotovoltaicos en España.

Desde su punto de vista, la falta de apoyo por parte del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la incertidumbre regulatoria y la presión de ciertos «lobbies» están destruyendo el mercado fotovoltaico español.

La práctica inexistencia de un mercado interior «impacta tremendamente» en la industria fotovoltaica nacional, compuesta por más de 50 empresas fabricantes repartidas por todo el territorio. Así, durante 2009 operaron, en los mejores casos, al 25% de su capacidad y tuvieron que exportar más del 75% de esa raquítica producción, continuó esta asociación. De hecho, «no son pocas las fábricas que han cerrado o tienen serios problemas» y gran parte del sector está desapareciendo o huyendo al extranjero para desarrollar una actividad que le resulta imposible en España.

En términos de empleo, desde septiembre de 2008 se han perdido unos 30.000 puestos de trabajo, alrededor del 90% de los temporales y el 30% de los fijos.

Según datos de ASIF, el precio de esta tecnología se ha reducido desde 2008 una media del 34,3%, de donde, añade esta organización, se deduce que la fotovoltaica se convertirá en la tecnología más barata para los consumidores en pocos años.

Para aprovechar este potencial, España necesita disponer de un tejido empresarial suficiente que, sin embargo, «ya está en proceso de descomposición» y cuya supervivencia «será aún más difícil con la nueva normativa que quiere aprobar Industria».

Los datos de nuevas instalaciones reflejan «una parálisis prácticamente total, que contrasta poderosamente con la evolución de los países de nuestro entorno directo», como Alemania, Francia o Italia, en los que el crecimiento es «firme y constante», indicó ASIF.

España, el país con más irradiación de Europa, «ya ha cedido el liderazgo que tuvo, está perdiendo el tren del desarrollo de la tecnología y puede tirar por la borda la inversión realizada hasta ahora si no se corrige la tendencia actual».

Las estadísticas de la Comisión Nacional de Energía (CNE), añadió la asociación, indican que durante los últimos dos años sólo se han instalado 94 megavatios (MW) fotovoltaicos en España.

Desde su punto de vista, la falta de apoyo por parte del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la incertidumbre regulatoria y la presión de ciertos «lobbies» están destruyendo el mercado fotovoltaico español.

La práctica inexistencia de un mercado interior «impacta tremendamente» en la industria fotovoltaica nacional, compuesta por más de 50 empresas fabricantes repartidas por todo el territorio. Así, durante 2009 operaron, en los mejores casos, al 25% de su capacidad y tuvieron que exportar más del 75% de esa raquítica producción, continuó esta asociación. De hecho, «no son pocas las fábricas que han cerrado o tienen serios problemas» y gran parte del sector está desapareciendo o huyendo al extranjero para desarrollar una actividad que le resulta imposible en España.

En términos de empleo, desde septiembre de 2008 se han perdido unos 30.000 puestos de trabajo, alrededor del 90% de los temporales y el 30% de los fijos.

Según datos de ASIF, el precio de esta tecnología se ha reducido desde 2008 una media del 34,3%, de donde, añade esta organización, se deduce que la fotovoltaica se convertirá en la tecnología más barata para los consumidores en pocos años.

Para aprovechar este potencial, España necesita disponer de un tejido empresarial suficiente que, sin embargo, «ya está en proceso de descomposición» y cuya supervivencia «será aún más difícil con la nueva normativa que quiere aprobar Industria».

Construida sobre una superficie de 220 hectáreas, consta de un campo solar de 672 colectores «Samca-trough», dispuestos en 168 lazos, con un área de captación total de 549.360 m2 (55 Ha), según ha informado la empresa.

La producción anual prevista es de 160.000 Mwhe, equivalente al consumo de energía anual de 32.000 familias, aproximadamente, 128.000 personas.

Durante la ejecución de las obras se alcanzaron puntas de más de 600 personas trabajando directamente en la obra, mientras que durante la operación normal, gestión y mantenimiento se mantendrá un empleo directo de 45 personas.

Renovables Samca, S.A., empresa dedicada exclusivamente al desarrollo de proyectos solares termoeléctricos en Extremadura, es titular de otro proyecto de idénticas características en fase final de construcción, denominado «La Dehesa», ubicado en La Garrovilla (Badajoz).

También tiene un proyecto preasignado, «Cáceres», ubicado en las poblaciones cacereñas de Galisteo y Valdeobispo; y otro en avanzado estado de tramitación administrativa, «La Florida-II», en Badajoz, según ha informado.