Así lo manifestó en su discurso en la jornada inaugural de la reunión anual de Sedigas, en la que participaron el presidente de Sedigás, Antoni Peris, y el el viceconsejero de Economía, Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid, Manuel Beltrán.
En concreto, afirmó que el sector gasista tiene que abordar además de este reto de lograr un perfeccionamiento de los mercados, otros dos como la creación del mercado único europeo y la regulación única europea para el sector, y promover la sostenibilidad financiera del sector.
Desde 2009, tal y como aseguró Lafuente, la CNE estuvo hablando de la necesidad de crear un mercado organizado del gas, porque «reúne las condiciones precisas y existe nivel de demanda ya importante».
Por ello, destacó que la CNE ya puso en marcha un grupo de trabajo «para acelerar los ritmos de creación de un mercado que haría más transparente la formación de precios y la adopción de mecanismos concurrenciales en beneficio del sector y de la economía española».
En este sentido, recordó que los reguladores europeos ya trabajan en el diseño de unas reglas comunes que permitan la creación de un mercado único europeo del gas, mediante la armonización de cuestiones como la asignación de capacidad o la planificación de infraestructuras.
Por otro lado, Lafuente indicó que el año 2012 fue «especialmente fructífero» gracias a la trasposición de la tercera directiva, que asignó a la CNE nuevas funciones. Asimismo, destacó que la agenda regulatoria de los próximos años dependerá de los avances en la consecución de este reto de avanzar hacia una regulación única europea para el sector.
El déficit de tarifa del gas esta «aparentemente encauzado»
Por último, afirmó que la sostenibilidad financiera del sector es otro de los retos, pero con las medidas adoptadas el pasado año por el Gobierno hicieron que, «aparentemente, el déficit tarifario está encauzado y no debería requerir de decisiones adicionales». Cabe recordar que el déficit de tarifa del gas, que se genera porque los ingresos del sistema no cubren los costes, alcanzó el pasado año los 300 millones de euros.
Estas declaraciones están en línea con las conclusiones del informe «Sostenibilidad Económica Sector Gasista 2012-2020« que el regulador publicó la pasada semana, donde afirmaba que este desfase va a pasar de «ser creciente y llegar a los 3.000 millones de euros en el periodo 2012-2020» a alcanzar como máximo los 882 millones de euros en 2016 y pasar a «ser decreciente».
Lafuente aseguró que en 1995 clausuró un encuentro de Sedigás, en el que se hablaba de energías primarias y ciclos combinados, y también de riesgos. En la reunión de este año, como aseguró también se habla de seguridad, pero de lo que se hablará en los próximos años será de «mercado y competencia».
Un mercado liberalizado en «igualdad de condiciones»
Por otro lado, el presidente de la Asociación Española del Gas (Sedigás), Antoni Peris, aseguró que el sector gasista pretende y desea trabajar «en un mercado liberalizado en igualdad de condiciones».
Así, defendió que «en condiciones de libre mercado» el gas puede «competir con cualquier energía y hacer valer sus potencialidades» para convertirse «en uno de los motores económicos de este país».
En los últimos meses el consumo de gas natural se vio lastrado por el desplome de la demanda para centrales de ciclo combinado, que actualmente funcionan al 10% de su capacidad debido a la caída del consumo eléctrico y por la prioridad de la que disfrutan las energías renovables y, en menor medida, el carbón nacional.
Peris consideró que las medidas que adopte el Gobierno como parte de la reforma energética que prepara para junio «no deben afectar al sector gasista» y, en caso de hacerlo, tendrían incorporar otras para «paliar» esas consecuencias.
El presidente de Sedigás destacó que el sector gasista constituye el 0,5% del PIB español y tiene un gran «potencial de expansión», ya que actualmente sólo el 30% de las viviendas españolas tienen acceso al gas natural.
Además insistió en las oportunidades que ofrece el gas para mejorar la eficiencia energética en los edificios y el transporte, tanto por carretera como naval.