La Cumbre de Copenhague, estancada por diferencias en la reducción de emisiones

La citada ONG informó de que los países africanos rechazan proseguir las conversaciones a menos que el compromiso para un segundo período de Kyoto se sitúe en el centro del debate.

Desde la ONG destacan las reticencias de las naciones ricas, encabezadas por Australia y Japón, a la hora de discutir la prohibición legal de emisiones, «lo que ha llevado el caos a la cumbre».

Los países pobres pretenden que se fije un objetivo serio de reducción de emisiones, explica Oxfam, mientras que «las naciones desarrolladas intentan retrasar la discusión sobre el único mecanismo que tenemos para conseguirlo: el Protocolo de Kyoto».

En opinión del director ejecutivo de la ONG, Jeremy Hobbs, «África ha tirado del freno de emergencia hoy para evitar que el tren descarrile definitivamente al terminar la semana».

«No se trata de bloquear la cumbre, sino de asegurar que los países ricos garantizan su acción contra el cambio climático y a favor de la supervivencia en África y en el resto del mundo», añadió.

Con todo, Oxfam asegura que antes de la suspensión formal de negociaciones éstas se encontraban ya estancadas, pues «hasta ahora los países ricos no se han mostrado dispuestos a ceder ni en financiación climática ni en metas de limitación de emisiones y, además, los actores principales tampoco quieren hablar sobre la naturaleza jurídica del acuerdo que resultará de la cumbre».

La Universidad Politécnica de Madrid cultiva algas para filtrar las emisiones de CO2

Estas plantas actúan como filtros biológicos que capturan CO2 y, además, producen biomasa que después se puede utilizar en la alimentación humana y para fabricar biocombustibles.

Según los investigadores, el cultivo de algas presentaba varias ventajas respecto al de otras plantas más evolucionadas, ya que fueron los primeros vegetales que habitaron el planeta y sobrevivieron en condiciones muy adversas, por lo que están muy bien adaptadas a él.

Además, bajo determinadas formas de cultivo, las algas apenas necesitan agua y no sufren enfermedades, con lo que no precisan plaguicidas.

Esta investigación forma parte del proyecto CENIT SOST-CO2 «Nuevas utilizaciones industriales sostenibles del CO2», desarrollado por un consorcio que integran 15 empresas encabezadas por Carburos Metálicos y entre las que figura Repsol.

El Gobierno regula el almacenamiento de CO2 bajo tierra y Greenpeace denuncia los costes y «graves riesgos»

La ley se limita a regular la actividad de almacenamiento geológico de dióxido de carbono, y sólo contiene previsiones puntuales en relación con la captura y el transporte.

En relación con la captura, las instalaciones dedicadas a esta actividad se someten a la normativa sobre control integrado de la contaminación, por lo que necesitarán obtener la correspondiente autorización ambiental integrada, y quedan sujetas también a la normativa sobre evaluación de impacto ambiental. Además, se contempla que las redes de transporte por tubería deban someterse a declaración de impacto ambiental.

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino recuerda que el Panel Intergubernamental de expertos contra el cambio climático (IPCC) contempla estas tecnologías entre las medidas que se pueden adoptar para la reducción de emisiones.

En su tercer informe de evaluación, el IPCC señalaba la necesidad de una combinación de opciones tecnológicas de mitigación para lograr las reducciones necesarias. La captura y almacenamiento de carbono sería, en su opinión, una opción apropiada para los países que tienen un número considerable de fuentes de CO2 adecuadas para la captación, acceso a lugares de almacenamiento y experiencia en actividades con petróleo y gas, y que necesitan cumplir sus objetivos de desarrollo en un entorno en el que el carbono está restringido.

España se encuentra en este supuesto, por lo que Medio Ambiente cree que el empleo de esta técnica «puede contribuir a hacer posible la consecución de sus objetivos en materia de cambio climático».

La captura y almacenamiento de carbono consiste en captar el dióxido de carbono emitido por las instalaciones industriales, transportarlo a un emplazamiento de almacenamiento y finalmente inyectarlo y confinarlo en una formación geológica subterránea adecuada, con vista a su almacenamiento permanente.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, señaló que «no están determinados los sitios» en los que se ubicarán estos almacenes.

Según dijo, «se está hablando con las comunidades autónomas para buscar los lugares donde se puedan establecer los centros de almacenamiento», e insistió en que, «desde luego, se hará respetando todas las normas de impacto ambiental para garantizar la seguridad».

No obstante, el Consejo de Ministros aprobó un real decreto para declarar «zona de reserva provisional a favor del Estado» la comprendida en el área denominada «Asturias Centro», situada en el Principado de Asturias y parte de la plataforma continental, y cuyo perímetro delimita una superficie de 31.040 cuadrículas mineras.

Dicha zona se dedicará a la exploración de recursos de la «sección B», que comprenden estructuras subterráneas susceptibles de ser un efectivo almacenamiento de dióxido de carbono (CO2).

La exploración de esta zona de reserva será realizada por Hunosa, de acuerdo con el programa general de exploración aprobado. La zona de reserva a favor del Estado tendrá una vigencia de un año, un plazo que será prorrogable por orden ministerial si las circunstancias lo aconsejan de acuerdo a los resultados obtenidos.

Recientemente, la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, explicó que «el texto que salió a información pública» hace meses ha requerido «la introducción de más matices», por lo que «se ha ultimado una nueva versión donde queda mejor resuelto».

La intención del Gobierno era que el texto pasara por Consejo de Ministros y enviarlo posteriormente al Consejo de Estado para que «entre enero y principios de febrero pueda remitirse a las Cortes».

Greenpeace: «Los almacenes de CO2 bajo tierra son caros e implican riesgos»

Las tecnologías para la captura y almacenamiento de CO2 generan «elevados costes» e implican «graves riesgos», según Greenpeace, que alerta de la posibilidad de que se produzcan fugas en los depósitos geológicos que albergarán este gas e, incluso, «se pongan en peligro vidas humanas».

Según dijo la ONG, entre sus «riesgos medioambientales» se encuentra la posibilidad de que se produzca una «emisión lenta y a largo plazo» de CO2 en los lugares de almacenamiento, a través de fallas y grietas geológicas, o de fugas puntuales, con el consiguiente «escape a gran escala» de dióxido de carbono por grietas en los pozos de inyección.

Los ecologistas señalan también la posibilidad de que se produzcan escapes de CO2 en las aguas subterráneas poco profundas o de que «se liberen otros gases y materiales nocivos capturados con la corriente de dióxido de carbono». Greenpeace cree que si el CO2 de estos depósitos alcanza la superficie y las concentraciones son elevadas, «se pondrían en peligro vidas humanas».

Por otra parte, critican su «elevado coste» ya que, según estima Greenpeace, «supone un aumento del 40 al 80% de los gastos de generación de energía respecto de los gastos de las centrales eléctricas convencionales«, dependiendo de la localización de las instalaciones y el lugar del almacenaje, el transporte y la tecnología de captura utilizada.

La posibilidad de realizar también almacenamiento de CO2 en océanos podría, según indican, «acelerar enormemente la acidificación (reducción del pH) de grandes áreas», lo que «sería perjudicial para muchos organismos y ecosistemas enteros».

Los ecologistas se oponen a que se dé «prioridad financiera o política» a esta técnica, frente a «soluciones reales como la promoción de las energías renovables o de la eficiencia energética».

Sólo una tasa sobre el CO2 hará que las energías renovables sean competitivas

Así lo dijo en vísperas de la cumbre de Copenhague el director general de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), Kandeh Yumkella.

«Debemos comenzar con las medidas contra el cambio climático ahora mismo si queremos solucionar el problema (del cambio climático) antes de 2030», aseguró el economista sierraleonés en una entrevista en la sede de este organismo en Viena. «No podemos esperar. La industria necesita tiempo para adaptarse. Si esperamos ahora, deberemos responder a un crisis», agregó.

Según Yumkella, el coste de las energías renovables, como la eólica o solar, sigue siendo muy elevado comparado con la generación de electricidad generada con carbón y carburantes fósiles.

«Necesitamos continuar con la investigación y el desarrollo para reducir los costos para poder competir con el petróleo y el carbón, sea como sea», aseveró.

En algunos países ya se han aplicado impuestos sobre el CO2, con penalizaciones para la contaminación, como por ejemplo en Noruega. «Allí la industria se adaptó inmediatamente y empezó a investigar la captación del dióxido de carbono», recordó Yumkella.

Las energías renovables «son sólo una solución a largo plazo, ya que en lo inmediato el mundo seguirá dependiendo del petróleo y del carbón, probablemente hasta el año 2050», agregó.

«Por eso, la captación y el depósito de carbono es tan importante. A las ONG no les gusta porque alegan que distrae de la reducción de las emisiones contaminantes. Pero lo esencial es que necesitamos combustibles y tecnologías de transición», dijo Yumkella.

Según el máximo responsable de ONUDI, los líderes en la investigación de las energías renovables son China y la Unión Europea (UE), que a diferencia de Estados Unidos «disponen de una clara política pública para fomentar y crear un mercado para esas tecnologías».

«Conozco banqueros que invierten en energías renovables debido la claridad de los objetivos de la UE», afirmó Yumkella, quien dirige además un foro interdisciplinario de la ONU relacionado con la energía y el desarrollo sostenible y asesorará durante la Cumbre de Copenhague al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

«Desafortunadamente, EEUU no tiene un objetivo claro a nivel federal, aunque sí a nivel de Estados y municipios», precisó Yumkella.

«Pero lo que es realmente interesante en Estados Unidos son las empresas que ven al sector como una oportunidad de negocio, ya que si no se mueven, otros van a desarrollar la tecnología del futuro y ellas no se quieren quedar atrás», explicó.

Según el funcionario internacional, China es el país con más activos en este sector, por lo que no se le debe tener miedo como principal contaminador, ya que el gigante asiático está invirtiendo más recursos que nadie en las energías renovables.

«China se mueve porque necesita asegurarse sus fuentes energéticas. Vemos lo mismo en Europa, donde se mueven por la competitividad (económica)», explicó.

«Estamos viviendo una revolución de la energía limpia, lentamente en todo el mundo, porque todos saben que si se quedan atrás serán otros lo que desarrollen las tecnologías», concluyó Yumkella.

KPMG prevé deslocalizaciones si no hay un plan uniforme de reducción de CO2

El responsable del área de servicios sostenibles de KPMG España, José Luis Blasco, afirmó que existirá un riesgo de deslocalización si los países en vías de desarrollo no asumen compromisos de reducción de emisiones, porque la presión sobre los países desarrollados será tan fuerte que resultará económicamente inviable mantener las empresas en su lugar de origen.

Para impedir la fuga de empresas, según Blasco, es necesario que el marco regulatorio sea similar en todo el mundo, y evitar así que las empresas de los países desarrollados estén «penalizadas» económicamente y tengan la tentación de marcharse a otras zonas.

Para asegurarse de que se tenga en cuenta el punto de vista de las compañías, la Convención del Cambio Climático de Naciones Unidas (COP15), que se celebra en Copenhague, contará con la ayuda del llamado «Grupo de los Negocios», compuesto por representantes del mundo empresarial y asesorado por KPMG.

Este Grupo tratará en Copenhague las causas de este tipo de deslocalización, como el comercio de los derechos de emisión, que ya funciona en Europa y va a extenderse a países como Japón o Estados Unidos, pero que será ineficaz si no se crea un mercado global.

Otros asuntos que los empresarios intentarán aclarar en la cumbre serán los incentivos y penalizaciones a las compañías por sus emisiones de CO2, así como el riesgo de que los países desarrollados pongan en marcha medidas proteccionistas para mantener las empresas en su territorio.

El Grupo de los Negocios defenderá un marco estable en el tiempo porque sólo así los empresarios tendrán «confianza para invertir» en energías renovables y en sistemas de reducción de emisiones, como la captura y almacenamiento de CO2.

Según Blasco, el principal problema para definir este marco es la tradicional reticencia de los países en vías de desarrollo a aceptar compromisos de reducción de emisiones, aunque en las últimas semanas la perspectiva ha mejorado con los planes de fomento de la eficiencia anunciados por China y la India.

Por ello, la cumbre pretende establecer unas medidas mucho más restrictivas para los países industrializados que para los que están iniciando ahora su desarrollo.

Para lograr el objetivo científico, que consiste en que la temperatura en 2050 no sea más de dos grados superior a la de la época preindustrial, habría que reducir a la mitad las emisiones totales de CO2.

Según los supuestos del COP15, esta reducción tiene que repartirse de forma proporcional, por lo que el 80 por ciento correspondería a los países desarrollados y el 20 restante a los países en vías de desarrollo.

Para los países desarrollados, una reducción del 80% de las emisiones de CO2 implica que en 2050 «ningún vehículo podría funcionar con combustibles fósiles» y habría que suprimir toda la producción eléctrica procedente del carbón, según el responsable de KPMG para los servicios de sostenibilidad.

Aunque en la reunión de Copenhague se van a determinar los compromisos generales, Blasco apuntó que las medidas concretas se fijarán a lo largo del próximo año.

Iberdrola reducirá sus emisiones de CO2 un 20% por debajo de las del sector

Para ello, la eléctrica española «seguirá apostando por las tecnologías limpias de generación de energía», según afirmó el presidente de Iberdrola Ingeniería y Construcción y asesor del presidente de la compañía para Asuntos Internacionales, Ramón de Miguel.

De hecho, la empresa basará sus inversiones futuras en la promoción de las energías no emisoras de gases de efecto invernadero.

De Miguel aseguró que el sector eléctrico desempeña un papel «clave» en el diseño de un nuevo modelo para luchar contra el cambio climático.

Durante una conferencia en la capital danesa sobre los retos y oportunidades del cambio climático, previa a la Cumbre de Naciones Unidas de la próxima semana, señaló que la acción coordinada de los gobiernos es «fundamental» para poder restringir el aumento global de las temperaturas en el planeta.

«El sector energético debe evolucionar hacia un modelo sostenible, en el que las energías limpias jugarán un papel esencial. Es necesario un marco regulatorio estable para consolidar este cambio, que tendrá importantes beneficios económicos», indicó De Miguel.

A su juicio, «la generación eléctrica se ha convertido en la vía más eficiente para transformar la energía primaria y ya existe una amplia variedad disponible de tecnologías no emisoras, como la eólica, solar, hidroeléctrica o nuclear». «Una mayor presencia de la electricidad en el mix energético podría convertirse en uno de los pilares del cambio de modelo», añadió.

Conti critica las restricciones de la Unión Europea sobre los derechos de emisión

El máximo responsable de Enel, la compañía eléctrica italiana propietaria del 92 por ciento de las acciones de la española Endesa, explicó en una entrevista concedida al «Financial Times» que si el mercado del carbón se extendiera a todo el mundo y no sólo a Europa, las empresas también invertirían en reducir sus emisiones.

En su opinión, restringir el comercio de derechos de emisión es perjudicial, ya que con ello se permite a los países en desarrollo reducir sus emisiones sin frenar su desarrollo, gracias a las contraprestaciones económicas que obtienen.

La postura de Conti sobre este asunto refleja la preocupación de Enel y Endesa, ya que actualmente compran el 13 por ciento de sus emisiones de carbón en este mercado.

Algunos expertos defienden que un precio bajo del carbón no es incentivo suficiente para invertir en otras fuentes de energía de mayor coste, por lo que proponen gravarla con un impuesto.

Sin embargo, Conti defendió que un bajo precio del combustible fósil podría conducir al mismo objetivo si el mercado del carbón no se redujera únicamente a Europa y se ampliara a todo el mundo, ya que es en las economías emergentes donde resulta más eficiente invertir para reducir las emisiones.

«En el mundo desarrollado tendemos a ser más eficientes y emitimos menos gases de efecto invernadero por unidad de producto que en la mayoría de países en desarrollo. Por eso, si gastas 100 dólares conseguirás una mayor reducción en China, India o Brasil que en otros mercados», insistió.

El consejero delegado de Enel recalcó que el cambio climático «afecta a todo el mundo», por lo que sería mejor «usar el dinero en proyectos donde se pueda obtener el mayor ahorro de emisiones a un menor coste».

Iberdrola prevé emitir en 2020 un 20% menos de CO2 que las eléctricas europeas

Iberdrola señaló que para lograr este objetivo sus inversiones se centrarán en energías que no emiten gases de efecto invernadero, como la eólica, la hidroeléctrica o la nuclear, y en el desarrollo de tecnologías de secuestro de CO2.

El presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, indicó que con este tipo de medidas Iberdrola se une a «un nuevo modelo energético global, basado en las bajas emisiones de carbono y apoyado en las fuentes limpias y eficientes».

Además, Iberdrola ha puesto en marcha un apartado especial en su web corporativa, en el que la compañía expone sus programas de lucha contra el cambio climático y ofrece consejos medioambientales.

Ciuden y Endesa participan en la Red Europea de proyectos de captura de CO2

Esta Red «pretende establecer una base común para la coordinación, el intercambio de experiencias y de conocimiento tecnológico entre los principales actores europeos en este campo«, informó hoy CIUDEN.

Todo ello con el objetivo de «disponer de un conjunto de alternativas tecnológicas válidas para reducir emisiones de CO2 procedentes del empleo de combustibles fósiles«.

La Unión Europea impulsa la construcción para 2015 de 12 centrales térmicas de carbón de demostración de tamaño comercial.

El proyecto español para poner en marcha una de esas centrales lo promueven Endesa y CIUDEN, con la instalación de una central térmica de 300 megavatios en Cubillos (León) basada en una tecnología innovadora.

Se trata del denominado lecho fluido circulante, que, entre otras ventajas, «permite una gran flexibilidad en el tipo de carbones que se pueden quemar», explicó CIUDEN, fundación que promueve el Gobierno de España.

Este proyecto ya ha sido evaluado positivamente por la Unión Europea para recibir una aportación inicial de 180 millones de euros, a los que se sumarán otras partidas.

La iniciativa española es uno de los seis proyectos europeos que han alcanzado ya este nivel de reconocimiento, junto con los desarrollados por el Reino Unido, Alemania, Holanda, Polonia e Italia.

Dinamarca propone que se reduzcan las emisiones en un 50 por ciento en el año 2050

El proyecto indica que los países más desarrollados debería reducir en un 80% sus emisiones globales en 2050. El texto, que debería convertirse en la base del acuerdo climático definitivo de la cumbre de Copenhague, propone que el máximo de emisiones se alcance en 2020. No se especifican los objetivos de emisiones a medio plazo para los países desarrollados, un punto clave para los países menos desarrollados. El borrador danés ya ha recibido las primera objeciones.

El ministro de Medio Ambiente indio ha advertido que las conversaciones en la cita de Copenhague serán un callejón sin salida si se la propuesta se toma como referencia. «Si el borrador danés se toma como punton de partida, entonces nos dirigimos a un callejón sin salida», ha avisado Jairam Ramesh en Nueva Delhi.

«Las partes deberían trabajar juntas constructivamente para reforzar la capacidad mundial de combatir el cambio climático», indica el texto. Las conversaciones de la ONU han agotado el tiempo para cerrar un acuerdo legalmente vinculante tras las discusiones entre las naciones ricas y pobres sobre quién debería cortar las emisiones, y sobre cuánto y quién debería pagar. Sin embargo, aún hay esperanzas de lograr al menos un pacto politico sustancial eb la cita de Copenhague.

Se espera que los países en desarrollo, liderados por China e India, pongan sobre la mesa un texto que sirva de base para las negociaciones. El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, ya ha avanzado que sería deseable lograr un acuerdo «políticamente vinculante» de 5-8 páginas, con anexos que perfilen las obligaciones de cada país, como recortes en las emisiones para 2020 por los países desarrollados.