Medio Ambiente destaca el «acierto» en la compra internacional de unidades de CO2 para cumplir con los compromisos de Kioto

Ramos consideró «muy positivo» el nuevo enfoque del Ejecutivo en su estrategia de compra internacional de créditos de unidades de CO2 para poder cumplir con Kioto, dado que España ya no dispone de margen de maniobra para reducir a corto plazo sus emisiones.

«Con el presupuesto de este 2012 hemos adquirido un volumen de unidades, mediante compra bilateral, muy superior al de todos los años anteriores, consiguiendo un ahorro del 91% por tonelada de CO2 adquirida respecto al mejor precio negociado en la legislatura anterior», explicó.

El secretario de Estado detalló de este modo el acuerdo negociado y firmado con Polonia, «en condiciones inmejorables para nuestro país». Así, con sólo el 12% del presupuesto dedicado en años anteriores a esta compra, subrayó, España va a obtener en torno a un 40,5% más de derechos que en toda la legislatura anterior.

«Mediante este acuerdo de compra ya firmado», prosiguió, «se cubrirá gran parte del déficit estimado, de 105 millones de unidades, consiguiendo más unidades que en todas las compras bilaterales adquiridas entre 2008 y 2011″.

Ramos sentenció que esta compra de derechos de emisión «nos sitúa en posición de poder cumplir el Protocolo de Kioto», unas cuentas que habrá que rendir en 2015.

Añadió que esta adquisición internacional se complementó con la puesta en marcha de operaciones novedosas de optimización de nuestra cartera de créditos, mediante permuta de unidades. «Unas operaciones que nos han permitido aumentar el volumen de nuestra cartera de créditos sin coste alguno», indicó.

Asimismo, destacó el avance en la estrategia de impulsar la actividad económica baja en carbono en España, reduciendo las emisiones con proyectos puestos en marcha por las empresas españolas.

Medio Ambiente destaca el «acierto» en la compra internacional de unidades de CO2 para cumplir con los compromisos de Kioto

Ramos consideró «muy positivo» el nuevo enfoque del Ejecutivo en su estrategia de compra internacional de créditos de unidades de CO2 para poder cumplir con Kioto, dado que España ya no dispone de margen de maniobra para reducir a corto plazo sus emisiones.

«Con el presupuesto de este 2012 hemos adquirido un volumen de unidades, mediante compra bilateral, muy superior al de todos los años anteriores, consiguiendo un ahorro del 91% por tonelada de CO2 adquirida respecto al mejor precio negociado en la legislatura anterior», explicó.

El secretario de Estado detalló de este modo el acuerdo negociado y firmado con Polonia, «en condiciones inmejorables para nuestro país». Así, con sólo el 12% del presupuesto dedicado en años anteriores a esta compra, subrayó, España va a obtener en torno a un 40,5% más de derechos que en toda la legislatura anterior.

«Mediante este acuerdo de compra ya firmado», prosiguió, «se cubrirá gran parte del déficit estimado, de 105 millones de unidades, consiguiendo más unidades que en todas las compras bilaterales adquiridas entre 2008 y 2011″.

Ramos sentenció que esta compra de derechos de emisión «nos sitúa en posición de poder cumplir el Protocolo de Kioto», unas cuentas que habrá que rendir en 2015.

Añadió que esta adquisición internacional se complementó con la puesta en marcha de operaciones novedosas de optimización de nuestra cartera de créditos, mediante permuta de unidades. «Unas operaciones que nos han permitido aumentar el volumen de nuestra cartera de créditos sin coste alguno», indicó.

Asimismo, destacó el avance en la estrategia de impulsar la actividad económica baja en carbono en España, reduciendo las emisiones con proyectos puestos en marcha por las empresas españolas.

El Ejecutivo quiere reducir las emisiones de la industria a la atmósfera, el agua y el suelo

Para alcanzar un elevado nivel de protección del medio ambiente, la nueva regulación, con efectos en unas 6.100 instalaciones industriales, como refinerías, cementeras o siderúrgicas, entre otras, supedita su puesta en marcha a la obtención de un permiso escrito: la Autorización Ambiental Integrada (AAI).

Con este anteproyecto se da el primer paso para la transposición de la Directiva 2010/75/UE sobre emisiones industriales y para ello se modifica la Ley 16/2002, de 1 de julio, y se completará posteriormente con un real decreto sobre emisiones industriales y de desarrollo de ejecución de la citada norma.

La principal novedad derivada del nuevo marco comunitario es el reforzamiento de la aplicación de las mejoras técnicas disponibles, ya que los valores límite de emisión establecidos en las AAI no pueden superar los niveles de emisión asociados a las mejores técnicas disponibles.

El nuevo texto revisa y modifica también la legislación sobre control y prevención integrado de la contaminación e impulsa una mayor simplificación administrativa en el sector industrial.

Además, la norma mantiene los estándares de control sobre la contaminación, agiliza la tramitación de las autorizaciones ambientales integradas y reduce notablemente las cargas administrativas.

El Ejecutivo quiere reducir las emisiones de la industria a la atmósfera, el agua y el suelo

Para alcanzar un elevado nivel de protección del medio ambiente, la nueva regulación, con efectos en unas 6.100 instalaciones industriales, como refinerías, cementeras o siderúrgicas, entre otras, supedita su puesta en marcha a la obtención de un permiso escrito: la Autorización Ambiental Integrada (AAI).

Con este anteproyecto se da el primer paso para la transposición de la Directiva 2010/75/UE sobre emisiones industriales y para ello se modifica la Ley 16/2002, de 1 de julio, y se completará posteriormente con un real decreto sobre emisiones industriales y de desarrollo de ejecución de la citada norma.

La principal novedad derivada del nuevo marco comunitario es el reforzamiento de la aplicación de las mejoras técnicas disponibles, ya que los valores límite de emisión establecidos en las AAI no pueden superar los niveles de emisión asociados a las mejores técnicas disponibles.

El nuevo texto revisa y modifica también la legislación sobre control y prevención integrado de la contaminación e impulsa una mayor simplificación administrativa en el sector industrial.

Además, la norma mantiene los estándares de control sobre la contaminación, agiliza la tramitación de las autorizaciones ambientales integradas y reduce notablemente las cargas administrativas.

Las emisiones de gases de efecto invernadero descendieron un 2,5% en la Unión Europea durante 2011

En comparación con 1990, el conjunto de países de la Unión Europea emitió el año pasado un 17,5% menos de gases de efecto invernadero, según las estimaciones de la EEA.

La caída de este tipo de emisiones, perjudiciales para el medio ambiente, fue aún más pronunciada en el grupo de 15 países europeos que comparten un compromiso común respecto al Protocolo de Kioto (EU-15), en donde el descenso fue del 3,5%. Las emisiones de estos países representaron en 2011 un 14,1% menos del nivel marcado para ese año por el Protocolo de Kioto.

La principal razón para esta caída, según la agencia europea, fue la presencia de un invierno suave en la mayoría de las partes de la Unión Europea, lo que propició una menor demanda de calefacción de los hogares, así como una reducción del consumo de gas natural. Además, en 2011 continuó el aumento de energía renovable, lo que también contribuyó a una disminución de las emisiones.

Por sectores, aquellos no incluidos en el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (EU ETS) redujeron sus emisiones alrededor de un 3,1%, siendo los hogares y el sector servicios, los sectores que más contribuyeron a la reducción de emisiones.

Asimismo, la EEA destacó que el sector transporte también contribuyó a esta mejora por cuarto año consecutivo. Mientras, los sectores que sí están incluidos en el EU ETS redujeron sus emisiones de efecto invernadero un 1,8%.

Las emisiones de gases de efecto invernadero descendieron un 2,5% en la Unión Europea durante 2011

En comparación con 1990, el conjunto de países de la Unión Europea emitió el año pasado un 17,5% menos de gases de efecto invernadero, según las estimaciones de la EEA.

La caída de este tipo de emisiones, perjudiciales para el medio ambiente, fue aún más pronunciada en el grupo de 15 países europeos que comparten un compromiso común respecto al Protocolo de Kioto (EU-15), en donde el descenso fue del 3,5%. Las emisiones de estos países representaron en 2011 un 14,1% menos del nivel marcado para ese año por el Protocolo de Kioto.

La principal razón para esta caída, según la agencia europea, fue la presencia de un invierno suave en la mayoría de las partes de la Unión Europea, lo que propició una menor demanda de calefacción de los hogares, así como una reducción del consumo de gas natural. Además, en 2011 continuó el aumento de energía renovable, lo que también contribuyó a una disminución de las emisiones.

Por sectores, aquellos no incluidos en el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (EU ETS) redujeron sus emisiones alrededor de un 3,1%, siendo los hogares y el sector servicios, los sectores que más contribuyeron a la reducción de emisiones.

Asimismo, la EEA destacó que el sector transporte también contribuyó a esta mejora por cuarto año consecutivo. Mientras, los sectores que sí están incluidos en el EU ETS redujeron sus emisiones de efecto invernadero un 1,8%.

La Unión Europea y Australia pactan interconectar sus sistemas de comercio de emisiones de CO2

La interconexión permitirá básicamente adquirir unidades de carbono en el otro sistema y se traducirá en una reducción del coste de reducir la contaminación provocada por las emisiones, mejorará «la liquidez» en el mercado de emisiones, además de contribuir a apoyar la cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático, según informó la Comisión Europea.

El acuerdo fue anunciado por el ministro de Cambio Climático y Eficiencia Energética australiano, Greg Combet, y la comisaria europea de Acción Climática, Connie Hedegaard, aprovechando su visita al país.

El Gobierno australiano se comprometió a abrir negociaciones para lograr interconectar de forma plena ambos sistemas con el Ejecutivo comunitario, que espera a su vez que los Veintisiete aprueben el mandato de negociación necesario en «los próximos meses».

Ambas partes acordaron reconocer mutuamente la venta de sus respectivas unidades de emisiones de carbono y que la interconexión plena se logre como muy tarde el 1 de julio de 2018.

El Gobierno de Camberra se comprometió además a introducir modificaciones para no ejecutar el precio base de las unidades y a aplicar un nuevo límite para utilizar permisos de emisión elegibles para computar como reducción de emisiones atribuidas a los compromisos derivados de Kioto. Las empresas australianas podrán seguir cubriendo hasta el 50% de sus compromisos de reducción de emisiones a través de la compra de unidades internacionales y sólo el 12,5% a través de unidades atribuidas a Kioto.

Hasta que ambas partes promuevan la interconexión plena de sus sistemas, las empresas australianas podrán utilizar los permisos de la Unión Europea para ayudar a cumplir sus compromisos adquiridos en el país de acuerdo con el sistema de comercio de emisiones australiano desde el 1 de julio de 2015.

El ministro australiano confirmó que «desde hoy» las empresas australianas podrán comprar permisos de emisión en el sistema europeo para cumplir sus compromisos nacionales de reducción de emisiones. «Estos acuerdos ofrecen a las empresas australianas un acceso a un gran mercado para reducir emisiones de forma eficaz desde el punto de vista del coste y ofrecer a los participantes del mercado europeo que refuercen sus oportunidades de negocio», agregó Combet.

Además, ambas partes acordaron trabajar para llegar a un acuerdo para registrar los intercambios durante la fase inicial de la interconexión a mediados de 2013.

Hedegaard subrayó que el proyecto supondrá «la primera interconexión plena de sistemas de comercio de emisiones internacional» y constituirá «un logro significativo tanto para Europa como para Australia». «Constituye además una prueba de la cooperación internacional fuerte en materia de cambio climático y contribuirá a un mayor dinamismo para establecer un mercado internacional de carbono sólido«, agregó.

El ministro australiano explicó por su parte que la interconexión de ambos sistemas «reafirma que los mercados de carbono son un vehículo clave para atajar el cambio climático y la manera más eficaz para lograr la reducción de emisiones».

La Unión Europea y Australia pactan interconectar sus sistemas de comercio de emisiones de CO2

La interconexión permitirá básicamente adquirir unidades de carbono en el otro sistema y se traducirá en una reducción del coste de reducir la contaminación provocada por las emisiones, mejorará «la liquidez» en el mercado de emisiones, además de contribuir a apoyar la cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático, según informó la Comisión Europea.

El acuerdo fue anunciado por el ministro de Cambio Climático y Eficiencia Energética australiano, Greg Combet, y la comisaria europea de Acción Climática, Connie Hedegaard, aprovechando su visita al país.

El Gobierno australiano se comprometió a abrir negociaciones para lograr interconectar de forma plena ambos sistemas con el Ejecutivo comunitario, que espera a su vez que los Veintisiete aprueben el mandato de negociación necesario en «los próximos meses».

Ambas partes acordaron reconocer mutuamente la venta de sus respectivas unidades de emisiones de carbono y que la interconexión plena se logre como muy tarde el 1 de julio de 2018.

El Gobierno de Camberra se comprometió además a introducir modificaciones para no ejecutar el precio base de las unidades y a aplicar un nuevo límite para utilizar permisos de emisión elegibles para computar como reducción de emisiones atribuidas a los compromisos derivados de Kioto. Las empresas australianas podrán seguir cubriendo hasta el 50% de sus compromisos de reducción de emisiones a través de la compra de unidades internacionales y sólo el 12,5% a través de unidades atribuidas a Kioto.

Hasta que ambas partes promuevan la interconexión plena de sus sistemas, las empresas australianas podrán utilizar los permisos de la Unión Europea para ayudar a cumplir sus compromisos adquiridos en el país de acuerdo con el sistema de comercio de emisiones australiano desde el 1 de julio de 2015.

El ministro australiano confirmó que «desde hoy» las empresas australianas podrán comprar permisos de emisión en el sistema europeo para cumplir sus compromisos nacionales de reducción de emisiones. «Estos acuerdos ofrecen a las empresas australianas un acceso a un gran mercado para reducir emisiones de forma eficaz desde el punto de vista del coste y ofrecer a los participantes del mercado europeo que refuercen sus oportunidades de negocio», agregó Combet.

Además, ambas partes acordaron trabajar para llegar a un acuerdo para registrar los intercambios durante la fase inicial de la interconexión a mediados de 2013.

Hedegaard subrayó que el proyecto supondrá «la primera interconexión plena de sistemas de comercio de emisiones internacional» y constituirá «un logro significativo tanto para Europa como para Australia». «Constituye además una prueba de la cooperación internacional fuerte en materia de cambio climático y contribuirá a un mayor dinamismo para establecer un mercado internacional de carbono sólido«, agregó.

El ministro australiano explicó por su parte que la interconexión de ambos sistemas «reafirma que los mercados de carbono son un vehículo clave para atajar el cambio climático y la manera más eficaz para lograr la reducción de emisiones».

Desarrollan un catalizador treinta veces más eficaz que otros en el proceso para quemar el metano

El estudio, publicado en «Science«, ofrece una mejor manera de explotar la energía del metano, lo cual podría reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero. El catalizador puede también ofrecer una forma más limpia y barata de generar energía, a partir de la combustión catalítica de las turbinas de gas.

«Es difícil encontrar materiales lo suficientemente activos y estables como para soportar las duras condiciones de la combustión de metano», afirmó Raymond J. Gorte, profesor en el Departamento de Ingeniería Química y Biomolecular en Pensilvania. Ahora, el nuevo material desarrollado por el equipo, demuestra ser prometedor para importantes aplicaciones.

Los catalizadores son materiales que aceleran las transformaciones químicas, haciéndolas más eficientes energéticamente, y más seguras. El convertidor catalítico de un automóvil, por ejemplo, transforma los gases de escape en productos inocuos.

Los catalizadores disponibles actualmente para quemar el metano, sin embargo, no lo consumen por completo, y el resto de metano sin quemar escapa a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático. Además, estos catalizadores convencionales pueden requerir altas temperaturas, de 600 a 700 grados Celsius, para fomentar ciertas reacciones y, a menudo, pierden su eficacia cuando se exponen a las altas temperaturas generadas por la combustión de metano.

Un daño ambiental adicional se produce cuando se usa el metano para producir energía en una turbina de gas. En este proceso, el metano se quema a temperaturas muy altas, por encima de los 800 grados Celsius. Cuando estas temperaturas superan los 1.300 grados, la reacción puede producir subproductos perjudiciales, incluyendo óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, y monóxido de carbono.

Los catalizadores convencionales para la combustión del metano se componen de nanopartículas metálicas, en particular, del paladio (Pd) depositado sobre óxidos, como el óxido de cerio (CeO 2). Afinando este enfoque, los investigadores utilizaron un método que se basa en el auto-ensamblaje de las nanopartículas: primero construyeron partículas de paladio -de sólo 1,8 nanómetros de diámetro- y luego las rodearon de una capa protectora porosa de óxido de cerio, creando una colección de estructuras esféricas con núcleos metálicos.

Debido a que las partículas pequeñas como éstas tienden a aglomerarse cuando se calientan, reduciendo la actividad del catalizador, los investigadores las dispusieron sobre una superficie hidrófoba, compuesta de óxido de aluminio, para asegurar su distribución uniforme.

La nueva nanoestructura es 30 veces más eficaz que los catalizadores de combustión de metano actuales, y utilizan la misma cantidad de metal. Así, el metano se quema completamente a 400 grados Celsius. «Este catalizador puede contribuir al control de la contaminación por los gases de escape de los automóviles, e incluso mejorar la eficiencia de las turbinas de gas», señaló Cargnello.

Los investigadores planean ahora estudiar más a fondo la estructura del nuevo catalizador, para comprender mejor por qué funciona tan bien; y utilizarán los mismos métodos para crear nuevos materiales. «Podemos usar este método de montaje para probar diferentes tipos de metales y óxidos», afirmó Cargnello, quien añadió «así, podremos crear toda una biblioteca de materiales, algunos de los cuales podrían ser muy buenos a la hora de catalizar otras reacciones, además de la combustión de metano».

Matteo Cargnello, del Departamento de Química en Pensilvania, trabajó junto a Gorte y Kevin Bakhmutsky, del laboratorio de Gorte, en el estudio. Sus colaboradores incluyen a Paolo Fornasiero y Tiziano Montini, de la Universidad italiana de Trieste; y a José J. Calvino, Juan José Delgado y Juan Carlos Hernández Garrido, de la Universidad de Cádiz, en España.

Desarrollan un catalizador treinta veces más eficaz que otros en el proceso para quemar el metano

El estudio, publicado en «Science«, ofrece una mejor manera de explotar la energía del metano, lo cual podría reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero. El catalizador puede también ofrecer una forma más limpia y barata de generar energía, a partir de la combustión catalítica de las turbinas de gas.

«Es difícil encontrar materiales lo suficientemente activos y estables como para soportar las duras condiciones de la combustión de metano», afirmó Raymond J. Gorte, profesor en el Departamento de Ingeniería Química y Biomolecular en Pensilvania. Ahora, el nuevo material desarrollado por el equipo, demuestra ser prometedor para importantes aplicaciones.

Los catalizadores son materiales que aceleran las transformaciones químicas, haciéndolas más eficientes energéticamente, y más seguras. El convertidor catalítico de un automóvil, por ejemplo, transforma los gases de escape en productos inocuos.

Los catalizadores disponibles actualmente para quemar el metano, sin embargo, no lo consumen por completo, y el resto de metano sin quemar escapa a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático. Además, estos catalizadores convencionales pueden requerir altas temperaturas, de 600 a 700 grados Celsius, para fomentar ciertas reacciones y, a menudo, pierden su eficacia cuando se exponen a las altas temperaturas generadas por la combustión de metano.

Un daño ambiental adicional se produce cuando se usa el metano para producir energía en una turbina de gas. En este proceso, el metano se quema a temperaturas muy altas, por encima de los 800 grados Celsius. Cuando estas temperaturas superan los 1.300 grados, la reacción puede producir subproductos perjudiciales, incluyendo óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, y monóxido de carbono.

Los catalizadores convencionales para la combustión del metano se componen de nanopartículas metálicas, en particular, del paladio (Pd) depositado sobre óxidos, como el óxido de cerio (CeO 2). Afinando este enfoque, los investigadores utilizaron un método que se basa en el auto-ensamblaje de las nanopartículas: primero construyeron partículas de paladio -de sólo 1,8 nanómetros de diámetro- y luego las rodearon de una capa protectora porosa de óxido de cerio, creando una colección de estructuras esféricas con núcleos metálicos.

Debido a que las partículas pequeñas como éstas tienden a aglomerarse cuando se calientan, reduciendo la actividad del catalizador, los investigadores las dispusieron sobre una superficie hidrófoba, compuesta de óxido de aluminio, para asegurar su distribución uniforme.

La nueva nanoestructura es 30 veces más eficaz que los catalizadores de combustión de metano actuales, y utilizan la misma cantidad de metal. Así, el metano se quema completamente a 400 grados Celsius. «Este catalizador puede contribuir al control de la contaminación por los gases de escape de los automóviles, e incluso mejorar la eficiencia de las turbinas de gas», señaló Cargnello.

Los investigadores planean ahora estudiar más a fondo la estructura del nuevo catalizador, para comprender mejor por qué funciona tan bien; y utilizarán los mismos métodos para crear nuevos materiales. «Podemos usar este método de montaje para probar diferentes tipos de metales y óxidos», afirmó Cargnello, quien añadió «así, podremos crear toda una biblioteca de materiales, algunos de los cuales podrían ser muy buenos a la hora de catalizar otras reacciones, además de la combustión de metano».

Matteo Cargnello, del Departamento de Química en Pensilvania, trabajó junto a Gorte y Kevin Bakhmutsky, del laboratorio de Gorte, en el estudio. Sus colaboradores incluyen a Paolo Fornasiero y Tiziano Montini, de la Universidad italiana de Trieste; y a José J. Calvino, Juan José Delgado y Juan Carlos Hernández Garrido, de la Universidad de Cádiz, en España.